La Universidad Autónoma de Puebla está en un proceso de elección de consejeros universitarios. Es un proceso que merece definiciones que deben partir de posiciones de principios. Dentro de las Juventudes Marxistas en Puebla consideramos que como estudiantes debemos luchar por la defensa de una educación pública, científica (es decir laica), gratuita, democrática, de calidad y al servicio de la sociedad. Debemos pugnar por el fortalecimiento del movimiento estudiantil en defensa de los intereses de los hijos de los trabajadores, pues son nuestros padres quienes pagan nuestra educación. Para ello es necesario que el movimiento y organización estudiantil mantenga una independencia de las autoridades, el estado y la clase empresarial, y es necesario aliarnos con el pueblo en lucha.
Un problema central de la universidad es la antidemocracia. Las consejerías son el ejemplo más claro de ello. No representan verdaderamente, en la mayoría de los casos, a los estudiantes y muchos representantes se convierten en títeres de tal o cual grupo de la universidad. Pero si hubiera representantes que defiendan nuestros intereses, es un hecho que la autoridad sigue teniendo la mayoría en esta instancia. Por eso debemos pugnar por la organización de la comunidad y el impulso de medidas democráticas cómo las asambleas generales. Eso no significa que el consejo pueda ser un instrumento más de lucha, en que haya compañeros honestos que participen ahí. Pero este espacio no es el fin en sí mismo sino un instrumento para levantar nuestras demandas y pugnar por la organización de la comunidad
Tenemos que reconocer que el proceso electoral que vivimos en la BUAP está lejos de ser democrático. Eso es cierto también en la facultad de economía. Como parte de ésta facultad, denunciamos:
- La actual campaña sucia presentada en diversas formas, ya sea en dimes y diretes, acusaciones sin fundamento y pega de caricaturas que desprestigian la reputación de cualquiera de los contendientes a consejeros universitarios.
- El trato antidemocrático por parte de profesores que bajo cualquier excusa no se presentaron a clases, impidiendo el espacio para un debate necesario entre candidatos y estudiantes, en la que se pudiera presentar inconformidades o sugerencias.
- La organización en cada salón que tenían estudiantes para hacer cuestionamientos tendenciosos.
- El amedrentamiento por profesores que, sin esconderlo, grabaron para tener un registro de los que se presentaron a salonear.
- La colusión de profesores con instancias administrativas agendas a la facultad para entorpecer o denegar la candidatura de su plantilla, como la retención del Kardex legalizado, requisito impuesto para el registro.
- El uso de instalaciones dentro de la facultad para guardar propaganda o material requerido para la difusión
- El uso de elementos institucionales para beneficio propio.
- La realización de actividades culturales, eventos deportivos y viajes escolares utilizados como actos de precampaña.
- La nula visibilidad del proceso de registro de plantillas, permeando el acto democrático de elección de los candidatos por medio de una asamblea estudiantil.
Tales actos en conjunto son muestra de que, en la actual como en anteriores elecciones de consejeros universitarios o de unidad académica, los procesos no se han llevado de forma imparcial, democrática y organizada por la propia comunidad estudiantil; sino bajo intereses particulares que no representan las necesidades y requerimientos de los estudiantes. Se opera encubiertamente dirigiendo a estudiantes que con la firme y bien intencionada creencia de un proyecto, terminan siendo manipulados como peones mientras que los que dirigen se encubren para no verse involucrados en nuestro ejercicio.
Queda a nosotros como comunidad estudiantil que estamos conscientes de las deficiencias dentro de la universidad, el nulo desempeño de anteriores consejeros que solo han funcionado como legitimadores de intereses de índole político o económico, preguntarnos ¿En verdad me siento representado por este proceso (y anteriores) de elección de consejeros? ¿Se nos ha consultado para determinar las propuestas que mejor satisfagan cuestiones que a todos nos interpelan?
No hay que olvidar actos represivos cometidos por parte de rectoría al sacar a estudiantes y gente trabajadora que costeaba u obtenían los recursos mínimos para su subsistencia bajo el pretexto de la venta de artículos que manchaban su reputación ante la sociedad. Estudiantes nos organizamos, ya sean afectados como aquellos que simpatizamos, sentimos empatía y reprobamos dicha represión, solicitamos un diálogo frontal con la rectora, pero a falta de respuesta escribimos y consultamos entre aquellos que nos presentamos en la manifestación un pliego con nuestras peticiones. Fue recibido, pero como es de costumbre, actuaron sin consultar poniendo el famoso Pabellón, que bajo ciertos requerimientos «necesarios» se podrían instalar unos cuantos como si eso solucionara el problema de fondo.
Al haber resistencia de estudiantes que no querían jugar bajo los lineamientos unilaterales, rectoría optó por podar ramas de los árboles que proporcionaban sombra y plantaron arbustos en lugares donde no solo se ocupaban para vender sino eran usados para actividades culturales, reuniones de colectivos, actividades escolares alternativas o simplemente para el disfrute o esparcimiento necesario que nos favorece más que perjudica.
Es evidente cómo le importa más tener una buena imagen ante los ojos de la sociedad que el propio beneficio de nosotros como estudiantes, hijos de gente trabajadora que se sacrifica para impulsar a sus hijos con la esperanza de que tengan mejores condiciones que las que tuvieron ellos; pero a la vez hagan un cambio ante situaciones que empeoran, en México como en el mundo.