No debemos olvidar que Morena está posicionado como el partido político con mayor fuerza en nuestro país, resultado principalmente del enojo popular en contra de los partidos tradicionales como el PRI y el PAN y sus partido satélites (PRD, PVEM y MC) quienes hoy están derrotados y que difícilmente van a recuperarse como opción política después de comprobarse la escandalosa red de corrupción que se armó en el sexenio del priista Peña Nieto para impulsar el pacto por México y sus reformas estructurales, además de la demostrada alianza narco-gobierno del PAN durante el sexenio de Calderón y García Luna, ahora enfrentando un proceso judicial en EEUU.
Es por eso que los políticos aliados de la burguesía, deben encontrar un nuevo trampolín político, un partido que funja como agencia de colocación para seguir ocupando los espacios de representación popular y así continuar representando los intereses de la burguesía. Si lo permitimos, esta agencia de colocación, puede ser el mismo Morena.
Ideología y programa de lucha
En los documentos básicos de Morena encontramos los principios rectores de nuestro partido, así como la forma de organización y el por qué luchamos. Al revisar los documentos de manera crítica, podemos darnos cuenta de la falta de ideología.
Los militantes y millones de simpatizantes de Morena representan las más variadas formas de pensamiento, la gran mayoría participa de buena fe y con las mejores intenciones. Pero no es suficiente contar con la buena voluntad de querer transformar las condiciones en las que vivimos, pues hace falta comprender la realidad para identificar lo que tenemos que combatir, es decir, la causa del actual estado de cosas para conocer contra lo que luchamos para hacer realidad un cambio.
En Morena se identifica el modelo neoliberal como el causante del actual estado de cosas: la pobreza, el desempleo, la corrupción, el saqueo a la nación, las privatizaciones, la deficiencia del sistema de salud y educativo, la antidemocracia, la corrupción, la impunidad etc. Podemos decir que la ideología de Morena es antineoliberal.
Nuestro Programa de Lucha es la oferta política hacia la población, menciona que luchamos por un nuevo modelo económico, pero no lo define, no lo nombra, solo menciona sus buenas intenciones. Ese nuevo modelo puede ser lo más avanzado o lo más reformista dependiendo la práctica política de quien lo ejecute. Al plantearse como problema el modelo y no el sistema al final a lo que aspira es a reformar el capitalino cundo lo que necesitamos es acabar con él.
Aunado a lo anterior, Morena dice que promueve la formación ideológica y política de sus integrantes, basada en valores democráticos y humanistas, ¡nada más indefinido!, pues si recordamos que el actual sistema es el capitalista y la clase dominante es la burguesía, estos “valores democráticos y humanistas” dentro del marco del actual Status Quo se convierten en los valores de la clase dominante en el marco del capitalismo.
Lo que cabe señalar es que, en los planteamientos del partido existe una importante contradicción que al mismo tiempo que intenta proponer algo nuevo le otorga derecho pleno a que permanezca a lo viejo, es decir, y ésta es una cuestión clave, ¿Puede una ideología nueva, progresista, construir un nuevo modelo económico, o mejor aún, un nuevo sistema, sin plantear desechar de sí el anterior modelo y sistema, incluida su ideología?
Y como no existe una definición clara, Morena se define como una organización plural, amplia e incluyente, y se ha mencionado hasta el cansancio que caben todos y todas con sus formas de pensamiento y para no verse afectada la imagen de una organización incluyente, se les da cabida a todos, incluyendo a los neoliberales, los conservadores y su ideología. Ejemplos hay muchos.
Para evitar el oportunismo de estos neoliberales, Morena debe definirse abiertamente anticapitalista y con un programa socialista.
Forma de organización y democracia interna
Para que un partido político tenga una vida interna auténticamente democrática, debe priorizar la voluntad de la mayoría por encima de los intereses de la cúpula que se siente dueña del partido. Debe existir una participación activa desde la base en los asuntos del partido y debe existir una actividad permanente de preparación de cuadros políticos, fomentando una vida sana entre los militantes en grupos afines a la lucha política, a principios y afinidades ideológicas de izquierda.
Podemos decir que la vida democrática partidaria se ha degenerado cuando: quienes llegaron a la dirigencia se perpetuaron en los órganos de dirección del partido, mientras recurrieron a las más vulgares estrategias para aplazar el proceso de renovación. Se les olvida que llegaron ahí por la voluntad de la mayoría y muy pronto traicionaron los propios estatutos al no renovar a tiempo la estructura del partido.
