Uno de los proyectos estratégicos que suponen una promesa de desarrollo para el sureste mexicano es el famoso Tren Maya, dicha propuesta no es nueva, desde la campaña misma Andrés Manuel López Obrador se ofrecía, junto con el proyecto de corredor del Istmo y algunas otras propuestas. La oferta consiste en conectar por vía férrea los estados de Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo, con una propuesta de transporte tanto de mercancías como de pasajeros por medio de 1500 km de vías férreas, además de los 900 km que ya existen en la actualidad. Entre otras cosas se pretende crear regiones de desarrollo industrial y la construcción de 15 estaciones del mismo tren para el impulso del turismo nacional e internacional, además del transporte de carga que representaría según el proyecto 70% del servicio del tren dejando el otro 30% para transporte de personas. Todo suena muy bien. El empleo en la región crecería disminuyendo la migración y el tradicional atraso del sur respecto al norte se atenuaría. A estas promesas se suma la de resolver todos los problemas que son preocupación de las comunidades de la región una vez que el tren esté funcionando.
¿Qué falta agua potable? Cuando este el tren maya.
¿Qué faltan carreteras? Cuando este el tren maya.
¿Qué faltan escuelas? Con el tren maya llegan.
¿Y los hospitales? Llegan con el tren.
Por todos estos motivos y por la alta credibilidad de Andrés Manuel López Obrador entre los campesinos e indígenas de la región la propuesta ha pasado con éxito al menos tres filtros:
1.- La elección presidencial
2.- La consulta nacional de noviembre de 2018 con un 89% de aprobación
3.- La consulta regional de noviembre de 2019 con un 93% de aprobación
En los dos últimos casos el porcentaje con respecto del padrón es bastante bajo, particularmente en la tercera no llega al 3%.
Sobre las características de las consultas, la participación y composición de las mismas se pueden decir muchas cosas, pero es indudable que la esencia de las mismas es, que el consenso en los estados involucrados es amplio, sean cien mil o un millón de participantes el resultado será más o menos el mismo y la razón principal ha sido el procedimiento del gobierno de vincular la solución de todos los problemas de la región con la introducción del tren maya.
Como en todos los proyectos de desarrollo se han efectuado apreciaciones críticas respecto del impacto ambiental.
Para empezar el proyecto transitaría por ocho áreas naturales protegidas y si bien se trata de la readecuación de las vías ya existentes, así como la colocación de vías en torno al trazado de carreteas que también hay, el conectar todo de forma integral implicaría como hemos dicho 1500 kilómetros más, al menos el despeje de 1200 hectáreas a lo largo de la vía, lo cual sin duda es algo de considerar.
La preservación de la flora y la fauna local es un tema de cuestionamiento de aquellos que se oponen al proyecto, tema al que Douglas Rogelio Jiménez Pons ha contestado que se tiene un plan integral de conservación y que a la larga se sembrará más de lo que se perderá.
El otro aspecto es el desarrollo social, dado que ni en Cancún ni en Acapulco el desarrollo de grandes áreas de inversión a supuesto ni desarrollo de las regiones, ni abatimiento de la pobreza, los grandes cinturones de miseria, violencia y delincuencia en dichas zonas no son un buen augurio. Tampoco lo es el despojo que los propietarios originales han sufrido por parte de “inversionistas” en aquellos lugares que la vorágine capitalista considera “áreas de oportunidad” para negocios, siempre privados siempre ajenos a las necesidades de los pobladores.
No obstante, hay que señalar que una propuesta de comunicación del sureste, una propuesta de integración de millones de campesinos y trabajadores de la zona con el resto del país no es mala en sí, de hecho, es una necesidad imperiosa, más aún cuando las condiciones de atraso y miseria están llevando a la población a devorar más y más áreas de selva en busca de madera para comerciar o de liberar tierras para la ganadería. En problema no es en realidad la creación de infraestructura sino por qué y para qué se hace.
El problema a nuestro punto de vista no se encuentra en el desarrollo mismo del proyecto sino en el perfil privado de la financiación, se habla que se requerirán 150 mil millones de pesos para construirlo, de los cuales el 90% se otorgara a empresas privadas cuyos servicios serán cubiertos a un plazo de treinta años, a fuerza de ser sinceros se trata de un negocio redondo, eso significa que la iniciativa privada que invierta recibirá beneficios por treinta años funcione o no funcione el tren.
