Entre el 24 y el 29 de julio, 370 marxistas de más de 25 países se reunieron en los Alpes italianos para el congreso 2018 de la Corriente Marxista Internacional (CMI). En los próximos años, creemos que este congreso será recordado como un punto de inflexión en el esfuerzo por construir una organización mundial capaz de dirigir a la clase trabajadora en la lucha por derrocar al capitalismo.
El congreso comenzó analizando la situación mundial. El 2008 será visto durante años como un punto de inflexión en la historia mundial. Desde esa crisis, nada ha sido igual. Cada intento de los capitalistas de restaurar el equilibrio económico del sistema a través de la austeridad y los ataques al nivel de vida de la clase trabajadora, ha socavado la estabilidad social y política del sistema. Diez años después del comienzo de la crisis, los capitalistas no parecen haber encontrado ningún medio para estabilizar la situación. La clase trabajadora, mientras tanto, no ha recuperado el nivel de vida anterior.
Si bien la dirección de los sindicatos y la amenaza del desempleo pueden deprimir la acción industrial en gran parte del mundo, aun así, se está desarrollando una rabia subterránea en todas partes, que es capaz de explotar sin previo aviso en cualquier lugar. La conciencia de cientos de millones de trabajadores ha sido indeleblemente modificada por los acontecimientos desde 2008.
El movimiento explosivo e incluso insurreccional que se desarrolló en Haití en las semanas previas al congreso ilustra este punto muy vívidamente. Durante años, el pueblo de esta nación ha sido saqueado, violentado y brutalizado en todos los sentidos por las potencias imperialistas a través de la ONU, ONGs, organizaciones benéficas y similares. La gota que colmó el vaso fue el intento del gobierno de recortar los subsidios al combustible: una medida que sumiría a millones de personas en la desesperación total.
Los Estados Unidos en crisis
En los Estados Unidos, la crisis se ha expresado en la elección de Donald Trump. Esto ha provocado el surgimiento degrietas que se han abierto entre el presidente y sectores importantes de la clase dominante y del Estado. El Partido Republicano ha quedado completamente devastado por la victoria de Trump. En verdad, el otro pilar principal del capitalismo estadounidense, el Partido Demócrata, no está en una mejor forma.
La crisis del período actual está exponiendo por completo los límites del imperialismo estadounidense. En ningún otro lugar esto es más claramente visible que en las agudas contradicciones en Oriente Medio, en las que se ha enredado la clase dominante estadounidense. Mientras Trump y un ala de la clase dominante están tratando de liberarse del desastre que han creado en Siria con la ayuda de Rusia, otro ala está decidida a evitar cualquier acercamiento.
Además, se ha abierto un cisma extremadamente profundo en la clase dominante estadounidense entre los defensores del libre comercio y un ala proteccionista. Lejos de ser un “loco” o un “agente ruso”, Donald Trump representa una vieja tendencia en el capitalismo estadounidense: él es un aislacionista.
Es evidente que a algunos en la clase dominante estadounidense les gustaría ver los aranceles impuestos a los competidores de Estados Unidos: particularmente dirigidos a productos de alta tecnología de China. Otros, sin embargo, pueden ver con toda claridad que una vez que se ponga en marcha una guerra comercial devolviendo golpe por golpe, no será tan fácil detenerla. Fue precisamente esa tendencia al proteccionismo lo que contribuyó fuertemente a llevar a la economía mundial a una depresión en la década de 1930. Tal escenario amenaza con repetirse ahora en una escala totalmente más gigantesca.
Si bien Trump no es la causa de las crecientes tendencias proteccionistas a escala mundial, ciertamente las está acelerando. Sin embargo, la causa subyacente de esta crisis es la sofocación de las fuerzas productivas por las dos principales barreras al progreso bajo el capitalismo: la propiedad privada y las estrechas fronteras del estado-nación.
Europa
Sin embargo, en el período actual, está claro que el centro de la revolución mundial se ha trasladado a Europa. En Grecia, ocho años de crisis y austeridad han causado que la economía se reduzca en un 25 %. Y, a pesar de todos los recortes, la relación entre la deuda y el PIB en Grecia ha aumentado del 159 % al 180 %. En Francia, hemos visto huelgas masivas contra las contrarreformas de Macron. En España hemos visto la caída de Rajoy. Incluso en Alemania, los viejos partidos están en crisis.
