En la página de Facebook de la Casa del Obrero del Bajío llaman la atención los comentarios de dos obreros: “ya cumplimos y espero que también ustedes cumplan con su parte”, “… los trabajadores ya cumplimos, ahora esperemos que cumplan con la suya, ya que estamos poniendo toda nuestra confianza y futuro con ustedes”.
Estos mensajes son la punta del iceberg del ambiente que existe entre la clase obrera en la planta de General Motors ubicada en el municipio de Silao, en el estado de Guanajuato, en donde de manera masiva los trabajadores han rechazado que el sindicato vinculado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) continúe con la titularidad del contrato colectivo de trabajo y con la representación sindical.
Los trabajadores han acudido a las urnas los días 1 y 2 de febrero y le han dado un triunfo arrollador al recién constituido Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA).
Un acontecimiento que debe sopesarse con toda su magnitud y que no debe pasar como un acontecimiento más en la lucha de clases de nuestro país.
Los hechos
Debido a las reformas a la Ley Federal de Trabajo, implementadas tras la ratificación del tratado comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, se deben llevar a cabo votaciones periódicas cada dos años para legitimar los contratos colectivos de trabajo por la mayoría de los trabajadores, y las elecciones de la representación sindical y directivas sindicales deberán realizarse mediante la votación universal.
Aunque esto no asegura de antemano la democracia sindical, pues los charros sindicales, por su naturaleza, siempre encontrarán la manera de evadir o interpretar en su beneficio las leyes y reglamentaciones con el apoyo de los patrones y funcionarios del Estado, esas pequeñas ventanas que se abren deben aprovecharse para que los trabajadores nos deshagamos del charrismo y las burocracias sindicales corruptas, lo cual se logrará solamente mediante la organización y la lucha colectiva decidida de la clase obrera.
General Motors cuenta con 4 complejos a nivel nacional. Uno de ellos está ubicado en el municipio de Silao, en el estado de Guanajuato, donde laboran casi 6,500 trabajadores que ensamblan, estampan y producen motores y transmisiones, mismos que saltaron al escenario internacional y nacional debido a las votaciones para la legitimación del contrato colectivo.
La votación se realizó el pasado 17 y 18 de agosto del 2021, con una participación del 90%. La mayoría de los que votaron, 3 mil 214 trabajadores, se manifestaron por que el Sindicato “Miguel Trujillo López”, vinculado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) ya no fuera el titular del Contrato Colectivo de Trabajo, lo cual surtió efectos a partir del 3 de noviembre.
El siguiente paso en el proceso, sería el realizar elecciones para determinar qué sindicato representaría a los trabajadores, con la finalidad de negociar nuevas condiciones en el contrato colectivo, lo cual sucedió el 1 y 2 de febrero.
Una de las expresiones de ese ambiente entre los trabajadores en la planta de General Motors fue la creación del SINTTIA, el cual obtuvo su toma de nota el 14 de julio de 2021.
A la elección se presentaron 4 sindicatos: el SINTTIA, dos más vinculados a la CTM y otro a la Confederación Revolucionaria de Obreros y campesinos; estos últimos estrechamente relacionados con las prácticas del charrismo sindical.
Los resultados fueron los siguientes: el 87.9% de los trabajadores participó en las elecciones, 5,389 votos fueron válidos y 89 nulos; el SINTTIA obtuvo la mayoría con 4,192 votos.
El hartazgo hacia el charrismo sindical y lo que representa: control de los trabajadores, contención salarial, limitación en las prestaciones, que la representación sindical sea servil ante la patronal y exigente con la base trabajadora; se hizo presente y se desarrolló en una votación masiva hacia una opción que los trabajadores identifican como contraria a esas prácticas, con la esperanza de que su situación cambie radicalmente.
El salario de los trabajadores de Silao es menor a los que pagan algunas plantas armadoras como Nissan, Audi y Volkswagen, siendo cercano al salario mínimo nacional, e incluso los trabajadores han manifestado que los supervisores les niegan a ir al baño durante horas. Mejorar las condiciones laborales es una las primeras tareas de la nueva representación sindical.
Ahora, el SINTTIA se sentará a negociar las nuevas condiciones del Contrato Colectivo de Trabajo (gozando de un apoyo masivo mayoritario) y a marcar la pauta de un sindicalismo democrático, clasista, al servicio de los intereses colectivos de la clase obrera, diferente al servilismo y corrupto sindicalismo de la CTM.
El triunfo de los trabajadores en la General Motors, sin duda, es un triunfo de toda la clase obrera.
¿Para qué deben servir los sindicatos?
Los trabajadores somos los generadores de riqueza en la sociedad, además nosotros somos fundamentales para que la industrial y los servicios funcionen; con nuestro permiso, funcionan las armadoras de autos, las maquiladoras, el transporte, la industria; incluso las oficinas y las escuelas no podrían funcionar sin nosotros.