Al parecer todos los grandes capitales mexicanos tienen parte en el pastel empezando con el jefe de la oficina de la presidencia Alfonso Romo; Alberto Bailleres dueño de entre otras empresas de Palacio de Hierro, German Larrea del Grupo México, Gastón Azcárraga antiguo dueño de mexicana, Carlos Slim de Carso, Grupo Salinas y un largo etc., de hecho, la Bolsa Mexicana de Valores, por medio de su presidente, un tal José Oriol Bosh, ha declarado que intervendrá en el financiamiento del tren.
En suma, se trata de un negocio para la gran burguesía mexicana, en donde la oferta del gobierno es que salga como salga su inversión y sus ganancias están garantizadas por 30 años ¡Un Fobaproa del riel!
Pese a que el señor Jiménez Pons jura y perjura que los derechos y las propiedades de las comunidades no se tocaran y que se compartirán los beneficios de las ganancias con los lugareños, tenemos que señalar que las leyes del capitalismo son superiores a los deseos o discursos de los políticos, en cuanto se establezca la conexión y el acceso a las diversas regiones quede liberado también se desatará la especulación, y el despojo disfrazado de oferta tentadora que miles de campesinos sufrirán, como ya ha sucedido en prácticamente toda la historia del desarrollo del capitalismo mexicano.
Los zapatistas y su posición
Como hemos visto el CNI- EZLN ha señalado oposición al Tren Maya y demás proyecto con su ya tradicional toque melodramático:
“SÍ, ESTAMOS DISPUESTOS A DESAPARECER COMO PROPUESTA DE UN NUEVO MUNDO”.
“SÍ, ESTAMOS DISPUESTOS A SER DESTRUIDOS COMO ORGANIZACIÓN”.
“SÍ, ESTAMOS DISPUESTOS A SER ANIQUILADOS COMO PUEBLOS ORIGINARIOS DE RAÍZ MAYA”.
“SÍ, ESTAMOS DISPUESTOS A MORIR COMO GUARDIANES Y GUARDIANAS DE LA TIERRA”.
“SÍ, ESTAMOS DISPUESTOS A SER GOLPEADOS, ENCARCELADOS, DESAPARECIDOS, ASESINADOS COMO INDIVIDUOS E INDIVIDUAS ZAPATISTAS”.
ASÍ QUE YA LA TIENE SU RESPUESTA EL CAPATAZ.
PERO COMO ES NUESTRO MODO COMO ZAPATISTAS QUE SOMOS, NUESTRA RESPUESTA TIENE TAMBIÉN UNA PREGUNTA QUE LE HACEMOS A LOS CAPATACES:
“¿ESTÁN DISPUESTOS LOS MALOS GOBIERNOS A TRATAR DE DESTRUIRNOS AL COSTO QUE SEA, A GOLPEARNOS, ENCARCELARNOS, DESAPARECERNOS Y ASESINARNOS?”
(subcomandante Moisés, http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/12/31/palabras-del-ccri-cg-del-ezln-en-el-26-aniversario/).
El EZLN en un mensaje, más dirigido a sus bases que al conjunto del país, señala que en realidad el objetivo del gobierno es destruirlos, para los neozapatistas el verdadero problema del gobierno es el EZLN dado que ellos representan:
Una propuesta de nuevo mundo, una organización, los últimos mayas, y los defensores de la tierra que están dispuestos a morir por ella.
Fieles a la orientación que ya señalaron a finales del año 2018 el objetivo táctico de los zapatistas es convertirse en la oposición de izquierda al gobierno de AMLO, en el cowboyntexto de objetivo a largo plazo que en términos reales es seguir existiendo como organización.
En otro documento en ocasión de la cuarta asamblea nacional del Consejo Nacional Indígena hablando más específicamente del proyecto del Tren Maya señalan:
1.- Que hay una guerra en contra de los indígenas
2.- Que las consultas son manipuladas
3.- Que hay una estrategia para dividir a los indígenas
Y finalmente han llamado a jornadas de protesta que culminaran en una reunión en Amilcingo, Morelos.