La situación actual es producto de una suma de decisiones que se fueron tomando desde la dirigencia cuando aún era presidente del partido el compañero Andrés Manuel: desde conformar una estructura paralela a la de los coordinadores distritales y comités ejecutivos municipales, esta estructura de enlaces respondía al mismo López Obrador de manera vertical y sin tomar en cuenta a las dirigencias locales, se abocaron a conformar la estructura electoral rumbo a la elección de 2017, se condicionó la conformación de los comités ejecutivos municipales, a la conformación del cien por ciento de esa estructura electoral. Cosa que no solo no se logró, sino que los enlaces actuaron bajo las prácticas más viles, sin rendir cuentas, enalteciéndose por encima de la militancia y relegando a los coordinadores distritales de su función.
Pero el atropello no terminó ahí, sino que, en 2018 se pidió aplazar la renovación de la estructura y extender un año más a las y los coordinadores distritales y las estructuras vigentes en ese momento, con el pretexto, nuevamente, de que se acercaba el proceso electoral.
Toda esta suma de decisiones derivaron en lo que ya todos fuimos testigos, el jaloneo entre consejo y comité ejecutivo nacional en 2019. De ello se desprenden problemáticas graves. Primero, no se tiene un padrón confiable, ya que el comité ejecutivo nacional no hizo las actualizaciones correspondientes ante el INE de las afiliaciones de los últimos años.
Además, de hacer del padrón una total manipulación con vías a cargar la balanza a conveniencia, y así controlar quienes podían o no participar en las asambleas de morena. Segundo, la mayoría de coordinadores y puestos claves en consejo nacional, comité nacional y consejos estatales, ya no cumplen con sus funciones, pues gran parte de ellos están representando algunos cargos públicos, lo que nos deja con una dirección en manos de unos pocos que, además, responden a intereses de grupos de intereses.
Cómo consecuencia, la vida interna del partido no se decide en los comités de base, que en teoría son los órganos constitutivos de nuestro partido, sino que se decide mediante acuerdos y pleitos de la dirigencia que usa a los militantes para legitimarse. De no exigir la inmediata renovación de nuestros órganos de dirección, conducción y ejecución, es decir, coordinaciones distritales, comités ejecutivos municipales, Consejos y Comités Estatal y Nacional, estaríamos permitiendo perpetuar a los mismos dirigentes que tanto han dañado nuestro partido.
Formas de elección de candidatos
En las formas de elección de nuestro partido no se ha priorizado la voluntad de la militancia sobre quienes nos deben representar, en la democracia de la tómbola y el dedazo, nunca se ha analizado que se elijan a representantes ante nuestros órganos de dirección o los cargos de elección, a perfiles que estén vinculados con la lucha social o con una carrera probada en la práctica política de izquierda, o perfiles que demuestren su capacidad en la defensa del pueblo, les basta con que sean candidatos populares, sin importar si lo son por sus malas prácticas.
Habría que agregar que la forma de designación es poco democrática, ya que, es la comisión nacional de elecciones, con sus enlaces estatales y municipales, quienes definen los perfiles de los candidatos, dejando al margen de esas decisiones a la militancia. Y solo para el caso de las listas plurinominales, diputados federales, diputados locales y regidores en cada municipio, se convoca a asamblea municipal y distrital, según sea el caso, para elegir a candidatos que irán a una insaculación para elegir el orden de las listas de plurinominales. Debemos exigir un cambio en la forma de elegir: ¡Alto a las decisiones de la Comisión Nacional del Elecciones! los militantes tenemos derecho a elegir en asamblea democrática, quienes queremos que nos representen, basados en su perfil de lucha y probados en su militancia política de izquierda.
Lo que más ha dañado al partido ha sido el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, ya que mediante ese acuerdo se abrió el partido a elementos de la derecha, a empresarios, a gente de la farándula, además, no solo firmaron el acuerdo, sino que se les entregó un importante porcentaje de las candidaturas a los partidos de la coalición PT y PES aunque no aportaron mucho en votos, por ejemplo, el PES perdió su registro. Muchos representantes derivados de ese acuerdo, hoy han traicionado al partido que les abrió las puertas, o no representan los principios de Morena ¿cómo esperar que esos representantes lleven a cabo y defiendan los documentos básicos, cuando, ni siquiera los conocen?
