El capitalismo ya no tiene nada nuevo que ofrecer, es un sistema decadente y moribundo que no representa ya ninguna alternativa ni progreso para la humanidad. Si uno voltea a ver a su alrededor, en todo el mundo observamos explotación, pobreza, violencia, desempleo, condiciones laborales precarias, enajenación y una enorme crisis ambiental. Ésta última es provocada por la insaciable hambre de producir de manera anárquica, característica propia del capitalismo que se encuentra en contradicción con el desarrollo del medio ambiente. Como lo afirmaba Marx, la producción capitalista solo desarrolla el sistema de producción social, agotando a la vez las dos fuentes de toda riqueza: la naturaleza y el trabajador.
México no es la excepción, nuestro país sufre desempleo, pobreza, desigualdad, injusticia, violencia, inseguridad y dependencia a las potencias imperialistas extranjeras. Todos estos problemas encuentran su origen en el sistema de producción actual capitalista. Y para nosotros los jóvenes el futuro no es nada prometedor. Las crisis económicas cada vez más frecuentes no nos permitirán la capacidad de tener una estabilidad económica ni un salario digno, la especulación inmobiliaria hace cada vez más difícil poder tener una vivienda propia, digna y de calidad, los efectos nocivos del calentamiento global, la crisis climática y la contaminación generan daños a nuestra salud, como la aparición de microplásticos en la sangre. Y todo esto porque el sistema de producción capitalista prioriza las ganancias y los intereses de unos cuantos por encima del bienestar de todos los demás. Y no es que el capitalismo no funcione o necesite de “cambios o reformas”, al contario, el capitalismo funciona tal como fue pensado. Como el mismo Adam Smith afirmaba, “allí donde existen grandes patrimonios, hay también una gran desigualdad, por un individuo rico ha de haber quinientos pobres, y la opulencia de pocos supone la indigencia de muchos”. Cita que describe perfectamente el sistema de producción capitalista.
La izquierda oficialista ha demostrado ser incapaz de resolver en lo mínimo la cuestión, pues han abandonado por completo toda lucha por un cambio de raíz. En un periodo anterior al menos se decía que por medio de reformas paulatinas se terminaría de forma progresiva con el capitalismo. Hoy, ninguno de los partidos “de izquierda” hablan en absoluto sobre el capitalismo. Todos han caído en el discurso del combate al “neoliberalismo” como la versión negativa del capitalismo; planteando que el camino son reformas que lleven a un capitalismo “humano”, “verde”, “progresista”, “incluyente”, “diverso”, etc. Todo esto no son más que tonterías. Esta izquierda reformista ha claudicado ante el sistema y ha traicionado la lucha del porvenir.
La poca o nula efectividad de la izquierda reformista se refleja con claridad con hechos como el triunfo de Milei en Argentina o el muy cercano triunfo de la extrema derecha en Francia. No es que la derecha tenga un ascenso genuino, sino que la izquierda reformista ha traicionado a tal grado que la población ya no ve interés en participar en la democracia burguesa, dando lugar a triunfos de la derecha que buscaran golpear brutalmente a los trabajadores para poder mantener el sistema.
Este escenario se ve distante aún en México. El reciente triunfo de Claudia Sheinbaum en las elecciones ha dejado ver lo débil y moribundos que se encuentran los partidos de la derecha. Y por el otro lado, el partido de la “izquierda” reformista oficial, Morena, se consolida y mantiene como el partido mayoritario dominante, que junto con sus partidos satélites logrará la mayoría calificada en el Congreso. En cierto sentido podemos decir que en México vamos “atrasados” con el desarrollo político, pues este es el primer gobierno reformista, aún no queda evidenciado para el grueso de la población sus estrechos límites.
Sin embargo, a pesar de ser este el primer gobierno reformista, hay puntos donde se muestra claramente su impotencia como la violencia, la especulación inmobiliaria, las cada vez más constantes crisis hídricas, etc. Basta mencionar que el actual gobierno prometió resolver el caso Ayotzinapa y no solo no lo hizo, sino que se esmeró en defender y limpiar de toda culpa al ejercito asesino. Este nuevo gobierno que dice será el “segundo piso de la 4T” es el comienzo del declive de la izquierda reformista en nuestro país con personajes como Harfuch, Ebrad o Mario Delgado en el gabinete presidencial.
Para muchos de nosotros esto se transforma en una apatía por la política “oficial”. Poco importa si gana tal o cual candidato. Mientras no se rompa con el capitalismo en decadencia lo único seguro es que la situación empeorará. Ese sentimiento de impotencia es la mayor muestra de la necesidad de una nueva dirección, radical y con un programa firme en contraposición a las medias tintas reformistas.
Es por eso que los jóvenes debemos apostar y luchar por un sistema que priorice a la humanidad y a la naturaleza. Aún estamos a tiempo de detener esta destrucción. Los jóvenes y la clase obrera debemos asumir la responsabilidad de participar en la transformación de nuestra realidad, de dar el esfuerzo revolucionario para avanzar a un sistema mejor, más justo, equitativo y libre, “porque ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.
Debemos luchar “por un mundo en el que seamos todos iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” como señaló Rosa Luxemburgo. En nosotros los jóvenes está depositada la esperanza de avanzar a un mundo mejor, de dar la lucha por el comunismo, como afirmaba Lenin: “La juventud decidirá el desenlace de toda la lucha, la juventud estudiantil y aún más la juventud obrera. No teman su falta de preparación, no teman ante su inexperiencia, los acontecimientos los educaran en nuestro espíritu”.
¡Luchemos por una jornada laboral de 35 horas sin reducción del salario; por la obtención de la base de trabajo a los 15 días laborados; por una educación pública, gratuita, científica, democrática y para todos, desde la guardería hasta el posgrado; por la gratuidad del transporte, material escolar y comedores; por un servicio social donde no se nos utilice como mano de obra barata; por la existencia de practicas controladas por estudiantes, profesores, comités de fabrica y sindicatos obreros, pagándose el 100% del salario mínimo diario; por el control y planeación del desarrollo inmobiliario por parte de los trabajadores organizados en asambleas y la expropiación de toda especulación sobre la vivienda; por la legalización total del derecho al aborto y su acceso gratuito y a cargo de todos los sistemas de salud pública en todo el país; por la nacionalización y expropiación de todos los recursos naturales para impedir su sobre explotación; por el armamento del pueblo en defensa de nuestra seguridad y nuestras vidas; por detener la militarización; por un Estado obrero controlado por la población y al servicio de la mayoría trabajadora, donde no se tolere la protección a la delincuencia organizada ni la explotación; por el fin del genocidio en Gaza y por el fin de la barbarie capitalista en el mundo!
¡ÚNETE Y LUCHA CON NOSOTROS POR UN MEJOR MUNDO, UN MUNDO COMUNISTA!