Escrito por Jorge Martín
Marea Socialista afirma que el principal problema al que se enfrenta Venezuela es la deriva autoritaria del gobierno de Maduro. Empezando por una premisa incorrecta, terminan con conclusiones totalmente erradas que les colocan del otro lado de la barricada. Veamos.
Lo que está pasando en Venezuela es claro: un intento sostenido y concertado de derrocar al gobierno de Maduro por la fuerza para instalar a un gobierno directo de la oligarquía (capitalistas, banqueros y latifundistas) sometido al imperialismo. Si un gobierno de ese tipo llegara al poder (ya sea por vía electoral o insurreccional) sería un desastre para la clase trabajadora y el pueblo y sus organizaciones. Aplicaría un plan de ajuste brutal además de llevar adelante un asalto a las libertades democráticas y una campaña violenta contra los activistas del movimiento obrero y popular.
En este contexto está claro lo que los revolucionarios (e incluso más ampliamente, los demócratas) debemos hacer: denunciar y oponerse por todos los medios a esta ofensiva contrarrevolucionaria.
Además de esto, es legítimo y necesario criticar, en los términos más duros posibles, la política del gobierno de Maduro que es insuficiente e incluso contraproducentes para enfrentar tal ofensiva (concesiones a los capitalistas en lo económico, asfixia burocrática de la iniciativa revolucionaria de las masas en lo político
No tenemos que estar de acuerdo en esto último para luchar en un frente único por lo primero.
Ahora bien, la postura de los camaradas de Marea Socialista parte de un análisis incorrecto y por lo tanto llega a las conclusiones incorrectas, que le colocan en el campo de la contrarrevolución.
Marea Socialista afirma (https://www.aporrea.org/actualidad/n306246.html) que el punto central de la situación en Venezuela es «la profundización del curso totalitario del gobierno». De eso deducen que la principal tarea de 2017 «es prioritario desde nuestro punto de vista, enfrentar el curso totalitario que se desarrolla desde el gobierno» en «la más amplia unidad en la acción» (de la que no excluyen a nadie y por lo tanto se deduce que incluye a la oposición) para lo cual hay que «desarrollar todo tipo de acciones: locales, nacionales e internacionales».
En ningún momento se critica en su comunicado el intento de golpe de estado de la MUD. La crítica que se le hace es por su «errática, vacilante e impotente política», e incluso parece lamentarse de que «se hace difícil comprender que políticos experimentados, apoyados por fuertes operadores internacionales y locales, con cooperación de una parte importante de la intelectualidad antichavista, hayan dilapidado en menos de un año un triunfo electoral contundente.» Finalmente se critica a la reacción, no por querer derrocar el gobierno e instalar uno de ajuste brutal para los trabajadores sino por que «un sector de esa cúpula que está dispuesto a completar un pacto con el gobierno para mejorar su ubicación en el reparto de la renta nacional.»
Todas las citas son del comunicado del 27 de marzo de Marea Socialista (https://www.aporrea.org/actualidad/n306246.html). Se podría decir que en esa fecha la ofensiva actual de la contrarrevolución no había iniciado todavía (se desencadenó con la excusa de las decisiones del TSJ de la última semana de marzo). Pero el comunicado posterior de MS sobre la convocatoria a la Asamblea Constituyente no es mejor, sino incluso peor y sigue exactamente la misma línea (https://www.aporrea.org/ddhh/n308130.html).
Aquí tampoco dicen una palabra sobre la ofensiva de la contrarrevolución y el imperialismo, sino que se limitan a criticar algunas acciones «de grupos foquistas, o posibles francotiradores entrenados, que actúan cubiertos por la cúpula de la MUD», pero al mismo tiempo centran su argumentación en «sin duda alguna, reivindicamos el derecho a la legítima defensa que están ejerciendo los manifestantes cuando el Estado viola el ejercicio de los derechos ciudadanos.»
Falseando la realidad dicen que «la mayoría de los muertos, civiles desarmados, jóvenes y mujeres, lo han sido en el marco de manifestaciones en ejercicio del legítimo derecho a la protesta». Y además señalan al estado como el principal culpable de la violencia: «Esa violación constante es la característica principal de los regímenes autoritarios que derivan al totalitarismo, y es uno de los principales factores que azuzan la violencia.»
Pero quizás el caso más escandaloso es el del comunicado de Marea Socialista Mérida ante los muertos del 24 de abril en esa localidad andina (ver https://www.aporrea.org/regionales/n307562.html). Lo que allí se vio fue que francotiradores desde las filas de los manifestantes opositores mataron a dos personas que se encontraban en una concentración bolivariana de repudio a la oposición. Uno de ellos un obrero de la gobernación, el otro un criminalista, también funcionario de la gobernación. En el comunicado de MS Mérida sobre estos hechos ni siquiera se habla de «grupos foquistas» ni «posibles francotiradores entrenados … cubiertos por la cúpula de la MUD». No, se culpa de los hechos … ¡al gobernador de Mérida!
Literalmente el comunicado describe las protestas reaccionarias opositoras como «la intervención del pueblo merideño al alzar la voz contra las políticas nacionales, y en función de dirimir las acciones de facto en la represión de la política democrática participativa y protagónica que viene siendo vilmente vulnerada por el órgano rector», al gobierno de Maduro lo describe como «fascismo gubernamental».
El incidente en que se disparó con arma de fuego contra los trabajadores de la gobernación se describe como: «dilación violenta en la que resulta casualmente un deceso y cuatro heridos de bala, todos éstos trabajadores de la gobernación del Estado, según declaraciones del gobernador.» ¡¡¡CASUALMENTE!!!
