Escrito por: Corriente Socialista Militante – Argentina
La junta de peritos encabezada por el Cuerpo Médico Forense y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que analizó las causas de la muerte de Santiago Maldonado llego a la conclusión unánime de que Santiago se ahogó y sufrió un cuadro coadyuvante de hipotermia en las aguas del Río Chubut.
Se estimó el tiempo de sumersión del cuerpo en las aguas por tres métodos diferentes: el primero estimó que el cuerpo estuvo más de 53 días en el agua; el segundo más de 60, y el tercero más de 73 días.
Sin embargo la verdad de cómo, cuándo y dónde falleció Santiago aún se desconoce.
Lo que si se conoce perfectamente es que Maldonado desapareció en el medio de un feroz operativo ilegal de la Gendarmería, supervisado por el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti. Santiago desapareció entre Gendarmes que gritaban “fuego libre”, “acá tenemos a uno” y “maten al negro”.
También se conoce ampliamente que luego de la desaparición de Santiago Maldonado el Gobierno Nacional, el Poder Judicial y los medios de comunicación hegemónicos montaron un operativo tendiente a mentir, tergiversar y ocultar lo sucedido en la comunidad Pu Lof de Cushamen. “Tengo más dudas que antes. Santiago no murió porque estaba de turista, era una represión ilegal de Gendarmería” declaro Sergio Maldonado, hermano de Santiago.
Cabe destacar que el actual Juez de la causa, Guillermo Gustavo Lleral, viene rechazando todos los pedidos de la familia en cuanto a la causa. Así consideró «impertinente» el pedido de Verónica Heredia y Sergio Maldonado para citar como testigo al juez Guido Otranto, quien ordenó el desalojo de la ruta 40 el 31 de julio, que derivó en el operativo de Gendarmería del día siguiente, cuando Santiago desapareció. También Lleral se negó al pedido familiar de que intervenga en la causa un Grupo de Observadores Independientes.
Así mismo la causa judicial es un mamaracho jurídico plagada de irregularidades en donde el primer juez fue separado por falta de imparcialidad. La Gendarmería lavó las camionetas que participaron del operativo y los efectivos cambiaron su testimonio en varias oportunidades. Y la cantidad y flujo de llamadas del teléfono de Noceti nunca fue investigada aun sabiendo que el funcionario macrista se contacto antes, durante y después de la represión con los Jefes de Gendarmería.
Por su parte el Gobierno Nacional intento luego de la autopsia despegarse rápidamente a pesar de que los resultados forenses no determinan si Santiago fue empujado, si entró al río escapando, si lo amenazaron, si lo cercaron, o incluso si algún gendarme lo vio ahogarse y no lo auxilio ni dio aviso.
La actitud del Macrismo tras la autopsia fue la de festejar como un triunfo sobre los organismos de derechos humanos, la familia Maldonado y todos los que se solidarizaron movilizándose a lo largo y ancho del país. Intentan de esta manera operar políticamente para instalar la idea de que Santiago simplemente se ahogo y así ocultar que el Gobierno y la Gendarmería son el principal responsable por la muerte de Maldonado.
Desde la Corriente Socialita Militante sostenemos que es imprescindible sostener la movilización y la presión popular sobre el Estado para que la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago no quede impune. Solo así podremos llegar a la verdad.
Más que nunca es necesario reclamar justicia por Santiago Maldonado y que los responsables materiales, intelectuales y políticos de su muerte sean identificados, juzgados y encarcelados.
A su vez debemos profundizar el debate acerca del carácter de clase del Estado, que ha quedado desnudo de manera explicita en el caso Maldonado. El Estado capitalista puso su brazo armado al servicio del Benetton Group, las mineras y las petroleras que vienen siendo cuestionadas y enfrentadas por la movilización del pueblo mapuche, ese es el origen de la muerte de Santiago.
Hay que dejar en claro que el Estado no es “de todos”, sino de una clase social bien definida: la burguesía. Sea este un Estado incluyente o excluyente su función siempre será garantizar la explotación de una pequeña minoría de empresarios, banqueros y terratenientes sobre la inmensa mayoría de la sociedad como lo somos los trabajadores.
Se trata de organizarnos y armarnos programaticamente para terminar con las lacras de la sociedad capitalista que necesita de la represión para perpetuar la desigualdad. Para eso, su Estado.