Pero, con mucho, el mayor dolor de cabeza para los capitalistas de Europa es la situación en Italia, que amenaza con explotar abiertamente. Con 2,3 billones de euros de deuda colgando del cuello del Estado, Italia representa una crisis que es de magnitud mucho mayor que la de Grecia. Con la subida al gobierno del Movimiento Cinco Estrellas, se ha abierto un nuevo período de inestabilidad aún mayor en Italia.
Dondequiera que miremos alrededor del mundo, vemos el mismo patrón. Años de ataques a la clase trabajadora no han resuelto fundamentalmente el malestar económico subyacente. Sin embargo, los trabajadores están llegando al final de sus cadenas. La polarización política está destruyendo el llamado “centro”. Mientras tanto, en un país tras otro, están surgiendo divisiones en la clase dominante. Todos estos síntomas auguran un período de agitación y revolución.
Nuestra tarea es construir una tendencia marxista de tal fuerza, tanto cuantitativa como cualitativa, que pueda preparar el camino para un partido revolucionario capaz de llevar a la clase trabajadora a la toma del poder y a la transformación socialista de la sociedad.
Marxismo versus políticas de identidad
En el tercer día del congreso, Fred Weston introdujo una discusión sobre el enfoque marxista de la lucha contra la opresión y la liberación de los grupos oprimidos.
Las derrotas de la clase trabajadora desde finales de los años setenta hasta los años ochenta provocaron que un estado de pesimismo penetrara en una capa de intelectuales de izquierda, particularmente del campo del estalinismo. Para justificar su propia desmoralización capitularon ante la contraofensiva ideológica que siguió a esas derrotas y al colapso de la Unión Soviética.
Fred Weston introdujo la discusión sobre el enfoque marxista de la lucha contra la opresión y nuestra oposición al idealismo de las políticas de identidad / Imagen: Socialist Appeal
Los posmodernistas que dirigieron sus acusaciones contra el marxismo rechazaron cualquier noción de “progreso” y “ciencia”, y rechazaron con burla arrogante la posibilidad de lograr una transformación revolucionaria de la sociedad. A través de la correa de transmisión de sus cátedras universitarias, han buscado, y logrado parcialmente, infectar a una nueva generación de jóvenes de izquierda con su propio pesimismo.
Estas ideas reaccionarias han tenido sus ramificaciones en la proliferación de todas las formas de políticas de identidad: desde la interseccionalidad, hasta la teoría queer, pasando por varias ramificaciones del feminismo. En la base, todas estas formas de políticas de identidad tienen en común una concepción idealista de la opresión. En lugar de analizar objetivamente la base material de la opresión, su punto de partida y su final es la experiencia subjetiva de la opresión. En lugar de buscar un derrocamiento revolucionario del sistema capitalista, buscan “liberar” a los oprimidos a través de cambios en el lenguaje o el “discurso”, etc.
Al hacerlo, proporcionan el más alto servicio a la clase capitalista. En lugar de intentar unir a los oprimidos en una lucha de clases contra el capitalismo, terminan dividiendo el movimiento en una jerarquía de privilegios con un número infinito de categorías. Tales ideas, sin importar cuán “radical” sea el lenguaje empleado, solo pueden tener las consecuencias más reaccionarias para el movimiento, enfrentando ahombres contra mujeres, a negros contra blancos, etc.
La discusión cubrió una variedad de experiencias de todo el mundo. De particular interés fueron las contribuciones de nuestros camaradas españoles, que aportaron una valiosa experiencia de la “huelga feminista” del 8 de marzo de este año. Los camaradas de Bélgica, Canadá, Gran Bretaña y otros países también dieron experiencia de primera mano sobre el papel desempeñado por los defensores de las políticas de identidad.
Al final, el congreso fue unánime en la necesidad de defender el marxismo contra estas ideas divisivas y perniciosas.
La crisis en Italia y el papel de los marxistas
A lo largo de la semana, un tema apareció destacado: ¡que los marxistas parecen ser los únicos optimistas en el mundo! La prensa capitalista, la academia, los líderes oficiales del movimiento obrero, todos parecen estar llenos de pesimismo; la CMI parece estar sola en tener un optimismo bien fundado.