Como podemos ver, en la corta historia del partido, la dirigencia en turno ha relegado a la militancia de sus funciones como protagonistas del cambio verdadero, los ha hecho a un lado a la hora de tomar decisiones y le ha negado la posibilidad de aspirar de forma honesta a los cargos. A los comités de Protagonistas del Cambio Verdadero, los ha desprovisto de los elementos ideológicos y materiales para cumplir sus funciones. Sin embargo, tras la resolución del Tribunal y con la amenaza de ver sus intereses perjudicados por perder el control sobre la designación de cargos que les permitía negociar a sus anchas, ahora estos dirigentes hacen un llamado de auxilio a la militancia, esa militancia honesta y trabajadora a la que tantas veces han utilizado para legitimar las más viles prácticas que han enquistado dentro del partido.
La resolución del tribunal
En la resolución del tribunal, se establece que el método para elegir al presidente y al secretario general es mediante encuesta abierta a la población de quienes se auto adscriban como militantes y simpatizantes de Morena, bajo el método y condiciones que libremente determine el INE, sumado a eso, en ella podrá participar como candidato cualquier militante que cumpla los requisitos estatutarios, salvo el de ser consejero nacional. Pero no deja claro la renovación de los demás órganos de dirección y argumenta que es posible la renovación, si se toman en cuenta las medidas sanitarias correspondientes.
Debemos analizar qué hay detrás de esta resolución, ya que, muchos durante este periodo, han defendido las resoluciones del tribunal argumentando que es una autoridad superior y que el partido debe acatar sus resoluciones, o incluso han culpado a la falta de acuerdos entre los dirigentes o han culpado a la militancia por haber abandonado el trabajo de campo.
En primer lugar, como se explicó al inicio, los partidos de la burguesía, han perdido credibilidad y sus políticos aliados, necesitan un trampolín para lanzarse a los puestos de representación y así seguir representando los intereses de la clase dominante. En ese intento de entrar a Morena a ocupar los cargos, utilizan sus instituciones de justicia, para obtener el control del partido, aprovechando cualquier descuido para facilitar la llegada de uno de sus representantes.
A todas luces, la resolución es violatoria de los derechos de la militancia, pues no solo nos quita la posibilidad de decidir en asamblea distrital a un coordinador, que al mismo tiempo sería delegado al consejo estatal y al congreso nacional, para que pueda ser electo como presidente o secretario general en el comité ejecutivo nacional, sino que, nos obliga a aceptar que mediante encuesta abierta se elija a quien va a dirigir nuestro partido, invalidando nuestra militancia en este mismo acto.
Esta resolución del tribunal, no solo es inaudita, sino hasta ilegal, ya que es contraria a nuestro estatuto y a las leyes vigentes en la materia. Es una resolución facciosa, destinada a perjudicar al propio partido, ya que, mediante esta vía incluso podría llegar a dirigir el partido alguien que históricamente ha apoyado lo que hoy Morena pretende erradicar. Pero no debemos olvidar que estas instituciones siempre han actuado en contra de la democracia en nuestro país, aunque en el nombre han cambiado, en los hechos son las mismas que consumaron el fraude de 2006, y legitimaron la presidencia comprada de Peña Nieto. A pesar de estos antecedentes del INE, hoy nos piden confiar en él.
Por último, los militantes conscientes de Morena hemos sido los más afectados, porque mientras somos nosotros quienes construimos Morena, salimos a las calles e hicimos campañas de sacrificio, la dirigencia en turno se encargaba de entregar el partido a los aliados de la burguesía, por lo que hoy, no aceptamos que se nos haga responsables de los vicios que se han enquistados en Morena, ni mucho menos de la falta de acuerdos entre la dirigencia, ya que, su pugna no se da en el marco ideológico o del programa de lucha, sino por el control sobre los puestos.
Los militantes más honestos y consecuentes, debemos seguir en la defensa del pueblo, ser conscientes que la llegada al poder López Obrado únicamente es un pequeño paso, pero que, para consolidar el cambio, necesitamos una transformación más profunda y radical. Debemos defender un programa socialista y formarnos en el materialismo dialectico para alejar a los oportunistas, así como métodos democráticos dentro de Morena donde las bases controlemos a los dirigentes y podamos tomar el control del partido. Debemos, continuar con nuestra labor de concientizar a la población, para que no sean presas de las mismas prácticas políticas que los aprendices del PRI ahora reproducen en Morena. Debemos, continuar informándonos, preparándonos y formando nuestra conciencia crítica y de clase que nos llevará a comprender la realidad y por qué de la necesidad de transformarla. Por último, debemos construir el partido revolucionario que nos lleve a la toma del poder a la clase trabajadora y así conquistar nuestros intereses históricos.