Libro del Mes: En Defensa de Lenin, Tomo I
Rafael Zavala
Rob Sewell y Alan Woods han escrito el libro En Defensa de Lenin ¿Cuál es la justificación de un libro entero para hablar de un personaje de la historia? Bueno, esto se responde cuando el personaje se trata de Lenin, el hombre que enfrentó a la burguesía mundial, la derrotó y mostró el camino para terminar con su dominio mundial. Ante este escenario es indiscutible el odio feroz que la burguesía le tiene a la memoria de Lenin, solo comparable con el odio y temor que le tienen a la memoria de Marx.
La razón del libro es poder dar una versión completa de la vida de Lenin, pero no desde la perspectiva de la burguesía y sus intentos de sepultar su imagen con una montaña de mentiras y rumores; sino ofrecer un recorrido histórico de cómo surgió verdaderamente aquel hombre que se atrevió a enfrentarlo todo y nadar contra corriente en pro de una convicción firme: la revolución socialista internacional.
Debemos de sumar a esta justificación poder brindar a la militancia marxista revolucionaria una versión distinta de la que ofrece el estalinismo. Esta versión plantea, desde el comienzo hasta el final, a un Lenin que aparece como una especie de mesías, al que todos los fieles siguieron en el proyecto bolchevique, y del cual indiscutiblemente tuvo como heredero a Stalin. El libro nos permite ver que tan alejado de esta fantasía se halla la historia real.
En la presente reseña nos limitaremos a presentar el contenido del 1er tomo de En Defensa de Lenin, pues el libro es excesivamente rico en material que sería grosero resumirlo todo ahora. Pedimos al lector leer el siguiente número de RC para poder leer la reseña del 2º tomo.
Para poder comprender la historia de Lenin se hace necesario un recorrido en los movimientos revolucionarios que había en Rusia en el momento en que él nace y crece. El libro lo hace de manera extraordinaria al presentarnos el movimiento Naródniki, un movimiento que apelaba a los estudiantes a «ir hacia el pueblo» en referencia al campesinado Ruso. El principal promotor de estas ideas sería Nikolái Chernishévski, que en 1867 publicaría su libro ¿Qué hacer? Obra que tendría un gran impacto en el joven Lenin, al grado que en el futuro publicaría un libro con el mismo título.
Este movimiento, que buscaba generar conciencia al campesinado, terminó por dar surgimiento a Zemlya i Volya (Tierra y Libertad) en 1876, el cual planteaba que el método para generar esa conciencia era por medio de actos de terrorismo individual. Tres años después habría una escisión basada en una crítica a estos métodos, de dónde nacería el grupo Chernyi Peredel (Repartición Negra), que aclamaba por una propaganda a las masas. Al frente de éste se encontraría Plejanov. Este grupo no tendría un gran impacto, pero sería el comienzo para el acercamiento al marxismo. Junto a Plejanov se sumaron otros elementos como Vera Zasúlich, Pavel Axelrod o Leo Deutsch.
El hermano mayor de Lenin, Aleksánder Uliánov, había estado muy cercano a las ideas de los Naródnikis y particularmente a la corriente del terrorismo individual. Finalmente en 1887 fue arrestado en un intento fallido de asesinar al Zar y sería ejecutado. Este hecho marcaría profundamente a Lenin, tanto personalmente como en su formación política.
En 1883, Plejanov, tras haber asistido al 1er Congreso de la 2ª Internacional, decide fundar “El grupo para la Emancipación del Trabajo” en Rusia. Diez años después Lenin estaba culminando sus estudios en leyes, se comenzaba a formar en el marxismo, se muda a San Petersburgo y en 1894 conoce a Nadezhda Krúpskaya (su futura pareja de vida), con quien comenzaría a formar círculos marxistas. Es aquí cuando Lenin rompe finalmente con el narodnismo y publica su 1er obra relevante: Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas, donde culpa al narodnismo de degeneración oportunista pequeñoburguesa y llama a la revolución comunista.
En 1895 Lenin conocería a Plejanov y se sumaría al trabajo de construir un partido revolucionario en Rusia. También conocería a otro revolucionario en Rusia: Martov. Sin embargo, Lenin sufre su primer arresto y exilio en Siberia en 1897. Emplearía el tiempo para escribir su obra El desarrollo del capitalismo en Rusia.
En 1898, se llevaría a cabo el 1er Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR); sin embargo, sería disuelto por la represión zarista. Tras esto, Lenin concluye que es importante tener una estructura seria y centralizada para el partido, lo cual debería comenzar con una prensa del partido.
