Escrito por Fanny Casillas
El asesinato de 2 personas encontradas en Ciudad Universitaria ponen al descubierto la cloaca que hay en nuestro país, el análisis de la violencia y su génesis nos permitirá luchar de forma coordinada y en unidad dentro y fuera de la universidad.
México es considerado uno de los países con más violencia en el continente americano, el Instituto para la Economía y la Paz ( Institute for Economics and Peace) desde el 2007 realiza indicadores para medir el índice de paz es decir la ausencia de violencia en un país (tomando como variables internas de estudio los índices de violencia y criminalidad y los gastos en aparatos militares respecto al PIB, número de personas encarceladas, número de personas desplazadas por población, nivel de conflictos internos, número de muertes en guerras internas o externas, importaciones o exportaciones de armas, capacidad de sofisticación militar , entre otras.) en el 2015 alcanzaba el lugar 144 de 160 países, sin embargo en el 2016 alcanzó el lugar 140 es decir la situación en México empeora. Eso sin contar que este índice no mide la violencia interna a la niñez y de género lo que en realidad se ha vuelto una situación insostenible para nuestro país ya que fue uno de los Estados de los que más aumentaron el número de muertes debido a conflictos internos, junto con Siria, Irak, Nigeria y Afganistán. (IMCO, 2016)
El día de hoy, 9 de mayo, la jornada publica un escandaloso índice según estudios del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, IISS. Lanzan a México como el segundo país con mayor violencia relacionado al número de muertos solo después de Siria. El IISS registró alrededor de 23 mil muertos en el año 2016 vinculadas a la guerra contra el narcotráfico mientras que de forma interna se estiman alrededor de 20 mil muertes por homicidio doloso lo que hace que las muertes en México rebasen las que hay en países como Somalia y Afganistán. (jornada, 2017)
Tan solo en enero del 2017 se registraron al menos 1, 938 homicidios dolosos, cifra más alta desde que se comenzó a registrar este delito. El Sistema Nacional para la Seguridad pública dio a conocer que el aumento en asesinatos en 25 de 32 entidades federativas lo que representa un incremento en 80 por ciento del país. Trasladado a la CDMX el año 2016 fue el año con más incidencia de violencia y de homicidios dolosos desde hacía 20 años.
Un artículo escribía “El nivel de violencia registrado en el primer mes de este año no se había visto ni aun en los peores años de la “guerra contra el narcotráfico” que arrancó en el sexenio pasado. En enero de 2011 (año con el mayor nivel histórico de homicidios) la cifra de asesinatos fue de mil 867 casos, que son 70 asesinatos menos que los contabilizados en enero de 2017.” (Animal politico, 2017)
El origen de la violencia
“En la historia real (a diferencia del relato idílico de la economía política) desempeñan un gran papel la conquista, la esclavización, el robo y el asesinato; la violencia, en una palabra. “ (Marx, 2007)Así lo enuncia Marx en el capítulo XXIV del Capital al referirse a la realidad del sistema capitalista, el Estado capitalista fundamenta su nacimiento con fuego y sangre para perpetrar la lucha por el poder político entre la burguesía y el proletariado.
El desarrollo de la historia en el sistema de producción capitalista es una constante lucha de clases. El capitalismo es incapaz si quiera de generar las condiciones óptimas para su desarrollo por lo que hay un gran número de personas que son relegadas del proceso productivo y que en medio de las condiciones de miseria para la sociedad conducen al delito. Engels en la Situación de la clase obrera describe la siguiente situación:
- Cuando las causas que desmoralizan al obrero ejercen una acción más intensa, más concentrada que la normal, el obrero se convierte en el delincuente, con la misma seguridad con que el agua, a los 100 grados C, bajo presión normal, pasa del estado líquido al estado gaseoso. Y el trato brutal y brutalizador que recibe de la burguesía hace de él un objeto tan pasivo como el agua, sometido a las leyes naturales con la misma imperiosa necesidad que ésta: al llegar a cierto punto, deja de actuar en él toda libertad. –
Es decir, Engels encuentra la desmoralización y la podredumbre de la sociedad como ejes que funden al delito mientras que Marx en teorías sobre la plusvalía menciona que los criminales y el crimen descargan la tensión de la imposibilidad del sistema de poder satisfacer la necesidad de trabajo, al mismos tiempo el combatir al crimen absorbe otra parte de la población desocupada
- El delincuente rompe la monotonía y el aplomo cotidiano de la vida burguesa. La preserva así del estancamiento y provoca esa tensión y ese desasosiego sin los que hasta el acicate de la competencia se embotaría. Impulsa con ello las fuerzas productivas. El crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblación sobrante, reduciendo así la competencia entre los trabajadores y poniendo coto hasta cierto punto a la baja del salario y, al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población. –
La violencia es inherente al Estado capitalista es este el que permite la explotación de la inmensa mayoría y la riqueza desorbitante de algunos cuantos, decir, que el Estado lanza a la sociedad a que está no tenga garantizada ninguna forma de subsistencia por lo que debe vender su propia fuerza de trabajo para sobrevivir, pero como ya hemos dicho incluso ni esa tarea es capaz de asumir por lo que el vacío es llenado por una economía del delito, que no vislumbra formalmente el Estado pero del cual si obtiene lucro.
