Hoy, en el aniversario 101 de la muerte de Ricardo Flores Magón, comenzamos la publicación de éste texto que habla de la historia del Partido Liberal Mexicano, que en su ala izquierda evolucionaría en la organización y lucha internacional contra el sistema capitalista, convirtiéndose también en el ala izquierda de la revolución mexicana en su primera fase. Es una historia apasionante, de la cual podemos aprender tanto de sus aciertos como de errores y te invitamos a leerla. En ésta primera de tres entregas, hablamos de la tradición revolucionaria liberal existente en México que inspiró, años después, a una nueva generación de luchadores que se enfrentarían a la dictadura de Porfirio Díaz.
Capítulo I: La tradición revolucionaria liberal
Ricardo Flores Magón nació el 16 de septiembre de 1872. Le tocó vivir en una época de cambio y turbulencia. Se acababa de vivir una revolución liberal que encabezó Benito Juárez, aunque ahora se daba una pugna por el poder entre fracciones del partido triunfante. A Ricardo le tocó crecer mientras emergía la dictadura de Porfirio Díaz. Fue el segundo de tres hermanos, el mayor fue Jesús y el pequeño Enrique. Eran originarios de Oaxaca, de San Antonio Eloxotitlán, del municipio de Teotitlán del Camino. Si bien saldrían desde pequeños de su pueblo, las tradiciones de lucha del pueblo Oaxaqueño los marcarían. Su padre, Teodoro Flores, había combatido a favor del país desde tiempos de la intervención norteamericana y contra los franceses. Su madre era indígena y se llamaba Margarita Magón.
El país venía del periodo más turbulento de su historia, donde fuerzas centrífugas internas y el acoso de potencias extranjeras amenazaban con su desmembramiento (como en parte pasó) y en reconvertirse en una nueva colonia de alguna potencia internacional. Pero en medio de guerras e ideales revolucionarios de su tiempo emergería la nación mexicana.
La independencia era relativamente cercana, se consumó medio siglo antes de que naciera Ricardo. En esa lucha surgieron revolucionarios que generarían una tradición: Hidalgo, Morelos, Vicente Guerrero, entre otros. Los insurgentes no lograron imponerse, pero tampoco ser derrotados del todo. El México independiente tendría fuerzas en pugna que chocaban entre sí. Por un lado, estaba la vieja reacción que quería un retorno monárquico y mantener los privilegios feudales (que se combinaba con formas de producción y explotación precapitalistas), por otro quienes pugnaban por la república independiente y un programa que trajera modernidad, que no era otra que el capitalismo. Eso era difícil de desarrollarse cuando el país no estaba unificado, no tenía caminos buenos y seguros para el comercio, ni buenas comunicaciones, ni una burguesía que empujara el desarrollo económico.
Un bonapartista aventurero, llamado Antonio López de Santa Anna, gobernaría varias veces al país balanceándose entre las fracciones liberal y conservadora. Pero finalmente una rebelión interna, conocida como la Revolución de Ayutla, le derrocaría, inclinando la balanza a favor de los liberales quienes escribieron leyes moderadas, una constitución en 1857 y, después, leyes más radicales.
Los liberales sociales
En el congreso constituyente de 1856-57 estaban representados los conservadores y los liberales. En estos últimos había un ala llamada pura, dentro de ellos, una minoría enarbolaron demandas sociales a favor de indígenas, campesinos, niños y mujeres. Ponciano Arriaga fue el principal redactor de la constitución, él hizo un voto particular sobre el tema de la propiedad. En su discurso dijo:
“Ese pueblo no puede ser libre, ni republicano, y mucho menos venturoso, por más que cien constituciones y millares de leyes proclamen derechos abstractos, teorías bellísimas, pero impracticables, en consecuencia del absurdo sistema económico de la sociedad”.
En su estado natal las diferencias sociales eran particularmente obscenas. La tierra estaba a cargo de un minúsculo grupo de oligarcas. Eso había provocado ya levantamientos que Ponciano pudo ver. En tiempo de la intervención norteamericana, un grupo desertó y usó las armas para combatir al enemigo que estaba en casa. Se dio una revuelta en la sierra gorda por el derecho a la tierra. La rebelión de la Sierra Gorda, en la lucha por la tierra, abarcó Veracruz, Hidalgo, Puebla, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí. Se extendió hasta 1852.
Ponciano puso sobre la mesa el problema de la desigualdad derivado de la gran propiedad. Otros liberales, como José María Castillo Velazco, plantearon que todos debían tener derecho a la propiedad. En uno de sus discursos señaló “antes el siervo era el árbol que se cultivaba para que produjera abundantes frutos, hoy el trabajador es la caña que se exprime y se abandona” (memoriapoliticademexico.org). Además, luchó por derechos para las mujeres, para los niños y los hijos llamados naturales o ilegítimos. Pugno por el derecho a la educación y el reconocimiento de los indígenas como ciudadanos.
