Desde Julio del pasado año 2020, la Comisión de Igualdad de Género de La Cámara de Diputados, emitió su intención de prohibir los concursos de belleza, pues considera que estos son una forma de “violencia simbólica” que ataca a las mujeres. Debido a que este tipo de concursos promueve la competencia y estereotipos de y entre las mujeres.
Dictamen de la cámara y su camino al Senado
El pasado 3 de febrero, la cámara de diputados con 444 votos a favor, 2 en contra y 7 abstenciones, reconoció las diferentes violencias en contra de las mujeres, en donde una de ellas era la “violencia simbólica” representada por los concursos de belleza y el financiamiento de los mismos con recursos públicos.
Pero, ¿Qué es la violencia simbólica y mediática? Se define como “La expresión, emisión o difusión por cualquier medio, ya sea en el ámbito público o privado, de discursos, mensajes, patrones estereotipados, signos, valores, icónicos e ideas que transmiten, reproducen, justifican o naturalizan la subordinación, desigualdad, discriminación y violencia contra las mujeres en la sociedad», emitió el comunicado. Por otro lado, la violencia mediática es considerada como la expresión que, a través de los medios de comunicación, sea promovida la humillación, desigualdad, discriminación y estereotipos de género entre otras violencias en contra de las mujeres.
Una vez entendiendo los conceptos anteriormente mencionados, podemos concluir que ambos se coopertenecen, puesto que necesitan uno del otro para reproducirse a través de las masas y medios.
De todo lo anterior, también se hace énfasis en no solo prohibirlos, sino, que, las instituciones públicas no podrán asignar recursos para financiar este tipo de certámenes.
Progresismo como método de distracción
Es bien sabido que los actuales gobiernos tienen en claro las problemáticas sociales a las que la juventud de hoy en día se enfrenta y por las cuales se interesan, pues no es la primera, ni única vez que los gobiernos ejecutan leyes con bases en iniciativas progresistas, las cuales, en su mayoría, tienen un bien común.
Pero debemos de ser muy inteligentes a la hora de recibir información de este tipo, pues un claro ejemplo de ello es que dentro del gabinete de Joe Biden, podemos encontrar a personas que forman parte de la comunidad LGBT+ y por primera vez a una vicepresidenta del sexo femenino. Pues son unas de las tácticas que usan los gobiernos para obtener una “superioridad moral”, mejoras del bienestar social, de avances democráticos y que, a la vez, estigmatice a sus adversarios políticos.
Este tipo de medidas diplomáticas poco o nada garantizan la emancipación de la mujer en la sociedad actual, por el contrario, distraen y disfrazan a las verdaderas medidas revolucionarias.
Negociación con el sistema capitalista y patriarcal
Debemos comprender, que la cosificación de la mujer en la sociedad contemporánea, ha tomado mayor fuerza, a pesar que es algo que siempre la ha perseguido, pero a raíz de las plataformas digitales y la comercialización de los cuerpos e imagen, es más fácil que una mujer pueda ser concebida como objeto de consumo, puesto que estamos inmersos en una época de comercialización y obsolescencia; los cuerpos femeninos no son la excepción, por el contrario, son una de las bases.
Históricamente, la mujer ha sido sujeta a diversas maneras de cosificación, unas más notorias que otras, pero con el mismo fin: la opresión. Tales como, la música, la pornografía, la prostitución, la hipersexualización, entre otras.
Para estructurar medidas y un plan para abolir esta problemática, debemos de tener un panorama amplio, y reconocer las diversas maneras en las que estas se llevan a cabo. Pues no podemos meter todo en un mismo saco.
Y uno de los primeros pasos a seguir para poder derrumbar este sistema patriarcal que, indudablemente viene vinculado con el capitalismo, pues dependen uno del otro. Hay que reconocer que medidas diplomáticas y reformismos absurdos, no le hacen ni cosquillas a la gran problemática que por siglos ha violentado a las mujeres. Comprender este último punto es de suma importancia, pues nos pone en claro que tipo de medidas se deben de tomar ante situaciones así; no se busca conciliar ni de tratar de cambiar pequeñas “cositas”. Mientras factores como la prostitución y la comercialización de los cuerpos femeninos a través de plataformas como “Only fans” donde entre las jóvenes es visto como “empoderante”, es más que claro que este tipo de posturas les son de gran ayuda al capitalismo, pues permite que cada día más jóvenes se introduzcan al medio, ya que es una forma de blanquear la prostitución y explotación de los cuerpos a base de la sexualización, con una idea errónea de lo que ello significa. Puesto que este tipo de negocios, no son en lo absoluto como se cree “naturales” o por “instinto”, por el contrario, son sumamente exclusivos de las sociedades clasistas.
Medidas radicales y revolucionarias
Con lo anteriormente mencionado, la intención no es, en lo absoluto desacreditar la medida que se implementó en contra de los concursos de belleza, al contrario, hay que reconocer que es una buena iniciativa, pero también saber que no debe de ser la única ni mucho menos buscar alternativas burocráticas. Por el contrario, debemos de tomar en cuenta las demás maneras de cosificación hacia la mujer, y abolirlas TODAS, sin buscar reformismos o conciliaciones, pues estos son inútiles a la hora de derribar a un sistema capitalista/patriarcal. Ya que por un lado el patriarcado se encarga de cosificar a los cuerpos y el capitalismo de comercializarlos.
Así que una vez derrumbando al capitalismo, el patriarcado caerá con él, y solo se puede lograr esto a través de la revolución socialista.