Escrito por: Socialist Revolution – Estados Unidos
Los socialistas estamos nadando a favor de la corriente de los acontecimientos, como lo demuestra el crecimiento explosivo de los Socialistas Democráticos de América (DSA) y de los movimientos de masas. Pero, ¿hacia dónde nos dirigimos?.
2016 transformó completamente el panorama político en los EE.UU. Después de años siguiendo los flujos de explosivos e inspiradores estallidos, aunque políticamente amorfos, como Occupy y Black Lives Matter, parece que los socialistas estamos ahora nadando a favor de la corriente.
En su apogeo, la campaña de Bernie Sanders movilizó a millones de personas y reunió a amplios sectores de la sociedad, en particular a los jóvenes, en torno a la bandera del socialismo democrático. Por un momento, el potencial para la aparición de un nuevo partido –un partido socialista de masas– se convirtió en una perspectiva concreta. Hubiera dejado de ser una abstracción difícil de imaginar, ¡si Bernie Sanders hubiera roto con los Demócratas! Sin embargo, su capitulación ante Hillary y el CND (Comité Nacional Demócrata), aunque significó la pérdida de una oportunidad histórica, no calmó el estado de ánimo de resistencia, especialmente cuando se abrió la era Trump.
En este contexto, el crecimiento explosivo de los Socialistas Demócratas de América es un desarrollo apasionante. Con la intención de construir una alternativa a los horrores del capitalismo, miles de personas se han unido al DSA en los últimos meses, pasando de 6.000 a 23.000 afiliados desde las elecciones. El DSA se prepara para celebrar su convención en Chicago este agosto, donde se van a discutir muchos temas importantes. Es una oportunidad para que los socialistas aclaren los objetivos del movimiento y aprender las lecciones de la historia, ¡hay mucho en juego!
¿Dentro y fuera de los Demócratas?
Para luchar por un gobierno obrero con políticas socialistas, la clase obrera necesita su propio partido. ¿Pueden los Demócratas ser este partido? En nuestra opinión, eso está descartado. En su día fue el partido de los Estados esclavistas del sur, hoy en día, están estrechamente controlados por la clase capitalista, a través del dinero, los medios de comunicación y las maquinarias políticas. Cada vez que un socialista se ha presentado como candidato Demócrata, lejos de tomar el partido, se ha convertido en herramienta y rehén de la clase enemiga, teniendo que adherirse a la dirección del Partido Demócrata o enfrentarse a su indignación.
Parte del proceso para que la clase obrera llegue al poder es el desarrollo de la conciencia de clase. En otras palabras, debe entender que es una clase con sus propios intereses, separados y opuestos a los de la clase dominante. El establecimiento de un partido obrero, independiente de los Demócratas, Republicanos, Verdes, etc. es un paso clave en este proceso.
Los líderes sindicales han invitado a los trabajadores a votar por los Demócratas durante décadas, y durante décadas ha dado resultados limitados. Para evitar la revolución en la década de 1930, los Demócratas se vieron obligados a ofrecer algunas concesiones a la clase trabajadora. En la década de 1960, sobre la base del boom posterior a la Segunda Guerra Mundial, también hicieron algunas concesiones. Pero desde la década de 1970, los Demócratas no han entregado ninguna y el apoyo entre los trabajadores ha disminuido.
Cuando Nancy Pelosi dijo: «¡Somos capitalistas, y así es!», sólo admitía lo que ya sentían millones de personas, que ven a los Demócratas como un partido de capitalistas. Como si más pruebas fueran necesarias, la derrota del Demócrata Jon Ossoff en el sexto distrito del Congreso de Georgia, cuya campaña recaudó 33 millones de dólares, y la maniobra de última hora de los líderes Demócratas en California para matar el proyecto de ley «California Saludable», sin duda convencieron a muchos más de que este partido está luchando contra nuestros intereses, no a favor. Los socialistas deberían tener en cuenta que los acontecimientos están llevando a millones de personas a sacar tales conclusiones, ya que esto clarifica las prioridades y prepara el camino para la tarea crítica de construir algo nuevo.
Necesitamos un partido socialista de masas de la clase obrera
En un país tan grande y poblado como los EE.UU., necesitamos fuerzas de masas para desafiar seriamente a los partidos de las grandes multinacionales. Puede que no sea ahora, pero se está generando el movimiento para que ocurra tal ruptura, ya sea cuando los Demócratas capitulen aún más ante Trump o cuando regresen al poder y vuelvan a implementar la austeridad capitalista. No se puede cosechar donde no se ha sembrado, así que cuanto antes plantemos las semillas para el futuro, mejor.
