1. En el mundo entero se vive uno de los momentos más interesantes y dramáticos en la historia de la humanidad. La crisis económica mundial y la COVID-19 han roto de forma abrupta la cotidianidad y está poniendo en la orden del día la lucha revolucionaria en país tras país. El capitalismo está en un callejón sin salida, no puede ofrecer nada a la mayoría de la población mundial. La receta que quiere aplicar es que los Estados rescaten a los grandes banqueros y multinacionales, después que la clase obrera y los sectores pobres de la sociedad paguen por ello con más recortes a educación, salud, apoyos sociales, sanidad, aumentando los años para jubilarse, etc. Por el lado de los trabajadores, hay una generación que creció bajo la sombra de la crisis del 2008, éstos jóvenes sólo conocen ataques, malos empleos, salarios miserables y brutalidad policial. Esta generación no va a esperar con los brazos cruzados a ver como el capitalismo les arrebata lo poco que les queda.
2. La pandemia ha tirado la cortina que ocultaba las relaciones de clase en la sociedad. Hoy ha quedado claro, para la mayoría de la población mundial, que a los ricos les importan sus beneficios y poco la vida de los trabajadores, también que, si nosotros no nos organizamos y defendemos nuestros derechos, nadie lo hará por nosotros. Se evidenció como los gobiernos del mundo desmontaron el sistema de seguridad social público porque consideraban que la salud de los pobres no era importante y ahora las consecuencias son brutales. En el país más poderosos del mundo, van más de 140 mil muertes por la COVID-19, porque la gente pobre no tiene para pagar un seguro privado. Aunque formalmente somos iguales todos, si no tienes dinero, no vales un carajo y puedes morir. Esta es la cruel realidad que viven millones.
3. México no es la excepción, el país está siendo sacudido por las nuevas y viejas calamidades. Es un momento extremadamente interesante, toda la vida política, económica y social está siendo sometida a fuertes presiones por las corrientes internacionales de la COVID-19 y la crisis económica, como por las contradicciones internas que se han generado, desde que AMLO llegó al gobierno, dos años atrás. El rasgo de mayor trascendencia es que la oligarquía nacional y el imperialismo han perdido el control directo del aparato estatal, muchas contradicciones se están generando por este hecho.
4. Las elecciones de 2018 fueron la continuidad de las luchas en la calle, que se extendieron durante el sexenio de EPN, teniendo como punto de quiebre el 2014 con la lucha por la aparición de los normalistas, que reflejó el descrédito de las instituciones estatales (empezando por la presidencia) y los partidos políticos. Estos movimientos se caracterizaron por una gran participación desde abajo, generando organismos de participación desde la base, en los momentos álgidos adquirieron un carácter insurreccional. El Estado en momentos estuvo a la defensiva y cuando quiso aplastar las luchas de forma violenta sólo animó a que el movimiento de masas respondiera. La ausencia de una dirección revolucionaria fue lo que impidió que el proceso avanzara a una situación abiertamente revolucionaria. Las elecciones se convirtieron en el escenario de ataque de las masas para manifestar su descontento y aspiraciones de cambio. AMLO llenó el vacío y vimos el tsunami electoral, con 30 millones de votos para el candidato de oposición, que no pudo ser frenado por los mecanismos de fraude tradicionales. La burguesía y sus partidos (PRI, PAN, PRD, PVEM y MC) recibieron un duro golpe del que aún no se recuperan.
5. El triunfo electoral no fue gracias a las alianzas sin principios que se organizaron desde la dirección de Morena, con la intención de sumar votos. Muchos de los candidatos y aliados en vez de sumar restaban por su trayectoria y sus abiertas políticas reaccionarias. El triunfo fue un ¡ya basta!, a todas las políticas reaccionarias y anti obreras que los diferentes gobiernos priístas y panistas habían aplicado, lo que significó hacer retroceder los derechos de los trabajadores y democráticos, décadas. El voto fue un no a más violencia, no a más cinismo de los gobernantes, no a más ataques a la educación pública, a los derechos laborales, etc.
