Jujuy. Represión y violación de los derechos democráticos más elementales, no sólo de organización y de derecho a la huelga, sino de la defensa de los detenidos.
Gerardo Morales impone a bala y sangre una lógica de legalidad para preservar los negocios del litio y del desarrollo inmobiliario: cacería feroz de los manifestantes, entrada en domicilio sin orden alguna y causas armadas a los que protestan, utilizando camionetas provistas por empresas que trabajan con el Gobierno de Jujuy. Si en el momento de mayor agudización de la lucha de masas en Jujuy, se daba el cerco mediático en un intento de aislarlo, en el presente se ha exacerbado aún más el tabicamiento de los medios, dejando a Morales las manos libres en un intento de acallar y reprimir a la clase obrera y las comunidades.
El régimen político del gobierno de la provincia de Jujuy y del conjunto del Estado Nacional, ante los hechos de gravedad vividos en las últimas semanas en Salta y luego en Jujuy, se muestran tal cual son. Son los garantes del régimen de opresión y explotación capitalista, y, ante la crisis regional y mundial, exacerban la expoliación y el saqueo sobre las reservas naturales del país, agravando las condiciones de vida y trabajo para los cientos de miles de obreros y obreras y pueblos originarios.
El ping pong de los últimos días de parte de Juntos por el Cambio -acusando y responsabilizando como instigadores al Frente de Todos (FdT), por la “violencia” desatada en las calles, tiene un claro contenido de corte electoralista, intentando degradar aún más de lo que está al FdT.
Acusan de violentos a los que protestan por mejores salarios y contra la apropiación que intenta Morales, de las tierras fiscales y recursos naturales donde se encuentran asentadas las comunidades indígenas. Pero, queda muy claro que quien ejerce la violencia es el Estado capitalista y terrorista de Morales, cuya finalidad es doblegar a las masas movilizadas.
Intentan estigmatizar ante las próximas elecciones al FdT como el “instigador” de las revueltas, además de mostrarse ante la interna de Cambiemos como el garante del “orden”, ante la posible salida a la lucha de las y los trabajadores por la caída del salario, y de las condiciones de vida y trabajo en el país.
En realidad, es el Frente de Todos quién garantiza por múltiples caminos la “estabilidad” del régimen, la gobernabilidad y la “paz social”. El FdT maniobra para que no se vaya de madres la situación política. Presentan a Morales como la dictadura y plantean que la contradicción central es la democracia versus la derecha o la ultra derecha.
Y es Juntos por el Cambio, por el contrario, quien toma la iniciativa y golpea de manera descarnada a las masas, buscando condicionar al Frente de Todos, para derechizarlo más en sus políticas.
El Frente de Todos intenta mostrar a las masas como víctimas y no como lo que es, una clase social poderosa: la clase obrera y las comunidades indígenas que se han puesto en movimiento, demostrando su capacidad de organización y de combate.
Los auto convocados en Salta fueron, en una primera instancia, toda una muestra de combatividad, una verdadera radiografía que mostró, sin duda alguna, de lo que son capaces los explotados cuando toman en sus manos sus propios destinos. El gobierno del massista Gustavo Sáez había aprobado la Ley anti piquetes, pero el movimiento de masas, en la calle, hizo retroceder esta medida reaccionaria hasta tener incluso que eliminarla, además de imponer un aumento de salarios para los trabajadores estatales.
Sin leer correctamente lo sucedido en Salta, sus homólogos jujeños -la dupla Sadir/Morales- pensaron que con los resultados electorales podían avanzar sobre el litio y las comunidades indígenas, sobre los terrenos fiscales y los salarios. Pensaron que podían doblegar a los de abajo. Pero esto es algo que aún no han logrado.
Mientras, el Frente de Todos seguía en la puja interna sobre ir o no a las PASO. Luego, han definido una formula, Massa-Rossi, que compite con Larreta-Morales, disputando el centro corrido hacia la derecha.
Sergio Massa no se quedó atrás, al no pronunciarse ante la represión en Jujuy, mientras la jefa Cristina Fernández solamente declaró por Twitter que Morales debía dejar de reprimir. Al final, ninguno ha movido un dedo a favor de los trabajadores y comunidades. Tan solo el Gobierno de Alberto Fernández, luego de varios días de conflicto, presentó este viernes un escrito ante la podrida Suprema Corte de Justicia para que declare inconstitucional a la reforma de la Constitución en Jujuy siguiendo los caminos leguleyos que conducen a una vía muerta.