Al mismo, tiempo Lenin libra un doble debate, primero con Struve, quien impulsaría el “Marxismo legal” como un puente al liberalismo burgués; y también contra el “Economicismo” que planteaba como tema central la espontaneidad obrera en las huelgas y que la lucha debía limitarse a demandas puramente económicas y no políticas. Con esto, Lenin ve aún más importante contar con una prensa que pueda ser la línea política del partido, huye de su exilio, se reúne con Plejanov y juntos acuerdan publicar Iskra (La Chispa), la cual vería su primer número en 1900.
La orientación de Lenin para formar un partido serio en estos años se encuentra igualmente en textos clave como “¿Por dónde empezar?” (1901) y ¿Qué hacer? (1902), donde da una crítica directa al culto a la espontaneidad y, sobre todo, a la urgencia de profesionalizar al partido. Son en estos años donde Lenin desarrolla sus ideas sobre el centralismo y el papel de los revolucionarios profesionales en la construcción del partido de vanguardia. Lenin no veía que el partido debía sustituir a las masas revolucionarias, sino complementarlas, debía permitir unir todas las diferentes capas separadas que yacen en el proletariado y dirigirlas a la conquista del poder. Este era el papel del factor subjetivo.
Para Lenin, el partido era, en primer lugar, programa, perspectivas y método. Todo dependía de que se tuvieran las bases políticas y organizativas correctas. El partido debía basarse en la claridad teórica y oponerse vehemente a todo oportunismo de ideas ajenas.
En 1903, producto del éxito de Iskra, se realizó el Congreso Fundacional del partido. Sin embargo surge la primera escisión que se manifestaría entre los “duros” y los “blandos”, referencia a la posición del partido en torno a los liberales, así como la vieja mentalidad de pequeño círculo y los lazos personales. Aquí podemos ver la semilla de la futura división entre Bolcheviques y Mencheviques. También se presenta la diferencia con respecto a la definición de un militante, esto entre Lenin y Martov. Este último buscaba un partido más amplio, donde cualquier elemento que simpatizaba con la causa pudiera ser miembro bajo la dirección del partido. Para Lenin, un militante sólo sería aquel que se suma íntegramente a la construcción del partido y se entrega a ello.
Sumado a esto, Lenin lanza un ataque frontal al nepotismo e indolencia para terminar con el ambiente “familiar”. Plantea la salida del comité de redacción de varios viejos que ya no jugaban ningún papel real como Axelrod y Zasúlich. Martov se opone totalmente a ello y junto con Plejanov dejan a Lenin en un aislamiento. Ante ello, Lenin ve necesario una nueva dirección y convoca a un Congreso donde la escisión de la fracción Bolchevique se convierte en una realidad.
Lenin recibe ataques de todas direcciones, incluida la II Internacional y de personajes como Luxemburgo, quienes lo culpan de un exceso de centralismo. Sin embargo Lenin dejó claro que la escisión no tenía nada que ver con el grado de centralismo, sino con el oportunismo organizativo, es decir, la lucha entre el espíritu de círculo y el espíritu de partido.
Con el estallido de la revolución de 1905, Lenin llamó a romper con las rutinas y se lanzó contra los “hombres de comité”, pidió poder al partido en pie de guerra e ir a la juventud. En el III Congreso, plenamente Bolchevique, se opuso enérgicamente a los rasgos burocráticos y sectarios, exigiendo que el partido se abriera a los obreros jóvenes. Ante esto Lenin queda en minoría con un nuevo revolucionario: Bogdánov.
En estos años de revolución, las diferencias con los mencheviques ya no eran solo organizativas, sino también políticas. Lenin escribe su obra Dos tácticas en la socialdemocracia en la revolución democrática. Ambas posturas coincidían que las tareas de la revolución en Rusia serían burguesas, terminando con el rezago feudal y dando pie al desarrollo industrial, pero discrepaban en cuál sería la clase que dirigiría la revolución. Para los mencheviques sería la burguesía liberal, mientras que para los bolcheviques sería el proletariado.
Lenin levantaría la consigna de: «dictadura democrática-revolucionaria del proletariado y el campesinado», con la cual llamaba a que fuera el proletariado junto al campesinado a impulsar la revolución, terminar con el zarismo e instaurar un gobierno provisional que termine con las tareas democráticas pero sin tocar aún las bases del capitalismo.