La construcción de un partido de masas es una tarea compleja y sólo puede realizarse mediante una combinación de oportunidades objetivas y una preparación consciente de cuadros socialistas comprometidos y entrenados. A pesar del crecimiento asombroso que ha vivido, DSA aún no es lo suficientemente grande para construir un partido de masas. Lo que los socialistas hagamos hoy puede ponernos en una posición para cambiar el curso de la historia en el futuro.
DSA podría ayudar a avanzar este proceso en la actualidad, rompiendo completamente con los Demócratas, no apoyando a ninguno de sus candidatos como «males menores», ni presentando a sus miembros del DSA como Demócratas. Si Bernie Sanders, su grupo Our Revolution (“Nuestra Revolución”), sindicalistas afines, como los del Sindicato Nacional de Enfermeras, ILWU o el Sindicato de Trabajadores Eléctricos, rompieran con los Demócratas y construyeran un partido socialista de masas, el DSA podría ayudar a los elementos de izquierda dentro de estas organizaciones a trazar el camino a seguir.
Nuestra organización, Socialist Revolution (Revolución Socialista), muestra su acuerdo con el apoyo que ha dado el DSA a las candidaturas ubicadas a la izquierda de los Demócratas, como la de Jabari Brisport en Brooklyn, Nueva York, que se presenta a la alcaldía con el Partido Verde. Nos parece excelente que DSA esté tratando de conseguir que Jabari también se incorpore a las listas del DSA, lo que permitiría a la gente votar por un candidato socialista que se presenta bajo una candidatura socialista. También apoyamos los esfuerzos del DSA en torno a otros socialistas independientes que compiten contra los partidos de las grandes empresas, como el candidato a la alcaldía, Ginger Jentzen, en Minneapolis y otros casos similares. Estos esfuerzos pueden servir de plataforma para plantear la necesidad de un partido socialista de masas y una política revolucionaria.
¡Por un programa socialista revolucionario!
En el contexto de la crisis del capitalismo, no hay solución dentro del sistema. Sólo un gobierno obrero comprometido con la transformación socialista de la sociedad puede llevarnos a una vida mejor. Esto incluiría la nacionalización de las 500 principales corporaciones, que se administrarían democráticamente bajo el control y la gestión de los trabajadores. Este puñado de empresas representa el 75% del PIB estadounidense. Junto con los recortes masivos en los presupuestos militares, de la CIA y de la agencia nacional de seguridad, NSA, habría un excedente de dinero que se podría destinar para la asistencia sanitaria, la educación, la vivienda, la infraestructura y para hacer frente a la crisis ambiental que enfrenta la humanidad. No hay otro camino a seguir, como ha demostrado una y otra vez la experiencia de los gobiernos de izquierda en todo el mundo.
En Grecia, en 2015, SYRIZA ganó las elecciones y formó un gobierno nacional opuesto a la Troika y la austeridad, pero luego se negó a conducir a la clase obrera al poder. De este modo tuvieron que manejar la crisis capitalista, que les llevó a traicionar su propio programa y a aplicar las medidas de austeridad. En 2012, vimos cómo el Partido Socialista francés eligió a François Hollande y luego tomó la mayoría en la Asamblea Nacional y el Senado. Una vez más, se prometieron reformas, pero se negaron a transformar la sociedad.
Como dirigentes del capitalismo, los socialistas no ofrecieron reformas, sino más bien austeridad, y luego aprobaron una brutal reforma laboral para hacer el capitalismo francés «más competitivo» con el capital internacional. En las recientes elecciones, el Partido Socialista francés cosechó los frutos de su traición: su candidato Hamon obtuvo apenas el 7% de los votos presidenciales y el partido perdió la mayoría de sus escaños en la legislatura. Se pueden proporcionar muchos ejemplos recientes e históricos similares.
Aun cuando se puedan arrancar las mínimas concesiones a los capitalistas, el sistema está sucumbiendo y ya no puede dar reformas significativas o duraderas. Los socialistas deben recordar lo que dijo Rosa Luxemburgo: ¡la elección es el socialismo o la barbarie! Está claro que muchos miembros del DSA pretenden cambiar las cosas y están luchando por construir una organización comprometida con el socialismo.