Los jefes sindicales de las centrales obreras nacionales, se cuidaron por demás de asumir una posición activa de rechazo a la represión y la reforma. La CGT nacional se limitó a convocar una ¡conferencia de prensa! para repudiar la represión mientras que su regional jujeña sólo ha convocado a un paro de 48 hs., buscando así acotar la extensión de las huelgas como forma de lucha, ante la exigencia de un paro nacional en apoyo a los docentes y las comunidades. Las dos CTA convocaron a la movilización y a un paro nacional por parte de CTERA empujados por la presión que corre por abajo para rechazar la reforma. Es claro que lo que se necesita es un paro regional hasta que caiga la odiada reforma.
El cuestionamiento de docentes, estatales y comunidades a Gerardo Morales no cesa. Secundarios y parte de la docencia y de las comunidades siguen adelante con el paro y cortes por mejoras, a la vez que expresan el rechazo a la Constitución, la misma que le da garantías jurídicas/legales al régimen capitalista para enriquecerse con el litio y hacerse de los rentables negocios inmobiliarios.
Por su parte, Morales convocó a los docentes con una propuesta que no es la reclamada aunque se acerca a la misma. La trampa en esta propuesta es dejar el básico en $65.000- y aumentar sólo con sumas no remunerativas, llegando a 207.000-, a la vez que ofrece no descontar los días de paro, con un claro objetivo de dividir al movimiento.
La carrera hacia las elecciones
Con Jujuy como escenario de fondo, la carrera hacia las elecciones se acrecienta con una clara política de dejar atrás tanto este episodio como el de Salta. El objetivo es que en la cabeza de la clase obrera gane un escenario de elecciones, y no de lucha real por sus condiciones de vida y su futuro.
La constante del voto en blanco y la abstención en altos porcentajes, en las provincias donde se llevaron adelante las elecciones, es otro de los aspectos que tiene entre manos la burguesía. No deja de ser una preocupación, en tanto el aumento del descontento que revela la desconfianza de las masas en el régimen político de conjunto.
Las candidaturas de uno y otro lado son muy reveladoras. El cuidado inicial de Horacio Larreta de aparecer diferenciado de los halcones de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, cayó velozmente con los acontecimientos en Jujuy y el papel jugado por Gerardo Morales en la represión. Ahora lo ha incorporado a la formula como vicepresidente, junto a José Luis Espert como candidato a primer senador por la Provincia de Buenos Aires. “Nunca le tembló el pulso para defender sus convicciones, para hacer cumplir la ley y para denunciar a los funcionarios que se enriquecieron a lo largo de las distintas épocas del gobierno kirchnerista”. (Horacio Larreta 23 de junio IProfecional)
La careta de moderados estalló rápidamente al mostrarse como una dupla -H. Larreta y G. Morales- de pasos firmes y manos de plomo. Muestran su fórmula como decidida a garantizar la paz y el orden: “La pax romana… la paz de los cementerios”.
Juntos por el Cambio, que cosecha una serie de derrotas en las elecciones, no deja de reprochar a Horacio Larreta la tan sentida caída de Luis Juez en Córdoba, la estrella insignia amarilla de Bullrich y Macri, que había caído por tres puntos porcentuales ante el candidato de Juan Schiaretti: Martín Llaryora.
La incesante disputa interna de Juntos pone en la picota a Larreta por extenderle la mano a Schiaretti para ser parte de la fórmula presidencial. Este es un fuerte argumento de los halcones, porque consideran, sirvió para sacarle votos a Luis Juez.
Con bombos y platillos, el Frente de Todos ha presentado su fórmula con el nombre de Unión por la Patria, después de haber definido dos meses atrás que sean “las bases peronistas las que definan el candidato en las PASO”. Luego de mucho trabajo y ruido lograron la dupla Massa/Rossi, dejando a unos cuantos heridos, siendo este el caso de Daniel Scioli y Tolosa Paz.
La arenga desmedida y exultante en Lomas de Zamora, en boca de Wado de Pedro, Kicillof y Massa contrasta con la realidad del gobierno de Alberto Fernández/Massa.
La realidad muestra que la economía hasta ahora no acompaña, ya que todos los indicadores siguen para abajo. Además, está presente en la situación el ajuste que debe asumir el Frente de Todos, y el futuro pre candidato a las presidenciales, Massa, a cambio de una nueva entrega de dólares, que aún se encuentra en debate con el Fondo Monetario Internacional,
En la primera semana de junio Massa logró algunos acuerdos con China, obteniendo financiamiento y yuanes para las reservas. El FMI le daría dólares y aire a la economía durante la campaña electoral a cambio de un ajuste que deberá incrementarse luego de los comicios.