El 26 de octubre de 1906 se fundó el Soviet de San Petersburgo, en medio de la revolución y como manifestación del poder obrero. Lenin y Trotski verían en ello “el embrión del gobierno revolucionario”; sin embargo, el resto del partido Bolchevique no lo vería así, sino que tomarían una posición sectaria ante los soviets, viéndolos como rivales del partido. Este planteamiento sería impulsado por Bogdánov. Lenin comenzaría una intensa campaña contra este sectarismo a lo interno del partido.
El IV Congreso del POSDR, celebrado en abril de 1906, sería conocido como: “El congreso de la unidad”, pues estarían presentes ambas fracciones. Sin embargo las diferencias no disminuyeron, sino que se incrementaron. Una de ellas surge al respecto de la participación dentro de la Duma. El congreso con una mayoría menchevique aprueba la participación en ella, sin embargo, tras las votaciones la Duma queda dominada por los Cadetes (“Revolucionarios Constitucionalista” – Burgueses liberales). Ante esto, los mencheviques comienzan a tener alianzas con estos justificándose en un “gobierno responsable”. Lo que había realmente detrás de ello era liquidar por completo al partido clandestino y fundirlo en la legalidad burguesa zarista.
Ante esto, Lenin daría una nueva batalla irreconciliable contra el oportunismo de los liquidadores del ala derecha menchevique, esto se ve en su artículo “La crisis del Menchevismo”.
A partir de 1907 comienza una época de reacción violenta en Rusia tras la derrota de la revolución. En estas condiciones, Lenin señaló la importancia de saber emplear hasta la más mínima herramienta y oportunidad para construir el partido, incluyendo los medios legales. Esta posición se enfrentaría al surgimiento de tendencias ultraizquierdistas dentro de los Bolcheviques que llamaban al boicot de la Duma.
Esta posición ultraizquierdista sería defendida por Bogdánov, Lunacharski y Krasin, a los cuales se les conoció como los ultimatumistas. Años después, cuando resurgieron estas tendencias en la tercera internacional, Lenin recordó estas batallas contra los ultimatumistas en su libro La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, donde llamó a evitar caer en «revolucionarismo pequeñoburgués» y en su lugar saber combinar hábilmente métodos tanto legales como ilegales.
Lenin daría un combate a estas ideas con su libro La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, donde llamó a evitar caer en «revolucionarismo pequeñoburgués» y en su lugar saber combinar hábilmente métodos tanto legales como ilegales.
Con los mencheviques sumergidos en el oportunismo de los liquidadores y los bolcheviques perdidos en el ultraizquierdismo de los ultimatumistas, Lenin quedó aislado. Pero, en lugar de ceder, decide dar un enfrentamiento tanto a los liquidadores de derechas como a los de izquierdas, insistiendo en la importancia de la claridad ideológica y en una línea de principios.
Estos años de reacción se manifestó también dentro de la intelectualidad, donde empezaron a surgir filosofías reaccionarias de corte idealista subjetiva, como fueron las ideas de Mach y Avenarius que planteaban el empiriocriticismo para conocer el mundo natural únicamente a partir de la «experiencia pura». A estas ideas de la intelectualidad pequeño burguesa se sumarían personajes como Bogdánov, Lunacharski y Gorki.
Entre 1908 y 1909 Lenin escribiría, en respuesta a estas ideas erróneas, Materialismo y empiriocriticismo, Comentarios críticos sobre una filosofía reaccionaria. En él, Lenin, defendería ferozmente al materialismo por sobre el idealismo subjetivista. Los ultimatumistas se unirían a los empiriocriticistas y culparían a Lenin de bolchevismo de «derechas».
Lenin mantendría el combate a estas ideas y finalmente, en la conferencia de Praga en 1912, daría un paso decisivo para establecer al Bolchevismo como un partido independiente expulsando tanto a los liquidadores como a los ultimatumistas. Pravda pasa a ser el periódico del Partido Bolchevique. Con la salida de viejos bolcheviques, como Bogdánov o Lunacharski, Lenin se comienza a apoyar en nuevos elementos como serían Kámenev y Zinóviev.
En 1914 estalla la 1a GM, con la cual se presenta el colapso de la II Internacional dirigida por Kautsky y su degeneración social chovinista que traicionaba por completo el internacionalismo. Ante esto habría una oposición internacionalista donde se ubicaron revolucionarios como Trotski, Luxemburgo, Liebknecht y Lenin.
