Estamos en un periodo histórico de transformación
Vivimos en un momento histórico en México y en el mundo. Hay que ver como en estos días el pueblo panameño ha tomado las calles porque la crisis del sistema quieren cargarla sobre las espaldas de los trabajadores del campo y la ciudad. En Ecuador hemos presenciado un nuevo movimiento insurreccional contra el banquero presidente Antonio Lazo. En Sri Lanka las masas han derrocado al presidente, han tomado el lujoso palacio de gobierno y tenían el poder en las manos, esta se escurrió como agua entre los dedos por una razón: La ausencia de una dirección revolucionara capaz de dirigir el potente movimiento de masas a la transformación radical de la sociedad. Este problema lo vemos repetirse una y otra vez. Pero también vemos la incapacidad de este sistema de resolver sus contradicciones y los problemas de las masas, por múltiples intentos de reformarlo.
Es necesario un partido no electorero sino revolucionario
Necesitamos un partido, de lucha y de combate; un instrumento para la transformación social; un semillero de cuadros, de líderes sociales, que encabece cada lucha por la defensa de los intereses de los explotados, de las mujeres oprimidas por el sistema, de los pueblos campesinos e indígenas y de los jóvenes que son orillados a una vida sin futuro.
Se han dado algunas medidas bajo este gobierno que han sido un respiro, como los apoyos sociales a sectores vulnerables. Pero tenemos que reconocer que hay problemas fundamentales que aún estamos lejos de resolver como el problema de la explotación, la concentración de la riqueza en pocas manos o la violencia que alcanza niveles barbaricos. Por eso un partido que empuje a un cambio más profundo es una necesidad.
Morena ha llegado a tal punto de degeneración que hoy mismo no es ese partido que necesitamos. Los sectores burocráticos, que anteponen los intereses individuales a los sociales, están llevándolo a un callejón sin salida, a un proceso de degeneración profunda. Lo están llevando a ser un simple instrumento electoral, electorero, donde la base ha dejado de tener el poder de elegir y controlar a los dirigentes y determinar quiénes deben ser los candidatos que deben representarnos.
La burocratización de Morena
Pero Morena es, en los últimos años, la organización que más activistas de izquierda ha agrupado a nivel nacional, dentro de los que hemos encontrado en sus filas a sindicalistas, líderes coloniales y populares, dirigentes estudiantiles, cuadros políticos, compañeros que hacen trabajo cotidiano y desinteresado a ras de piso, etc. Pero el partido se burocratizó, se eliminaron las estructuras de base, la pandemia fue el mejor pretexto que tuvo la burocracia para conseguir esto. Se eliminaron las elecciones y las asambleas. Para elegir candidatos se instituyeron las consultas, que son instrumentos obscuros, poco transparentes y claramente antidemocráticos.
El gobierno de AMLO está bajo fuertes presiones de distintas clases. Los grandes capitalistas (nacionales y extranjeros) no han dudado en boicotearlo, si por ellos fuera lo derrocarían. No lo han hecho porque sus partidos están desprestigiados sin una base social sólida. La correlación de fuerzas no les favorece a ellos sino a nosotros como pueblo trabajador. Sin embargo, su sistema sigue intacto y, aunque hay medidas que han sido un importante respiro para las masas, problemas fundamentales siguen sin resolverse.
Un partido de combate podría hacer contrapeso a las presiones de la burguesía y llevar a tomar medidas más importantes para romper con la mala herencia del pasado. Si se habla de una cuarta transformación, debemos hablar de una cuarta revolución. Eso implica contar con un partido revolucionario que incluso pueda comprender los límites de los caudillos y se prepare para avanzar en las tareas que son necesarias para transformar de raíz esta sociedad.
Pero contrario a las necesidades que nos plantea la historia, unos pigmeos están al frente de nosotros. Buscan un partido donde la base no tenga control alguno, lo cual lleva a que se impongan las presiones de la clase dominante, que sólo busca defender sus intereses personales y sus ganancias. Esos sectores de Morena que se alían con la clase empresarial, aunque esto signifique hacer concesiones que van en contra de los intereses de los trabajadores, son los que empujan a medidas que marginen a los sectores verdaderamente de izquierda, que buscan que menos compañeros críticos y comprometidos con los más pobres de este país. Por eso han impuesto una elección descaradamente antidemocrática.
Una convocatoria que favorece a los oportunistas
La dirección de Morena ha convocado a un proceso de elección de las direcciones de Morena a todos los niveles. Esto excluye la elección de la presidencia y secretaria general del partido, que llegaron a su encargo con una elección viciada y nada democrática. La primera cuestión criticable es que Mario Delgado queda con esto arraigado en la dirección del partido. El segundo problema es que en la práctica no hay asambleas sino solo votación en urna. Si bien en el pasado las asambleas de Morena lejos estaban de ser espacios de expresión y debate, ahora ni siquiera hay la oportunidad que la base pueda ver a los candidatos y escuchar sus propuestas de viva voz.
