Escrito por: Corriente Socialista Militante – Argentina
En medio del jolgorio electoral del partido gobernante, Cambiemos, la aparición de un cuerpo en las aguas del río Chubut que podría ser el de Santiago Maldonado, recrudeció con virulencia el tema de la desaparición forzada de Santiago. El último trayecto de la campaña electoral quedó así, empantanado para los partidos del régimen ante la conmoción de la mayoría del país por esta noticia.
Es verdad que desde hace 79 días, cuando unos 100 efectivos de Gendarmería Nacional reprimieron un corte de ruta que llevaba adelante la comunidad Mapuche, que como corolario tuvo la desaparición forzada de Santiago, este tema se instaló en la agenda de las elecciones legislativas de Octubre.
Las declaraciones de funcionarios o candidatos de Cambiemos, como es el caso de Patricia Bullrich o Elisa Carrió, quienes de manera sistemática se han mofado o puesto pistas falsas ante la opinión pública, ha generado un alto repudio al manejo del caso Maldonado por parte del partido gobernante.
Una fiesta sin regalo para la mayoría de los sectores populares
¡Y el tren avanza! Esta sería la impresión, entre bombos y platillos, que da el gobierno al que no se le altera el pulso anunciando la ofensiva que llevará adelante gane o no en las elecciones legislativas de octubre.
La reforma laboral, como así la previsional, junto a la reforma en salud con la implementación del CUS y el intento de generalizar la experiencia que están procurando aplicar en CABA con la Secundaria del Futuro, no son más que un paquete de medidas que intentan desfinanciar tanto la Salud y Educación Pública y de esta manera repartir entre un grupo de capitalistas lo que los trabajadores aportan al Estado, garantizándoles un suculento negocio. Por otro lado, el objetivo de abaratar el costo laboral es una de las metas del Gobierno de Cambiemos, que comparte con un número importante de los partidos del régimen, ante la lectura que hacen de la crisis capitalista mundial.
“En el Coloquio de IDEA reflejó optimismo empresario, y el pedido para que avancen la reforma laboral y tributaria. En la tradicional encuesta de expectativas, 86% de los ejecutivos consultados consideró que la economía mejorará en lo que queda del año: un número récord en dos décadas.” (La Nación 15/10/2017)
Simbiosis entre la gestión de Macri con el empresariado, que se reflejó en el Coloquio de IDEA y quedó de manifiesto: “El presidente de Accenture, Sergio Kaufman, hizo una lectura muy positiva del 53° Coloquio de IDEA y dijo que hay «un espacio para consensos muy interesante en la Argentina». También remarcó que «hay ganas en el empresariado y la dirigencia de dejar un legado. Creo que la grandeza de un país es cuando su clase dirigente pone el esfuerzo, pierde algo por algo que no va a ver en su vida», afirmó. La Nación 15/10/2017
El empresariado satisfecho, abrazó de manera auspiciosa al gobierno de los CEOs y pidió ir por más en las reformas para que el país crezca, sin obstáculos obsoletos.
La hipocresía y el eufemismo pareciera que son dos caras de una misma moneda. Ya que si al país le va bien en boca del empresariado, quiere decir que a los trabajadores, obreros y campesinos, juventud y sectores populares vivimos y viviremos, a posteriori del 22 de octubre, una fuerte embestida de los derechos conquistados, ya sean derechos laborales, previsionales, salud, educación o derechos sociales.
Un empresariado que habla de grandeza y una economía que no repunta
Las estimaciones de crecimiento del 0,5% para la economía brasilera después del desplome, es saludado por el empresariado de ambos lados de la frontera así como la posibilidad de un mejor desempeño para el 2018. Suena irrisorio que se hable de un crecimiento en éstos términos y más con el paquete de medidas antipopulares que lleva adelante el socio comercial de Argentina. «Telecomunicaciones, mercado financiero, energía, aeropuertos. Todos con un paquete fortísimo de privatizaciones para poder aumentar la competencia en los sectores en los que Brasil estaba muy atrasado», apuntó Sica director de la consultora Abeceb, y añadió que ese paquete de reformas estructurales le pondrá mucha presión a la Argentina para avanzar en ese camino.” La Nación 18/10/2017
Pero veamos, las predicciones para América Latina del Fondo Monetario Internacional: “Los pronósticos de crecimiento para América Latina y el Caribe han sido revisados al alza, a 1,2% en 2017 y 1,9% en 2018”. Luego sigue, “Pese a la recuperación que está en curso, las perspectivas de un crecimiento vigoroso a largo plazo en América Latina y el Caribe hoy parecen menos probables. Para los próximos tres a cinco años se proyecta que el crecimiento de América Latina sea de 1,7por ciento en términos per cápita. Esta tasa de crecimiento es casi idéntica a la registrada por la región en el último cuarto de siglo, pero es apenas marginalmente mejor que las tasas de las economías avanzadas, lo cual genera inquietud porque ingreso de la región no está convergiendo hacia los niveles de los países avanzados”. FMI 13/10/2017
Este raquítico crecimiento en la región, y puntualmente en la zona de Argentina y Brasil, tiene otra predicción del FMI sobre la economía mundial: “El repunte de la actividad económica está cobrando ímpetu a nivel mundial. El crecimiento mundial, que en 2016 registró la tasa más baja desde la crisis financiera internacional, con 3,2%, se incrementará a 3,6% en 2017 y a 3,7% en 2018, según las proyecciones. Los pronósticos de crecimiento, tanto para 2017 como para 2018, exceden en 0,1 puntos porcentuales las previsiones de la edición de abril de 2017 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO)”. FMI 10/2017
Este optimismo generalizado o brote verde tiene corto aliento, en la medida que se basa en mayor austeridad para la mayoría de la población de Europa, Japón, EEUU, o las llamadas economías emergentes como países como el nuestro o Brasil. Pero no debemos olvidar, que esta es una crisis de largo camino, secular en el vocabulario de los más lúcidos economistas delestablishment.
