Escrito por: Adrián Alvarado
Para un sector importante de la población las elecciones en México son procesos altamente cuestionados y que en la mayoría de los casos se han manipulado los resultados o la voluntad de la población, al momento de elegir los gobernantes o los llamados representantes públicos. También es evidente que el llamado ejercicio democrático, en nuestro país, solo ha servido para validar a los candidatos o propuestas de partidos que estén de acuerdo en cumplir al pie de la letra el programa político de la burguesía; ante cualquier intento por cambiar ese postulado se ha optado por escandalosos fraudes electorales.
Si bien existe mucho escepticismo respecto a los procesos electorales, cuando el pueblo trabajador ha decidido participar activamente para cambiar el rumbo de la política por esta vía, nos hemos encontrado ante una participación política activa y movilizaciones en las calles como fue en los de 1988, 2006 y 2012.
La debilidad de la burguesía para mantener su dominación e imponer gobiernos acordes a sus intereses se demuestra en las últimas décadas, de las últimas cinco elecciones presidenciales en tres se ha tenido que recurrir a escandalosos fraudes electorales, los cuales pudieron ser derrotados si se hubiera llevado la lucha hasta el final, no podemos culpar al pueblo y los trabajadores de no haber luchado en las últimas décadas.
Nuevamente este año, 2018, se presenta una nueva elección federal, las encuestas favorecen nuevamente al candidato del la alianza «Juntos Haremos Historia» (Morena, PT, Encuentro Social), la derecha está sumamente decidida reflejando la crisis económica y política del sistema. Sin embargo creemos que no debe existir ningún tipo de confianza en el Estado y sus instituciones, el peligro de un nuevo fraude electoral es latente, debemos estar alerta y preparados para la movilización en las calles.
1988, el sistema se cayó
En el imaginario popular el principal villano y enemigo del pueblo mexicano es y seguirá siendo Carlos Salinas de Gortari, el cual fue impuesto como presidente en el periodo de 1988 a 1994, durante su período presidencial se profundizó el llamado neoliberalismo, se privatizaron cientos de empresas públicas y se atacaron los derechos laborales y sociales.
Previo a la elección presidencial de 1988, vivimos importantes movilizaciones sociales que pusieron en jaque la dominación del PRI gobierno.
El movimiento estudiantil de 1968, la insurgencia sindical y el nacimiento del sindicalismo independiente que se dio durante la década de los setentas fueron algunos de los embates sobre el control corporativo del Estado y el PRI sobre el movimiento obrero y popular; las movilizaciones populares tras la incapacidad del Estado de ofrecer soluciones rápidas ante el terremoto de 1985, puso en jaque a toda la estructura del Estado y del PRI particularmente en la ciudad de México; también recordemos que en 1986-1987 se vivieron importantes movilizaciones estudiantiles en dos de las principales escuelas de educación superior del país: el IPN y la UNAM.
A lo interno del PRI un sector desplazado por los tecnócratas neoliberales, realizaron una serie de acciones que conformarían la llamada “Corriente Democrática”, quienes rompieron con el partido tras ser excluidos de las candidaturas en 1988. Cuauhtémoc Cárdenas decidió lanzarse de manera independiente a la presidencia y el movimiento de masas utilizo esa vía para expresarse. Durante la campaña electoral se desarrollaron importantes mítines de masas, particularmente en la región de la Laguna, en el Distrito Federal y Michoacán, la esperanza de cambio se apoderó de un sector importante del pueblo y los trabajadores, por primera vez en décadas se veía una posibilidad real de sacar al PRI del gobierno y tomar el destino en sus manos, esto prendió los focos de alarma de la oligarquía mexicana.
