Publicamos a continuación esta colaboración enviada desde Ciudad Juárez, puedes escribirnos a contacto@marxismo.mx
El desconocimiento de las personas los hace vivir en una burbuja. El tema de la manifestación de miles de mujeres el viernes 16 de agosto en la CDMX, fue motivo de muchas críticas, sacando a reducir que hay un país más polarizado que nunca y esa polarización la debemos a ciertos grupos anti-derechos que se han dedicado a expandir la cultura de odio y desprecio hacia la mujer.
Como diría la película V de Vendetta (2005) “los ideales son aprueba de bala”. Es así como las mujeres nos están dando una lección de valentía ante lo que ya perdimos en la colectividad: la esperanza de un verdadero cambio. Si no estuvieran pasando los lamentables hechos que las vulneran, las lastiman, no habría necesidad de manifestarse e incluso de hacer destrozos. Pero son muchas ya las historias de sufrimiento y esto debe parar. Es de reflexionar, poner en tela de juicio la discusión filosófica de darle más importancia a las cosas materiales que a la integridad humana.
Mientras los mecanismos institucionales estén manejados por personas que ignoran los derechos humanos, mientras no se cumplan los protocolos especializados en tratar la violencia de género, mientras no se hable con la verdad, las cosas se Irán al carajo. El artículo primero de nuestra constitución es tajante en decir que siempre se estará atendiendo al principio pro hominne, esto quiere decir al principio pro persona siempre teniendo en cuenta los derechos humanos, que le darán el mayor beneficio a los ciudadanos, esto no lo estamos viendo así. Hay discriminación es no que no quieren aceptar, hay odio es lo que no quieren admitir.
Una constante en la descalificación hacia las mujeres es que existen mucho más homicidios de hombres, es cierto los existen por razones que al igual no comprendo, pero lo esencial aquí que a una mujer la matan la vulneran por miedo, diría Eduardo Galeano en un video: “El miedo de la mujer a la violencia del hombre, es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”, es ese pavor, es esa cultura, es esa educación la que ha fallado y ha generado seres tan despreciables y muy peligrosos que atentan contra las personas.
Nos han dicho que las cosas superficiales son más importantes que los humanos y es ahí el problema. Este falaz sentido de competencia que se ha incrustado y ha hecho olvidarnos de nosotros. El problema es que el status quo es el que impera los gobiernos, las policías, los centros educativos, comprende un todo en general.