El problema más serio es el padrón. Morena ha sido señalado por el tribunal electoral de no contar con un padrón confiable. Este tema llevó a batallas internas, había que incluir a la gente que en el periodo más reciente se fue incorporando en la práctica en el partido y mantiene una posición consecuente con la transformación. Pero había el temor que al abrir el padrón se diera entrada a elementos oportunistas busca cargos. Al final, esta elección resuelve el tema de la peor manera posible. Basta con llenar un formato de afiliación que descargas en línea e ir a votar en el próximo proceso de elección. Con esto ya serías considerado militante de Morena, aunque ni siquiera compartas sus principios.
El 30 y 31 de julio serán las elecciones que, como ya dijimos, no se harán vía asamblea sino con urnas. Es decir que cualquier panista o priísta o los clásicos acarreados del X o Y secretario de Estado, gobernador o funcionario podrán elegir a los próximos consejeros de Morena, de los cuales se desprenderán los dirigentes estatales y nacionales del partido y el rumbo de este.
La convocatoria que aprobó el actual consejo nacional de Morena viola los propios estatutos del partido. Es un proceso ilegal y antidemocrático, margina a la izquierda, fomenta el trabajo clientelar y fortalece a los burócratas y oportunistas.
Como en la elección del 88, se cayó el sistema
Otro elemento criticable del actual proceso es la forma en que se elige a los candidatos. Todo militante podría inscribirse como precandidato a consejero, pero luego una comisión, decidió quienes eran los que realmente serian votados en las “asambleas” distritales. Aunque en teoría muchos de los criterios para elegir a los candidatos a consejeros no eran malos (como cerrar filas a expriístas y panistas de ingreso reciente) en la práctica se ha excluido a muchos militantes de izquierda. Incluso esto no se ha cumplido. Hemos visto, por ejemplo, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, en las listas a Miguel Ángel Loa, un reciente exregidor panista. El escritor alemán, Goethe, decía que la teoría es gris y el árbol de la vida es siempre verde. Si ya la convocatoria era mala, el proceso ha sido en la práctica aún peor.
El día que iban a sacar las listas de los candidatos la gente subió a la página y se saturó, colapsando ésta. Al menos fue lo que dijeron. Cuando estuvo nuevamente en línea, las listas ya eran diferentes, se metió a nueva gente y compañeros habían sido excluidos. Frente a las presiones y quejas dijeron que estas no eran las definitivas y sacaron un tercer listado distinto al primero y segundo. Esto ha llevado a que compañeros ni siquiera puedan hacer algún tipo de campaña para pedir apoyo, esto se vuelve grave cuando compañeros consecuentes tienen que enfrentarse además a los aparatos burocráticos.
Clientelismo
Morena no es lo mismo que el PRI, pero la burocracia y la dirección del partido hace todo el esfuerzo para que se convierta en eso. El acarreo de votos, la compra de estos, el reparto de despensas, el condicionamiento de programas sociales, etc. se han convertido en botín para acceder a las consejerías. En Michoacán se filtró una grabación en la que se oye a una mujer identificada como Guadalupe Hernández y a un tal Carlos Torres Peña, donde se dice:
“‘Yo tengo 235 personas para votar, ¿pero a todas les va a tocar despensa?’, pregunta el hombre.”
“‘A todas les va a tocar, votando por la que yo les voy a decir. El 24 (de junio) tendríamos una junta, hablaríamos con ellas de los apoyos que hay, te llegarían directamente a ti los apoyos y se los vas a dar a las que te apoyaron, si no, no’”.
“‘Es decir, ¿primero me van a decir por quién votar y luego llegarían los apoyos?’, cuestiona el sujeto.”
“‘No, ese día que se va a votar se entregarían las despensas para tu gente aquí en La Esmeralda, te traigo con toda tu gente en un camión y aquí te doy las despensas’, le dice la presunta operadora.”
“De acuerdo al hombre, ‘yo me estaría gastando por el camión como 700 pesos’. ‘Yo todo eso te lo voy a enviar, dirección y todo y yo te voy a pagar aparte, todavía no sé cuánto, pero yo te voy a dar aparte, yo te tengo que dar algo por moverte’, dice la mujer.” (Con despensas y dinero en efectivo, compran votos aspirantes a consejeros de MORENA – Cambio de Michoacán (cambiodemichoacan.com.mx))
Militantes de Morena han confirmado este tipo de irregularidades, dicen que no solo se dan despensas, sino hasta calentadores solares.
El asalto a Morena y la respuesta de la militancia
Morena es el partido que más estados gobierna. La derecha está en caída libre. El PRI tiene un presidente corrupto completamente desprestigiado, este partido está en proceso de disolución. Puede perder el próximo año las elecciones en 2 de los únicos 3 estados que gobierna. El PAN no logra levantar cabeza. La ultraderecha que se expresa en Frena, se divide, sigue con discursos fanáticos, pero sin conseguir una base seria y estable. Hasta hoy nadie duda que Morena mantendrá la presidencia del país tras la elección de 2024.