Bajo el sistema capitalista una persona debe competir como en un tipo de darwinismo económico por su vida, es decir como en una jungla, el capitalismo saca a relucir las características más inhumanas de una persona y la sociedad.
Contra la violencia de género
La violencia es intrínseca al desarrollo capitalista, pero la violencia de género es un caso que merece ser explicado y luchar contra de él con todas nuestras fuerzas y en unidad.
En México 2 de cada 3 mujeres ha sufrido por lo menos una vez en su vida algún tipo de violencia relacionado a su género, cada 4 minutos ocurre una violación sexual de las cuales el 70% de estas se da en el contexto familiar o socialmente ligado a ellas, 7 mujeres son asesinadas a diario por su género el grado ha llegado a extremos en que la ONU cataloga los alcances de los feminicidios como él una pandemia.
El machismo es un síntoma cultural y hasta cierto punto normalizado para las sociedades capitalistas en la que la división del trabajo relega a la mujer hasta verse socialmente como un objeto o propiedad de su marido, padre, patrón. Por lo que cuando ocurre algún tipo de violencia con raíz en el género nos limitamos a decir que no es para tanto y que a todos les ocurre. En realidad, es preocupante la violencia que hay en el país, pero no podemos ponernos una venda y decir que la violencia de género es un exceso.
Habría que dar una vuelta a la historia y ver la diferencia entre el número de muertos entre hombres libres y esclavos en el imperio romano y la situación de su muerte en la que en su contexto era de la misma forma visto como natural incluso justo el asesinato y posesión de una persona. De la Roma esclavista al capitalismo moderno hay poco que distinguir en cuanto al nivel de libertad de las personas.
Mujeres encontradas en tambos, canales, bolsas, bosques, parques, incluso en universidades como el caso de Lesvy son situaciones que no podemos permitir y solo la lucha en conjunto es capaz de frenar los feminicidios la violencia de género y al mismo capitalismo.
La juventud arrasada por la violencia y el caso de la UNAM
El estado actual del sistema en México es la podredumbre, lo que el capitalismo y sus representantes prometieron es en realidad una burla y tragedia para las miles de familias que día a día son víctimas de las políticas de austeridad y de recortes en derechos sociales como la caída del salario real , el estancamiento económico, los contratos laborales miserables y fuera de todo derecho humano, y por si fuera poco los asaltos, secuestros, extorciones que día a día se ven en las calles , colonias y entidades federativas del país.
No es casualidad que hace unos meses veíamos en las noticias la aparicion de diferentes “justicieros anónimos”, las movilizaciones espontaneas y muy duras contra el gasolinazo en lugares como Ixmiquilpan Hidalgo, o Naucalpan Edomex. Casos en diferentes comunidades de linchamiento contra los delincuentes y el surgimiento como espuma de autodefensas y policías comunitarias.
El pasado 3 de mayo fue asesinada Lesvy Berlín y fue encontrada entre la Facultad de Química y el Instituto de Ingeniería de la UNAM y ayer 8 de mayo encontraron otro cuerpo en descomposición de misma forma en las instalaciones de la universidad.
En realidad, solo bajo este contexto es posible analizar lo que ha ocurrido en la UNAM, no como un caso aislado, como otro posible feminicidio o como una pugna entre diferentes espacios políticos estudiantiles. Los niveles de violencia llegan a grados insostenibles que incluso podemos ver ahora como salen de la coladera en lugares donde anteriormente sería imposible vislumbrarlos como lo es Ciudad Universitaria.
No hay vuelta atrás, y la solución contra la violencia en la Universidad está lejos de solucionarse con el acceso a la policía y con la aparición de la PBI, si esa fuera la receta acabada la salida de los cuarteles del ejército en el país se hubiera terminado la inseguridad y lo que tenemos desde que eso ocurrió es el alza de muertos como ya hemos explicado anteriormente.
¡Hay que frenar la violencia dentro de la Universidad!
El Estado y sus estructuras están directamente ligados con el crimen organizado y las más altas esferas delictivas. Solo la organización puede hacerle frente a esto, de la mano de la formación y explicación política y la movilización.
Necesitamos conformar comités de vigilancia, de defensa de la comunidad, emanadas de asambleas regulares por facultad con comisiones y representantes para discutir la estructura y los diferentes mecanismos para conducirnos en unidad para garantizar la seguridad de la comunidad universitaria.
Exigir que funcione de manera adecuada el protocolo contra la violencia de género de la universidad y un llamado firme a la rectoría que la violencia no se acaba con policías sino con organización.
Necesitamos luchar contra el capitalismo y sus políticas de miseria y explotación, solo acabando con el régimen capitalista será posible la transformación de la sociedad y la erradicación de la violencia.
Estudiante, joven trabajador organízate en las Juventudes Marxistas y ayúdanos a construir las fuerzas revolucionarias que enterraran a este sistema de podredumbre
Trabajador, trabajadora, organízate en la Izquierda socialista por la defensa de nuestros derechos laborales y una sociedad sin explotación
¡Juntos y organizados, venceremos!