Escrito por: Leonel Rojas
Hace poco tiempo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México se llevó a cabo una actividad conocida como “tendedero» el cual consiste en colocar diversas denuncias colgadas sobre el acoso, abusos sexuales y omisión de estos casos por parte de las autoridades educativas, actividad llevada a cabo por parte de las compañeras de “Colectiva Violetas FES Aragón “. Esta actividad no es nueva en la UNAM, ya que en diversas facultades se ha llevado a cabo contando con diferentes grados de apoyo.
Este ejercicio aunque nuevo en esta facultad tuvo un tremendo impacto mediático ya que muy pronto medios de comunicación como el periódico “El Universal” de forma inesperada sacaron noticias sobre dicho tendedero, y de igual forma, en pocas horas los hilos se llenaron de denuncias de todo tipo, capturas de pantalla, fotos de los denunciados, mensajes de advertencia, nombres, fechas, e incluso de que autoridades no toman con seriedad las denuncias de acoso.
Ante todo esto la reacción de la Dirección del plantel no se hizo esperar y se convocó de inmediato al colectivo a una charla mientras que se emitían diversos comunicados en los que se daban algunos datos que a mas de uno le parecieron inverosímiles como por ejemplo el hecho de que se ha aplicado un protocolo para evitar la violencia de género y el acoso desde hace tres años (que prácticamente es como si no hubiera, dados los casos ya presentados en el tendero y el aumento de los mismos durante todo ese mismo período de tiempo) o bien que la cifra de casos conocidos por las autoridades era de 34 con 32 resueltos y de los cuales a cada uno se aplicó una medida correctiva u oportuna para solucionarlos (lo cual si bien puede ser cierto, representa un numero pequeñísimo y al no aclarar que medidas se aplicaron deja en estado de incertidumbre e inseguridad al grueso de la población estudiantil sobre la efectividad de dichas correcciones y es más, se sabe que muchas veces esta medida consiste en cambiar al acosador de un turno a otro).
Ahora bien, esto contrasta con un ambiente sumamente inseguro para las mujeres que existe en el Estado de México, donde los feminicidios van en alza desde hace años, sin dejar de lado las desapariciones, violaciones, el acoso, el abuso sexual y la impunidad que tienen los delincuentes los cuales son noticia diaria (parte incluso de la terrible descomposición social en México).
Es sabido que en el municipio vecino de Ecatepec últimamente se han estado encontrando a diversos individuos como el llamado “monstruo de Ecatepec” o la pareja de descuartizadores de Ciudad Azteca quienes periódicamente han estado privando de la vida a mujeres trabajadoras, amas de casa, madres solteras, jóvenes, personas que por su condición vulnerable son victimas preferidas de los delincuentes quienes han sabido aprovechar al máximo el ambiente de inseguridad e ineficacia de las autoridades quienes parecen ausentes la mayor parte del tiempo y que incluso carecen de suficientes elementos humanos y materiales para cumplir su función.
Ante todo esto es evidente que tampoco hay una organización popular que sea lo suficientemente capaz de hacer una diferencia aunque poco a poco crece y comienza a notarse que se esta dando un paso hacia la autodefensa, pero lo cierto es que en este punto la sociedad no es capaz de frenar este problema lo que desgraciadamente nos tomara tiempo y dolorosas experiencias.
Como es costumbre en la sociedad las voces de la reacción no se hicieron esperar a lo que en redes se expresó con diversas opiniones sobre restarle valor y seriedad a las denuncias ya que las denunciantes no daban la cara (cuando obviamente la denuncia puede y debe ser anónima en muchos casos debido a que puede tener consecuencias para la víctima por lo cual diversas autoridades reconocen la denuncia anónima sin que esto afecte en forma alguna el procedimiento) o bien por que al “quemar» a los denunciados podría haber algún inocente víctima de la venganza de alguna resentida mujer que solo quisiera hacerle daño mientras que muchos más se pronunciaban por que al no ser un mecanismo “legal» este no debería tener efectos. Todo esto representa una falta de verdaderos procedimientos que den una solución real a las victimas y que al crearse un vacío este fue rellenado, obviamente también por un ejercicio que no resuelve las denuncias pero que si visibiliza el grave problema y que a su vez marca la pauta para solucionar sistemáticamente en la Facultad estos problemas.
La reacción en FES Aragón se organizó y ya para lo que suponía sería el tercer día del tendedero se organizó un evento con el propósito de desacreditar y quitar toda seriedad al ejercicio, donde se convocó a la comunidad a llenar de memes e imágenes de todo tipo el espacio para las denuncias. Ante esta torpe convocatoria pública las compañeras decidieron no poner el tendedero (ya no ha sido colocado de nuevo), llevar las negociaciones con las autoridades de forma cerrada y atacar el evento para tirarlo en redes sociales. Lo que quedo muy claro ante esta serie de sucesos y a modo de balance es que:
- La reacción es organizada por un grupo de profesores cuyas identidades permanecen desconocidas pero que resulta evidente su grado de influencia ya que en este ejercicio al verse afectados directamente no comenzó a buscarse a los responsables y culpables, por el contrario se busco organizar rápidamente el desmantelamiento del tendedero por que muchísimos profesores salieron involucrados.
- La autoridad universitaria a su vez mantiene el problema creciendo al hacer caso omiso al problema e intentado mostrar datos para justificar su pobre actuación ante una alarmante crecida de violencia de género al mismo tiempo que omite presentar los datos de las medidas que toma ante estos casos pudiendo ser estas insuficientes para resolver definitivamente los casos.
- Las compañeras hicieron visible el problema creando con esto un punto donde muchas compañeras pudieron expresarse y denunciar la violencia que viven día a día, sin embargo también fue evidente que hace falta una buena organización ya no solo para denunciar si no también para ejercer acciones que puedan llevar a solucionar en medida de lo posible la mayor parte de los casos que se presentan y aunque definitivamente no podrá ejercerse una medida oficial y legitimada por parte de la organización estudiantil, el reproche a estos abusadores debería poder llevarlos a una instancia donde si sean castigados por sus conductas, lo cual solo se llevará a cabo con la presión y vigilancia de una organización estudiantil fuerte y unida.