La crisis energética es un hecho en todo el mundo. En ese contexto, el gobierno de AMLO ha lanzado una iniciativa de reforma constitucional para reestablecer una parte del control estatal de la energía eléctrica y al mismo tiempo desarrollar una industria estatal del Litio. Obviamente, la iniciativa enfrentará la oposición férrea de la oligarquía y sus socios extranjeros, pero nos preguntamos: ¿Qué alcances podría tener? ¿Qué se necesita en el terreno energético y minero para lograr verdaderos avances en el contexto de la 4T?
Fracaso del “modelo europeo”
Los precios internacionales de energía eléctrica están disparados. Por ejemplo, un hogar español en los primeros días de octubre de 2021 puede recibir una factura de energía por 368 euros (unos 9200 pesos) y tendrá la esperanza de que, con ciertas medidas gubernamentales, baje a 281 euros (7000 pesos). Si millones de trabajadores en España ganan unos 1000 euros en promedio, tenemos una situación catastrófica e insoportable[1].
Esta situación no es privativa del Estado español, en toda Europa se viven escenas que suelen ser normales en países de América Latina o África como, por ejemplo, la pelea entre dos consumidores en pos de un poco de gasolina[2] a un precio de 40 pesos el litro o vehículos de carga de combustible custodiados por el ejército. Mientras que el pánico crece conforme se acerca el invierno.
Al mismo tiempo, la eléctrica española Endesa incrementó sus beneficios en un 700% durante 2020[3] e Iberdrola reporta ganancias por 3611 millones de euros, unos 90 mil millones de pesos. Las ganancias récord acompañan la desesperación de las masas que, por primera vez en Europa en muchos años, corren el riesgo de morir de frío o como en el caso de Texas, Estados Unidos, pagar la factura eléctrica en planes de pago parecidos a los de la hipoteca de una casa.
Las causas fundamentales de dicha crisis han sido las reformas privatizadoras que buscan someter este tipo de servicios a los vaivenes del mercado, bajo el dogma, “las ganancias son privadas, las pérdidas son de todos”. En Europa las comisiones reguladoras, como en el caso de los Estados Unidos, son asociaciones independientes del gobierno que sólo buscan dejar que el mercado dicte los precios bajo la ley de la selva.
La supuesta política de impulso de energías limpias se ha convertido en un mecanismo para subsidiar a organismos privados que en muy poco contribuyen al abastecimiento del servicio eléctrico, pero con el pretexto de que no contaminan reciben subsidios millonarios que por supuesto pagan los usuarios.
En ninguna parte del mundo las nuevas tecnologías son capaces de sustituir a los hidrocarburos como la principal fuente de generación de energía eléctrica, el caso español es también ejemplar, en años recientes se llegó a producir hasta un 20% del consumo total con energía eólica, no obstante, ese también ha sido un factor de crisis, dado que este año 2021, “no ha soplado el viento”, como es evidente ningún gobierno responsable puede hacer depender su sistema eléctrico de los caprichos del viento.
A nivel mundial, el 63% de la electricidad se produce por hidrocarburos, el 11% por energía atómica, el 16% por hidroeléctricas, es decir que por medios convencionales se genera el 90% de la producción mundial. Sumadas todas las demás fuentes, que se podrían considerar limpias, apenas cubren el 10% de la producción, con la desventaja de que están sujetas a las condiciones climáticas de modo contundente. Por lo tanto, es absolutamente imposible que en estos momentos y quizá en los próximos 20 años dichas energías puedan reemplazar la quema de combustibles fósiles.
La reforma privatizadora en México
La estrategia de las empresas privadas en México y en todo el mundo ha sido la de acaparar el control del mercado por medio de privatizaciones, la regulación por medio de comisiones autónomas del gobierno, pero no de ellos, así como establecer un monopolio de la producción de energías limpias, que les permitan subsidios y sobreprecios extraordinarios. Repetimos, el monopolio de las energías limpias tiene como objetivo exprimir al erario público, dado que incluso estas mismas grandes empresas están interesadas en mantener la mayoría de su producción con la quema de combustibles fósiles.
En México este modelo de negocios tenía obstáculos importantes, el primero era la existencia de una compañía nacional que mantenía la hegemonía en la industria a todos los niveles, en segundo lugar, existía un marco legal que dejaba los precios fuera de los vaivenes del mercado.