Se procede después a culpar a acusar a los muertos de paramilitares para justificar su asesinato: «que la ciudadanía se pregunte, si la Gobernación del Estado Mérida, cambió de domicilio para la zona mencionada o éste grupo de cinco, pertenecen a los terrorista o a los colectivos asesinos que vienen atemorizando por todas las zonas merideñas en sendas motos muy bien armados y no hay gobierno con autoridad moral, que sancione esta conducta paramilitarista o quizás pertenecen éstas bandas armadas al gobierno?»
Y por si acaso, para cubrirse las espaldas, se culpa al gobernador: «Si dichos funcionarios se encontraban en ese riesgo, cabe resaltar … bajo qué intereses se encontraban en esa zona de riesgo». O sea, la culpa no es de los francotiradores de la oposición que dispararon los tiros mortales, sino de los trabajadores de la gobernación por ponerse en la línea de tiro (!!) o del gobernador por ponerlos en ese lugar.
Llegados a este punto ya uno duda en si calificar a los integrantes de Marea Socialista como camaradas. En realidad se han colocado del lado equivocado de la barricada.
Los que conocen las opiniones del autor de este artículo saben que soy un crítico acérrimo de la política del gobierno, no de ahora, sino desde ya hace tiempo. Justamente porque pienso que las políticas del gobierno no fortalecen sino que debilitan a la revolución. Porque las políticas del gobierno lejos de hacer avanzar la revolución hacia el socialismo, la hacen retroceder. En muchas de estas críticas es posible que coincidamos con Marea Socialista. Pero una cosa es criticar al gobierno y sus políticas, otra cosa es ignorar que existe una ofensiva contrarrevolucionaria para derrocarlo que lejos de mejorar las cosas las empeoraría hasta la enésima potencia, desde el punto de vista de la clase trabajadora y el pueblo. En esa batalla no somos neutrales. No podemos ser neutrales.
Sería como si en España en Marzo 1936 uno dijera que da lo mismo, no apoyamos ni al gobierno de la República que reprime a los trabajadores ni a los facciosos que conspiran para dar un golpe de estado. Peor, sería como si en España en Marzo 1936 uno no dijera nada sobre los preparativos de golpe de la clase dominante y centrara su fuego contra el gobierno de la república.
León Trotsky, cuyos escritos estamos seguros que algunos en Marea Socialista deben de haber leído, era un crítico acérrimo del gobierno del Frente Popular en España en 1936, durante la segunda república. Lo criticaba por mantener la propiedad burguesa de la economía y la tierra, por frenar la iniciativa revolucionaria de los trabajadores, por tratar de conciliar con la burguesía, por su política de colaboración de clases, etc. Pero Trotsky no tenía una actitud neutral ante la arremetida de la reacción y el posterior levantamiento militar fascista.
En sus declaraciones a la comisión Dewey, que investigaba la veracidad de los Juicios de Moscú, a Trotsky le preguntaron específicamente sobre esa cuestión. Esta fue su respuesta:
“ ¿Con qué campo está usted actualmente en España?
TROTSKY. – Ya he respondido en numerosas entrevistas y artículos. Todo trotskysta debe ser un buen soldado en España. Con la izquierda. Naturalmente es una pregunta tan elemental que no vale la pena discutir sobre ello. Un dirigente o cualquier otro miembro del gobierno de Largo Caballero es un traidor. Un dirigente de la clase obrera no puede entrar en un gobierno burgués. Nosotros no entramos en el gobierno Kerensky en Rusia. No entramos en su gobierno, sin embargo, le defendíamos ante Kornilov. Igualmente he declarado que estaba dispuesto a aliarme con Stalin en contra de los fascistas, de la misma forma que me aliaría con Jouhaux contra los fascistas franceses. Es una cuestión elemental.»
En su respuesta Trotsky menciona la ofensiva de Kornilov en Rusia durante la revolución de 1917. Trotsky (al igual que Lenin) se oponían al gobierno de Kerensky, que era un gobierno de colaboración de clases con el apoyo de los reformistas dentro del movimiento obrero. Era un gobierno incapaz de satisfacer las aspiraciones de las masas que habían realizado la revolución de Febrero. Es más, la política del gobierno era justamente la contraria: continuó con la guerra imperialista, se negó a repartir la tierra a los campesinos, etc. Pero cuando el general Kornilov, en julio de 1917, trató de derrocar a ese gobierno, con el objetivo de restaurar el antiguo régimen, una dictadura directa de la clase dominante, los bolcheviques no vacilaron ni tomaron una postura neutral. Sin dar ningún apoyo político a Kerensky, ni dejar de adversar sus políticas, se pusieron en un frente único con Kerensky contra Kornilov. “Combatiremos, estamos combatiendo contra Kornilov, al igual que lo hacen las tropas de Kerensky, pero no apoyamos a Kerensky. Al contrario, sacamos a la luz sus debilidades. Hay una diferencia. Es una diferencia bastante sutil, pero es totalmente esencial y no debemos olvidarla.”
Lamentablemente los camaradas de Marea Socialista parece que no han aprendido nada de Lenin ni de Trotsky. Piensan quizás que no hay diferencia entre el gobierno de Maduro y un gobierno de la MUD. O lo que es peor, piensan que el principal enemigo al que hay que combatir es el gobierno de Maduro. En realidad, se dejan llevar por la presión de la opinión pública pequeño burguesa y eso les empuja a una posición en la que objetivamente están del lado equivocado de la barricada. Si la MUD llega al poder lo más probable es que en la represión que se desencadene no vaya a distinguir entre chavistas y “chavistas críticos” (como ellos se denominan incorrectamente).
Aquellos que a nivel internacional apoyan a Marea Socialista y reproducen acríticamente sus comunicados, son también responsables de esta línea política criminal.