Está en juego mucho. Para los funcionarios de Morena al más alto nivel, la posibilidad de influir en el partido y con ello en el reparto de candidaturas y puestos. La batalla actual determinará al partido y dirigentes que decidirán las futuras candidaturas, como la presidencial de 2024.
Está en juego, sobre todo, el negar la posibilidad de que Morena pueda convertirse en un instrumento de lucha y participación de sectores del pueblo trabajador para transformar la sociedad. Muchos militantes han identificado que lo que se vive en esta elección es un asalto a Morena, donde de golpe ex priístas, panistas, perredistas, burócratas sin principios, etc. se apoderen del partido.
Vemos muchas agrupaciones, alianzas locales, corrientes políticas locales, etc. que han impulsado candidatos, algunos de ellos han logrado entrar en las listas. Se está impulsado crear brigadas caza mapaches, para evidenciar y frenar a quienes estén comprando votos. Parece el mundo al revés, parece que los militantes de Morena se enfrentaran a una elección contra el PRI. No es alejado, se abrió la puerta para que ellos y los otros partidos de la burguesía influyan e incidan dentro de Morena.
Hay que dar la batalla
Ante este escenario tan gris, de actuar descarado de la burocracia. Hay compañeros que se desaniman. Claro, lo que pasa dentro de Morena es para dar asco. Pero éste es un partido creado por miles y miles de compañeros de todo el país que han actuado de manera desinteresada.
Compañeras como Citlali Hernández, secretaria general del partido, es presionada por la base y actúa para buscar que compañeros de lucha que merecen estar no sean excluidos de las boletas y combatir otras irregularidades. Pero la batalla se da dentro de la institucionalidad, cuando la única forma de enfrentarte a la burocracia es con una política de principios (algo que no se hizo al aprobar una convocatoria de ésta índole) y con la lucha organizada de la base. Si no se hace eso, al final la burocracia continuará avanzando y los demás cediendo y aceptando su política, desdibujando aún más a Morena.
La única expresión organizada a nivel general ha sido la Convención Nacional morenista, encabezada por John Ackermann. Él tiene la virtud de no aceptar esta convocatoria y mantener sus críticas al proceso. Al carecer de cuadros, al no estar todas las expresiones identificadas con él, vemos un desarrollo desigual. Podemos ver que esta expresión agrupa a sectores combativos de izquierda en algunos estados o casos extremos como el de Puebla en que los mismos barbosistas (seguidores del gobernador que fue priísta, perredista y ahora morenista), con Gabriel Biestro, han cooptado esta estructura de la convención Morenista, hasta ahora.
El problema es el mismo. Si bien es correcto meter denuncias e impugnaciones, la única certeza de vencer a la burocracia es con la lucha organizada de la base. Sino, entre procedimientos, saturación y actuar con dolo contra la democracia del partido, estas iniciativas no tendrán éxito.
Es necesario una alternativa revolucionaria
Estamos en un periodo histórico, no tenemos duda de ello. El capitalismo muestra sus límites y está en crisis. La nueva normalidad son las guerras y la crisis, de la que no somos ajenos. Hay indicios de que Estados Unidos está ya en recesión. Nuestra economía sigue ligada a la del vecino del norte y no podemos escabullirnos de la crisis. Se necesita un cambio radical. La derecha está colapsada, los partidos de la burguesía no logran levantar cabeza. Este gobierno tiene amplio apoyo porque hay un pueblo que no quiere regresar al pasado y quiere un cambio profundo. La desgracia es que hay límites en este gobierno y el partido que se creó para impulsar la cuarta transformación está siendo cooptado y asaltado por los oportunistas y sectores abiertamente de derecha.
Es necesario que la izquierda se agrupe y corrija los vicios que nos han llevado hasta donde estamos hoy; se establezca un claro programa a favor de los explotados, nos vinculemos y formemos parte de las luchas sociales; establezcamos formación política, que nos plantee no la justificación del sistema o que no podemos acabar con el capitalismo, sino que aspire a su destrucción y cambio radical, por ello creemos que el marxismo, aplicando su método dialéctico al presente, sigue siendo la herramienta insustituible.
Esta elección va a llevar a que sectores burocráticos se fortalezcan, que sectores desplazados del PRI, PRD y PAN se incrusten orgánicamente en Morena y veremos que con el actuar de la base, y gracias a la tradición histórica de Morena, logre colocar a algunos compañeros a la izquierda, aunque se verán disminuidos. Este proceso es ilegitimo, debería cancelarse y establecerse mecanismos democráticos. Pero se depende de los tribunales electorales que no han actuado a nuestro favor y estructuras internas que tampoco han podido responder a nuestras necesidades.
Habrá que hacer un balance de esta elección. No dejar de señalar las irregularidades del proceso, pero no son las impugnaciones y la vía legal lo que nos permitirá salir de este pantano, sino la organización, formación y la lucha. Tenemos que ver en qué condiciones termina el partido y a partir de ello tomar determinaciones. Un militante consecuente sabrá mantenerse firme entre las actuales turbulencias y tomar medidas para organizarnos los sectores más consecuentes para concluir la necesidad imperiosa de transformar de raíz esta sociedad.