Escrito por: Ubaldo Oropeza
Los acontecimiento recientes en el proceso electoral han perfilado a Ricardo Anaya, candidato de la Coalición de Frente por México (PAN, PRD, Movimiento Ciudadano), como el candidato con el que la burguesía puede hacerle frente a Andrés Manuel López Obrador, sin embargo las acusaciones de corrupción que pesan sobre él, las divisiones internas de los grupos políticos de la oligarquía dificultan esa situación
Uno de los aspectos donde más se evidencia la crisis política de la derecha mexicana (tanto de sus partidos políticos como de la misma burguesía nacional) es en su incapacidad de tener un candidato fuerte con el cual enfrentar a AMLO.
Aunque sabemos que los partidos como el PRI, el PAN y el PRD representantan los mismos intereses, es decir los de la oligarquía nacional y el imperialismo, por eso decimos que sí se vota por alguno de ellos, en realidad se está votando por el mismo programa político.
Tenemos que decir también que estos cuerpos políticos tienen intereses propios los cuales, en muchas ocasiones, los hace entrar en confrontación con los intereses generales de su clase. Esto es lo que hemos visto en el último periodo. En aras de poder tener un candidato que le dispute a AMLO la presidencia y al que la burguesía le dará cuantiosas cantidades de dinero para comprar las elecciones y, por ende, los demás partidos de la derecha tendrán que trabajar para que el «elegido» llegue al poder. Se ha abierto una lucha entre los candidatos Meade y Anaya.
La diferencia entre ellos no es su programa sino quién va a ser el que encabezce las posiciones de la burguesía. Además, cada uno de ellos representa a una pandilla de ladrones que está tras sus espaldas y que están apostando dinero para que gane, tener inmunidad y no pisar la cárcel. Para darnos una idea de lo que hablamos tenemos que recordar que hay más de 20 ex gobernadores que están acusados de tráfico de influencias, vínculo con el crimen organizado, enriquecimiento ilícito, etc. Esto es la punta del iceberg. Imaginemos cuántos presidentes municipales, regidores, síndicos, etc., están en esta situación. Tienen esperanzas que su candidato gane para seguir robando o en el peor de los casos no ir a la cárcel.
Por eso vimos como, hace un mes y medio atrás, el PRI saco a la luz una red de lavado de dinero vinculado a Anaya. Por otra parte vemos a Anaya acusando al PRI de corrupto, y represor y desligándose de toda la política -que en su momento el PAN votó- que el PRI ha impulsado.
Este no es el único problema que tiene la burguesía, en realidad el más complicado es tratar de deshacerse de todo el descrédito que sufren los partidos del régimen que han impulsado toda esta política criminal y anti obrera. La burguesía está pagando todo el desgaste y descrédito que implicó echar adelante todas sus reformas estructurales. El PRI junto al presidente EPN son odiados por la población, el PAN se le ve como un partido palero del régimen, mentiroso, corrupto y doble moral.
De entre medio de toda está basura y olor fétido la burguesía tiene que escoger a uno -AMLO se a ofrecido ser el candidato de unidad y fortaleza de todas las clases pero la burguesía y parte del imperialismo americano no tiene confianza en él, no por su programa sino por las fuerzas e iluminaciónes que puede desatar entre las masas- de los dos susodichos.
Después del primer «debate» todo parece apuntar que el candidato «fuerte» será Anaya. Los diferentes analistas lo han dado como vencedor y las encuestas lo sitúan en un segundo lugar. Si ésta designación se confirma -lo veremos a lo largo de estos días- esto no va a implicar que haya declinaciones oficiales por él, incluso que se eliminé el golpeteo entre estas dos fuerzas. El movimiento será a la vieja ausansa priísta, por debajo del agua, se hablará con gobernadores, con dirigentes de organizaciones corporativas, para orientar el voto «útil» para Anaya.
La forma en la que se está decidiendo está candidatura, tan importante para la burguesía y el imperialismo, nos habla del desgaste y la crisis en la que están metidos. También esta es la razón por la que AMLO parezca inalcanzable en las encuestas. Es el descrédito y el hartazgo que la clase obrera y la juventud siente contra todo lo que huela a PRIAN y lo que tiene en un máximo histórico a AMLO en las preferencias de voto.
Veremos cómo Anaya le hace para recuperar los máximos puntos porcentuales para que el resto lo termine que completar el fraude electoral. Él y toda su clase sabe que sí las elecciones fueran limpias no tendría ninguna oportunidad de ganar. Su tarea es acercarse lo más posible a AMLO y así el fraude electoral hacerlo menos escandaloso.