Desde sus comienzos, los autores del socialismo científico –o marxismo– han sido objetivo de numerosos ataques intelectuales; y Lenin no fue la excepción a estos. Durante la primavera de 1894, los bolcheviques fueron duramente criticados por los Narodniks o “populistas”, un movimiento protagonizado por la élite intelectual de Rusia quienes inicialmente realizaban fuertes críticas al régimen zarista, pero que conforme el movimiento revolucionario obrero crecía, se Iban tornando reaccionarios y beligerantes hacia el programa bolchevique (llamado socialdemócrata en ese entonces) por medio de su revista mensual La Riqueza Rusa (Russkoye Bogatstvo en Ruso). Ciertamente, esta revista era de las más vendidas de todo el país debido a su estilo de redacción accesible, la variedad de artículos que abordaba; y, sobre todo, sus editores de gran renombre como Tolstoi, Chejov, Korolenko, Gorki, entre otros.
Lenin identificó rápidamente que el “populismo” era una ideología sin validez teórica, pero que representaba una verdadera amenaza para la toma de conciencia de clase del movimiento obrero. Por ello, Lenin se da a la tarea de desmontar argumentativamente los galimatías propuestos por estos colosos reaccionarios. Sin embargo, antes de analizar estas críticas, vale la pena contextualizar el método de los Narodniks para comprender concienzudamente la feroz crítica de Lenin.
Fundamentalmente, los “populistas” argumentaron que el campesinado era la principal fuerza revolucionaria en Rusia, ya que consideraban al proletariado como una fuerza política inferior porque este último representaba un porcentaje minoritario de la población y que, además, no se encontraba organizado en ‘comunas aldeanas’, una forma de organización semifeudal que los “populistas” consideraban –erróneamente– el “embrión del socialismo”. No obstante, los “amigos del pueblo” rechazaban que el campesinado pudiera organizar una revolución bajo su propia dirección, sino que éste debía de ser dirigido por la élite intelectual a la cual pertenecían estos pensadores. En resúmen, los Narodniks teorizaron con un proyecto de “comunismo agrario” donde pretendían dar un ‘salto’ desde el capitalismo intermedio al comunismo primitivo y, de ahí, al socialismo moderno mediante la revolución campesina. Sin embargo, el vasto entendimiento de Lenin con respecto al socialismo científico leco permitió reducir a añicos estos “argumentos” reaccionarios (que más que argumentos, son un discurso compuesto de incoherencias dignas de alguien que no entiende un ápice del marxismo); en sus palabras: “Escarben en el ‘amigo del pueblo’ y encontrarán al burgués.”
A continuación, por cuestiones de espacio, repasaré de manera un tanto somera el principal argumento de Lenin en contra de los “populistas”; no obstante, recomiendo ampliamente la lectura de este texto en su completitud debido a su alto nivel teórico, del cual uno siempre puede aprender y elevar su nivel político.
Al respecto, Lenin explica que “conservar lo deseable y eliminar lo indeseable del desarrollo social” es una concepción mecánica e idealista del desarrollo histórico, la cual ya había sido refutada por Marx. Citando a Lenin “Esto es precisamente lo que niega Marx, la idea de que las leyes de la vida económica son las mismas para el pasado y para el presente.”
El materialismo histórico –concepción marxista de la historia– concibe que “el desarrollo social es producto de la acumulación de contradicciones que surgen del desarrollo de las fuerzas productivas [económicas] hasta que se produce un cambio cualitativo [político/social]” como ocurre con los organismos vivos. En palabras de Lenin:
“El valor científico de tales investigaciones estriba en el esclarecimiento de las leyes especiales que presiden el nacimiento, la existencia, el desarrollo y la muerte de un determinado organismo social y su sustitución por otro más elevado.”
Esto viene a aniquilar la teoría “populista” de que la “comprensión racional que tiene el hombre sobre su misma naturaleza” es el factor diferencial que genera el cambio social ¡Nada más falso que esto último! El mismo Marx escribía: “No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.
Posterior a la carnicería intelectual de Lenin, él mismo resume su contraargumentación de la siguiente manera:
“La doctrina que él [haciendo referencia a Mijailovsky, un Narodnik] intentó aniquilar se basa, primero, en la concepción materialista de la historia y, segundo, en el método dialéctico. En cuanto a lo primero, el crítico ha declarado, ante todo, que no sabe en qué obra está expuesto el materialismo. Al no haber encontrado en ninguna parte esta exposición, se puso a inventar él mismo qué es el materialismo […] En cuanto al segundo pilar del marxismo –el método dialéctico– […] el crítico se revolvía y deshacía en esfuerzos increíbles para refutar que pudiera demostrarse algo con las tríadas, silenciando que el método dialéctico no consiste en absoluto en las tríadas, sino precisamente en la negación de los métodos del idealismo y del subjetivismo en sociología. […] [además] el crítico le atribuye a Marx la estupidez inverosímil de demostrar mediante las tríadas la necesidad del hundimiento del capitalismo y luego combate victoriosamente contra esta estupidez.”
Para finalizar con esta breve introducción a este magnífico texto del joven Lenin, me gustaría despedir al lector con una frase increíble que se incluye dentro de la obra en cuestión debido a la relevancia de la misma: “¿En qué se basa, pues, su crítica? En trucos, supercherías y en un torrente de frases, que no son más que sonajas.”