Por: Noemí Salinas Sandoval
El 1° de enero de 1959, hace 60 años, en Cuba triunfaba la revolución que le dio a ese pueblo la libertad que les fue arrebatada desde el colonialismo. Desde entonces Cuba representaba una fuente de riquezas, con las plantaciones de tabaco y la minería, pero principalmente el cultivo de caña de azúcar, que se convirtió en la fuente principal de ganancias en la isla. Sin embargo, después de “independizarse” y dejar de ser una colonia española, el pueblo cubano pasó a estar totalmente sometido al imperialismo yanqui y, aunque la producción del azúcar seguía siendo importante, lo que ocurrió en Cuba bajo el control estadounidense, fue que la isla se convirtió en un paraíso vacacional, un lugar de apuestas y prostitución, en donde la clase alta podía ir a pasar el tiempo y disfrutar de los placeres que la isla ofrecía. Uno podría pensar, que todo esto representaba fuentes de empleo para la población, pero lo que vivía la gran mayoría del pueblo eran condiciones de explotación, miseria e ignorancia, sin la posibilidad de tener los servicios básicos como lo son educación, salud y vivienda digna. Mientras que la oligarquía local, junto con empresarios extranjeros, enriquecían sus bolsillos.
Un pueblo con tradición revolucionaria
Antes de adentrarnos en el tema que nos ocupa, que es la revolución, creo importante mencionar un poco de los antecedentes.
El PCC fue fundado en 1925 y era realmente grande, con alrededor de 80,000 militantes, lo convertía en uno de los partidos más fuertes en América Latina. Uno de sus fundadores fue Julio Antonio Mella, joven dirigente estudiantil con ideas revolucionarias que defendía orientar la lucha estudiantil con el movimiento obrero. Lamentablemente este joven, excelente cuadro revolucionario, fue asesinado durante su exilio en México por órdenes del dictador cubano Gerardo Machado en enero de 1929, a los 25 años de edad. El PCC tuvo otros jóvenes cuadros y militantes obreros y estudiantiles excepcionales, pero la degeneración del Estado obrero en Rusia derivó en la burocratización de los distintos Partidos Comunistas quienes asumieron en la práctica posiciones conciliadoras y reformistas.
En la primavera de 1933 sucede un movimiento insurreccional en contra de la dictadura de Machado, las masas respondieron al llamado de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) con una huelga general tan grande que ni siquiera el ejército se atrevió a reprimir. La dirección PCC quería a llegar a un acuerdo con el régimen e hizo un llamado a los obreros a regresar al trabajo, pero el movimiento fue de tal magnitud que no se detuvo, el 12 de agosto de 1933 cayó la dictadura de Machado y dio paso al gobierno de los 100 días, que presidió Grau San Martín. Batista ya como Jefe de las Fuerzas Armadas implementa un golpe de estado el 15 de enero de 1934 dando fin a dicho gobierno.
Los acontecimientos de 1933 muestran la gran tradición revolucionaria de Cuba pero también el papel reformista bajo la influencia estalinista de la dirección obrera, que en este caso era el PCC (Partido Comunista Cubano) y por supuesto la naturaleza de la burguesía cubana, que era totalmente sumisa al imperialismo norteamericano, incapaz de jugar un papel progresista en la lucha social, más bien aspiraban a convertirse en un estado más de la Unión Americana.
En los años anteriores a 1959 Cuba estuvo bajo la dictadura de Fulgencio Batista, un hombre de orígenes humildes. A la edad de 20 años ingresó al ejército en donde alcanzó el rango de sargento estenógrafo del Estado Mayor del Ejército Cubano. En 1933 se convirtió en Jefe de las Fuerzas Armadas. Sería un golpista que se convertiría en un dictador ambicioso y sin escrúpulos al servicio del imperialismo.
Basta decir que, en el lapso en que se da el segundo golpe de Estado de Batista, en 1952, los dos gobiernos que tuvieron lugar, se caracterizaron por la corrupción de la casta militar corrupta y privilegiada, que estaba en total servicio al imperialismo. Por otra parte, podemos ver el estado de putrefacción al que llegó el PCC, que cambió su nombre a Partido Socialista Popular (PSP). Su política de conciliación lo llevó a pactar con Batista, teniendo incluso ministros dentro del gobierno.
Cuba bajo el yugo imperialista
Ya para los años 50`s lo que tenemos en Cuba es una burguesía totalmente desinteresada en el bienestar de la gran mayoría, un estado corrupto donde la mafia cubana se enriquecía con el amparo de Batista, empresas trasnacionales haciendo grandes negocios en la isla, una “economía prospera” para unos cuantos y una población analfabeta que sobrevivía como podía. “Desempleo y subempleo permanentes y masivos que llegaban a más de 25% de la fuerza de trabajo, con más de 600,000 desempleados en el denominado “tiempo muerto” y 300,000 desocupados permanentes (…) Solo los 13 principales latifundios azucareros norteamericanos dominaban aproximadamente 87,213 caballerías de tierra en 1958 (1, 173,015 hectáreas) (…) El 50% de la población de ingresos más bajos solo disponía del 10.8% del total de ingresos del país. Por otro lado, el 5% de la población con los ingresos más altos disponía del 26.5% de ellos” (Oltuski Ozacki Enrique, Rodríguez Llompart Héctor, Torres-Cuevas Eduardo, coordinadores, Memorias de la revolución, Tomo II).