En mayo, el Congreso aprobó como moneda de cambio con China el “Acuerdo de cooperación entre el gobierno de Argentina y el gobierno de la República Popular China sobre la construcción, el establecimiento y la operación de una Estación de Espacio Lejano de China en la provincia del Neuquén, en el marco del Programa Chino de Exploración de la Luna”. Por otro lado, en Río Grande, se daría un millonario acuerdo para la posible construcción de un polo petroquímico.
El Banco Central suscribió la renovación anticipada del swap con China por 18.000 millones de dólares, por el plazo de tres años. Y se inició el procedimiento de ampliación del monto de uso por 10 mil millones de dólares, que operará una vez que se agote el primer tramo de ampliación de los fondos utilizados para el intercambio comercial entre ambos países. A su vez este acuerdo está condicionado a la continuidad del acuerdo firmado con el FMI. Poco duran las escasas reservas del Central ante la escalada inflacionaria.
El acto de presentación de los candidatos de Unión por la Patria fue bien recibido por los mercados. Evidentemente no solo es el FMI quien valora la situación de conjunto y el estado de ánimo de las masas, sino una parte importante del empresariado que ve un avance en la reforma laboral, en las condiciones de trabajo y de vida de manera “más tranquila”.
Aunque el Frente de Todos -hoy Unión por la Patria- hable de soberanía, de independencia política y económica, de que el bienestar del pueblo debe ser lo prioritario, objetivamente es el garante de las contra reformas que se producen en los hechos, en la vida misma. Una contra reforma que se expresa de manera constante en el deterioro de la salud, de la educación, -siendo los porcentajes de deserción escalofriantes-, en la pulverización del salario, en la expoliación y saqueo de los recursos naturales y en la destrucción del medio ambiente. El FdT es, sobre todo, el garante de la “paz social”, cueste lo que cueste.
Por una salida obrera y de los trabajadores
La lucha de Jujuy es toda una radiografía de lo que pasa hoy. No deja duda alguna de las definiciones del conjunto del régimen político y sus representantes parlamentarios, para “sacar” a la Argentina de su crisis.
Vienen por los recursos naturales y nuestras conquistas. No solo del litio, también del oro, el cobre y demás minerales que se encuentran en la cordillera de los Andes, además del agua.
Los empresarios comienzan a frotarse las manos, ya que ven en el horizonte una gran bolsa de dinero. Lo que se encuentra en juego es la preservación de la vida. Es el rostro del capitalismo de horror y descomposición.
La clase obrera, los trabajadores, la juventud y las comunidades originarias no encontraremos una solución en los marcos del capitalismo.
Se necesita un debate leal y fraterno entre la vanguardia para discutir hacia donde nos llevan los políticos putrefactos que muestran el garrote, o los políticos que señalan las bendiciones del negocio capitalista y que embellecen la idea de que con el Estado en nuestras manos todo puede ser posible, que podemos controlar al capitalismo.
La experiencia mostró que los reformistas sin monedero lleno, no son más que vendedores de humo, y en el contexto actual la supuesta distribución de las riquezas queda tan solo para los de arriba.
La lucha de Jujuy aún sigue en pie, aunque la represión de Morales se ha desatado.
Hemos señalado que es nuestra lucha y si es derrotada, representará una batalla perdida que tendremos que remontar. De ser ése el resultado, la burguesía se parará más decididamente, ya que Gerardo Morales habrá mostrado al resto de la clase dominante que se puede doblegar a los de bajo, y qué métodos deben ser empleados para lograrlo.
Debemos redoblar el esfuerzo para rodear de solidaridad a los trabajadores, comunidades, y pequeños productores en lucha.
La vanguardia está impelida a dar un paso más en la lucha. No vale que secundarios, docentes, comunidades peleen cada uno por su cuenta.
Falta coordinación de las asambleas y sectores en lucha, y por ello es una tarea inmediata impulsar no solo un encuentro provincial, que defina la derrota de la reforma Constitucional, sino que fundamentalmente provea de un programa revolucionario, de transición, al conjunto de los trabajadores y comunidades, en la perspectiva de poner en pie un poder obrero.
En este marco sabemos y saludamos el reciente e importante paso dado con la convocatoria a la Asamblea del Pueblo: de trabajadores, Comunidades, docentes y estudiantes, contra la reforma Constitucional de Morales y el PJ que convoca a una Asamblea Provincial para unificar los conflictos.
El papel de la izquierda en esta Asamblea debería ser el de orientar la agitación y la propaganda hacia el planteo de que, en el sistema capitalista, no es posible ningún mejoramiento perdurable de la situación de la clase trabajadora y señalar que únicamente el derrocamiento político de la burguesía y la destrucción del Estado capitalista permitirán mejorar la situación de la clase obrera y poner en pie nuevamente la economía nacional arruinada por el capitalismo y sus representantes políticos. La Izquierda debe plantear de manera abierta y sin ambigüedades que el combate por las reivindicaciones vitales, actuales e inmediatas de los trabajadores deben vincularse con la lucha por el socialismo.
