El pasado viernes, 13 de mayo, miembros del personal laboral de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y organizados en el STUNAM tomaron las instalaciones de la facultad y realizaron una asamblea informativa por la mañana. Posteriormente, procedieron organizar un contingente con el cual realizaron una marcha hacia Avenida de los Insurgentes.
Los trabajadores denuncian que durante el periodo de aislamiento de la pandemia gran parte del personal fue llamado a trabajar y se les demandaron horas extras de trabajo, pero hasta la fecha no han recibido la correspondiente remuneración. Así mismo hay miembros de la plantilla laboral que no han podido cobrar en los últimos dos años sus correspondientes bonos de productividad, bonos que —se supone— se cobran cada dos meses.
Demandan el pago completo del tiempo extra, respeto a las cláusulas del contrato colectivo y reposición de sus jornadas vacacionales, en las cuales los llamaron a trabajar. Han expuesto estas demandas a la dirección, y esta les ha contestado con el mismo pretexto con el que le contesta a los estudiantes, no hay presupuesto.
Tanto en el estudiantado como entre los trabajadores, hay sectores que piensan que sus demandas y sus luchas son luchas sectoriales, que tienen que ver solo con trabajadores o solamente con estudiantes, y el otro sector poco o nada puede hacer al respecto. Esta no es una idea que podamos mantener, las autoridades escolares están acostumbradas a permitir el surgimiento de movilizaciones estudiantiles para dejar que estas terminen en el agotamiento y creen que ahora podrán seguir repitiendo esa receta, sobre todo por el pronto fin del semestre 2022-2.
Si los trabajadores en serio quieren el pago de los salarios que les deben y si los estudiantes realmente queremos la liberación del presupuesto para laboratorios de Antropología y la democratización de elaboración de reglamentos, no podemos seguir dándole la razón a la autoridad, no podemos permitirnos caer nuevamente en el agotamiento, y eso solo lo podremos lograr haciendo una lucha conjunta.
Las exigencias de estudiantes y trabajadores no son realmente diferentes, y no lo son porque tienen la misma raíz del problema, una dirección universitaria burocrática, antidemocrática y al servicio del capital. Y precisamente por tener la misma raíz del problema, tienen la misma solución: la democratización del ejercicio presupuestal universitario, el control de las facultades por comisiones voluntarias de estudiantes, trabajadores y maestros no ligados a la dirección y la garantía completa de que la educación pública y gratuita se quedará pública y gratuita.
Nosotros, siendo estudiantes, extendemos nuestra entusiasta solidaridad con los trabajadores en lucha, con sus demandas, y hacemos un llamado a la integración de la movilización y las exigencias de ambos sectores. Manteniéndonos separados, la dirección simplemente esperará a que termine el semestre o nos agotemos para seguir pretendiendo que aquí nada pasó. Pero juntos, con un programa claro de demandas concretas y coordinando nuestras asambleas, nuestras marchas y nuestras tomas; no podremos ser ignorados ni vencidos.
¡Ningún ataque contra la educación pública, ningún derecho sin respetar, ninguna tregua con las autoridades!