6. Como no había nadie como referente a nivel nacional, que pudiese darles voz y vida a estas demandas, fue Andrés Manuel quién capitalizó toda esta rabia, enojo y frustración. Así, se convirtió en un referente para millones de pobres, que hasta el día de hoy le dan un respaldo masivo a sus conductas y políticas. Este hecho también lo convirtió en el blanco de los ataques de la derecha. Se puede decir que la derecha odia a AMLO porque no lleva adelante el programa de ataques directos contra los trabajadores, pero, sobre todo, porque representa, de una forma desvirtuada, la aspiración de millones de pobres para que la situación cambie. Por eso se ha ganado el odio de la burguesía, los capitalistas, racistas y demás.
7. El programa con el que llegó AMLO al gobierno y el cual está aplicando, no es, ni de lejos, un programa socialista o comunista. Cuando la derecha ataca a AMLO y lo acusa de ser comunista, lo que intenta es aglutinar a su entorno a los sectores más atrasados e ignorantes de la población, que movidos por prejuicios y desconocimiento se tienden a organizar para evitar los cambios, tachándolos como peligrosos para México, etc. Es una estrategia para recobrar algo de fuerza después de haber perdido su capacidad político-electoral en las elecciones del 2018. La derecha no tiene una amplia base social de apoyo lo cual le impide ir a una ofensiva directa contra AMLO, como quisiera. Busca, por el momento atacarle, boicotearle y desprestigiarle, con el objeto de hacerse de una base de apoyo con la cual ir a la ofensiva en el futuro.
8. El programa de gobierno retoma un poco de diferentes teorías y experiencias. Tiende a utilizar un discurso liberal, demagógico y nacionalista, en lo que respecta a lo económico plantea el keynesianismo como herramienta para recomponer la economía. En términos concretos podemos decir que el gobierno rechaza el neoliberalismo (entendiéndolo como privatizaciones, prioridad del mercado externo al interno, reducción del gasto social y una política de estado a favor del gran capital). La forma de combatirlo es aplicando una política keynesiana, una intervención importante del Estado en la economía para incentivar el consumo por medio de los programas sociales, dictaminar aumentos salariales para la recuperación el nivel adquisitivo del salario y con ello desarrollar el mercado interno, incentivar proyectos en la producción para que la empresa privada invierta con el abal del Estado -en muchos de esos proyectos el Estado asume las inversiones riesgosas para asegurar una ganancia a la gran burguesía-, etc. También se opone a las privatizaciones. Con estas medidas AMLO cree que el neoliberalismo ha sido derrotado.
9. La política del gobierno no implica un cambio profundo en la economía ni el destino del país, básicamente lo que cambia es la participación del Estado en el llamado proceso de distribución de la riqueza por medio de los programas sociales. Es decir, sigue existiendo el capitalismo, sus relaciones de producción donde el obrero es explotado para sacarle hasta la última gota de plusvalía; sigue manteniéndose el dominio del gran capital nacional y extranjero; sigue existiendo la pobreza y todos los demonios que ella contrae. Se quiere construir un capitalismo menos cruel y despiadado, más democrático e independiente, pero esto no se puede dentro de los límites del capitalismo.
10. Para financiar el gasto social el gobierno ha renunciado a cobrar más impuestos (en muchos países hay impuestos a las grandes fortunas) y a contraer más deuda -aunque en el último periodo ha dicho que eso es lo más deseable, pero si la cosa va mal, tendrá que hacerlo- ¿De dónde están saliendo los recursos para los más de 22 millones de apoyos que el gobierno da? El gobierno declaró una austeridad republicana para su gobierno, esto ha significado el adelgazamiento del Estado eliminando gastos innecesarios (muchos de estos, totalmente inútiles y ostentosos), aunque también está significando ataques a un sector de los trabajadores estatales. Solo por este concepto el gobierno ahorró en el 2019, 230 mil millones de pesos.
