Se esperaría de un gobierno que ha tomado en serio acabar con los feminicidios, que el jefe del ejecutivo se pronunciara sin necesidad de que se lo pidieran, sin embargo esto no fue así. Ha sido una constante del gobierno de AMLO evadir el tema en las mañaneras, o hacer alguna declaración ambigua como la ya acostumbrada “estamos trabajando en ello”. Pero la realidad nos dice otra cosa, nos dice que lo que estén haciendo no es suficiente.
Hemos llegado al punto en el que para muchas de nosotras es doloroso hablar del tema, escuchar las cifras, conocer los casos, sufrir la impunidad, ser testigo de una sociedad desensibilizada y padecer la frustración de la justicia que no llega. Pero no podemos dejar de hablar de esto. Lo peor que podemos hacerle a ellas, a las que ya no están, es no hacer nada.
El viernes 14 de febrero, afuera de Palacio Nacional, desde muy temprano, comenzó una jornada de protestas debido al feminicidio de Ingrid Escamilla y a todos los casos que ya existen. La indignación y rabia fue evidente. A la par de las protestas, dentro de Palacio Nacional, la periodista y activista Frida Guerrera alzó la voz y fue así como le dieron la palabra, ella manifestó la magnitud del problema y como es que la realidad no está acorde con lo que el gobierno dice. AMLO respondió:
“Ya me manifesté, estamos en contra de los feminicidios, estamos haciendo cosas todos los días para garantizar la paz y la tranquilidad”. Dijo que su política no es la del avestruz, es decir esconder la cabeza frente a las problemáticas de la sociedad, como lo hacían los gobiernos anteriores, que no es un presidente surgido de la élite, insensible y simulador. Dijo que la corrupción es la causa principal de la desigualdad económica y social, la causa principal de la inseguridad y la violencia. Que diariamente asesinan a hombres, mujeres y niños y su gobierno está trabajando todos los días para combatir esta situación. Se le cuestiono nuevamente por qué no atender el tema de los feminicidios de una manera especializada, por qué no crear una fiscalía especializada en feminicidios a nivel federal y por qué no dedicar un día a la semana en hablar específicamente de los feminicidios, que sea el presidente el que hable de ello, que dé respuesta directa para este tema.
Su respuesta fue un decálogo de acciones, en sus propias palabras “el mensaje para el feminicidio”, que a todas luces estuvo improvisado y dio nuevamente una respuesta ambigua. Las mujeres activistas que de verdad atienden el tema todos los días hubieran podido dar un decálogo con puntos concretos y sustanciales. Que efectivamente hicieron. Aquí las dos propuestas.
Decálogo de AMLO:
1. Estoy en contra de la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones.
2. Se debe proteger la vida, de hombres y de mujeres, de todos los seres humanos.
3. Es una cobardía agredir a la mujer.
4. Es un anacronismo, un acto de brutalidad el machismo.
5. Se tiene que respetar a las mujeres.
6. No agresiones a mujeres.
7. No a crímenes de odio contra mujeres.
8. Castigo a los responsables de violencias contra mujeres.
9. El gobierno que represento se va a ocupar siempre de garantizar la seguridad de las mujeres.
10. Vamos a garantizar la paz y la seguridad en México.
Esa ambigüedad de su decálogo, esa falta de acciones concretas frente a este problema, generó de inmediato indignación, a lo que se respondió con un decálogo feminista que dice:
1. Las mujeres no estamos más seguras con fuerzas armadas en las calles. Demandamos que la estrategia de seguridad pública se diseñe con enfoque de género para superar la violencia contra las mujeres en el espacio privado y público, hacer de las ciudades y comunidades lugares seguros (con servicios públicos adecuados, con sistemas de iluminación que garanticen la circulación sin miedo, con lotes baldíos debidamente cercados, con medios de transporte público eficientes, etc.).
2. Nos queremos vivas. Políticas de prevención de la violencia de género, medidas para aumentar la conciencia de los derechos humanos de las mujeres a través de campañas y la creación de capacidad institucional con la participación de las organizaciones de mujeres en el diseño, control y evaluación de las políticas sobre seguridad.
3. Todos los derechos para todas las mujeres y las niñas. Promueva la derogación de las disposiciones de la legislación que discriminan a las mujeres y las niñas, regulación a los medios de comunicación para que no se revictimice a las mujeres y que se armonicen las definiciones legales y las sanciones para la discriminación y la violencia contra las mujeres.
