Recientemente se ha promovido una iniciativa que parte de algunos diputados del congreso de Hidalgo, la cual consiste en modificar la ley orgánica del IPN. La propuesta ha sido turnada al Congreso de la Unión para su discusión.
Una rápida revisión nos hace ver que en realidad de trata de una reforma que profundiza el autoritarismo y antidemocracia, creando para la burocracia del IPN un marco legal para eternizar su domino sobre la institución.
En sus aspectos centrales propone crear una junta académica, cuyas formas de elección, potestades, etc. no quedan claras, aunque si le da atributos para proponer una terna al presidente para nombrar director general. Esta junta sería el auténtico poder dentro del IPN, como en las obscuras y antidemocráticas estructuras de la UNAM y la UAM.
La propuesta de la ley establece el estatus del IPN de órgano desconcentrado del gobierno a órgano descentralizado. Con lo cual se convierte en algo semejante a un organismo autónomo, dando margen a un manejo discrecional del presupuesto e instalaciones del IPN como en una institución privada. El ejemplo del INE que se maneja como un feudo fuera de control debería preocuparnos. Antes que una propuesta de este tipo pudiera impulsarse debería haber una reforma constitucional sobre el funcionamiento y supervisión de este tipo de órganos del estado. No vaya a ser que en unos años nos estemos lamentando de una «estafa maestra politécnica».
Por supuesto para la burocracia politécnica que quiere hacerse del título de propiedad” IPN” la idea no suena mal, pero para los miles de estudiantes, profesores y trabajadores del IPN, esto sería un gran obstáculo para la gestión de múltiples demandas, las laborales incluidas.
Para nadie es un secreto, que la modificación de estatus de órgano desconcentrado a descentralizado, representa la aplicación de marcos legales distintos y si bien la propuesta señala para los trabajadores docentes y no docentes la permanencia en el apartado B, esto entraría en contradicción con las normas constitucionales referentes a los órganos descentralizados, las cuales señalan que se deben regir por el aparatado A, como en las empresas privadas.
Son múltiples las contradicciones de la propuesta pero al mismo tiempo es evidente que en Hidalgo avanzó sin oposición y que ya ha sido recibida por el Congreso de la Unión. Es decir existe la voluntad política de actores que se mueven en la absoluta oscuridad para asestar un golpe al IPN.
La propuesta nunca ha sido sometida a la opinión de la comunidad del IPN. Nunca ha sido un tema de discusión del Consejo General Consultivo que es el órgano al que le correspondería formalmente discutirlo.
Por lo anterior se considera absolutamente inaceptable que se siga promoviendo dicha iniciativa y nos parece además muy preocupante que las autoridades del IPN no se pronuncien al respecto. «fuera mascaras» dirían por ahi.
Llamamos a la comunidad politécnica a que permanezca atenta, se informe, organice reuniones y se preparé para la movilización en caso de que se pretenda consolidar esta burda maniobra.
Fuera manos del IPN
El destino del politécnico lo deciden los politécnicos