11. El otro punto de donde ha sacado el dinero para este gasto ha sido en su batalla contra la corrupción la cual ha implicado una lucha frontal contra el robo al petróleo, saqueos de los bienes nacionales, robo al presupuesto del Estado, etc. En febrero pasado se reportó que se habían recuperado más de 2 mil millones de pesos. Nosotros apoyamos estas medidas que ha tomado el gobierno, pero esto es insuficiente, no todos los años va a poder recortar más al Estado ni todas las veces se va a seguir juntando ese dinero de la corrupción. Esto pone en aprietos al gobierno, este no crea riqueza, no tiene demasiadas empresas estatales y las que aun le quedan (CFE y Pemex) trabajan con pérdidas. Antes, solo la empresa Pemex reportaba el 40% del total del ingreso nacional anual, ahora esto no sucede más. La única medida que podría resolver esto es renacionalizando la banca, las grandes empresas estatales, las mineras, las grandes empresas vendedoras de mercancías, las poseedoras de las pensiones, etc. Todos estos recursos los podría utilizar el Estado para desarrollar un plan nacional de inversión y desarrollo, estas son medidas socialistas que el gobierno no está dispuesto a asumir.
12. Lo que sí ha sucedido es que, en la lucha contra la corrupción, el gobierno ha tocado fibras muy sensibles a niveles de los gobiernos estatales, las grandes empresas, personajes políticos, partidos políticos y delincuencia organizada, ahora está saliendo a la superficie todo lo que ya se intuía. Durante los años del gobierno del PRI y del PAN se fueron tejiendo redes delincuenciales donde el Estado es parte importante de mafias estatales y nacionales. El narco cooptaba parte de la estructura estatal, financiaba partidos y candidatos para que todo funcionara para sus intereses, todos salían ganado económicamente y además se perpetuaba un dominio brutal, antidemocrático y criminal. En este caso la lucha contra la corrupción implica tocar intereses de esta mafia, la cual tiene dinero, poder de fuego y, a parte del Estado, metida en la nómina para resistir. Es lógico que estas estructuras criminales quieran sobrevivir y mantener sus negocios. Esta es una de las causas más importantes por las cuales la burguesía busca retomar el control del gobierno. Como ya lo mencionamos más arriba, seríamos unos pobres marxistas si nuestro análisis terminara con decir que AMLO es un burgués o que representa los intereses de la burguesía. Hay más en el análisis, comprender la forma en que los grupos políticos y criminales se confabularon para mantener su poder económico y político representa una negativa a poder tener un estado democrático. No necesitan la participación masiva del pueblo en el quehacer político, lo que quieren es que la “política” se reduzca a los acuerdos en lo obscurito, las negociaciones para que ellos mantengan su poder y eso implica excluir y reprimir cualquier iniciativa de la gente. Repelen a AMLO porque les está pisando los pies, los está exponiendo. Pero hay una cosa peor, les está negando la posibilidad de utilizar el Estado, su herramienta política para ejercer su poder, para hacer lo que les plazca.
13. El Estado no es, como AMLO y todos los reformistas lo piensan, un instrumento imparcial con el cual pueden amortiguar la lucha de clases. El Estado es la organización política de la clase económicamente dominante en la sociedad, sirve y funciona para mantener la explotación capitalista. Un Estado puede ser democrático, dictatorial, bonapartista u oligárquico, pero en todas las modalidades lo que mantiene a flote es la dictadura del capital, de un puñado de multimillonarios. El gobierno de Andrés Manuel tiene una peculiaridad, no se inclina a sostener la línea política que le dicta el gran capital, aunque eso tampoco implica que rompa con ellos, hay un divorcio entre estas dos fuerzas, aunque ambas son representantes del capital hay una divergencia sobre cómo mantenerlo a flote. La burguesía nacional, internacional y el crimen organizado -incluyendo la mafia política- necesita del resguardo estatal para existir, entonces necesita un Estado cómplice, esto implica deshacerse del actual gobierno.