“La juventud es la llama de la revolución proletaria” dijo Karl Liebknecht, palabras que la historia misma ha confirmado una y otra vez. En Cuba surgía una nueva generación de jóvenes que querían cambiar la realidad, participando conscientemente en la política, aunque por experiencia desconfiaban de los partidos tradicionales, no se veía otra salida más que el camino de la revolución. En la Universidad de la Habana se había introducido la corrupción del estado, de modo que los hijos de familias influyentes utilizaban la universidad como medio para tener un lugar en el aparato estatal, sin embargo los jóvenes organizados daban arduas batallas contra el régimen.
Uno de estos jóvenes fue Fidel Castro, que como líder estudiantil comenzó a figurar en la oposición. A mediados de los años 40 Castro se afilió al partido Ortodoxo, de carácter liberal burgués, y en su etapa universitaria se consolidó como un agitador de masas.
La historia me absolverá
El 26 de julio de 1953 un centenar de guerrilleros salían de una granja a las afueras de Santiago de Cuba con rumbo hacia el cuartel Moncada. Bajo la dirección del joven abogado Fidel, tenían el propósito de lograr un cambio político. Las palabras que dirigió a los guerrilleros fueron:
«Compañeros: podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. (…) aquí en Oriente damos el primer grito de libertad o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan”
El ataque se organizó en tres grupos, Fidel al frente del principal que atacaría el edificio del cuartel, los asaltos colaterales fueron un éxito, pero no el principal, todo se complicó y el asalto fue aplastado. La respuesta de Batista fue brutal, muchos prisioneros fueron torturados, a uno de ellos, Abel Santamaría, le arrancaron los ojos. A pesar de la derrota el asalto generó una gran solidaridad del pueblo con los sublevados.
En el juicio que se celebró en su contra, Fidel convirtió su alegato en una denuncia contra Batista y pronunció su célebre frase “La historia me absolverá”. Recibió una condena de 13 años en prisión y fueron trasladados a la isla de Los Pinos, a 60 km de Cuba. Desde este momento hasta el desembarco del Granma en 1956, fue el movimiento estudiantil el que encabezó la lucha contra la dictadura. En mayo 1955 fueron liberados los presos políticos, a partir de una amnistía concedida por Batista. Es en este momento en que Fidel funda el Movimiento 26 de julio y, con una postura más radical, se exilia en México, en julio de ese mismo año, con el propósito de preparar una revolución. En noviembre y diciembre se produce un movimiento huelguístico que unió a los universitarios con los trabajadores y tuvo tal fuerza que obligó al régimen a dar ciertas concesiones.
Fidel fue un verdadero líder de masas, en aquel tiempo sin embargo, no defendía un auténtico programa socialista sino una democracia avanzada con reformas sociales para el conjunto del pueblo. Mantenerse consecuentemente en la defensa de dichas reformas lo llevaría, después de la toma del poder, a un rompimiento radical con el capitalismo.
El exilio
Desde unos meses antes de que Fidel llegara a México, ya se encontraba en el país su hermano menor, Raúl, que fue quien le presentó a Ernesto Guevara, el Che, un joven argentino que huyó de Guatemala por el golpe de estado de los militares en el país. El encuentro se dio en la casa de la cubana María Antonia Gonzales, en la Ciudad de México, mujer que daba asilo a los refugiados políticos. En una entrevista, Fidel describe la primera impresión que tuvo del Che Guevara:
“Lo recuerdo vestido muy humildemente. Padecía asma y era, en realidad, muy pobre (…) Tenía un carácter afable y era muy progresista, realmente marxista, aunque no se encontraba afiliado a ningún partido. Desde que escuché hablar del Che me percaté de la simpatía que despertaba en la gente. Con estos antecedentes lo conocí y lo conquisté para que se uniera a la expedición del Granma”
El Che había viajado por toda América, primeramente en una actitud más aventurera, eso le llevó a conocer profundamente la explotación sufrida por los trabajadores latinoamericanos que tenían como enemigo común al imperialismo. Se declaró socialista desde muy pronto al despertar en su vida política, aunque sin tener una formación militante y guiándose con la dominante propaganda estalinista. Pero fue un revolucionario autentico, un internacionalista que, por eso, entraría en conflicto a la postre con los burócratas estalinistas.
El naciente grupo guerrillero reclutó en un principio apenas a veinte voluntarios. El entrenamiento fue similar al de la granja de Cuba, esta vez en un rancho en Chalco, ahora contaban con la ayuda de Alberto Bayo, que fue un excombatiente en la guerra civil española. En México hubo dificultades, tanto para reunir los fondos necesarios para la causa revolucionaria, como también por el acoso de las autoridades. Como ejemplo, en junio de 1956 Fidel y el Che son detenidos y el rancho registrado, fue gracias a la intervención del ex presidente Lázaro Cárdenas que ambos fueron liberados.
