El transporte público en México
Evert Beltrán
Un asunto de mucha importancia en nuestro país es el referente al transporte público, ya que a lo largo y ancho del territorio nacional diariamente se trasladan millones de trabajadores y sus familias; sin embargo, el servicio que se ofrece no es el mejor; es más, en ciertos casos se puede asegurar sin temor a equivocarse que el servicio es sumamente malo, ya sea por las condiciones en las que se encuentran las unidades o por el trato dado por los operadores y/o cobradores, entre otros muchos factores que hacen que el transporte público de pasajeros sea una pesadilla.
La 4T, el Plan México y el transporte
Con la llegada de los gobiernos que se han proclamado la Cuarta Transformación de México, hemos visto una serie de cambios en la forma de gobernar, aunque nada de fondo; es decir, solo hemos presenciado cambios “cosméticos” con un discurso de “izquierda”. No hay que ir muy lejos para notar que nadie de los que ahora se encuentran en los diversos gobiernos estatales, municipales e incluso en el gobierno federal o en las Cámaras (Diputados y Senadores) y que navegan con la bandera de la 4T, se preocupan realmente por la clase trabajadora.
Desde la Conferencia del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que no iba a cumplir su promesa de campaña a los maestros de la CNTE, en la Cámara de Diputados y Senadores, en las que hay mayoría calificada de Morena y sus aliados, no han aprobado la reducción a la jornada laboral, únicamente se han enfocado a mantener contentos a los empresarios, a la burguesía nacional, con la excepción de uno que otro, como Salinas Pliego (pero como veremos más adelante, ha sabido jugar bien sus cartas para ampliar su fortuna), aunque tampoco han hecho mucho para que pague lo que debe. Pero en general las administraciones de MORENA en el gobierno no le han tocado ni un pelo a la burguesía y sus intereses, muy al contrario los han hecho más ricos.
De acuerdo con La Jornada, durante el gobierno de AMLO: Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas, Alejandro Baillères y Juan Beckmann Vidal incrementaron sus fortunas, sumando entre los cinco empresarios la cantidad de 158 mil 630 millones de dólares. (La Jornada en línea. https://www.jornada.com.mx/2024/07/23/economia/020n1eco. Revisado el 19/08/2025). El monto que menciona La Jornada es escandaloso, lo que demuestra que el discurso del fin del neoliberalismo no es más que eso, un discurso y que constantemente se va desgastando frente a la clase trabajadora. Aunque también las cifras muestran que durante su sexenio se redujo la pobreza, debido principalmente a los apoyos sociales que se distribuyeron y que Sheinbaum mantiene en su gobierno actual.
Una muestra más de que la 4T no va más allá del mero discurso lo vemos en el Plan México, en primera porque el plan fue desarrollado por la presión imperialista de Estados Unidos y para beneficiar a los empresarios mexicanos, mientras que nuevamente la clase trabajadora y sus intereses quedan relegados. Los más viles defensores de los gobiernos de la “transformación” podrían vender su alma al diablo, si no es que ya lo hicieron, para justificar el plan y sus acciones, hablando maravillas del gobierno, enalteciendo que “en México el pueblo manda”, pero la realidad es dura, difícil de ocultar y los trabajadores van notando que no todo es miel sobre hojuelas.
En materia de transporte el Plan se enfoca por un lado, en la cuestión de las carreteras: se dará mantenimiento a 44 mil kilómetros de la red federal de carreteras en 2025; se construirán 114 caminos artesanales para pueblos originarios; se pretende la construcción de 11 distribuidores viales en diversas ciudades del país, así como el inicio de 8 proyectos de construcción y ampliación de carreteras por 1970 km en 2025. (https://www.planmexico.gob.mx/. Revisado el 19/08/2025).
Si analizamos lo anterior de forma superficial podríamos llegar a la conclusión que se ayudará bastante a la movilidad de la población, pues se dará mantenimiento a las carreteras, habrá nuevos caminos hacia comunidades muchas veces incomunicadas, y ni que hablar de los distribuidores viales o nuevas carreteras. Pero esas iniciativas principalmente se realizan para mejorar el transporte y flujo de mercancías por vía terrestre, que hasta ahora sigue siendo más barato y eficiente para la distribución de los productos a lo largo y ancho del país.