De los planteamientos anteriores el que más llama la atención es que el EZLN no cuestiona los resultados de las encuestas sino el carácter mañoso de la oferta que se hace a las comunidades mostrando todo lo bueno y ocultando todo lo malo, además de que en ese contexto aceptan que hay una gran división entre las propias comunidades en las cuales, lamentablemente los zapatistas y sus simpatizantes son minoría al grado de que no han sido capaces de contrarrestar la campaña de manipulación del gobierno federal.
Además llama la atención que las movilizaciones no tendrán como punto central la zona del tren maya, sino el centro del país.
Lo lamentable de la propuesta zapatista es que simplemente se oponen al proyecto sin plantear otra cosa que seguir “defendiendo a la madre tierra”. Aquí tenemos la base del poco éxito de los zapatistas en las comunidades que convivirán con el tren maya, ante la oferta de mejoras o de supuesto desarrollo del gobierno la oferta de los zapatistas es nada, simplemente preservar lo que ya está y así es complicado.
La preservación y defensa de la madre tierra está bien como discurso pero le resta mucha credibilidad el saber que, en la propia selva lacandona y los Montes Azules, zona donde el EZLN defiende enérgicamente a la madre tierra, se pierden más de 10 000 hectáreas de selva cada año, estudio de hace unos años señalaba:
Entre los años 2000 y 2012 cerca de 6% (142 000 hectáreas) de las pérdidas en cobertura arbórea ocurridas en México tuvieron lugar en la región de la Selva Lacandona. Además de alarmantes, estas cifras significaron la desaparición de al menos 500 millones de árboles y 32 millones de toneladas de biomasa (considerando 3 500 individuos 3 cm de dap por hectárea (Stegen et al. 2009).
En toda la región la deforestación alcanzó su menor nivel en 2002 (5 594 ha) y el mayor en 2009 (18 080 ha). Los municipios más afectados fueron Marqués de Comillas, Benemérito de las Américas, Maravilla Tenejapa y Ocosingo. De forma paralela, la deforestación dentro de las ANP también se incrementó. (http://www.biblotecanatura.org/conservacion-y-desarrollo-sustentable-en-la-selva-lacandona/index.php/sec1/sec1-cap4/sec1-cap4-3)
El problema en suma es complejo y en el fondo tiene que ver sobre todo con el capitalismo en todo México, no solamente en torno a un proyecto o a una región.
Otro problema de la propuesta zapatista de oposición al tren maya tiene que ver con su tradicional proceder en cuanto a iniciativas se refiere y que en este caso tampoco se ve que vaya a cambiar: se proponen una serie de movilizaciones, regionales y una nacional y luego una gran asamblea, convención, encuentro o lo que sea, en donde seguramente se propondrá una declaración que convoque a una nueva reunión y así.
El tren maya y los trabajadores
La oposición al tren maya , como hemos visto debe estar más enmarcada en una lucha contra el régimen capitalista, en nuestra opinión una propuesta de infraestructura que ayude a la integración de millones de campesinos y trabajadores con el resto del país es positiva siempre y cuando se haga en favor de las comunidades, no obstante en los marcos del capitalismo esto es imposible, la propuesta así como está planteada es un proyecto de depredación de la humanidad y la naturaleza en función de beneficios a los de siempre.
Nuestra oposición debe ser al proyecto capitalista del tren maya, y debe orientarse de manera global a la política económica del régimen de AMLO que fomenta y consciente los grandes negocios capitalistas por encima de los intereses de las masas.
A nuestros compañeros zapatistas les tenemos que decir que las comunidades indígenas no son ajenas al capitalismo, viven en él y lo sufren. Que debemos dar una lucha unificada por la transformación del país y no simplemente resistir en comunidades que de todos modos no están aisladas del país.
Cualquiera proyecto que implique devastación de regiones naturales debe ser valorada y discutida en las asambleas donde comunidades, expertos en el tema, y todos interesados discutan democráticamente los beneficios y consecuencias. Las inversiones deberían ser hechas por el gobierno para desarrollar empresas estatales en vinculación con comunidades y medio ambiente y de ahí se partiera para construir o no tal proyecto. Solo una inversión que tenga como objetivo el desarrollo comunitario y de la naturaleza, y no los beneficios (inversión capitalista) puede ser genuinamente en interés de los más pobres.
¡No al actual proyecto del Tren Maya!
¡Por una propuesta de desarrollo económico y social del sureste en armonía con las comunidades y con el equilibro ecológico!
¡Por la unidad de los trabajadores del campo y la ciudad contra la política económica capitalista!