(Managua, 9 de diciembre de 1948) poeta, novelista y activista nicaragüense.
La poesía es un tipo de discurso, pero no cualquier discurso, es uno radical, que transgrede y evidencía las limitaciones del lenguaje escrito, por lo que busca configurar imágenes con palabras y para esto la polisemia es bastante útil. En está ocasión compartimos algo de Gioconda Belli, quien además de poeta fue militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) donde ocupó un cargo en la comisión política. Sus poemas transgreden no sólo al tradicional lenguaje, sino que incluso deja diferentes posiciones al respecto de lo que ella plantea debe ser el feminismo, y la lucha de la mujer. Su obra va construyendo la propia identidad femenina en su proceso de concientización feminista, que lucha por inscribirse como sujeto social y discursivo dentro de contextos claramente patriarcales.
Fanny casillas
Huelga
Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.
Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.
Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.
Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.
Gioconda Belli.
Nueva tesis feminista
¿Cómo decirte
hombre
que no te necesito?
No puedo cantar a la liberación femenina
si no te canto
y te invito a descubrir liberaciones conmigo.
No me gusta la gente que se engaña
diciendo que el amor no es necesario
-‘témeles, yo le tiemblo’
Hay tanto nuevo que aprender,
hermosos cavernícolas que rescatar,
nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado.
A nombre propio declaro
que me gusta saberme mujer
frente a un hombre que se sabe hombre,
que sé de ciencia cierta
que el amor
es mejor que las multi-vitaminas,
que la pareja humana
es el principio inevitable de la vida,
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre;
lo amo
con todas sus debilidades
y me gusta compartir con su terquedad
todo este ancho mundo
donde ambos nos somos imprescindibles.
No quiero que me acusen de mujer tradicional
pero pueden acusarme
tantas como cuantas veces quieran
de mujer
El hombre que me ame
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer la que anida en mí,
la golondrina
transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mi
la hamaca para descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con nuestra vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.
VII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
VIII
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
podrá gritar: te amo.
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.
IX
El amor de mi hombre
no querrá rotularme o etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
X
Y yo a cambio le daré a mi hombre
reposo, en sus guerras,
y en sus marejadas, calma.
le pondré sonrisas a sus enfados
y mi regazo será su cuna en sus silencios.
seré siempre su escalera firme,
cuando quiera subir al paraíso,
y no podrá jamás contar mis besos
porque serán eternos en mis labios
para él.
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