La reforma de Peña Nieto tenía como objetivo destruir la CFE, segmentarla en distintas empresas, agotarla financieramente y finalmente rematarla como fierro viejo. Con la existencia de la CFE se hacía innecesaria la existencia de una comisión reguladora, así como organismos “autónomos” que como hemos dicho siempre, están sometidos a los conglomerados privados más grandes.
El marco legal de Peña Nieto estaba acorde con la idea de disolver la CFE, uno de los principales temas era la cuestión de subsidiar a las empresas privadas que generasen energías limpias, excluyendo a la CFE de ellas. Obviamente el objetivo era saquear al Estado, dado que nunca fueron capaces de producir energía suficiente ni barata, como se ve en la siguiente gráfica, dichas energías solo representan el 4% de la producción total nacional.
La reforma Peñista también tenía el objetivo de legalizar lo que por años se vino implementando de forma ilegal con el apoyo de los gobiernos en turno. Es decir, había empresas privadas que creaban energía —supuestamente para consumo propio— pero CFE se tenía que encargar de llevarla o transmitirla a donde las empresas privadas ocuparan, sin pagar un sólo peso.
También, se firmaron acuerdos con grandes empresas internacionales, donde el gobierno les garantizaba la compra de su producción de energía, delimitando el papel de la CFE a simplemente trasladar de forma gratuita la energía. Estos contratos eran escandalosos pues se compraba la electricidad a sobre precios, se les condonaban impuestos a las empresas privadas, el Estado garantizaba los planos y proyectos, todo para que la empresa privada sólo llegara y ganara dinero.
La contrarreforma de AMLO
La reforma energética que propone el gobierno de AMLO tiene como objetivo regresar al escenario previo a la reforma de Peña Nieto, en suma, revertir el desmantelamiento de la CFE y establecer su primacía respecto de los generadores privados, los cuales en los pocos años de vida de la actual ley se dedicaron a exprimir las arcas del Estado por medio de “certificados de energías limpias”, especulando con las concesiones y regalando electricidad a las grandes corporaciones como FEMSA, Wal-Mart, etc.
Sin duda la generación de energías limpias es el futuro, entre otras cosas, dado que a lo largo del siglo seremos testigos del agotamiento de las fuentes de hidrocarburos, no obstante, el desarrollo de dichas fuentes no puede quedar en manos de particulares, dado que como se ha demostrado en Europa y Estados Unidos, su intención real es la especulación.
Desde nuestro punto de vista la reforma propuesta por AMLO es un paso adelante, no obstante, no es suficiente, especialmente porque debería estar enmarcada en un plan nacional de desarrollo industrial, que abarque todos los aspectos de la producción energética, incluyendo por supuesto, un plan de desarrollo de energías limpias, especialmente la solar, la hidráulica y la eólica cuya conversión a electricidad no genera efectos tan dañinos al ambiente, así como la cancelación de todos los contratos privados y que CFE sea dueña del 100 % de la producción y distribución de la energía, cosa que AMLO no propone.
Lo que está proponiendo AMLO ya lo hemos visto en otros países latinoamericanos con gobiernos “progresistas”. Por ejemplo, en Brasil, donde Lula, en vez de renacionalizar la industria petrolera y su empresa Petrobras, lo que hizo fue aumentar la inversión del Estado para que controlara el 51% de la producción de petróleo, pero sin revertir el proceso de privatización.
Otro aspecto limitado de AMLO es que, para conseguir aprobar su reforma busca romper la alianza de la derecha haciendo llamados al PRI a que vote por ella, apelando a su pasado cuando López Mateos nacionalizó la industria eléctrica. Este partido dice actuará en base a sus convicciones, no cederá ante el chantaje del gobierno de AMLO o del PAN. Esto quiere decir que actuará en base a sus intereses y cederá frente a quien le haga más concesiones y le ofrezca mejores prebendas. AMLO, para llevar adelante su reforma, debería apoyarse en la movilización y la organización de las masas y no en llamados hacia los partidos de la burguesía.