Internacionalismo
En su próxima convención, el DSA discutirá si debe abandonar la Internacional Socialista. El DSA y su organización predecesora, el Comité Organizador Democrático Socialista, han estado afiliados a la Internacional Socialista desde principios de los años setenta.
Muchos miembros quieren abandonarla, ya que la Internacional Socialista incluye partidos como el PASOK de Grecia o el PRI de México, que han puesto en práctica severos planes de austeridad contra los trabajadores. La Internacional Socialista también incluye a los Socialdemócratas alemanes, que están en un gobierno de coalición con la canciller Merkel, y le han permitido aplicar políticas reaccionarias en el país y en el extranjero. Y hasta su destitución por las revueltas revolucionarias de las masas, la Internacional Socialista ¡también incluía a los dictadores Hosni Mubarak en Egipto y Zine El Abidine Ben Ali en Túnez!
Toda la Internacional Socialista es socialdemócrata, y en tiempos de crisis capitalista, esto significa austeridad, pues permanece estrictamente dentro de los confines de lo que es posible sobre una base capitalista. Hay al menos una resolución del DSA que pide la desafiliación de la Internacional Socialista, para que sea reemplazado con relaciones bilaterales, país por país, con organizaciones como Momentum en Gran Bretaña, Podemos en España y el PSOL en Brasil. Estas organizaciones reflejan el mismo proceso de radicalización que subyace en el extraordinario crecimiento del DSA.
La desafiliación de la mal llamada Internacional «Socialista» abriría el camino para que DSA contribuyera a construir una genuina Internacional socialista, comenzando con un partido obrero de masas en Estados Unidos y buscando vínculos con partidos de izquierda en todo el mundo. La lucha por el socialismo debe ser internacional, o no funcionará. El capitalismo ha establecido una división internacional del trabajo, y el socialismo debe construirse sobre la base de los más altos niveles de desarrollo del capitalismo. Esto significa que para tener éxito, los socialistas deben comprometerse en construir un partido mundial de la clase obrera. La Corriente Marxista Internacional está trabajando en este objetivo en más de 40 países, y nos uniríamos a cualquier otro movimiento socialista comprometido seriamente con la construcción de dicho partido.
La necesidad de la teoría marxista
Algunas personas piensan que la teoría es algo separado de la actividad política. Sin embargo, para los socialistas revolucionarios, la teoría marxista es una guía indispensable para la acción. La idea de crear un puente sin una comprensión profunda de la física, las matemáticas y los materiales de construcción parecería absurda. Entonces, ¿por qué deberíamos «improvisar» cuando se trata de política?.
La clase capitalista controla los medios de comunicación, las instituciones académicas y la estructura política. Estos estamentos son una fuente constante de presión sobre los socialistas para doblegarnos a sus intereses y contra las necesidades de la clase obrera. La teoría marxista representa la experiencia generalizada de la lucha de la clase obrera y sus esfuerzos por conquistar el poder político y económico. Es una poderosa herramienta para entender y cambiar el mundo. Lenin escribió una vez que sin la teoría revolucionaria, no hay movimiento revolucionario. Sólo mediante una sólida base teórica podemos resistir colectivamente las presiones de la sociedad capitalista y construir un partido y movimiento socialista de masas.
Durante décadas, la CMI ha estado nadando contra la corriente defendiendo la teoría marxista y desarrollando las perspectivas políticas y los métodos organizativos que permitirían a los trabajadores y jóvenes ganar el poder político y construir el socialismo. Ahora la marea de la historia está cambiando, y miles de estadounidenses están buscando ideas socialistas. El camino que nos separa hoy de la transformación socialista de la sociedad puede parecer desalentador, pero estamos seguros de que veremos la revolución en nuestras vidas. Los socialistas deben prepararse para esto a través de la actividad conjunta y la educación teórica. Nos comprometemos a trabajar junto a todos aquellos que se propongan seriamente la lucha por un futuro socialista.
ÚLTIMA HORA: En la convención nacional del DSA, fue aceptada la propuesta de desafiliarse de la Internacional “Socialista” y otras importantes propuestas de carácter izquierdista. Varios compañeros de Socialist Revolution estuvieron presentes en la misma. Prepararemos en breve un informe sobre esto.