14. Una de las consignas más mencionadas y que es una política rectora del gobierno actual es el “separar el poder político del poder económico”. Bajo esta idea el gobierno impulsa dos vertientes. Evitar que el Estado y sus recursos se muevan bajo los intereses de la burguesía y el gran capital, lo que implica que la burguesía odie al gobierno y quiera deshacerse de él. Esto genera simpatía del pueblo al gobierno. Tenemos que decir que está pelea por el control del Estado, no rebasa los límites del capital tampoco. Sin embargo, en más de una ocasión en la historia hemos podido ver como un conflicto en las alturas, entre fracciones de la burguesía, puede generar una coyuntura donde se exprese la lucha revolucionaria. Podemos dar un ejemplo cercano, todos sabemos que Madero no era un revolucionario socialista, quería y había pedido una negociación con el gobierno de Díaz para compartir el poder. El llamado “apóstol de la democracia” representaba a una nueva clase en formación, la burguesía nacional, que aspiraba a dirigir el aparato estatal, quería impulsar su política, pero la dictadura lo impedía. Tanto Díaz como Madero querían mantener y desarrollar el capitalismo, pero este conflicto dio la posibilidad de expresarse al movimiento de masas campesinas, que tenía demandas y asuntos pendientes con el poder. Esto, claramente puede suceder otra vez, ha sucedido muchas veces en diferentes países y circunstancias. La burguesía sabe de historia, pero su apuración en medio de la crisis por recuperar su brazo político la puede llevar a cometer estupideces que le pueden costar la cabeza. Y no por lo que AMLO pueda hacer, sino por lo que la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad puedan lograr.
Falta comentar el freno del estado a las reformas y el carácter de desarrollo de la burguesía parásita.
15. La otra idea que promueve el gobierno con respecto a la independencia del Estado y el poder económico, es darle el espacio a la burguesía para que esta siga explotando a los trabajadores, desarrollándose y acumulando capital. En pocas palabras, que su poder siga incrementándose. Cuando AMLO habla de esta separación plantea que el terreno económico de la producción debe ser para el capital privado. El Estado ha reducido la inversión en lo que respecta a inversión productiva, no invierte en construcción, no invierte en crear nuevas empresas estatales, no invierte en innovación tecnológica. Siguiendo la lógica del liberalismo, se abstiene en el terreno productivo -es decir en el terreno de la creación de riqueza a partir de la explotación a los trabajadores y la extracción de la plusvalía- para que este quede intacto para la burguesía nacional y extranjera. Paradójicamente, esta política reduce la capacidad del Estado frente a la burguesía y al final este terminará sometido.
16. El mismo gobierno de AMLO permite, así, que el poder económico de la burguesía no solo quede intacto, sino que se fortalezca. Los proyectos como el “Tren Maya” o el Tren Transístmico son planes donde el gobierno acepta invertir en los estudios de riesgo y le asegura a los grandes capitalistas nacionales una inversión sin perdida (pueden leer más sobre este tema aquí: https://marxismo.mx/ezln-tren-maya-y-capitalismo/). Aquí podemos ver claramente su proyecto, salvar o fortalecer al capitalismo. Las reformas a los trabajadores y campesinos, a las mujeres, son aspectos secundarios con respecto a la parte esencial. El gobierno ha dicho que no va a haber rescates económicos, en cambio deja libre el terreno de la inversión productiva para que la burguesía se sacie por si sola, como un buen liberal quisiera.
17. Si Andrés Manuel quisiera gobernar solo con el poder del Estado, se toparía -como pasa ahora- con que varios sectores de este aparato no le seguirían. El Estado heredado está prácticamente intacto, rechaza reformar su naturaleza y este organismo se opone también a que se reforme el sistema. Hay sectores que están en franca rebelión contra él (como algunos sectores del ejército, parte de las políticas estatales, gobernadores, el poder judicial, burócratas medios que no se sienten a gusto con él, etc.).
