Escrito por David García Colín Carrillo
El cuerpo sin vida de la joven de 19 años, Mara Fernanda Castilla Miranda, fue encontrado en un tramo de la carretera Puebla-Tlaxcala el 15 de septiembre. Ella desapareció el 8 de septiembre en Puebla después de abordar un taxi Cabify. El chófer del vehículo, Ricardo Alexis, está actualmente detenido por el secuestro, violación y asesinato de la joven estudiante de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
Este feminicidio se suma a los 28,710 que se han registrado en México en los últimos 5 años, en un promedio siniestro de 5 por día. La desaparición de Mara ha desatado una ola de indignación. Este domingo miles de personas se movilizaron en 17 estados del país.
Desde nuestro punto de vista, la situación actual de feminicidios imparables en México no puede entenderse al margen de la crisis del capitalismo en su etapa de descomposición:
-Si el patrón de acumulación capitalista ya no se apoya en la inversión productiva, los flujos de capital se orientan a sectores como el narcotráfico y la trata de personas que se convierten en negocios multimillonarios. El capital fluye siempre hacia las ramas más rentables de la economía.
-El negocio de la esclavitud sexual y la pornografía gore no sólo crea una oferta de mercado sino también una demanda.
-Si la mujer es una mercancía, el mercado genera una cultura que ve en la mujer un objeto desechable para el placer.
-Si la trata de personas, sobre todo mujeres, es tan rentable no debería sorprender que exista una caza de mujeres así como en la antigua Roma había una caza de esclavos determinada por la rentabilidad de ese negocio.
-Incluso si el asesino de Mara no conformó parte de una red de traficantes -no parece casual que el cuerpo sin vida de esta joven fuera encontrada cerca de Texcoco en donde una de las principales actividades económicas es la trata de mujeres- eso es resultado de una cultura creada por el capitalismo en descomposición. El capitalismo al crear un mercado genera un consumidor adecuado a ése. Un mercado podrido exige comparadores psicópatas.
-Evidentemente existe un componente cultural de actitudes y expectativas machistas, pero quedarnos en este plano en el que permanece el feminismo burgués es permanecer en la superficie. La causa última está en la existencia misma de la sociedad de clases.
-Es cierto que el machismo como tal lo venimos arrastrando desde que la sociedad se dividió en clases y el papel de la mujer se limitó a ser la incubadora de los hijos legítimos del varón propietario. Por esto sólo erradicando el capitalismo podemos arrancar la raíz podrida del falocentrismo homicida, pues el capitalismo es la última expresión de la sociedad clasista, origen del patriarcado y el machismo.
-Necesitamos expropiar a la narcoburguesia que se arma y financia con la esclavitud de la mujer, necesitamos expropiar a los bancos que lavan el dinero sangriento y a los medios masivos que promueve la cultura que convierte a las mujeres en carne dispuesta a ser usada.
-Evidentemente aún dentro de un Estado obrero será necesaria una ofensiva cultural para extirpar milenios de cultura machista pero sin acabar con la explotación del hombre por el hombre cualquier campaña cultural será impotente o, peor aún, una campaña burguesa para evadir la raíz clasista del problema.
-Hacer justicia a las mujeres asesinadas es luchar contra el capitalismo. Organicemos brigadas de seguridad en cada barrio, escuela y centro de trabajo; vinculamos las luchas del pueblo con la lucha contra el feminicidio y el machismo.
¡Ni una menos!
¡Las queremos vivas y libres!
¡Acabemos con el capitalismo feminicida!