La actual coyuntura que vive el IPN, enmarcada por el proceso de construcción de la organización del Congreso Nacional Politécnico, se ha venido acompañando de todo tipo de rumores y noticias falsas que, lejos de favorecer la lucha por la democratización del Politécnico y la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras del IPN, está generando un ambiente propicio para que los grupos de poder, tanto desde dentro como desde afuera, se apresten para tomar control del mismo.
Hay que reiterar que con rumores, mentiras, editando grabaciones o construyendo enemigos donde no los hay, no se llega muy lejos, la verdad emerge. Quien siembra en fango suele no cosechar mucho.
Por tal motivo y por los vínculos que La Izquierda Socialista tiene en el IPN desde nuestro surgimiento en 1990, nos vemos en la necesidad de enfatizar algunos puntos que forman parte de nuestra opinión.
1.- La transformación democrática del IPN, parte fundamental de la educación en el país, está absolutamente vinculada con la transformación de la sociedad en su conjunto, no se pueden fomentar ilusiones de que es posible un cambio de fondo en el IPN sin contemplar el proceso en su conjunto.
2.- La actual política educativa del Estado, aunque hablé de defensa de la educación pública y señale como referente al cardenismo que dio origen al IPN, no se ha diferenciado en la práctica de las orientaciones heredadas de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, no ofrecen señales claras de que exista un proyecto nacional serio de construcción de una educación pública, gratuita y de calidad. Lo que tenemos son recortes y austeridad. Ese es el contexto nacional en el que se desenvuelve la actual coyuntura del IPN.
3.- La Izquierda Socialista no alienta ni auspicia esperanzas en que por la vía del Congreso Nacional Politécnico se encontrará el camino para una trasformación palpable del IPN. Nuestra tarea es aprovechar el foro del Congreso Nacional Politécnico para explicar la necesidad de construir un programa de lucha de corto y mediano plazo en defensa de los derechos e intereses de los estudiantes y trabajadores del IPN y luchar por ello dentro y fuera de él. En suma, generar organización en preparación para futuras luchas. Reconocemos la voluntad de decenas de estudiantes y trabajadores de la educación que nos hemos encontrado en este espacio y que desean honestamente transformar y luchar en defensa de la educación pública y los derechos laborales, desde este y otros espacios.
4.- En el terreno estudiantil pugnamos por la independencia de la organizaciones estudiantiles respecto a las autoridades y el Estado, por un programa que enarbole demandas inmediatas de y recuperar las demandas históricas del movimiento estudiantil, en el terreno sindical pugnamos por la democratización de las organizaciones sindicales en el IPN: la Sección 60 y la Sección 11 del SNTE, no puede existir transformación sin la transformación por la vía democrática de las organizaciones sindicales, además pugnamos por la defensa de los derechos laborales.
4.-La realización misma del Congreso Nacional Politécnico debe estar supeditada por parte de las fuerzas democráticas y de izquierda a una estricta de independencia política respecto del gran capital y su programa y de las autoridades del IPN que, no se nos debe olvidar, representan al Estado. No estamos por un Congreso a como dé lugar, no estamos por crearle a las autoridades un espacio para que impongan una agenda que distintas luchas han frenado desde hace ya décadas. Dejémoslo claro, no aceptaremos ninguna medida que explicita o implícitamente signifique un paso a la privatización del IPN o a su conversión en feudo de esta u otra mafia del poder, así como tampoco el empeñar los derechos de estudiantes, profesores y trabajadores.
5.- Es la autoridad del IPN, particularmente su actual cabeza, Mario Rodríguez Casas, la única responsable de que la actual coyuntura termine atentando contra el IPN. Denunciamos sus maniobras para dividir a los jóvenes y trabajadores y hacemos un llamado a desconfiar y no atender cualquier llamado a diálogo que no sea el enmarcado en comisiones representativas y reuniones públicas. Lo reiteramos, estamos por la unidad en la lucha. En ese contexto los trabajadores y los estudiantes no pueden partir del prejuicio de considerar por principio a otros trabajadores como sus enemigos, no pueden caer en el juego de la autoridad.
6.- La Izquierda Socialista no lucha por la autonomía del IPN, lucha por una transformación de raíz en la sociedad y de la educación en su conjunto. No es un rechazo por principio sino en función de que alentar la idea de que la autonomía es una alternativa en sí misma es totalmente erróneo, es sembrar ilusiones que después puede contar muy caro explicar porque no se concretaron o se convirtieron en su contrario. Primero va un programa, un plan de lucha y la movilización organizada de la mayoría de la comunidad del IPN. Primero va el convertir al IPN en un apoyo para la trasformación de toda la educación.
Ni oportunismo ni sectarismo, sino unidad en la lucha contra el enemigo común.
¡Unidos y Organizados… Venceremos!