No hay datos precisos de la elección presidencial, lo que se sabe es que en la noche de la jornada electoral de ese año cuando se realizaba el conteo de los votos y cuando se observó que en los grandes Estados la votación no era favorable para el PRI, mágicamente el sistema de cómputo de los votos falló, posteriormente el presidente del PRI declararía ganador a su partido y a Carlos Salinas de Gortari, no debemos olvidar que en estos acontecimientos Manuel Barlett entonces secretario de gobernación jugó un papel primordial en la famosa caída del sistema.
El Frente Democrático Nacional, que postulaba a Cárdenas, logró contabilizar por medio de sus representantes de casilla una buena cantidad de sabanas electorales, y la suma total le daba un triunfo contundente.
Tras el fraude miles de personas se lanzaron a las calles, dispuestas a enfrentar y terminar por cualquier vía con la dominación del PRI, también algunos compañeros han de recordar el discurso aquel donde Cárdenas habló frente a miles de personas y expresaba que ya no era su candidato. El pueblo estaba dispuesto a una lucha decidida y frontal, no podemos decir lo mismo de un sector del FDN.
Las movilizaciones populares pudieron haber derrotado al régimen, en algunas zonas las bases campesinas del FDN estaban dispuestas a un enfrentamiento directo con el régimen, esta movilización se canalizo para conformar el Partido de la Revolución Democrática, que en un primer momento nació con una gran base popular y como una alternativa ente el PRI gobierno.
2006 haiga sido, como haiga sido
La figura de Andrés Manuel López Obrador se fue fortaleciendo al interior del PRD, tras la adaptación de varios de sus dirigentes al Estado y al sistema, desde sus inicios el partido tuvo en su seno tendencias que buscaban una colaboración con el régimen, lo cual fue más notorio en el último periodo. La figura de AMLO emergió como un dirigente no corrupto y que por lo menos escuchaba y estaba cercano un poco del pueblo, frente a los gobiernos corruptos, lo cual se vio fortalecido por su gestión al frente de la Ciudad de México.
Nuevamente las voces de alarma se encienden entre sectores de la oligarquía, que intentan bloquear ese avance de la izquierda electoral. En 2004, en los sucesos del desafuero, mediante argucias legales intentan llevar a juicio a AMLO y desaforarlo, lo que desata movilizaciones políticas en su defensa y contra la intentona de la derecha de cerrar el paso. En lugar de debilitar, el vínculo entre AMLO y las masas populares se amalgama producto de las movilizaciones y el triunfo sobre la derecha.
Previo a las elecciones vivimos importantes procesos de movilización por parte de los trabajadores: las huelgas mineras, la insurrección en Oaxaca y la conformación de la APPO, había confianza en la posible derrota electoral, sobre el partido en que se apoyaba la burguesía el PAN.
Lo cerrado de los resultados oficiales, demuestran que los resultados favorecieron a la izquierda de manera clara, se habla que no se contabilizaron 3 millones de votos a favor de AMLO, aun y a pesar de los intentos de la burguesía y sus partidos para evitar el triunfo el día de la jornada electoral, millones salieron a votar. Nuevamente los poderosos movieron todos sus hilos para evitar el triunfo electoral de la izquierda: empresarios, banqueros, el PRI, el PAN, instituciones del Estado, ejército, medios de comunicación y hasta sectores de la iglesia se unieron para legitimar la imposición de Felipe Calderón y el fraude.
Las movilizaciones populares sacudieron el país durante 2 meses, la mayor movilización política en la historia del país se desarrolló en 2006, sectores importantes del movimiento nuevamente estaban dispuestos a un enfrentamiento directo para evitar la consumación de la imposición, las asambleas populares, el plantón, las movilizaciones fueron una escuela política para cientos de miles de personas, veteranos y jóvenes tomaron la decisión de cambiar el rumbo de la sociedad en ese momento.
La gran lección: los intereses de la oligarquía que impulso el fraude electoral, están contrapuestos a la de los trabajadores y masas populares, ellos están dispuestos a imponer su proyecto hasta las últimas consecuencias, la imposición se consumó el 1 de Diciembre, a pesar de la entrega, de la valentía y el arrojo de miles de personas la consumación de los fraudes se ha llevado acabo.