4. Acabar con la impunidad en delitos de violencia de género. Suscriba convenios de colaboración con el Poder Judicial para coadyuvar a que se garantice la creación de capacidad sistemática y obligatoria para el personal de juzgados, fiscalías, defensorías públicas, agencias de policía federal, estatal y local, sobre los derechos de las mujeres. Y se adopten medidas para garantizar la aplicación del Protocolo para Juzgar con perspectiva de género en lo que respecta a los sistemas judiciales a nivel federal y estatal.
5. Alerta Nacional de Violencia de Género. Adopte medidas urgentes para prevenir las muertes violentas, homicidios, feminicidios y desapariciones forzadas de mujeres.
6. Homologar tipo penal de feminicidio. Asegure que el feminicidio sea penalizado en todos los códigos penales estatales de conformidad con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y, se estandaricen los protocolos de investigación.
7. Acceso de las mujeres a la justicia. Envíe iniciativa al Congreso para que se establezcan las bases que garanticen plenamente los derechos de las mujeres a través de un código general en materia penal.
8. Alto a la revictimización por parte de servidores públicos. Instruya a las instancias que correspondan, a que la información sobre los recursos legales esté disponible para las mujeres víctimas de la violencia basada en el género y todas las formas de discriminación.
9. Policías capacitadas y coordinadas. Replantear la actuación de las policías municipales, estatales y federales para una efectiva coordinación. Ejecute programas y políticas públicas que alienten a las mujeres a denunciar los casos de violencia de género, incluida la violencia doméstica, y asegurar que las mujeres víctimas de violencia tengan acceso a atención institucional oportuna y efectiva.
10. Más acción menos discurso. Envíe mensajes a favor de los derechos de las mujeres. Adopte una hoja de ruta que incluya todos los recursos adecuados, una línea de tiempo y metas mesurables que requieren las autoridades federales, estatales y locales para aplicar las leyes vigentes para prevenir y eliminar todas las formas de discriminación de hecho contra las mujeres.
Las mujeres y hombres que luchamos en contra de la violencia de cualquier tipo entendemos la magnitud que ha alcanzado el feminicidio, exigimos que se emita la alerta de género a nivel nacional, y que como el propio presidente lo dice “no tener miedo a la palabra radical”, exigimos que este gobierno sea radical para combatir y erradicar los feminicidios. El decálogo feminista nos parece que señala muchos puntos concretos pero que deben ir acompañadas de medidas económicas serias que permitan eliminar los males sociales que son un buen caldo de cultivo para la violencia machista.
No a la criminalización de la lucha de mujeres
Somos muy conscientes que el problema de violencia a la mujer se ha agravado en los pasados gobiernos, es un problema heredado. Pero nuestras protestas han sido criminalizadas por miles de seguidores del gobierno de AMLO. Se dice que es un problema que puede desestabilizar y perjudicar a este gobierno que empieza a hacer cambios a favor del pueblo. Se dice que nuestra lucha puede ayudar a la derecha (algunos incluso dicen que está dirigida por ellos). Dentro de Morena se difunde la idea del “golpe blando”, diciendo que la reacción ésta detrás de estas luchas para generar las condiciones para desestabilizar y derrocar al gobierno de AMLO.
No somos ilusas, sabemos que hay elementos de la derecha tratando de aprovecharse de nuestra lucha, que hay panistas que incitan a acciones violentas, que nunca hicieron nada en su momento contra los feminicidios, y hoy critican al gobierno. Pero preguntamos con toda seriedad ¿Qué debe hacer el familiar de una chica asesinada? ¿Callar para no perjudicar a AMLO? ¿Es incorrecto pedir justicia? ¿Es erróneo protestar y buscar que estos crímenes se detengan?
Nosotras no queremos el regreso de la derecha al gobierno, pero la única forma de que esto no ocurra es que el gobierno aplique una verdadera política de izquierda y tome todas las medidas necesarias para frenar profundos problemas sociales como los feminicidios. Si AMLO no actúa consecuentemente tenemos todo el derecho legítimo de luchar por justicia.
