Escrito por: Lucha de Clases
Con un crecimiento económico en 2016 del 3,2%., se ha alcanzado prácticamente el nivel de producción que había en 2008, ¡después de 9 años! y con una población activa de 18,5 millones, 2,5 millones menos que entonces. Así, hemos tenido una “década perdida” sin aumento de la producción, con un país más desestructurado, con más parados, con más desigualdad, con peores condiciones de trabajo y con menos salario.
[editorial de Lucha de Clases No. 38]
Es llamativo que el año pasado se firmaran casi 20 millones de contratos de trabajo, y el empleo neto creado sólo fuese de 413.000. Eso significa que se necesitan firmar 48 contratos para crear un puesto de trabajo efectivo. En 2014 “sólo” se necesitaron firmar 38 contratos. Vemos así una secuencia creciente de precariedad e inestabilidad laboral. La duración media de un contrato temporal ha caído a 51 días, cuando en 2007 era de 81 días. Este es el secreto del “milagro económico” del PP: superexplotación y precariedad laboral.
La previsión de crecimiento para 2017 es menor, un 2,3%. Este frenazo en el crecimiento ya estaba presente en los últimos meses. En 2016 se crearon 92.500 empleos netos menos que en 2015, y en el último trimestre de 2016 se destruyeron 19.400 empleos.
Perspectivas económicas
Las condiciones que ayudaron al crecimiento económico de los últimos años no van a mantenerse. El petróleo barato que redujo los costes de producción y alentó el consumo, se terminó. Ha pasado de 39 dólares hace un año a 56 actualmente. En diciembre y enero ha subido consecutivamente la inflación, tras dos años de bajadas o contención de precios. El Banco de España prevé una inflación para 2017 del 2%, lo que encarecerá las exportaciones –que ya venían resintiéndose– y reducirá el consumo y los niveles de vida. A lo anterior se sumará la continuación de la política de ajuste del gasto público para cumplir el compromiso de déficit público del 3,1% del PIB. También se sentirán los efectos de la caída del crecimiento económico mundial y del proteccionismo económico derivado del “Brexit” británico (su salida de la Unión Europea) y de las políticas comerciales de cerrar fronteras del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump. Eso reducirá aún más el comercio mundial y la actividad económica global. Esa es la verdadera fuente de la preocupación e indignación de las burguesías europeas, de China, y de las grandes compañías estadounidenses, hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y no tanto sus políticas migratorias que son un calco de las que aplica la Unión Europea contra los refugiados sirios y emigrantes subsaharianos.
Un repunte de la inflación animará las luchas de los trabajadores para no perder poder adquisitivo –en una situación donde los beneficios empresariales siguen aumentando– lo que cambiará sustancialmente el ambiente social.
La “Triple Alianza”
El nuevo gobierno de Rajoy es un gobierno de “unidad nacional” en todo, menos en el nombre. Cuando los dirigentes del PSOE decidieron abstenerse para investir a Rajoy, lo justificaron diciendo que sólo querían asegurar la gobernabilidad del país, pero que ejercerían inmediatamente una “oposición feroz al PP”.
Sin embargo, se prepara un pacto PP-PSOE para aprobar los Presupuestos del Estado. Ambos acordaron una subida del salario mínimo del 7% (hasta los 707 euros) cuando el Congreso, a iniciativa de Unidos Podemos, había aprobado una subida del 22%, hasta los 800€. El PSOE negociará un texto alternativo a la ley educativa LOMCE con PP y Ciudadanos. Tras la denuncia de Unidos Podemos a las eléctricas, PP-PSOE aprobaron un decreto sobre “pobreza energética” que impide cortar el suministro a familias vulnerables, pero que entrará en vigor en 3 meses, justo cuando se vaya el frío y perjudique lo mínimo a las empresas. PP y PSOE pactaron terminar con las cláusulas suelo “abusivas” de las hipotecas, tras la exigencia de los tribunales europeos, y que los bancos devuelvan el dinero cobrado de más, ¡pero serán los bancos quienes decidirán en cada caso si son “abusivas” o no!
Lo que tenemos es el mantenimiento de lo esencial de la política de ajuste y a favor de las empresas de la derecha –como el rescate millonario de las autopistas de peaje quebradas– a cambio de migajas y pequeños cambios cosméticos.
El gobierno de la “triple alianza”, como lo calificó Pablo Iglesias, es un gobierno débil. Y es el miedo a Unidos Podemos, y a las masas populares que están detrás, lo que lo mantiene unido.
Catalunya
La situación catalana está en un punto muerto. Se ha anunciado la convocatoria en septiembre de un referéndum de autodeterminación por parte de la Generalitat, a lo que el gobierno ha respondido con una nueva ofensiva judicial contra el gobierno catalán, que rechazamos. De esta manera, los contactos discretos entre los gobiernos español y catalán que se habían iniciado a finales del año pasado para solucionar algunos puntos en conflicto, están en el aire. Lo más relevante, de todas maneras, es el lanzamiento del nuevo partido hermano de Unidos Podemos, Un País en Comú, de Xavi Domènech y Ada Colau, que tiene la tarea de ponerse a la cabeza de los derechos democrático-nacionales y combatir la política del gobierno burgués catalán de Puigdemont.
La situación del PSOE
El PSOE es la clave de bóveda de la estabilidad del régimen. Se ha convocado el Congreso para junio, donde esperan coronar a Susana Díaz como secretaria general. No por casualidad han nombrado al economista liberal José Carlos Díez como responsable de su programa económico. En una entrevista a El País (25 de enero), Díez declaró: “El PSOE ha ganado siempre que desde la izquierda miraba al centro” y “subir impuestos no es de izquierdas. En España el IRPF es ya bastante progresivo”. Será un PSOE comprometido hasta el final con el régimen y la clase dominante. Casi todos los díscolos (el PSC catalán y Patxi López) se han reconciliado con el aparato. Éste último se postula como candidato para apaciguar el ambiente opositor en la base del partido y drenar apoyos a Pedro Sánchez, que está recorriendo el país con cierto éxito proponiéndose como el ala “izquierda” del PSOE. Es pronto para saber qué pasará. Pero podemos afirmar que la burguesía jamás consentirá en desprenderse amablemente del control que ejerce sobre el partido a través de su aparato dirigente.
Las tareas de Unidos Podemos
Unidos Podemos puede salir muy favorecido de esta situación, como única oposición a la “triple alianza” PP-C’s-PSOE. Pero una condición es que Podemos emerja de su Asamblea Ciudadana con un perfil a la izquierda y comprometido con la movilización social. Estamos seguros que así será.
Es inevitable un reinicio de la movilización social, conforme quede expuesta la incapacidad del gobierno para satisfacer las necesidades sociales y se disipe la expectativa de un cambio significativo en la situación. La presión popular en la calle hará resquebrajarse y caer, tarde o temprano, a este gobierno ilegítimo.
Unidos Podemos tiene a todo a su favor para crecer e incrementar su apoyo popular, poniéndose a la cabeza de todas las movilizaciones sociales, y atrayendo a sus filas a los nuevos luchadores y activistas sociales y obreros que surgirán en este proceso.