Con un discurso de izquierda, antineoliberal, sobre la “cercanía” del gobierno hacía el pueblo trabajador, la 4T realiza acciones que directamente benefician a la burguesía nacional e internacional. Porque en la construcción, reparación o mantenimiento de infraestructura el gobierno da la concesión a particulares como ICA o Mota Engil, pues a pesar del discurso nacionalista, ni AMLO ni tampoco Sheinbaum se han dedicado a erigir una empresa estatal de construcción. En algunos casos el Ejército se ha involucrado en tareas de construcción, como el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, pero ha sido bajo contratos; es decir, como si el Ejército fuera una empresa ajena al gobierno, incluso han llegado a subcontratar empresas particulares para realizar las obras adquiridas.
Altos costos en el transporte público
Un factor que es necesario destacar sobre el transporte público de pasajeros es el costo, que casi por regla general es muy elevado, por lo que en diversas ciudades del país ha habido movilizaciones contra el incremento, esto principalmente porque al elevar el monto del pasaje no se refleja en la mejora de las unidades así como tampoco garantiza que el operador y/o el cobrador de un buen servicio, o que éste se dé libre de acoso a las mujeres o de agresiones verbales a los pasajeros.
Si bien no existe una tarifa estandarizada por kilómetros recorridos a nivel nacional, si podemos ver que hay entidades que tienen costos que son muy elevados, sobre todo tomando en cuenta el salario mínimo, el precio de la canasta básica, así como la inflación que afecta directamente el bolsillo de la clase trabajadora.
Con datos de 2024 y que se pueden tomar como vigentes, actualmente en el Estado de México se está hablando de un incremento de cuatro pesos, que como veremos a continuación, sería un golpe fuerte a la economía familiar de la clase trabajadora. En Baja California se destaca con tarifas que oscilan entre los 15.50 y los 18 pesos, aunque ofrece transbordos gratuitos. Mientras tanto, en Nuevo León, los pasajes pueden alcanzar hasta los 17 pesos, colocándolo entre los más costosos del país. En Coahuila, el panorama no es muy diferente, con tarifas que van desde los 11 hasta los 15 pesos, situándose en el tercer lugar de la lista de los estados con el transporte público más caro. Tlaxcala por su parte no se queda atrás, con precios que llegan hasta los 14 pesos, ubicándolo en el cuarto lugar. Y un lugar especial lo ocupa el Estado de México, con una tarifa mínima de 12 pesos (https://eltransporte.mx/estos-estados-tienen-las-tarifas-de-transporte-publico-mas-caras-de-mexico/. Revisado el 19/08/25), pero que sin problemas puede llegar a rebasar los 20 pesos, si se da el incremento en la entidad, el pasaje mínimo llegaría a los 16 pesos, algo que con el salario actual es incosteable.
El problema del alto costo es que en la mayoría de ocasiones se requiere tomar dos o más “camiones” para llegar al trabajo o la escuela, lo que incrementa el gasto en transporte de las familias trabajadoras. En el caso de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, que son las únicas ciudades en las que hay un sistema de transporte como el Metro o Tren Eléctrico, que es más barato que otros tipos de transporte: en la CDMX el costo es de 5 pesos, en Guadalajara es de 9.50 pesos y en Monterrey 1 boleto 5.50, dos boletos por 8.50 pesos. Eso facilita un poco las cosas, sin embargo, hay que tomar en cuenta que la mayoría de los trabajadores no viven en las cercanías de las ciudades, sino en los alrededores como en el caso de la Ciudad de México, que se nutre de trabajadores que viven en el Estado de México, por lo que, aunque el costo del Metro o Tren Ligero es de 5 pesos, no baja mucho lo que se invierte en los traslados.
Un elemento importante que considerar y que desde un punto de vista es el principal responsable del alto costo del pasaje y de la presión constante por incrementarlo, son las concesiones que los gobiernos dan para que empresas privadas den el servicio. Dichas empresas alegan que el costo de mantenimiento, como de refacciones o de combustible se eleva constantemente, por eso piden se suba el precio, sin embargo, en la mayoría de ocasiones vemos que no existen mejoras en las unidades, en otros casos convierten las unidades de gasolina a gas natural, que es más barato, pero más peligroso. Fenómeno que no se limita a los gobiernos estatales al otorgar el permiso para el transporte público de pasajeros, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), por medio de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexo (Capufe) ha concesionado a empresas particulares el cobro y administración de las casetas en las carreteras del país, algo que los gobiernos de la 4T no han revertido, a pesar de que “el neoliberalismo llegó a su fin en México”.