Es a través de la lucha por reformas bajo el capitalismo como la clase trabajadora y los explotados llegan a darse cuenta de su propia fuerza. Y esta es la virtud de levantar consignas a favor de las reformas sentidas como más inmediatas pero lo que se necesita es proponer consignas de transición que unan cada reivindicación inmediata con la necesidad de superar el capitalismo. No alcanza plantear “¡Abajo la reforma, arriba los salarios!” como lo hacen los dirigentes del FITU.
La izquierda debe dejar de lado la política puramente electoral, ya que es pan caliente para la burguesía y los partidos del gran capital. Ponerse en la primera fila del combate, con definiciones claras que conecten con el movimiento para que avance en organización y lucha. Jujuy y Salta demostraron lo que se puede cuando hay decisión, y los trabajadores toman en sus manos sus propios destinos.
Somos los que creamos el mundo con nuestras manos, nervios y cabezas. Por lo tanto, la lucha es contra el sistema que nos despoja de la vida y nuestro sustento.
No hacemos de la lucha de Jujuy un Vietnam. Por el contrario, señalamos que las asambleas de auto convocados, tomas, paros y cortes deben mostrar en su lucha una perspectiva nacional.
Por medio de la coordinación y la convocatoria a la Asamblea Provincial, debe hacerse también un llamamiento a un Plenario del NOA, para dar una salida de conjunto de los explotados de la ciudad y el campo.
Construir nuestro partido de clase
Las dificultades que tenemos entre manos es la falta de independencia de la clase obrera en relación al Estado y los partidos patronales. Pero también es verdad que el signo de la época viene cambiando en Argentina y en la región.
Los problemas de Perú en la lucha contra la reaccionaria Boluarte y el parlamento que destituyó a Castillo, el combate de las y los trabajadores de Francia contra la reforma previsional, que hoy se expresa en la lucha contra la brutalidad policial luego del asesinato de un joven de 17 años -provocando la salida a las calles de cientos de miles en Paris y Marsella-, son tan sólo muestras de que acá o allá los problemas que enfrentamos los trabajadores son los mismos. Tenemos por delante, al otro lado de nuestras barricadas, al Estado y a las fuerzas represivas, que se sustentan materialmente en la propiedad privada de los medios de producción.
Si miramos atentamente somos un gran ejército sin un Estado Mayor, y, los que se dicen serlo, llevan un programa ajeno a nuestros intereses de clase, un programa adaptado a los fines de la democracia burguesa, que no es otra que mantener la estabilidad del sistema, para sostener al poder del capital sobre el trabajo.
Si el trabajo partidario se centra en el aspecto electoral, entonces, aunque en primera instancia se ataque al capital y sus partidos en el discurso, la agitación y la propaganda, en última instancia se favorece tanto a aquellos que quieren aplastarnos por la fuerza, agrupados en Cambiemos, como a aquellos que desean mantener la “estabilidad” del régimen burgués, agrupados en el FdT, para que se nos siga explotando y estrujando y exprimiendo, aunque de forma más “pacífica”, sin necesidad de mucha represión, con un poquito más de zanahoria, y menos garrote.
Resulta por lo tanto una tarea impostergable la construcción de nuestra organización, nuestro Partido Revolucionario.
Por un gobierno de trabajadores
Las experiencias de la última década demostraron la inviabilidad del programa reformista. El viejo revolucionario León Trotsky señalaba con razón que en la reforma anida la traición. Y los ejemplos abundan. La formulación de un gobierno de trabajadores debe encontrarse en clave del Poder Obrero, nunca en sintonía de un Gobierno de Trabajadores por el camino parlamentario.
La idea de ganar muchos escaños para, lograr luego, acceder vía elecciones a un gobierno propio, o tener al menos la posibilidad de ello, resulta una utopía reaccionaria que desarma políticamente a la clase obrera y la juventud. La burguesía no sólo ha inficionado por múltiples caminos a un segmento importante de la vanguardia, sino que pone a esta misma vanguardia ante el espejo de su derrota, al querer presentar tal o cual proyecto como salida para los de abajo.
Apelamos a la conciencia y reflexión de los miles de jóvenes que quieren un mundo diferente, que bregan por un mundo libre de explotación, opresión, sin depredación ambiental y sin saqueo de las riquezas naturales, y les invitamos a sumarse a la tarea de construir un Partido Revolucionario junto al Poder Obrero y hacia una nueva legalidad. El Socialismo.