Escrito por: David García Colín, sindicalista SUTIEMS |
El desalojo violento del plantón de maestros en Oaxaca, la detención violenta y arbitraria de los dirigentes de la Sección XII de la CNTE, Rubén Núñez; al Secretario de Organización de esta sección, el profesor Francisco Villalobos; además de otras 24 órdenes de captura contra más líderes de la CNTE, marcan un punto de inflexión en la guerra que el Estado está emprendiendo contra los profesores organizados, contra la CNTE. O el movimiento avanza, se generaliza y se unifica; o el Estado termina por imponer otra de sus reformas estructurales.
Los profesores de la CNTE en Oaxaca han respondido con cierres de carreteras e instalación de barricadas. Hay una tendencia en muchos sectores de la sociedad de unidad con la lucha de la CNTE. Un reflejo de esta presión es el llamado de AMLO a un mitin el domingo 26 de junio en defensa de los maestros. Este llamado puede marcar un salto cualitativo. Además de la CNTE, Morena es la mayor organización de masas de izquierda en nuestro país. En el pasado, AMLO había ofrecido un apoyo declarativo a la lucha de los maestros, pero ahora es un llamado a la movilización. Es evidente que el llamado tiene sus limitaciones: convoca a un mitin dentro de dos semanas, cuando las acciones deben ser urgentes e inmediatas, pero al menos es un paso en la dirección correcta que debió haberse dado hace ya muchos meses. En realidad, la unidad en la acción es la única alternativa.
Se le atribuye a Eurípides el haber afirmado “cuando los dioses pretenden destruir a alguien, primero lo vuelven loco”. El régimen parece estar en un frenesí desquiciado de ataques, como Nerón incendiando Roma. Lo hace en un contexto de máxima inestabilidad, crisis económica, política y de violencia en todo el país. Lo hace después de unas elecciones donde el Partido en el poder perdió estados que había gobernado por cerca de 100 años. Pero el régimen, en realidad, no puede hacer otra cosa que atacar y cumplir el papel que la burguesía le ha encomendado, aunque esto implique locura, es la barbarie del sistema capitalista. Sin embargo, sólo hace falta una organización política que pueda aglutinar y organizar el descontento a nivel nacional. La movilización convocada por Morena debe ser un paso en ese sentido, las bases de Morena tenemos que luchar para que así sea. A diferencia de lo que creía Eurípides, los dioses no destruirán al régimen, sólo el malestar social organizado y unificado puede hacerlo.
Es importante extraer las lecciones políticas de las últimas elecciones. Si Veracruz fue el estado donde Morena estuvo más cerca de ganar la gubernatura, fue porque se trató de un candidato salido del movimiento, vinculado con el movimiento popular, con un discurso más a la izquierda, que supo movilizar y entusiasmar. Si Morena no pintó en otros estados, se debió a los candidatos impuestos, a su separación con el movimiento en las calles, a los métodos burocráticos. Si realmente queremos ganar las elecciones del 2018, por lo menos aspirar a hacerlo, Morena debe volcarse a una campaña similar a la de Cuitláhuac pero a nivel nacional. Incluso se requiere más, no sólo ganar en las urnas, sino ganar las calles para derrotar el fraude. Esto implica marchar en las calles con los maestros y con todas aquéllas luchas populares que surjan. La lección es clara, o armamos un frente nacional de sindicatos, Morena, maestros, estudiantes, etc; o el 2018 será la misma historia de siempre. Si queremos derrotar el fraude, que sin duda habrá en el 2018, debemos estar a la altura. O el pueblo se unifica, o nos derrotarán a todos juntos, por separado.