18. Las ultimas 4 décadas fueron un martirio para la clase obrera, la juventud y las mujeres. Las políticas que aplicó la derecha hicieron caer los niveles de vida de la población, terminaron con los derechos laborales, hundieron al país en una guerra civil que dejó decenas de miles de muertos, desaparecidos y desplazados de guerra. No es casualidad que el pueblo dé un respaldo masivo a AMLO, es el único que ha dado pequeñas concesiones y no permite que la burguesía abuse de él, como antes lo hacían. Esta simbiosis, AMLO- Pueblo, es utilizada para mantener a raya las ambiciones desmedidas de la burguesía oligárquica e imperialista. Siempre está la amenaza de que AMLO pueda llamar al pueblo para luchar si estos poderes fácticos se quieren pasar de listos. Pero siempre se queda en eso, simples amenazas. Un ejemplo reciente lo vimos cuando Javier Alatorre llamó a no hacer caso a las recomendaciones de Gatell, la gente se enfureció y se juntaron miles de firmas para quitar la concesión a TV Azteca, con esa presión AMLO dijo que no había que exagerar el error y llamó a TV Azteca a que moderara su ofensiva contra el gobierno.
19. AMLO aprovecha la mayoría que tiene en las cámara de representantes para legislar y derogar las reformas más agresivas contra los trabajadores, da apoyos económicos, trata de parecer un gobierno que se preocupa por ellos, todo esto para que no le retiren el apoyo, por el contrario, quiere ganarles a su política, pero al mismo tiempo él garantiza que no se exprese la lucha de clases, se convierte en un árbitro que media los conflictos y los soluciona a su modo. Una parte de este cometido se logra legislando a favor de ciertas medidas o consignas de los trabajadores y sectores pobres; la otra, ofreciendo prebendas, créditos y oportunidades a la burguesía.
20. A lo largo de los últimos años hemos podido ver como AMLO se comporta frente a las movilizaciones y demandas del pueblo. Él utiliza las instancias del Estado, su peso moral y político para solucionar -en el mejor de los casos-, o diluir las luchas determinadas. Presiona, ya sea al Estado o a sus seguidores, para que se acepte lo que él diga. Esto le da autoridad entre las masas. Además, le permite adueñarse de la independencia de ese movimiento, lo somete, de forma amistosa, para que la lucha no prospere, pero al mismo tiempo, da concesiones. En los casos en que se puedan desprender sectores organizados más radicalizados, el gobierno puede mediar y si bien no reprime directamente, si puede cruzar las manos frente al desgaste y la represión de la reacción, como ocurrió al final de la primer ola de huelgas en Matamoros. Se comporta como un árbitro entre las clases. Este proceso significa una perdida de independencia política de parte de las organizaciones obreras, campesinas y populares. Se acentúa su posición bonapartista. Situarse por encima de las clases, resolver a una, dando reveces a otra, pero al mismo tiempo abriendo oportunidades para que se recupere del sufrir. Una especie de maniobra, de balanceo entre una clase y otra, para mantener el régimen capitalista.
21. La influencia de AMLO sobre el movimiento de masas no la utiliza para transformar de raíz la situación y terminar con el capitalismo, sino para poner freno a la derecha como al movimiento, para que la lucha no explote. Se impide una actuación independiente de los trabajadores, no de forma violenta, sino por medio de las reformas. El movimiento de masas se ve como un medio de presión contra la derecha no de avance del proceso. Esta fuerza es utilizada para reforzar al capitalismo, para darle un nuevo respiro y que recobre su vitalidad, al igual de dar nuevamente credibilidad al Estado. La gran tragedia, fruto de toda la historia de corporativismo y falta de un partido revolucionario de la clase obrera, es que no existe una alternativa de masas a la izquierda del gobierno. Los grupos que existen son sectarios, no comprenden como las masas van sacando conclusiones a partir de su experiencia y se separan de ella. Para estos grupos el gobierno es burgués y todos lo que le apoyan son unos tontos que están siendo engañados, se ven como maestros que tienen la razón y los demás deberían entenderlos porque no hay mejor explicación que la que ellos dan.
