Escrito por Carlos Aguilar
Una fábrica textil de cuatro pisos colapsó durante el sismo con todos los trabajadores dentro, miles de personas se han concentrado desde primera hora para las labores de rescate y acopio de víveres, a continuación publicamos un informe de un compañero integrante de La Izquierda Socialista que ha participado activamente en las labores de rescate en esa zona. Ante la tragedia la solidaridad ha desbordado las calles, el apoyo entre la clase obrera se demuestra incluso en estos momentos difíciles.
El día 19 de septiembre del presente año, un terremoto sacudió a la Ciudad de México, justo en la conmemoración de otro que en el año del 85 había puesto a prueba al pueblo de México.
Ambos arrasaron con enormes estructuras no importando las vidas que pudiera arrancar, el día 19 sin duda fue un caos total en la Ciudad de México, entre la confusión de la gente y la incapacidad del estado para reaccionar a un desastre natural de tal magnitud.
Sin duda en estos momentos, es cuando la solidaridad de la gente sale a relucir no importando su estatus, su nivel de estudio, ideología política o creencia. Espontáneamente se empezaron a formar brigadas de apoyo de voluntarios, desde estudiantes, trabajadores y hasta personas mayores que lo único que los movía la solidaridad para rescatar a personas que se encontraran atrapadas en los escombros, de diferentes partes de la ciudad y área conurbada.
En los estudiantes del politécnico la reacción no se hizo esperar, fiel al lema de la “técnica al servicio del pueblo”, jóvenes se dieron cita en sus centros de estudio para conformar brigadas de apoyo, una de ellas se dio cita en el área de Zacatenco frente a la biblioteca central. Sin esperar el llamado de alguna autoridad se organizó una primera brigada de 100 personas aproximadamente que llego con algunos cascos, palas, víveres para ayudar de alguna manera.
Primeramente, se dirigió al zócalo para de ahí partir a apoyar a dos puntos, uno de ellos en Calle de Bolívar esquina con Chimalpopoca.
En este lugar se ubicaba una fábrica textil, donde el edificio colapso completamente, quedando atrapados trabajadores de la misma.
El ambiente en la calle era de solidaridad, muchos jóvenes se dieron cita, amas de casa y trabajadores, con el objetivó claro de remover los escombros y salvar vidas. Con manos, cubetas, costales y los carritos de una Bodega Aurrera que se encontraba en frente, se las ingeniaron para remover escombros, no importaba si no se contaba con la protección para poder realizar estas tareas, el sentimiento por querer ayudar era más grande. Se realizaron filas para ir pasando rocas, láminas, pedacearía de metal y remover los escombros.
En la tarde Osorio Chong, Secretario de Gobernación llegó al lugar de los hechos, la respuesta del pueblo fue de repudio, con el coraje en su corazón repudiaron su visita y le abuchearon. El pueblo no iba a permitir que esta desgracia se convirtiera en un trampolín político para uno de los presidenciables del 2018.
El mismo sentido ocurrió cuando los cuerpos policiacos (Cuerpo de Granaderos, Policía Federal) quisieron llegar a tomar el control de la situación, la incapacidad de estos los hizo formar barricadas para evitar que la gente que seguía llegando a ayudar pudiera hacerlo, este hecho estuvo a punto de provocar un conato de conflicto. Debido a que muchos granaderos se la pasaban tomando café, comiendo.
Esto provocó la ira de la gente que quería apoyar, ya que cuestionaban el papel que estaban jugando “Ni ayudas, ni dejas ayudar”, se les cuestionaba a estos. En un tono sarcástico y altanero respondieron a estos cuestionamientos. Cabe mencionar que el uniforme de los granaderos seguía impecable, sin ensuciarse en las labores de rescate.
Otro hecho que causó indignación fue la labor de Televisa que junto a su camarógrafo provocaron que los trabajos se entorpecieran, ya que por querer tener la mejor toma se atravesaban a la gente que venía cargando y removiendo escombros, incluso gozaron de la complicidad de la policía de la Ciudad de México para entrar y salir las veces que fuera necesario a hacer su tarea “periodística”.
De este último hecho, es notable la actitud del pueblo, de desprecio y coraje, en cada palabra que lanzaban en su contra, criticando a la reportera y a tan afamada televisora.
Estos hechos demuestran que la auto organización del pueblo y la clase obrera es más grande, tan grande que no necesita de gobernantes e instituciones que nunca han estado de su lado. El pueblo es capaz de salir adelante codo a codo, luchando por lo que quiere. En estos días la lucha es por rescatar a todos los que se encuentren debajo de los escombros. La clase trabajadora, no descansará hasta agotar todas las esperanzas de vida.
El 20 de septiembre continuamos con nuestras tareas
El día 20 la misma tónica se dio en muchas partes de la ciudad, centros de acopio improvisados en casas, negocios, y parques fue la nota del día. Miles y miles de personas sumándose en tareas de recolección de víveres y su repartición. A pie, en bicicletas, en motos y carros se llevaron muchas de esas tareas.
Algunos transportaban víveres de un centro de acopio a otro, llevando medicamentos a zonas de derrumbe y a albergues, se respiró por completo la organización del pueblo.
En monterrey 232, en la colonia roma, se montó un centro de acopio en la Facultad de Cine. Donde llegaron miles de víveres y cientos de voluntarios, que a pesar de la lluvia no pararon por recolectar víveres y acomodarlos para posteriormente fueran enviados a otros centros. También ya se preparaban algunas camionetas con salida a Morelos.