Escrito por: Carlos Márquez
Perú ha tenido una historia de inestabilidad con una democracia muy débil que cuenta en su andar con diversos gobiernos dictatoriales y militares. Este país sudamericano, que viera nacer a José Carlos Mariátegui, vivió en las décadas de los 80 y 90s una guerra interna como consecuencia de la pobreza, explotación y represión hacia los trabajadores del campo y la ciudad. Guerrillas como Sendero Luminoso fueron de las mejores organizadas del continente, aunque por otro lado una de las de más baja claridad y nivel político, tirándole a fanatismo lunático. El Estado actúo con total saña en contra del pueblo y las guerrillas. Se dice que había hasta criadero de chanchos (cerdos) en que lo animales eran alimentados con carne humana, las torturas eran brutales y los muertos sumaron más de 70mil en dos décadas.
El director de cine Salvador del Solar, conocido más por su rol de actor en películas como Pantaleón y las Visitadoras, terminó en el año 2015 la película Magallanes. Ésta cuenta con un interesante elenco internacional con actores como el argentino Federico Luppi (el coronel), los peruanos Christian Meier y Magaly Solier (Celina), ella con un papel muy impactante; además del mexicano Damián Alcázar (Magallanes). Este último es muy conocido por su actuación en la saga de Luis Estrada que incluye La ley de Herodes y el Infierno, Damián también se ha comprometido en luchas como Ayotzinapa o la lucha de los maestros mexicanos y es en la actualidad diputado constituyente de la Ciudad de México por el partido Morena.
El centro de la película es una historia del pasado, que enlaza a sus personajes, ocurrida en el departamento de Ayacucho. En este lugar el apoyo a la guerrilla fue muy grande y Las Fuerzas Armadas del Perú instalaron también cuarteles como Los Cabritos y La Casa Rosada que eran centros de tortura y muerte de todo aquel sospechoso de pertenecer o apoyar a la guerrilla.
Ayacucho está lleno de historias trágicas. El ejército torturó al pueblo metiendo sus rostros en aguas putrefactas que no quedaba otra que beberlas hasta el vómito; los cuerpos desnudos, mojados o secos, eran electrificados y también golpeados; las extremidades amarradas comúnmente se dislocaban; las mujeres eran secuestradas y violadas; muchas de las víctimas eran colgadas en helicópteros y echadas al vacío desde lo alto. Estas atrocidades no sólo las sufrieron los guerrilleros, sino también campesinos, estudiantes y obreros que no estaban involucrados en las organizaciones como Sendero Luminosos y el MRTA.
En el filme la época de la guerra ya quedó atrás, la gente trata de vivir su vida bajo la paz pero la vida no es fácil. A Harvey Magallanes, un antiguo militar, dos trabajos sólo le alcanzan para tener una vida de pobreza. Celina, por su parte, tiene una vida difícil pese a que se esfuerza día a día y busca tener su propia peluquería para poder salir adelante. La Guerra en el Perú se acabó, pero al ver la película se nota que las causas de pobreza que generaron esa lucha no se han resuelto. El ejército peruano se nutrió de campesinos, de gente sin empleo, de gente humilde que fue reclutada. La realidad es que ellos, en su mayoría, sufren de las penurias cotidianas y defender los intereses del Estado burgués como individuos nada bueno les dejó.
Las heridas de una guerra sangrienta, aunque a veces se esconden, siguen presentes. Celia fue una víctima de los crímenes del Estado. Uno de los lados más fuertes de la película Magallanes es que nos muestra la dignidad de los trabajadores del Perú, del pueblo Quechua, y Celina, con su vida dura nos muestra que lo que le falta materialmente le sobra de dignidad. Es justo gente como ella quien luchó y luchará por una sociedad mejor que la que el capitalismo en el Perú, Latinoamérica y el mundo no nos puede ofrecer.
https://youtube.com/watch?v=XRLBHQPQnUU%3Flist%3DPLDl6JsaBKpPnOHfq_GfesWdxntTc0kPPy