Ninguna sesión ilustró este punto mejor que la comisión sobre la crisis del capitalismo italiano. Lejos de salir de la crisis en 2008, las cosas han ido de mal en peor en Italia. El PIB per cápita hoy permanece por debajo de lo que era en ese momento, y el desempleo entre los jóvenes se sitúa en un desalentador 30%. La vida simplemente se está volviendo insoportable para la mayoría de las personas pobres y de la clase trabajadora.
Desde 2008, los gobiernos “tecnocráticos”, de derecha y supuestamente de “izquierda” han ido y venido. Todos ellos han llevado a cabo la misma política: recortes de austeridad brutales en favor de los intereses del capitalismo internacional. Sin embargo, esto aún no es suficiente para la clase dominante. El resultado ha sido que todos los principales partidos identificados con el establishment capitalista -desde el partido de Berlusconi hasta el Partido Demócrata (PD)- han visto colapsar su apoyo.
El PD, en particular, ha visto su autoridad maltratada. A pesar de sus credenciales de “izquierda”, ha representado durante el último período la herramienta más confiable para llevar a cabo las políticas de austeridad exigidas por los capitalistas italianos y la UE.
Cuando Renzi asumió el cargo, intentó llevar a cabo una gran cantidad de recortes y contrarreformas en un período de tiempo muy corto. El principal sindicato, la CGIL, por su parte no hizo nada para resistir estos ataques.
El resultado no fue sólo un colapso del apoyo a Renzi y a su gobierno, destrozado en el referéndum de reforma constitucional de 2016 y en las elecciones generales del 4 de marzo de este año, sino el colapso de todos los partidos situados a la izquierda del PD, que tomaron parte en las políticas de colaboración de clase o que no presentaron una alternativa creíble a la austeridad. Esto dejó el terreno abierto para el surgimiento del Movimiento de Cinco Estrellas (M5S). La CGIL también ha sufrido una crisis, siendo desafiada por sindicatos de izquierda más pequeños como la Unione Sindacale di Base (USB).
Italia ahora ha entrado en una situación única para todas las clases de la sociedad. La clase trabajadora -que una vez pudo jactarse de tener un Partido Comunista de dos millones de personas- ahora se ve privada de cualquier representación política. La clase dominante italiana también está entrando en un nuevo territorio. Por primera vez, está entrando en un período en el que no tiene ningín partido ‘confiable’ en el que apoyarse.
La ira en la sociedad italiana irrumpirá inevitablemente en la escena; y la clase obrera italiana redescubrirá sus tradiciones militantes y revolucionarias. Los marxistas en Italia, organizados en torno al periódico Rivoluzione, se están preparando para esto / Imagen: Rivoluzione
Al buscar una alternativa, millones de trabajadores han puesto sus esperanzas en nuevas formaciones como el Movimiento Cinco Estrellas. A pesar de la fuerte retórica anti-establishment, este partido tampoco podrá cumplir ninguna de las promesas que hizo antes de las elecciones.
Mientras que muchos en la izquierda han lamentado el colapso de los llamados partidos de izquierda en Italia, y ven solo un paisaje desolador por delante, nosotros, como marxistas, podemos ver que estos acontecimientos están acumulando una poderosa explosión social para el futuro cercano.
Puede tomar seis meses, puede llevar un año o dos, pero inevitablemente el M5S se romperá; la ira en la sociedad italiana irrumpirá en la escena; y la clase obrera italiana volverá a mostrar sus tradiciones combativas y revolucionarias.
Esta es la perspectiva para la cual los marxistas en Italia, organizados en torno al periódico Rivoluzione, se están preparando.
Sesión sobre Pakistán
Un punto culminante inspirador del congreso fue la sesión sobre Pakistán. Los camaradas pakistaníes que encabezaron la discusión pintaron una imagen gráfica de la crisis a través de la cual se dirige Pakistán.
Desde 1947, Pakistán ha sido un peón del imperialismo estadounidense y el centro de reacción en toda la región. Sin embargo, en los últimos años, los lazos entre el imperialismo estadounidense y Pakistan han llegado a un punto bajo, con China interviniendo cada vez más en el país. China ha desarrollado inversiones estratégicas claves en el país a través del proyecto del Corredor Económico China-Pakistán.
Todas las demás tendencias políticas en Pakistán, de izquierda a derecha, han elogiado estos vínculos estrechos con China. Solo nuestra tendencia ha analizado seriamente estas nuevas relaciones y se ha atrevido a señalar el carácter imperialista de los crecientes intereses de China en Pakistán.