2012, un presidente de telenovela
Tras el desgaste del Partido Acción Nacional en el gobierno, los destacamentos fundamentales de la clase dominante optaron por una nueva alternativa: decidieron el retorno del PRI al gobierno y como principal actor de su plan al entonces gobernador del Estado de México: Enrique Pena Nieto, quien ante falta de talento e intelecto, generaron un plan para que este personaje tuviera una presencia masiva y constante en los grandes medios de comunicación, pensando que eso era suficiente para ganar las elecciones de 2012 y asegurar otro sexenio de políticas acorde a sus intereses.
El plan parecía funcionar, la campaña se desarrollaba de manera esperada, los medios daban una victoria aplastante al entonces candidato del PRI, para añadirle otro elemento a la telenovela, falsamente presentaron al candidato de la izquierda en un lejano tercer lugar.
Pero la telenovela se cayó tras la visita de Pena a la Universidad Iberoamericana, miles de jóvenes se lanzaron nuevamente a la calle para impedir el retorno del PRI, el surgimiento del movimiento #YoSoy132 acabó con las esperanzas de que por medio de la promoción en los medios de comunicación fuera suficiente para que el PRI retornara a la presidencia.
Las protestas perseguían al candidato, además en diversos foros el candidato de telenovela y la demostró de que estaba hecho: incapaz de argumentar, de pensar, de articular incluso algunas frases en sus discursos e incluso de leer, la imagen y la telenovela se desplomaba.
Las movilizaciones juveniles y la subida exponencial en las preferencias electorales del candidato de la izquierda (algunos analistas, incluso sostienen que AMLO rebasó a Peña en las preferencias a finales del mes de Mayo) hicieron que la clase dominante optara por un plan B: la compra masiva de votos y nuevamente el fraude electoral.
Es de conocimiento general que recursos millonarios se destinaron a comprar millones de votos en 2012, participaron activamente empresarios, banqueros, medios de comunicación, e incluso el crimen organizado, la imposición se consumó. Nuevamente miles en las calles, particularmente jóvenes y nuevamente la fundación de un partido, Morena, como una alternativa de izquierda.
Lecciones
Tras el fraude electoral de 1988 vivimos la larga noche del salinismo, la imposición de 2006 hundió al país en una ola de violencia padecemos las consecuencias, se desmantelaron muchos derechos sociales y laborales, y ahora vivimos en carne propia las duras consecuencias del retorno del PRI en el 2012.
En las tres ocasiones se ha salido a luchar masivamente, en las tres ocasiones el fraude se ha consumado, la oligarquía está decidida a impulsar su proyecto y por alguna razón particularmente por la visión o falta de decisión de un sector del movimiento los fraudes no han sido derrotados.
Desde hace mucho tiempo, particularmente desde la fundación del PRD, se ha defendido un programa político proveniente de la Corriente Democrática, vinculada al PRI y el objetivo de la lucha se ha enmarcado en los ámbitos de la democracia, la lucha por reformas y un estado de bienestar, sin cuestionar de fondo la base económica política y social de la dominación política de la clase dominante, el origen de la desigualdad y la explotación.
Con la entrada de una nueva generación a la lucha se presenta la oportunidad de la refundación de la izquierda, creemos fundamental debatir que nuestra lucha se enfoque, además de lo que hemos hecho hasta ahora, a combatir y profundizar nuestras táctica y estrategia a los que representan el poder del dinero y las multinacionales: la burguesía y el capitalismo. No puede haber democracia real y un futuro digno de llamarse así, para los trabajadores, el pueblo y la juventud bajo este sistema.
La construcción de una izquierda socialista, anticapitalista y revolucionaria vinculada a la lucha de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres, a las luchas sociales, populares y de la clase trabajadora es más necesaria que nunca.