22. Como la burguesía, los sectarios culpan de su fracaso al gobierno de AMLO y este es la presa preferida de sus ataques histéricos. Esto los pone a la altura de la burguesía, piden su caída, y apoyan cualquier campaña que pueda desgastar al gobierno, si no hay alguna en el momento, ellos la inventan. Esta política los aísla del movimiento de masas que apoya a AMLO, resulta contraproducente todo su actuar. Quieren ganar a la gente que apoya a AMLO, pero utilizan consignas y métodos que los identifica con la derecha, de esta forma nunca podrán abrir un debate de camaradas con la gente que apoya al gobierno, lograrán su desprecio y se lo tienen merecido. Lenin decía que la táctica para ganar a las masas es la explicación paciente, esto no quiere decir una actitud pasiva ni solapadora, sino ir comprendiendo como se produce la toma de conciencia de las masas, acompañar cada proceso donde los trabajadores, los jóvenes, las mujeres que hoy apoyan a AMLO se van dando cuenta que bajo su política no puede prosperar su liberación.
23. Morena está encerrada en un callejón sin salida. Su historia reciente nos hace recordar un dicho griego: “a quienes los dioses quieren destruir, primero los vuelven locos”. Pareciera que los dioses quieren volver locos a las dirigencias de Morena y a una buena capa de cuadros medios, los cuales solo ven los puestos de gobierno y la administración correcta del Estado como fórmula para “liberarnos”. La bancarrota de la derecha y el apoyo que aún goza AMLO llevará a Morena a ganar las siguientes elecciones de gobernadores y diputados -si no cometen suficientes errores y los efectos de la crisis no terminan con la popularidad del gobierno-. Esto, al mismo tiempo se convertirá en su tumba. El proceso de burocratización ha llegado a tales grados que lo ha convertido en un simple cero a la derecha en estos dos años. Sus peleas internas no se dan por un programa revolucionario o tratando de empujar al gobierno más a la izquierda, sino por personalidades más o menos a fines a AMLO. No decimos que ha dejado de haber buenos camaradas en su interior, que aspiran de forma apasionada a un mundo mejor, pero no han podido superar las limitaciones de su propia dirección, el peso de AMLO es demasiado para que alguien, ahora, se plantee como una alternativa a la izquierda. Podríamos preguntarnos ¿Esto sucederá? No puede haber una respuesta tajante a esto, hay muchas variables en la ecuación. Lo que sí podemos decir, es que muchos compañeros, conforme las contradicciones del gobierno y del partido se acentúen, saldrán decepcionados y buscarán una alternativa más radical, algunos otros se irán desmoralizados a su casa.
24. En las elecciones internas y del 2021, se abrirán espacios de participación de la militancia, donde la base se podrá expresar. La tendencia general será hacia un fortalecimiento de la burocracia, algunos sectores buscarán una alternativa más a la izquierda, pero es posible que del movimiento obradorista, dentro y fuera de Morena, pueda surgir una nueva expresión de organización distinta a Morena, frente a la parálisis como rechazo a los elementos más burocráticos y a la derecha.
25. A todas estas contradicciones que hemos explicado, por la naturaleza del gobierno, se suman las derivadas por la crisis económica y sanitaria mundial. La COVID-19 está significando el último clavo del ataúd de la frágil estabilidad capitalista. Aunque no ha sido la causa -la economía se venía desacelerando desde finales del 2018- ha sido la gota que ha desbordado la situación. Ahora el mundo está viviendo una de las peores crisis, tal vez la peor, de toda su historia. Se han roto las cadenas de producción internacional, se ha desplomado la exportación de petróleo por la sobreproducción que hay a nivel mundial, la producción y el consumo han caído, el turismo mundial se ha derrumbado.
26. La situación nacional no es más alentadora. Todas las palancas de desarrollo económico que había trasado el gobierno están sufriendo reveces muy profundos. Las exportaciones, el turismo, el petróleo, las inversiones, todo está revisándose a la baja. La última estimación del FMI da a conocer que la economía va a caer este año un 10%. En el sector de la construcción la caída anual puede llegar a un 15%, la inversión bruta está en puntos rojos. Los apoyos económicos que el gobierno ha planteado para hacerle frente a la crisis son totalmente insuficientes. Se habla de un cierre pasivo de pequeños negocios y de la economía informal.
