El pasado 16 de enero del presente año, el grupo “Sororidad Anáhuac”, evidenció públicamente una red de tráfico de contenido íntimo de carácter sexual a través de un grupo llamado “Zorritas de la UAM” por Telegram, una plataforma digital. Se encontraron a 1280 usuarios de diversas universidades como la Universidad Marista y la Universidad Autónoma de Yucatán. En dicho grupo se han compartido 3264 fotografías y 421 videos, incluyendo la identidad de mujeres estudiantes, datos personales y contenido íntimo de carácter sexual.
El grupo “UADY sin acoso” se sumó a la denuncia pública a través de un comunicado donde expresa su apoyo y respaldo a las compañeras de “Sororidad Anáhuac”. También manifestó su simpatía ante las peticiones para que la Universidad Anáhuac Mayab, así como las autoridades de las demás universidades mencionadas, puedan implementar programas y protocolos para la prevención, atención y erradicación de la violencia sexual y la violencia digital (UADY sin acoso, 2022).
Los casos de violencia de género en México van en aumento, así como las diversas formas en las que se ejercen. En los últimos tres años, el 84% de las imágenes intimas no consensuadas difundidas a través de redes sociales fueron de mujeres. Así mismo, se abrieron 2 mil 143 carpetas de investigación de violencia digital en 18 estados de la República Mexicana, de las cuales sólo 17% de los casos llegan a una conclusión a través de los medios de justicia y la legalidad vigentes en el país (Mujeres, las más afectadas por difusión de «nudes» en internet: Segob, 2021).
El caso que estamos exponiendo es un hecho que no puede pasar desapercibido en materia de delitos sexuales y de género. Frente a esto las mujeres en lucha han creado grupos y espacios para levantar denuncias públicas y exigir justicia.
El 20 de enero, la colectiva “Violetas del Anáhuac” se concentró en la explanada del plantel de Mérida, Yucatán, para exigir justicia y que los agresores no queden impunes. Las demandas de parte del colectivo se mantienen firmes, exigiendo a las autoridades de la institución un protocolo efectivo para atender casos de violencia digital. Otros colectivos se sumaron a las movilizaciones de diversas formas donde predominaron las publicaciones en apoyo a las víctimas a través de diversas redes sociales (Estudiantes de la Mayab exigen que no quede impune la red de violencia digital, 2022).
Los colectivos feministas buscan crear y fomentar protocolos de genero dentro y fuera de las universidades para erradicar la violencia hacia las mujeres a través de instrumentos separatistas. Aunque estas medidas puedan representar algún apoyo para las víctimas, no son suficientes para erradicar la violencia hacia las mujeres. Cualquier idea que divida y separe favorece en primera instancia a las autoridades, quienes responden a los intereses capitalistas. La violencia contra las mujeres es estructural, está ligado sistema de explotación y opresión capitalista en que vivimos. Se nos ve como un objeto y una mercancía más. La lucha debe incluir demandas concretas como el desmantelamiento de estas redes que nos exigen y violentan, sancionar a los culpables de la violencia digital, concientizar a las comunidades universitarias sobre este tipo de violencia, etc. Pero si queremos acabar el problema de raíz, al final debemos acabar el sistema capitalista que lo justifica, promueve y no nos da justicia. Ésta lucha no es solo de mujeres sino también de estudiantes sin importar género, profesores y profesoras y trabajadoras y trabajadores. Esta debe ser una lucha del conjunto del pueblo trabajador, quién debe incluir en su programa de lucha acabar con todo tipo de violencia y opresión contra las mujeres.
Acabar con la violencia hacía la mujer es una lucha cotidiana y revolucionaria, que debe aspirar a destruir las bases sociales del sistema capitalista. Es por eso por lo que como compañeros debemos unirnos, organizarnos y luchar por una sociedad justa, terminando con la opresión de la mujer y todo tipo de violencia y explotación.