El grupo base Puebla tiene aún pocos compañeros en la universidad, actualmente contamos con siete camaradas contactos, –cinco de los cuales se integraron gracias a los esfuerzos durante la reciente huelga de la universidad–. A nuestras fuerzas limitadas, se suma una serie de prejuicios apolíticos entre los estudiantes durante las primeras dos semanas del paro, lo que dificultó inicialmente un trabajo revolucionario. A pesar de ello, nos mantuvimos firmes, participando en actividades organizativas dentro del movimiento, uniéndonos a las guardias en las puertas, movilizando insumos dentro de las instalaciones y participando en charlas de planeación interna.
La conciencia se desarrolla en la lucha, y conforme avanzó el movimiento, notamos un cambio cualitativo en la actitud de los camaradas paristas; por ello decidimos intervenir con un conversatorio titulado “Huelga del 68. ¿Que hicieron bien? ¿Qué podemos hacer mejor?”. Esta actividad fue un rotundo éxito, particularmente considerando que solo la semana anterior a nuestra intervención otra organización autodenominada comunista mostró su apoyo al movimiento y fue amedrentada hasta el punto de ser expulsada de las instalaciones. Sin embargo, nosotros al formar parte integral de la lucha, no corrimos con esa suerte, más bien, lo contrario. A la actividad asistieron cuatro estudiantes interesados y motivados en buscar alternativas ante las limitadas opciones que nos presenta el sistema, destacando la presencia de una camarada que llegó desde CU-2 (plantel ubicado en la periferia del área conurbada, aproximadamente a 40 minutos de distancia).
Durante el conversatorio se platicó sobre el legado histórico de los movimientos estudiantiles y su importancia para entender los acontecimientos actuales. Es de destacar las conclusiones adelantadas a las que pudieron llegar los camaradas frente a los planteamientos realizados. Se expresó la necesidad de construir organizaciones estudiantiles independientes de las autoridades y el Estado, así como la importancia de formar cuadros políticos capaces de asimilar las lecciones de la historia para intervenir con mayor claridad estratégica en coyunturas como la reciente huelga.