27. La presión no solo está siendo para el gobierno sino para la burguesía. Ella planteaba que el gobierno se endeudara y las rescatara, o que pagara la mitad de los salarios de sus trabajadores. El gobierno se ha negado. Esto meterá mucha presión en las fábricas y pequeños talleres. La burguesía intentará poner en la espalda de la clase obrera la crisis por medio de despidos masivos, recortes salariales, pérdida de derechos, etc., la política del gobierno va a ser como hasta ahora en los conflictos laborales, evitar tomar postura y que gane el mejor (esto lo ha hecho con la huelga de las maquilas en Matamoros, la huelga del SITUAM en la UAM, con la de Chapingo, etc.). Conforme la presión siga subiendo para el empresariado, más necesario será quitar a AMLO del gobierno. Ya han hablado de varios planes que corren en paralelo -ganar las elecciones del 2021 con un frente de todos sus partidos para paralizar por la vía parlamentaria al gobierno; desgastar al gobierno con toda clase de campañas de desinformación, marchas o atentados para que en las elecciones de 2022 cuando se refrende el gobierno de AMLO, lo puedan vencer; organizar grupos de choque junto a la delincuencia organizada para desestabilizar, en última instancia un asesinato al presidente-. Ya desde hace meses existe una huelga de capitales contra el gobierno. Todo esto se va a acelerar de cara a la crisis económica.
28. Las presiones también se van a sentir del lado del imperialismo. La visita que ha hecho AMLO a Trump no se puede leer más que como el intento de suavizar cualquier tipo de presiones que pueda haber del imperialismo y la oligarquía al gobierno. Estas negociaciones implican aceptar el T-MEC y la política de subordinación y dependencia al imperialismo americano. AMLO ve una posibilidad de salir de la crisis ofreciendo el mercado mexicano, como ya lo hicieron los anteriores gobiernos, al imperialismo. Hay una diferencia ahora, el capitalismo está pasando por una gran crisis de sobreproducción, ¿para qué invertir en este momento? Solo se podría atraer capital que ya está invertido en otras regiones a costa de salarios más bajos, más “incentivos del gobierno” y recursos naturales ilimitados. Esto va en contra de lo que AMLO ha defendido hasta ahora (buenos salarios, respetar el medio ambiente y no perdonar impuestos). La necesidad de subirse a una tablita de salvación le va a llevar a aceptar esta política. Aunque el gobierno está haciendo todo lo posible por no confrontarse, no se podrán frenar los ataques del imperialismo.
29. Los gobiernos de los estados también van a sentir la crisis, ahora mismo, muchos de ellos funcionan a partir de deuda, son incapaces de recaudar impuestos para su funcionamiento. Hay deudas muy grandes -por la corrupción, robo o malversación de fondos- en las universidades públicas estatales, algunas de ellas se han declarado en bancarrota; el pago de las jubilaciones a trabajadores del estado no está asegurado, esto generará movilizaciones muy radicalizadas por parte de los trabajadores y jóvenes defendiendo sus derechos. Esta situación la utilizará la derecha para montarse en las luchas contra el gobierno federal, este será un tema recurrente y cada vez más violento. Nosotros tenemos que participar y luchar porque se cumplan las demandas y combatir a la derecha que se quiera infiltrar en las luchas legítimas.
30. La clase obrera también se opondrá a los inminentes ataques de capitalistas y patrones en medio de este contexto de crisis. En medio del desempleo masivo y ataques es posible que veamos un periodo de parálisis, pero las condiciones serán tan asfixiantes que tarde o temprano se desarrollarán protestas abiertas. El control corporativo nunca había sido tan débil, por lo que estas luchas pondrán sobre la mesa la democracia sindical y transformarán a los sindicatos.
31. La violencia viene aparejada de la pobreza, desigualdad y falta de oportunidades y una vida digna. La violencia es un verdadero cáncer que corroe todo el cuerpo nacional. AMLO no ha podido detenerlo, no lo puede resolver, para ello se necesita transformar de fondo la situación económica de los más pobres, dar armas al pueblo para que se defienda de forma organizada contra las bandas de matones, dar una batalla frontal contra el machismo, transformar radicalmente el sistema de justicia para que se ponga al servicio de las familias trabajadoras, etc.