El kirchnerismo sin el auge económico del 2003
Cristina Fernández junto al núcleo más duro del kirchnerismo ha jugado desde su alejamiento de la Casa Rosada a dar gobernabilidad al gobierno de Cambiemos y al régimen de conjunto.
Ha pasado mucho ajuste bajo el puente desde que Mauricio Macri asumió el mando del timón. Tarifazos, desempleo, pérdida de conquistas laborales y sociales, paritarias a la baja y así podemos seguir enumerando. Todo con el acuerdo parlamentario del bloque K.
Es verdad, que hay una importante masa de trabajadores, sectores populares y de la juventud que abrigan una esperanza de cambio con el voto a los representantes de Unidad Ciudadana (UC).
Lo que no dicen en UC, es cómo se va a llevar este cambio tan anhelado por los sectores que acompañan a Cristina y demás candidatos. Plantean fortalecer el bloque legislativo K para luego dar la pelea en el 2019. Pero, el bloque K ha venido dando su aprobación a un sin número de proyecto de leyes presentados por Cambiemos y otras fuerzas en el recinto de la Cámara Baja y Alta. Si esta es la idea de fortalecer el bloque de Unidad Ciudadana para dar gobernabilidad, aquellos seguidores de UC deben sacar las conclusiones correctas a partir de la propia experiencia.
El reformismo de la “década ganada” no fue suficiente, ya que no se tocó en absoluto los intereses de algún sector capitalista. Las ondas largas del Argentinazo impusieron a los sectores capitalistas y a sus representantes políticos más lúcidos -sobre un auge económico que duró más o menos siete años- la necesidad de dar concesiones a los de abajo. No había otra posibilidad, ya que los sectores populares no dejaban margen para otra vuelta de entrega del país, sus recursos naturales, el congelamiento de los salarios, la postergación de los derechos democráticos y derechos humanos, etc.
El reformismo en la actualidad no puede dar reformas, por el contrario las niega.
Nuestra posición ante el 22 de octubre
Octubre, para gran parte de los sectores populares representa un camino de miseria, represión y mayores padecimientos. Y esta percepción no resulta errada para nada.
Octubre, es la bisagra para una mayor ofensiva de los grandes patrones y empresarios. Estamos en presencia por diferentes mecanismos de una transferencia sideral de fondos de nuestros bolsillos a los de los capitalistas, más cantidad de horas de trabajo y mayor desocupación.
Octubre debe expresar con claridad la política del movimiento revolucionario y sus tareas. Las elecciones son apenas una foto de la larga vida que transitamos. Para los revolucionarios, el Parlamento debe ser una tribuna de denuncia de las calamidades de la clase obrera, juventud y sectores populares. Debe ser además una tribuna que desnude el carácter de clase del régimen capitalista y sus representantes políticos. No debemos caer en la ilusión o confundirnos con los cantos de sirena que ganando muchos escaños podremos dar una batalla en mejores condiciones.
El FIT ha logrado -por lo menos en las PASO- una consolidación como fuerza política de izquierda en el país. No se debe desaprovechar esta oportunidad de las Legislativas de Octubre, ya que pueden ser un punto importante de reagrupamiento del activismo político que busca una salida de transformación radical de la sociedad.
Pero esta consolidación y crecimiento tiene límites concretos en su política ya que carece de una genuina táctica de Frente Único hacia los grandes sectores populares y sus cuadros medios que aún no han agotado las ilusiones en las instituciones Parlamentarias ni en sus representantes políticos. Por lo tanto, para los revolucionarios es imprescindible acompañar tal experiencia.
En el camino del debate y de la construcción de una alternativa genuinamente revolucionaria para la construcción de una nueva legalidad, en esta oportunidad, desde la Corriente Socialista Militante Argentina sección argentina de la Corriente Marxista Internacional hacemos un llamado a los compañeros a dar un voto crítico al Frente de Izquierda (FIT).
Sabemos de la agudización de la lucha de clases y que se van abrir situaciones nuevas e inéditas en el país. Sabemos que van a venir, pero no sabemos cuándo. Se trata por lo tanto de prepararnos para ese momento histórico.
¡Socialismo o Barbarie!