Esta película del año 2014 y dirigida por Matthew Warchus de origen británico nos muestra un momento del cual el movimiento comunista debe prestar atención y rememorar en este mes que se dedica al Orgullo de la comunidad de la diversidad sexual para recordar que la luchas emancipatorias no están aisladas unas de otras.
La historia del film gira en torno al activista homosexual Mark Ashton, perteneciente a las filas del Partido Comunista de Gran Bretaña quién se dedica, junto a sus camaradas, a reunir fondos para las familias que fueron afectadas por la huelga realizada por el Sindicato Nacional de Mineros en contra de las politicas reaccionarias de la aquel entonces Primer Ministro, Margaret Thatcher.
La película nos muestra al principio como había cierta distancia entre el movimiento obrero y la comunidad rodeada de prejuicios con esta última, pero a lo largo del film podemos ver como la tenacidad de Ashton y sus camaradas derrumban estas barreras para vislumbrar tanto al espectador como a las partes protagonistas que, aunque estén en esferas políticas y sociales completamente diferentes, se vislumbra que al final todos los oprimidos tenemos a un enemigo en común: el capitalismo.
La película nos ayuda a entender que aunque tengamos una lucha “aislada” como dictan los oscurantistas posmodernos, estamos relacionados por el papel que jugamos dentro del sistema capitalista. Y hablando del monstruo podemos vislumbrar en la cinta que el Estado, aquel aparato que funge como administrador de los intereses de la clase dominante, reprime a quién sea con plena igualdad, no importa que sean gays, obreros, maestros, médicos, estudiantes, etc. Ellos te aplastarán por igual por atreverte a desafiar su poder, pero también podemos ampliarlo a todo el aparato en general, en la que los patrones no les importará tu orientación, raza, religión u otra condicionante ya que te explotará por igual.
La lucha entre los obreros y la comunidad de la diversidad sexual contra el régimen de Thatcher debe ser considerado como una importante lección para nosotros los comunistas ya que tenemos la teoría y la práctica de tender estos puentes con diferentes luchas sociales (como las luchas de los pueblos indígenas, las mujeres, la misma comunidad sexo diversa, etc.) eliminando tanto los prejuicios y la fangosa filosofía posmoderna que enturbia el potencial revolucionario de todos estos movimientos al estar unidos por la opresión generada por un solo enemigo: la burguesía. En el caso de la comunidad de la diversidad sexual es necesario vislumbrar su potencial revolucionario (al ser la refutación de la idea de que la familia nuclear monógama es “natural” según sus acólitos) y de despertar su consciencia de clase al saber que la única fuerza capaz de emancipar y eliminar la homofobia/transfobia es la misma clase obrera.