32. Nada de esto va a hacer el gobierno. Por el contrario, sigue manteniendo, bajo las órdenes del imperialismo, la política de los gobiernos pasados, sacar al ejército a las calles, formar una guardia nacional, darles más dinero y control político, para que sean estos los que se encarguen de la lucha contra la delincuencia organizada. Frente a este problema vamos a ver a sectores movilizándose a la izquierda del gobierno: comunidades indígenas defendiendo su territorio de las guardias blancas de las empresas y del narco, a las mujeres luchando contra la violencia machista y del sistema.
33. Tarde o temprano la economía tenderá a recuperarse, como decía Lenin no hay una crisis final del capitalismo. La pregunta que nos tenemos que hacer es ¿Cuándo, a qué precio y quién pagará todo esto? AMLO se tendrá que enfrentar a todas estas contradicciones. Mientras que pueda, utilizará al Estado para sortear de mejor manera la crisis, sin embargo, el Estado tiene límites, como ya lo dijimos. La presión por parte de la oligarquía y el imperialismo tenderá a incrementare y lo mismo va a suceder por parte de los trabajadores y la juventud, los cuales lucharán por no dejar que se les arrebate lo poco que les queda. El gobierno se va a ver presionado entre estas fuerzas. Como ya lo mencionamos también, seguramente llamará a las calles, más que para dar un paso radical, para tratar de quitar presión a la lucha, negociar con el imperialismo y la burguesía e impedir que se formen tendencias a su izquierda. En medio de estas batallas la clase obrera y la juventud sacará sus propias conclusiones y seguramente se vislumbrarán organizaciones o frentes de lucha a la izquierda del gobierno. Hay mucha confianza en el gobierno de AMLO y eso implica que por un tiempo los trabajadores tolerarán al gobierno, sus movilizaciones se darán contra enemigos más claros, por ejemplo, los patrones o los charros sindicales.
34. No podemos descartar medidas más radicales del gobierno, como la nacionalización de algunas empresas, pero si esto no va acompañado de un plan de terminar con el capital, serán simples maniobras que son forzadas por las circunstancias para salvar a su gobierno y para salvar al capital de ser devorado por una lucha de clases más radical. En todo caso debemos de seguir cuidadosamente los acontecimientos, viendo cómo se desarrolla la conciencia e impulsando nuestras ideas para ganar a los sectores más avanzados.
35. En el próximo periodo se darán oportunidades muy importantes para nosotros los marxistas, si no cometemos muchos errores podremos capitalizar la bancarrota del capitalismo y las limitaciones del reformismo, las cuales quedarán expuestas de forma muy clara en los años siguientes. Tenemos que ayudar a que los sectores de vanguardia no se separen demasiado de la masa, explicar pacientemente y que no se nos tome como la muleta izquierda del reformismo, no tenemos por qué asumir como nuestra ninguna política del gobierno, apoyamos aquellas que ayuden a la clase obrera a sacar conclusiones de sus propias fuerzas y de sus tareas futuras, rechazaremos de forma abierta cualquier idea que intente plantear el reforzamiento del capitalismo y que las masas tengan que pagar esto. Nos opondremos a cualquier intento golpista de la derecha y del imperialismo, pero sin confundir nuestro programa con el de un gobierno que quiere mantener el capitalismo. Sabremos entrar en frentes únicos, al mismo tiempo que defendemos nuestra independencia de clase.
36. Para estar preparados en el momento donde todas las contradicciones sean insuperables, tenemos que crecer con un sentido de urgencia. Ahora somos una minoría y no podemos hacernos responsables de lo que pueda suceder, pero no podemos exagerar el hecho de que somos esa minoría y por eso paralizarnos asumiendo que no podremos jugar ningún papel. Debemos tener en la mira llegar a 200, después a 500 y mil. Si podemos conseguir esto rápidamente y educar a nuestros camaradas en el marxismo, estamos seguros que podremos jugar un papel importante en las futuras luchas. Con la teoría del marxismo, la ayuda de nuestra internacional, seremos la generación que pueda transformar esta sociedad de raíz.