El financiamiento de la embarcación Granma vino de parte del ex presidente cubano Carlos Prío Socarras, así fue como el movimiento 26 de julio iba tomando forma, por fin la embarcación sale de Tuxpan, Veracruz, con 82 combatientes que encalla en Cuba el 2 de diciembre de 1956, cerca de la playa de las Coloradas. Una vez más el plan no salió como se esperaba. La embarcación llegó dos días tarde a Cuba, lo que entorpeció el plan del levantamiento en Santiago que debía coincidir con el desembarco, lo que permitiría distraer a los militares y así los guerrilleros podrían llegar a las montañas sin dificultades, pero lo que sucedió fue que apenas los combatientes pusieron un pie en la playa fueron acribillados o detenidos, el transporte que los esperaba ya no se encontraba en el lugar acordado y solo pocos lograron sobrevivir y escapar del ataque.
La Sierra Maestra y la guerra de guerrillas
Los sobrevivientes se adentraron en la Sierra Maestra, en donde Fidel reagrupó sus fuerzas y comenzó el movimiento guerrillero. El líder campesino Crescencio Pérez les granjeo el apoyo rural. Batista ordenó una ofensiva con miles de soldados, la llamada “Operación Verano”, que fue un fracaso. A pesar de la enorme diferencia numérica, el apoyo campesino hacia los guerrilleros fue clave, puesto que no había movimiento del ejército que no fuera visto por algún campesino que prontamente advertía a Fidel y sus hombres.
Mientras la guerrilla tomaba fuerza en la Sierra, en la Habana el movimiento continuaba desarrollándose. El 13 de marzo de 1957 se realiza un ataque al palacio de gobierno en donde se encontraba el dictador, de hecho lograron ingresar, pero Batista logró escapar. En esta acción es asesinado José Antonio Echeverría, líder del Directorio Universitario.
La ofensiva de Batista se basaba en la represión y seguía dejando bajas de valiosos elementos revolucionarios, pero hubo un asesinato que desembocó una huelga general en Santiago de Cuba y en todo el Oriente de la isla, y le gano más simpatías al movimiento 26 de Julio, fue el asesinato de Frank País, un joven de 22 años, líder estudiantil de gran popularidad que se unió al movimiento 26 de Julio. Pese a su corta edad Frank se convirtió en uno de los principales organizadores del movimiento de masas en la clandestinidad, sin el cual no podría haberse desarrollado la guerrilla que llegó del exilio.
Frank fue detenido por la policía y brutalmente golpeado y posteriormente acribillado. Su asesinato causó tal indignación y hubo tal respuesta popular que el ejército tuvo que ser encuartelado, como precaución para no desatar un movimiento revolucionario incontrolable. Esto también causó el amotinamiento de la base naval de Cienfuegos, en donde los sublevados se apoderaron de la base militar y la ciudad por un día, el contraataque de Batista los obligó a rendirse. Podemos ver como el fermento Revolucionario se extendía por toda la isla. Y a pesar de que el movimiento guerrillero para finales de 1957 solo contaba con 300 hombres, el apoyo era muy amplio.
Año nuevo, Cuba nueva
Diciembre de 1958, en este momento la Dictadura de Batista se encontraba totalmente deslegitimizada, se desmoronaba internamente y no tenía ninguna base social, había deserciones masivas en el ejército y nadie se reclutaba ya. Era el momento decisivo, a mediados de este mes las fuerzas guerrillera se movilizan en varios frentes, cabe destacar el frente Oriental “Frank País” liderado por el comandante Che Guevara. Dicho frente libró una batalla decisiva, con 300 hombres consiguieron descarrilar un tren blindado cargado de armas que se dirigían a la capital. Otra acción decisiva que le dio el triunfo a la revolución fue la huelga general, que esta vez fue todo un éxito, se extendió por todo el país y duró hasta el día 4 de enero. Por su parte el dictador viéndose vencido abandonó la isla junto con su familia y colaboradores la madrugada del 31 de diciembre. Cuba celebraba el año nuevo de 1959 con el triunfo de la revolución, era el momento de verdaderos cambios sociales en beneficio de los trabajadores en el campo y las ciudades, las masas salieron a festejar aquel histórico momento.
De todos estos acontecimientos podemos ver que si bien la guerrilla jugó un papel importante en la caída de la dictadura de Batista, también lo fueron, y con mucha más fuerza, la movilización de las masas, con las huelgas generales en las ciudades, sin lo cual el triunfo de la revolución no hubiera sido posible. También hay que ver que el gobierno surgido de la revolución no planteaba ir al socialismo pero sí quería acabar con la desigualdad. En la medida que esto se intentaba la burguesía ponía resistencia. El imperialismo nunca toleró la revolución y una y otra vez la intentó, sin éxito, aplastar. Todo eso llevó a una radicalización mayor hasta el momento en que se planteó el carácter socialista de la revolución, entonces se pudo cambiar realmente la vida del pueblo. Una de las grandes fortalezas de la revolución cubana, por encima de cualquier otra que ha vivido nuestro continente, es que acabó con el capitalismo y por eso ha durado ya 60 años de vida.