Como era de esperarse, a causa de las constantes represiones, abusos y muertes cometidos por la Policía Nacional contra los manifestantes, (sumado a que el movimiento no tiene una dirigencia con una perspectiva clara y revolucionaria que los guíe a la unidad para lograr acabar con esta dictadura) el movimiento en el Perú ha decaído. Mientras que la clase dominante del país sabía que tarde o temprano las marchas iban a entrar en un punto de reflujo, desde un inicio se atacó a la población con toda la represión posible y, al no tener el grado de organización deseado, tuvieron que replegarse. Los hermanos de provincia regresaron a sus lugares de origen y luego vino el fenómeno climático de El Niño y el ciclón Yaku.
La toma de consciencia en el movimiento no se desarrolla al mismo ritmo, y en el norte parecían hacer de oídos sordos hacia el llamado a unirse a las protestas, desestimando la lucha popular e ignorando el llamado a la unidad; sin embargo, eso cambió cuando les tocó vivir en carne propia los maltratos, las injusticias y la indiferencia de este gobierno opresor e ilegítimo, pues al verse afectados por el fenómeno del niño, uno de los más fuertes en los últimos 10 años, la inoperancia de la usurpadora Dina Boluarte, la negación de recursos, la indiferencia en su actuar, en llevar apenas unas palas y picos, y decir: «no hay, no hay». Pero el Congreso destina a sí mismos millones de dólares en remodelaciones, en bufés, en compras innecesarias; a los damnificados de zonas adineradas del país reciben el apoyo total e incondicional de la policía, mientras que a la población más vulnerable del Norte se les discrimina y se les niega cualquier apoyo de maquinaria, sobre todo de bombas hidráulicas para retirar el agua y que se sequen las calles inundadas.
Como consecuencia de la negación del apoyo más la indiferencia, la población norteña se indignó, se unió e hizo un llamado a un paro general, mismo que tuvo una buena acogida por parte de diferentes regiones, pero no se logró el impacto que se deseaba.
Paralelamente a estas protestas y de las catástrofes naturales, en Lima se venía viviendo algo sumamente crucial: un sector de la prensa, algunos políticos y la prensa independiente buscaban por todos lados la tesis de maestría y doctorado de la infame fiscal Patricia Benavides, obtenida en tiempos récord según los registros.
Dicho grado lo obtuvo en una de las universidades que cuenta con un pésimo nivel académico del país, dicha universidad fue clausurada por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) en su momento, por no cumplir con los estándares de calidad en la educación. En esta universidad es donde obtiene de manera sospechosa su tesis, tanto de maestría como de doctorado, pero se niegan a presentarla para su análisis y escrutinio.
La abanderada en pedir las tesis para su revisión ha sido la congresista Susel Paredes, presentándose en diferentes medios. La crítica que se hace es que la tesis del presidente Pedro Castillo por lo menos estaba ahí, en físico para el análisis, para el debate, para la crítica, para lo que sea; en cambio la tesis de la fiscal Patricia Benavides no se encuentra. Y cuando se le exige dé una respuesta, hace caso omiso, oídos sordos y hasta el momento no ha presentado ninguna tesis, ni física, ni virtual que pruebe y fundamente sus supuestos grados académicos que son de suma importancia para alguien que ejerce el cargo como fiscal de la nación.
Pero no sólo es el tema de la tesis sino la de sus otros conocimientos académicos, por ejemplo, es requisito indispensable el dominio de dos idiomas para obtener estos grados y se ha demostrado que uno de los institutos en donde ella asegura haber obtenido sus estudios de inglés es en realidad una academia de cosmetología.
Otra curiosidad es que la fiscal asegura haber obtenido sus grados académicos en la universidad «Alas Peruanas» del hoy investigado Joaquín Ramírez, que en el 2011 fue secretario general del partido Fuerza Popular de la eterna candidata e investigada por lavado de activos Keiko Fujimori. Ramírez es un personaje oscuro en la política peruana, su familia tiene un conocido vínculo con el narcotráfico por lo que el ministerio público acaba de incautar sus bienes por un valor de mil millones de dólares por desbalance patrimonial.
Algo indignante que se ve, por ejemplo, si hacemos la siguiente comparación: Mientras a la hija de Pedro Castillo se le detenía por 9000 soles a este sujeto se le mantiene libre a pesar del origen desconocido de su fortuna (1000 millones de dólares). Joaquín Ramírez el actual presidente regional de la ciudad de Cajamarca, y al parecer goza de una impunidad privilegiada, goza de los amiguitos poderosos, goza de los cuellos blancos, así como de toda la mafia que parasita nuestro país. El que en algún momento fue el brazo derecho de Keiko Fujimori y el que hoy tiene a una sobrina de congresista y militando en Fuerza Popular, se pasea libremente por los canales de la prensa basura, prensa amarillista, dando su descargo intentando así lavar con ellos su imagen.