Sin embargo, aunque nosotros producimos autos, casas, el petróleo, la electricidad, etc., nos vemos privados, en ocasiones, de lo mínimo para vivir; debido a que el salario y los ingresos no alcanzan. Mientras tanto, los grandes empresarios se hacen ricos con el producto de nuestro trabajo.
Mientras exista el actual sistema económico, el capitalismo, la explotación no dejarán de existir y por consecuencia la desigualdad; pues la lógica de los grandes empresarios se basa en la acumulación de ganancias, extrayendo la máxima plusvalía posible de la clase trabajadora, intentando reducir nuestras condiciones de trabajo a situaciones de sobrevivencia.
Por tanto, las luchas inmediatas de la clase obrera deben vincularse a la transformación radical de la sociedad y contra el capitalismo, en líneas socialistas: cuando la clase obrera tome el poder político en sus manos y los medios de producción pasen a manos del control democráticos de los trabajadores y la sociedad pueda planificar la producción en su beneficio.
El revolucionario ruso, Vladimir I. Lenin, definía a los sindicatos como escuelas de socialismo, pues en los mismos los trabajadores aprendemos a reconocernos, organizarnos y luchar de manera colectiva en beneficio de nuestros intereses comunes.
Bajo el actual sistema, el poder de la clase trabajadora se basa en nuestro número (en todos lados existimos trabajadores), en nuestro rol que jugamos en la producción (somos necesarios para que la industria y los servicios funcionen), pero es fundamental nuestra unión. Solos, como meros individuos, no podemos hacerles frente a los patrones; debemos estar organizados y unidos.
Los sindicatos deberían de servir para nuestras batallas cotidianas, las luchas entre el capital y el trabajo, con la finalidad de pelear colectivamente por mejores salarios, prestaciones y condiciones de trabajo, lo cual debe estar plasmado en los contratos colectivos de trabajo, o en su caso, en las condiciones generales de trabajo.
Sin embargo, los sectores de vanguardia de la clase obrera debemos ser conscientes de que esos logros, obtenidos mediante la organización y la lucha sindical, la patronal buscará la oportunidad para arrebatarlos, por lo que es necesaria la unidad de la clase obrera no solamente en una empresa, ciudad, municipio, Estado o sector; es necesaria la unidad de la clase obrera de todas las ramas de la industria y sectores de la economía, con la finalidad de luchar para lograr la emancipación total de la clase obrera, lo cual no podremos lograrlo dentro de los márgenes del capitalismo.
Si una de nuestras fortalezas radica en la unidad, los capitalistas y sus instituciones promoverán la desunión de los trabajadores, para mantenernos sometidos y controlados. Uno de esos métodos es la compra y cooptación de nuestros dirigentes.
Al hablar de los sindicatos en México es inevitable hacer mención del fenómeno conocido como charrismo sindical, el cual implica que los dirigentes sindicales se fusionen con los intereses de los capitalistas y el Estado y la intromisión de estos en la vida interna de los sindicatos, convirtiéndolos en herramientas de control de los trabajadores; el gobierno y los capitalistas, a cambio, premian con remuneraciones económicas y puestos políticos a esos dirigentes sindicales corruptos.
El régimen interno de los sindicatos dirigidos por charros sindicales generalmente es antidemocrático y totalitario; en donde no se permite ningún tipo de disidencia o cuestionamiento.
La palabra “charro” surge en la década de los 40s, dentro del movimiento ferrocarrilero, cuando el gobierno del PRI de Miguel Alemán toma militarmente los locales del sindicato e impone al frente del mismo a Alfonso Ochoa Partida, a quién le gustaba la charrería. Desde entonces la palabra “charro” es sinónimos de intromisión de los patrones y el gobierno en la vida de los sindicatos y de dirigentes serviles y corruptos.
Por lo que la consigna por la democracia y la independencia sindical es fundamental en el movimiento obrero mexicano. En la lucha por nuestra emancipación y liberación es necesaria la lucha contra el corporativismo, el control estatal y el charrismo sindical.
Es por eso por lo que lo que han realizado los trabajadores de la General Motors rebasa los limites de la armadora y del municipio de Silao y tiene gran trascendencia para toda la clase obrera, pues demuestra que el charrismo sindical no es invencible. La dirigencia del SINTTIA tiene la oportunidad de demostrar que es posible un sindicalismo democrático, combativo y clasista, opuesto a las prácticas de las burocracias corruptas; esto podría servir de motivación para toda la clase obrera a nivel nacional para deshacerse del corporativismo y charrismo sindical. La votación a su favor no es un cheque en blanco, pues se debe corresponder confiando en la fuerza de la clase obrera, con ideas, métodos y acciones correctas.
El triunfo en General Motors nos entusiasma y lo sentimos como nuestro, debemos replicar el ejemplo: ¡a crear, uno, dos, tres, muchos Silao!