Inseguridad, acoso y violencia
Otro aspecto que abordar sobre el transporte de pasajeros es lo que se vive cotidianamente en él; por ejemplo: los conductores no siempre respetan los límites de velocidad o los señalamientos, en ocasiones ha habido accidentes por conductores de la misma ruta o de rutas diferentes se ponen a “echar carreritas” por el pasaje, dichas unidades no siempre cuentan con un seguro que resguarde a los pasajeros, si a eso le sumamos la opacidad y corrupción, los que salen perdiendo son los pasajeros trabajadores y sus familias pues están en la total indefensión.
Un caso más son los malos tratos del conductor, cobrador o acompañante, pues son groseros y altaneros, nuevamente vemos que el costo del servicio no hace que mejore el servicio; por el contrario, las unidades no son lugares seguros tampoco para las mujeres, ya que el acoso empieza en el mismo momento de abordar donde los comentarios y miradas lascivas son lo constante. Sin obviar, claro está, que entre los pasajeros hombres, también exista el mismo problema, y son pocos los casos en los que el conductor al darse cuenta de lo que ocurre realice una acción de contención o que obligue a bajar al agresor.
Algo todavía peor, —porque todavía las cosas pueden empeorar— es la inseguridad que se vive de forma cotidiana, es decir, los asaltos que ocurren constantemente en las unidades. Lamentablemente es muy común ver en las noticias que un asalto terminó mal, ya sea porque algún pasajero al resistirse lo terminan matando, o el asaltante es linchado. Y es que es un tema muy delicado, los trabajadores dejan su vida para tener un teléfono, audífonos, etcétera. Cuando se suben a asaltar buscan cuidar sus pertenencias, debido principalmente al esfuerzo que costó obtenerlas, y por supuesto, que la reposición de un celular, audífonos, mochilas y otros enseres no se logra inmediatamente, ya que se vive al día. En algunos casos los mismos operadores están confabulados con los delincuentes, pues si los pasajeros ya sabemos en qué zonas se suben a robar, obviamente ellos también lo saben, pero deciden hacer parada con el riesgo de que asalten a los usuarios. Si a lo anterior le sumamos la ineficiencia policial, tenemos una receta acabada para que los delincuentes sigan actuando con total impunidad.
Conclusiones
Cómo se ha podido observar el transporte concesionado es ineficiente, el costo del pasaje es elevado, también tenemos problemas de inseguridad, acoso y violencia, además de que existen unidades que ya han sobrepasado su vida útil, y abordarlas se convierte en un riesgo o incluso las conversiones que se hacen de gasolina a gas natural, para que los concesionarios bajen sus costos, pero sin bajar el precio del pasaje.
Por otro lado, sé muy bien que existen más problemas que no he mencionado, pero el principal objetivo es vislumbrar que existe la problemática, y que más allá de resolverla, los gobiernos de la 4T —en todos sus niveles— no se preocupan por mejorar el servicio. Aún cuando tienen todo de su lado; por ejemplo, en el Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo, Morelos y Puebla gobierna MORENA, no debería existir ningún inconveniente para establecer un plan gubernamental que unifique el costo del pasaje en la región, y así debería de realizarse a nivel nacional. Sin embargo, lo que buscan como es claro en el Estado de México, es regular a los concesionarios, lo que por la vía de los hechos significa que el gobierno de la maestra Delfina prefiere que los particulares se sigan enriqueciendo a costa de los trabajadores, en lugar de ponerles un alto y buscar la forma de beneficiar a los usuarios.
Un sistema de transporte público nacionalizado y planificado, a bajo costo en todo el país, es una necesidad del pueblo de México, la presidenta debería de llevar adelante tal iniciativa, porque a ella le gusta decir repetidamente que en nuestro país “el pueblo manda”, entonces se debe de escuchar los millones de voces que reclaman y exigen un servicio eficiente y de calidad, a bajo costo, incluso eléctrico, pero sobre todo libre de acoso, violencia e inseguridad.