Los escritos de Lenin entre los años de 1914 a 1917 se trataron sobre cuestiones teóricas especialmente en la naturaleza de la guerra imperialista y la traición de la II Internacional. Uno de los debates más importantes surgiría con respecto a la cuestión nacional, donde Lenin, en su obra Sobre el derecho a las naciones a la autodeterminación, respondería a las críticas «izquierdistas» de Bujarin, Pyatakov y Rádek que planteaban que bajo el capitalismo era inalcanzable la autodeterminación.
Otra obra sumamente importante que Lenin escribe en este periodo será El imperialismo, fase superior del capitalismo, donde no solamente estudia la naturaleza del imperialismo sino que también crítica la posición de Kautsky que veía en el imperialismo nada más que una forma particular de política exterior, y posteriormente sus ideas antimarxistas del supuesto «ultraimperialismo».
Finalmente en 1917 estalla la revolución en Rusia iniciada por obreras textiles el 8 de marzo. La conocida Revolución de febrero derrocaría al Zar y daría paso a un periodo sumamente revolucionario en toda Rusia. Ante esto el partido Bolchevique era apenas unos 8,000 en toda Rusia, además de que sus principales dirigentes se encontraban en el extranjero, en el exilio o arrestados. Los pocos elementos que se encontraban en Rusia al estallar la revolución fueron excesivamente cautelosos y en lugar de fomentar e impulsar las huelgas, instaron a la moderación temiendo por enfrentamientos sangrientos.
Así mismo decidieron levantar la vieja consigna de 1905 sobre el gobierno provisional de la dictadura democrática. Sin embargo esta consigna ya había sido rebasada. Primero porque ya existía un gobierno provisional de este tipo representado por Kerensky, pero también porque los obreros recurrieron a la experiencia de 1905 y formaron Soviets de diputados obreros y tomaron el control de varias ciudades como Petrogrado o Moscú.
La revolución, tal y como habían dicho Lenin y Trotski, fue impulsada y dirigida no por la burguesía, sino por el proletariado contra la voluntad de la burguesía. Sin embargo, bajo la dirección menchevique se le entregaron los resultados de la victoria a la burguesía por medio del gobierno provisional. Los mencheviques leales a su teoría de las dos etapas creían que era necesario que la burguesía dirigiera el proceso en esta etapa. Los bolcheviques en Rusia coincidieron con esta visión etapista, entre ellos Stalin.
Lenin que se encontraba en el extranjero comienza un combate férreo a estas posiciones conciliadoras y traidoras a la causa, llama a terminar todo apoyo al gobierno provisional e impulsar la revolución socialista internacional, esto por medio de sus Cartas desde lejos y en Las tesis de Abril. A su llegada a Rusia es recibido por una férrea oposición a sus ideas dentro del partido Bolchevique, oposición encabezada por Kámenev y Stalin quienes defendían las posturas que el propio Lenin impulsó en 1905. Ante esto Lenin escribe las Cartas sobre táctica, donde declara que la teoría marxista no es un dogma, sino una guía para la acción, atacando así a los que se aferraban a fórmulas anticuadas superadas por los hechos. Argumentó enérgicamente que era necesario romper con esa inercia teórica y el rutinismo ideológico. «El viejo Bolchevismo debe ser descartado».
Lenin era una ínfima minoría en la dirección del partido, pero se dirigió a sus bases obreras, y, con la explicación paciente, les ganó. Finalmente, en la Conferencia de Abril Lenin ganaría la mayoría, triunfo que encauzaría al partido hacia la Revolución de Octubre.
Trotski llegaría a Rusia del exilio el 4 de mayo de 1917, coincidiendo por completo con Lenin en sus ideas expresadas en las Tesis de Abril, donde la Teoría de la Revolución permanente se manifiesta con notoria concordancia. A partir de entonces los caminos de Lenin y Trotski coincidirán plenamente en un mismo objetivo: la revolución socialista internacional.
Como se ve en este 1er Tomo del libro, la esencia de Lenin era la claridad ideológica, por encima de todo. Lenin siempre defendió, incluso en total aislamiento, las ideas correctas del marxismo como sustento para la construcción del partido. Pero al mismo tiempo Lenin sabía que la teoría no debía degenerar en dogma, sino que debería ser una guía para la acción que cambiaba en cada contexto concreto, es decir, saber aplicar la táctica revolucionaria correcta. Este puente de la teoría a la práctica por medio de la táctica es lo que permitió a Lenin formar el partido Bolchevique que, como veremos en el siguiente tomo, llevaría al proletariado al poder y haría temblar a la burguesía mundial. Un crimen que hasta hoy no le perdonan.
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