AMLO ha dicho que está en contra del neoliberalismo, pues se basa en la privatización de las empresas públicas. Sin embargo, al estar en contra del neoliberalismo, necesariamente se tiene que plantear seriamente la renacionalización de la industria eléctrica, petrolera y minera. Si no lo hace, al final AMLO sólo se quedará en el discurso y, obviamente, no se cortará la dependencia a los vaivenes internacionales, pues no se puede controlar lo que no se posee.
¡Fuera manos privadas del litio!
Actualmente México es el noveno país en reservas de litio con 1.7 millones de toneladas, no obstante, tan solo en Sonora se estima que podría haber 240 millones de toneladas, por supuesto es una estimación sujeta a múltiples factores, sin embargo, el potencial es enorme si tomamos en cuenta que el país con mayores reservas probadas es Bolivia, con apenas 21 millones de toneladas.
Hasta ahora dicho mineral es clave para el desarrollo de baterías, indispensables en la industria automotriz, electrónica y de comunicaciones, por ende, su control es estratégico para la industria del futuro.
Por supuesto el atractivo de Sonora es evidente, ubicada a tan sólo unos kilómetros de la frontera, se antoja como un apetitoso botín listo para que alguna transnacional haga el negocio de su vida. De hecho, Tesla y diversas compañías fabricantes de automóviles estaban muy interesadas en celebrar contratos para adquirir el Litio o si es posible las minas completas, las cuales en la actualidad son propiedad de Bacanora Lithium, una empresa de muy reciente creación, pero con vínculos con capitales alemanes y chinos.
La reforma que propone AMLO incluye la nacionalización de la explotación del litio sin que ello implique la expropiación de las mineras que ya existen.
Nuevamente encontramos un aspecto viable en la propuesta, pero al mismo tiempo, nos topamos con el límite del respeto a la propiedad privada, cuyo control sobre la minería es absolutamente total y ha representado un saqueo superior al de la época colonial.
Actualmente hay 25 millones de hectáreas del territorio nacional concesionadas para la explotación minera, por las que se pagan ridículos derechos entre 5 a 100 pesos por hectárea[4] (Véase tabla 1).
No obstante, el valor de la producción durante el 2016 fue de cerca de 300 mil millones de pesos, mientras que los ingresos por impuestos al Estado representaron poco más de 17 mil millones de pesos[5], mirando en su conjunto, sólo pagaron el 0.6% de lo que produjeron.
Un dato más reciente, referido a las empresas mineras mexicanas que cotizan en la bolsa en 2021, señala que respecto a sus ganancias pagaron el 9% en forma de impuestos[6], obviamente, esto se refiere sólo a las empresas mexicanas, Grupo México y Peñoles.
En conclusión, las mineras no pagan impuestos, especialmente si son extranjeras.
Este es el rubro del que cojea la reforma del litio y la reforma energética, específicamente la eléctrica; el saqueo y entrega a particulares. Pues están protegidos por los privilegios de la propiedad privada. Si no se rompe con ella, la reforma no pasará de ser un paliativo.
En suma, no es suficiente regresar a las reglas previas a la reforma de Peña Nieto, porque el daño ya está hecho, lo que se debe hacer es proceder inmediatamente a la expropiación de la industria minera y eléctrica para que dichos recursos se puedan poner a disposición del desarrollo de cada una de las regiones del país.
¡Fuera manos privadas del litio!
¡Por la expropiación de la industria minera y eléctrica bajo control obrero!
[1] https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/11415636/10/21/La-inflacion-se-descontrola-el-precio-de-la-electricidad-se-mantendra-caro-hasta-2024.html
[2] https://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2021/09/28/61535974268e3e483a8b4629.html
[3] http://www.luchadeclases.org/estado-espanol/61-analisis-politico/3870-las-electricas-vuelven-a-golpear-a-las-familias-trabajadoras.html
[4]E https://www.redalyc.org/journal/413/41345703005/html/
[5] chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/viewer.html?pdfurl=https%3A%2F%2Ffundar.org.mx%2Fmexico%2Fpdf%2F3.3.Elpapeldelaminer%25C3%25ADa.pdf&clen=535241&chunk=true
[6] https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2021/03/30/el-sat-le-saca-brillo-a-las-mineras-listadas-en-la-bolsa-pagan-1293-mdd-en-impuestos/