Los camaradas paquistaníes que lideraron la discusión pintaron una imagen gráfica de la crisis a través de la cual se dirige Pakistán / Imagen: Socialist Appeal
La crisis cada vez más profunda del capitalismo paquistaní es a todas luces más evidente. En los últimos siete meses, la rupia ha perdido el 20% de su valor. Además, el desempleo se está disparando. A medida que la crisis en los estados del Golfo se ha profundizado, las remesas también se han secado y miles de trabajadores han comenzado a regresar de Arabia Saudita.
Bajo estas circunstancias, la clase dominante paquistaní tendrá que ir al FMI de rodillas, mendigando con el plato en la mano, mientras que a los Estados Unidos les preocupa que cualquier rescate se utilice para pagar a los prestamistas chinos.
Ninguno de los partidos políticos tiene un programa que pueda mejorar el infierno que la gente común de Pakistán experimenta a diario. Como tal, las masas les han dado la espalda a todos. Mientras que el PTI de Imran Khan ha sido el primero en las últimas elecciones, tampoco ofrece nada para las masas.
Nuestros camaradas han sido atacados por el estado paquistaní en varias ocasiones, demostrando una voluntad de acero y un coraje que ha sido una inspiración para todos los camaradas de la Internacional / Imagen: Socialist Appeal
Sin embargo, a pesar de la falta de expresión política organizada, está claro que los trabajadores y los pobres han llegado al límite de lo que pueden soportar. Hemos visto movimientos masivos de trabajadores y estudiantes en los últimos años. Sobre todo, tuvimos el reciente movimiento masivo del pueblo pashtún oprimido, que sacudió a la clase dominante paquistaní hasta sus cimientos.
Nuestros camaradas intervinieron vigorosamente en este movimiento contra la opresión que sufre el pueblo pashtún. Discutieron a favor de vincular su lucha con la de todas las nacionalidades y grupos oprimidos. Sobre todo, hicieron un llamamiento para que el movimiento Pashtun se una con la lucha de la clase trabajadora para derrocar el capitalismo en Pakistán y en todo el subcontinente.
Como informamos anteriormente, nuestros camaradas han sido atacados por el estado paquistaní en varias ocasiones. Bajo estas circunstancias, los compañeros demostraron una voluntad de acero y un valor que ha sido una inspiración para todos los camaradas de la Internacional, y que electrificó al congreso.
Reatando el nudo de la historia
En las contribuciones dadas por camaradas de un país tras otro, surgió un patrón. En todo el mundo, la dirección del movimiento obrero, ya sea de la variedad reformista de izquierda o de derecha, está siendo severamente puesta a prueba y sus políticas están siendo desenmascaradas. Por otro lado, los intentos de la clase capitalista de ir a la ofensiva y llevar a cabo su agenda de austeridad están desestabilizando aún más el capitalismo y dando un mayor impulso a la lucha de clases.
Desde el período de la posguerra, las fuerzas del marxismo se han reducido a una pequeña minoría a escala internacional y, por lo tanto, no han podido ofrecer una dirección alternativa. Refiriéndose a este aislamiento en el período pasado, Alan Woods comentó: “Hemos visto varias ocasiones en las que se ha roto el hilo de la historia”.
¡Adelante a construir la Internacional! / Imagen: Socialist Appeal
En el período oscuro de la reacción fascista y estalinista en la década de 1930, sólo Trotsky y sus seguidores en la Cuarta Internacional mantuvieron en alto la bandera no contaminada del marxismo. Después de la muerte de Trotsky, la direción incompetente de la Cuarta Internacional hizo naufragar a esa organización.
Sólo un pequeño grupo de personas en Gran Bretaña alrededor de Ted Grant mantuvo vivas las ideas genuinas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Sus esfuerzos están vindicados hoy en los éxitos de nuestra Internacional. Ante un estado de ánimo eléctrico, Alan Woods cerró el Congreso con las siguientes palabras:
“Las últimas palabras de Trotsky mientras yacía en su lecho de muerte, abatido por un agente estalinista, fueron: Tengo confianza en la victoria de la Cuarta Internacional ¡Adelante!’.
Con este congreso reatamos el nudo de la historia. ¡La verdadera Cuarta Internacional está aquí, en esta sala!”