Frida Guerrera, después de increpar al presidente en su conferencia mañanera, recibió una lluvia de críticas, que fueron respondidas por familiares de las víctimas. Pero ese sólo es el reflejo del ambiente que se vive, algunos de los seguidores de AMLO han criminalizado las protestas. Un caso extremo y deprimente son las declaraciones de Yeidckol Polevnsky quien dijo que el feminicidio no ha aumentado bajo AMLO y pidió más creatividad en las protestas. Por alguna razón las propias bases de Morena están dando la lucha para deshacerse de esta despótica señora.
Para ser justos, hay que decir que cuando a AMLO se le cuestionó, en la conferencia mañanera, ¿qué les decía a las manifestantes que estaban afuera del palacio? declaró que se siguieran manifestando, porque todo lo que resiste apoya.
Rechazamos la criminalización de la protesta de mujeres y, por el contrario, llamamos a apoyarla y luchar, el pueblo unido, por su erradicación.
¿El problema es el neoliberalismo?
Aún no nos recuperábamos del atroz caso de Ingrid cuando supimos de la muerte de Fátima Cecilia, la pequeña de 7 años encontrada en una bolsa negra. AMLO condenó este crimen y dijo:
“Sostengo que se cayó en una decadencia, un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal. Siempre he dicho que se mide el desempleo, el crecimiento, se mide el número de homicidios, pero no se mide el grado de descomposición social que produjo la política neoliberal”.
Seguido de eso vino una nueva lluvia de críticas, mucha de ésta proveniente de la derecha, que dicen que una cosa y otra nada tienen que ver. No hace falta explicar que durante el modelo neoliberal los niveles de vida de las masas y los problemas sociales se agravaron y con ella vino una degradación moral. Pero más que una degradación derivada de un modelo se debió a un sistema decadente. Desde nuestro punto de vista el problema es más que un modelo, es el sistema capitalista en descomposición. Pero pensamos que el argumento de AMLO en esta frase no es del todo incorrecto. ¿Cuál debería ser entonces la solución? Mejorar los niveles de vida y culturales de las masas y acabar con el sistema capitalista que degrada moralmente a la sociedad y profundiza la opresión a la mujer.
¿Un problema moral?
AMLO dijo que no era suficiente con poner en la cárcel a los culpables, añadió que: “Tenemos que purificar la vida pública y todos podemos ayudar. Los ciudadanos, las iglesias y predicando con el ejemplo, siendo consecuentes”.
Un grupo de feministas se manifestaron frente a Palacio Nacional, una manifestante declaró al diario La Jornada:
“las instituciones religiosas, particularmente las católicas y evangélicas, son conocidas por encabezar movimientos antiderechos, en particular de las mujeres. En relación al tema de la violencia contra las mujeres no ignoramos que se oponen, por ejemplo, a los divorcios. Muchos análisis respecto al sexismo lo vinculan a las ideas vehiculadas por dichas instituciones religiosas”.
López Obrador, en la mañanera del 20 de noviembre reitero su punto de vista:
“Yo respeto su punto de vista, no lo comparto, yo creo que hay que moralizar al país, purificar la vida pública del país. No porque vinieron a hacer una manifestación yo voy a renunciar a mis convicciones de siempre, si por eso luchamos, para lograr un cambio en lo material y lo espiritual”
AMLO plantea una regeneración Moral. La moral, las normas aceptadas en una sociedad, no está separada del entorno y sistema social. El capitalismo relega a la mujer a un papel secundario de reproducción de la fuerza laboral, por eso la opresión está justificada y moralmente aceptada. Con la descomposición social la opresión a la mujer se encrudece. Por supuesto que quienes luchamos contra el sistema de explotación y opresión actual, luchamos también por una nueva moral que no discrimine ni violente a la mujer, pero un cambio moral no puede estar separado de un cambio de las condiciones sociales y económicas que la generan.
Lo que se necesita son medidas de carácter concreto que pasan por una restructuración de todo el sistema de justicia; por un programa de prevención del delito y cuidado de niñas, niños y mujeres; un programa de creación de empleos, estudio, incrementos radicales del salario, viviendas accesibles para familias y mujeres trabajadoras; programas integrales de protección y defensa de la mujer; etc.
López Obrador ha tenido muy desatinados comentaros sobre la lucha de mujeres. Lo preocupante es que lejos de acciones abstractas de moralizar, lo que necesitamos es se tomen medidas concretas para erradicar este mal, como las arriba mencionadas. Por eso la lucha para tenernos vivas y seguras debe continuar, y sobre todo hay que entender que es el sistema capitalista decadente el que debe caer.