Escrito por: La Izquierda Socialista
El jueves, 9 de noviembre, con más de 100 compañeras y compañeros presentes, en un auditorio abarrotado, se inició la charla pública de Alan Woods, dirigente de la Corriente Marxista Internacional, en la Escuela Superior de Economía del Politécnico.
Tal fue el interés de los jóvenes, profesores y trabajadores que vinieron del exterior, que la capacidad del auditorio resultó completamente insuficiente. Estaba tan abarrotado que muchos tuvieron que sentarse en las escaleras, quedarse en las puertas o de plano no pudieron entrar a la reunión. El tema fue: ¿Qué consiguió la revolución rusa y por qué degeneró? Esta actividad se realiza en conmemoración del centenario de la Revolución rusa.
Es fundamental para la juventud abrir un debate sobre estos acontecimientos. Regularmente en las aulas de escuelas y universidades solo se oyen mentiras sobre estos temas, la más notoria de ellas es que el socialismo no sirve y esto quedó demostrado cuando cayó el “socialismo real”, etc. Como resultado de este análisis superficial y tendencioso, se dice que no vale la pena hacer revoluciones, las cuales solo traen desgracias para los pueblos, sino mejor conformarnos con lo que hay y si acaso se tiene que luchar, que sea en los confines del capitalismo.
Es por esta razón que la Corriente Marxista Internacional en México, que se agrupa en la organización La Izquierda Socialista, se ha dado a la tarea de celebrar el centenario de la Revolución Rusa, explicando a fondo qué significó y cómo transformó la vida de millones de hombres y mujeres.
Alan Woods comenzó su discurso atacando la campaña de falsificación y mentiras contra la Revolución de Octubre:
“Nosotros estamos celebrando el aniversario de la Revolución de Octubre a nuestra manera y los enemigos del socialismo a la suya. Detrás de esta avalancha de falsificaciones hay odio, un odio de clase, y no tiene que extrañarnos. Pero detrás de este odio también hay miedo, miedo a la revolución”.
Alan continuó señalando que la burguesía también ha falsificado y calumniado las grandes revoluciones del pasado, como la Revolución francesa y la Revolución inglesa. Nosotros tenemos que hacer nuestra la bandera de la Revolución de Octubre.
Algunos de los peores detractores de la Revolución de Octubre son rusos. Explicó como muchos que ayer alababan y escribían loas a Stalin y al estalinismo, ahora no tienen ningún problema en escupir sobre la Revolución bolchevique.
Alan comentó que se trata de asustar a la juventud para que no tome la vía revolucionaria: “Se acusa a la Revolución de Octubre de ser un acto violento, cuando en realidad hubo muy poca violencia; fue una revolución relativamente pacífica, por lo menos en Petrogrado. La razón es que un noventa por ciento de las tareas de la insurrección ya habían sido cumplidas en los nueve meses anteriores mediante el trabajo de propaganda y agitación que permitió a los bolcheviques ganar la mayoría decisiva no solo de los obreros, sino también los soldados”.
Alan continuó: “Hay quienes dicen que habría sido mejor que los bolcheviques no hubieran tomado el poder. Pero de no haberlo hecho, no hubiéramos tenido una democracia burguesa, sino fascismo ruso”.
A lo largo de su exposición, Alan Woods fue desmenuzando la sarta de mentiras que afirman que el bolchevismo y el estalinismo son lo mismo. Explicó las causas objetivas de la degeneración burocrática y demostró a los presentes que para los marxistas el socialismo no solo es una buena idea. Marx explicó que el socialismo necesita una base material en el desarrollo de las fuerzas productivas y la cultura.
Los obreros rusos estaban exhaustos después de años de guerra mundial, de guerra civil e intervención imperialista. Rusia era un país inmerso en un profundo atraso cultural y económico. Las condiciones para la construcción del socialismo en Rusia estaban ausentes.
Los bolcheviques tomaron el poder con la perspectiva de una revolución internacional, sobre todo en Alemania donde las condiciones materiales para empezar la construcción socialista estaban presentes. El golpe mortal fue la derrota de la revolución internacional, particularmente en Alemania, donde la socialdemocracia traicionó a los obreros y devolvió el poder a la burguesía. Esto significó el aislamiento de la revolución rusa en condiciones de terrible atraso que fue la base real del ascenso de la burocracia estalinista. Alan explicó que lo que cayó en la URSS fue una caricatura burocrática y totalitaria del socialismo.
Cuando Alan terminó su intervención, fue fuertemente aplaudido.
Le siguieron una ronda de participaciones y preguntas, todas muy interesantes. Algunas rondaron en el tema de la burocracia estalinista, otras sobre los efectos de una posible revolución socialista en México. Otros preguntaron sobre lo que pensaba de las “nuevas” ideas en la izquierda, la originalidad de los “nuevos” pensadores y sobre las contradicciones en la revolución en Venezuela.
En su respuesta, Alan comenzó expandiéndose en los logros de la Revolución de Octubre, sobre todo en el tema de la lucha por la emancipación de la mujer. A continuación criticó a los que tachan al marxismo de “anticuado”: “Si alguien me presenta un nuevo sistema de ideas y me demuestra que sea superior al marxismo, yo me comprometo a aceptarlo. Pero simplemente no lo hay; no existen esas ideas superiores al marxismo. Las ‘nuevas ideas’ en realidad son ideas premarxistas que el marxismo ya rebatió hace mucho tiempo”.
Alan Woods terminó haciendo un llamamiento a la organización de la juventud y la lucha por una nueva revolución mexicana, que tendrá que ser socialista. Esta es la única salida para la juventud y la clase trabajadora.
Todos los presentes, incluidos los profesores que asistieron al acto, mostraron un gran entusiasmo por las ideas defendidas por el camarada Alan Woods. Se vendió una cantidad importante de literatura marxista y se sacaron muchas direcciones de gente interesada en las ideas de la Corriente Marxista Internacional.