Otra de las particularidades de este caso resulta solo por mencionar, que hace ya más de 10 años se le investigó al hijo de exdictador Alberto Fujimori, Kenji Fujimori, por hallarse en uno de sus almacenes toneladas de cocaína. Hoy lo curioso resulta ser que a las avionetas que son propiedad de Joaquín Ramírez, si se les pudiera hacer un análisis entre avionetas-depósitos-almacenes-droga-capos-cuellos blancos-hermanitos del puerto-mafia. Todo tiene un hilo conductor, y es evidente que la mafia burguesa tiene sumido al país en esta desgracia.
Por otro lado, mientras lo ya expuesto pasa por los hermanitos cuello blanco, por el partido naranja, no podemos dejar de mencionar las últimas manifestaciones que se están dando por parte de organismos internacionales como Human Rights y la última declaración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en sus análisis y conclusiones demuestran que hubo un abuso de poder por parte de la policía hacia los manifestantes, que hubo fuego abierto, matanzas, represión desmedida, falta de investigación por parte de la ministerio público hacia las víctimas de estos atroces sucesos.
Por su parte la usurpadora Dina Boluarte ha declarado ante los informes de la Human Rights, minimizando los hechos alegando que es apenas una ONG y que su mandato sigue firme y no haría caso de lo que diga una ONG.
En lo que respecta a la CIDH en su última manifestación con los sucesos de las 70 víctimas en el país la señora Boluarte ha declarado que admite algunos puntos, pero ha puesto en duda los análisis sobre el abuso cometido y sobre las muertes. Mientras tanto, hace unas semanas un pasquín de derechas contrató a una encuestadora para saber quién podría ser el nuevo presidente en una eventual elección y el resultado sorprende a la misma derecha que da a Pedro Castillo como ganador tanto en primera como en segunda vuelta. Ante tal resultado, el pasquín optó por no publicar la encuesta que se acaba de revelar en un seminario con fuentes confiables.
En estas últimas semanas algo inaudito ha ocurrido, es más hasta se ganaría un récord Guinness, y es que actualmente tres expresidentes se encuentran en el mismo penal, se trata de: Alberto Fujimori, Pedro Castillo y Alejandro Toledo. Este último quien clama porque no lo dejen morir en prisión.
Tal vez serían cuatro, cinco o seis los exmandatarios que compartieran celda, pero como sabemos, Alan García cobardemente se quitó la vida de un tiro, también el aún hoy investigado Ollanta Humala quien estuvo bajo prisión preventiva y el último sería Pedro Pablo Kuczynski quien se encuentra con arresto domiciliario por la gravedad de su salud y por su avanzada edad.
Todo esto demuestra el estado putrefacto y fallido que es el Estado en el Perú y su clase dirigente. Hoy por hoy el anarquista Manuel González Prada se quedaría corto cuando en 1888 determinó «el Perú es un organismo enfermo, donde se aplica el dedo brota pus». Hoy me atrevo a decir que el nivel de decrepitud ha llegado a unos límites insostenibles, que ni las más agudas reformas planteadas desde Washington, ni las recetas del Banco Mundial ni mucho menos del Fondo Monetario Internacional (FMI) darán solución al caos generado durante más de 200 años de explotación y saqueo, todo lo contrario profundizarán aún más la crisis, sólo abuso, hambre, ignorancia y desempleo es lo generan sus recetas. Y cuánto más aún, es ingenuo pensar, que las más tímidas reformas que planteaba Pedro Castillo llevarían al país y a su clase trabajadora a ser dueño de su propio destino. Cuando una parte del cuerpo está gangrenada es necesario amputar esa parte para salvar el cuerpo, hoy el Perú tiene una gangrena muy avanzada y para salvarlo es necesario cortar de raíz con esa clase putrefacta, evitar una metástasis. Cerrar filas contra esa clase de políticos, dirigentes y gobernadores que nos llevan a la miseria y al caos. Solo una verdadera revolución será la que ejecute esa amputación, ese corte necesario. Una revolución dirigida por la clase obrera y campesina es la única solución a este mal endémico para salvar a las nuevas generaciones que se presentan como retoños en el campo.