Estas ideas son avanzadas en su tiempo, el capitalismo estaba en una etapa muy en ciernes sin haber logrado vencer los vestigios feudales ni generar un desarrollo económico importante. En medio de esto se defendían derechos para las masas explotadas y sectores oprimidos. En ese tiempo ya Marx y Engels habían desarrollado los primeros cimientos del socialismo científico, pero estas ideas no habían penetrado con fuerza en México, fueron las ideas del anarquismo las que tendrían mayor eco, pero a finales del siglo XIX. Los liberales de hecho se distanciaban de los socialistas. A final del gobierno de Juárez, se dio un levantamiento socialista en Chalco, Estado de México, encabezado por Julio Chávez, originario de Ixtapaluca, influenciado por las ideas del anarquista Plotino C. Rhodakanaty. Este movimiento fue sofocado, incluso los liberales sociales más a la izquierda como El Nigromante tomaron distancia con ellos.
El ala de los reformadores sociales ponía sobre la mesa problemas de desigualdad de clases, mientras que frente a las leyes se trata como igual a personas desiguales. Sin romper con el pensamiento burgués liberal, mostraban embrionariamente el camino futuro de las reivindicaciones de las clases explotadas. Estos problemas no se pueden resolver bajo los sistemas de explotación, lo que te puede llevar al camino de la lucha por la plena igualdad, a sacar conclusiones anticapitalistas, como de hecho ocurrió con Ricardo Flores Magón y un sector del PLM. Los liberales más a la izquierda, del tiempo de La Reforma, que pusieron sobre la mesa los problemas sociales de las masas y sectores oprimidos, fueron una influencia futura para la generación que lucharía contra Porfirio Díaz.
Turbulencia
Las leyes de reforma y la constitución de 1857 no fueron aceptadas por los conservadores quienes impusieron una sangrienta guerra civil de la que saldrían derrotados. Luego vino una intervención francesa que impuso a un monarca. Eso ponía al país nuevamente en la bandeja de los colonialistas. Se dio una guerra prolongada en la que el pueblo mexicano logró poner un freno a los invasores, que contaban con el mejor ejército del mundo, en la batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1867. Pero la guerra se prolongaría 5 largos años más.
Fue una resistencia heroica donde se perdían batalla tras batalla para levantarse y luchar nuevamente. En un momento se formaron chinacas, milicias campesinas, que mantuvieron la lucha contra el invasor. Los imperialistas no pudieron controlar a la población y tuvieron que abandonar México. El emperador Maximiliano fue dejado a su suerte con un ejército conservador con una fuerza que no se podía despreciar. Las batallas finales se dieron en Querétaro, pero en ese proceso fue importante la toma de la ciudad de Puebla el 2 de abril de 1867 que fue un golpe audaz, encabezado por Porfirio Díaz. En esta batalla intervino un contingente oaxaqueño en el que participó Teodoro Flores, padre de los hermanos Flores Magón.
El porfirismo
Juárez gobernó al país con gran autoridad. Todavía tenía que sofocar rebeliones conservadoras y de disidentes liberales. Porfirio Díaz varias veces trató de derrocarlo en elecciones y con las armas, sin éxito. Fue su principal enemigo dentro del bando liberal.
Juárez tomó medidas a favor de la educación, mantuvo la libertad de prensa, la clara separación de la iglesia y el Estado y comenzó la tarea de reactivar la economía. A su muerte se da una lucha entre bandos liberales; Sebastián Lerdo de Tejada, otro liberal puro, sería presidente, pero cuando intentó reelegirse recibió un golpe de Díaz, quien mató a varios de sus seguidores a sangre fría.
Con la bota militar de Porfirio Díaz se pacificó al país. Eso favoreció al desarrollo capitalista, aunque con inversión del gran capital imperialista. Aumentaron las vías de ferrocarril, pero organizadas al servicio de las grandes empresas extranjeras, principalmente estadounidenses. Vimos un repunte de la industria textil, explotación minera para la industria, el desarrollo de empresas de energéticos y demás. La burguesía mexicana fundamentalmente se orientó a la agricultura y ganadería, la industria recayó principalmente en el capital imperialista.
Éste fenómeno trae consigo nuevas formas de explotación, y el nacimiento en masa de la clase obrera. Combinado a la explotación capitalista conviven vestigios feudales y otros modos de explotación precapitalistas. .Muchas veces no se le pagaba en dinero a la clase obrera sino con vales o dinero de la empresa que podían canjear solo en tiendas especializadas; propiedad de los mismos empresarios o sus socios. Los campesinos y pueblos indígenas vieron un obsceno arrebato de tierras. Es de destacar la guerra yaqui, en la que el Estado porfirista exterminó a gran parte de este pueblo y a los indígenas derrotados los humilló y obligó a ir a otras zonas del país en condiciones de esclavitud.
El porfirismo fue un régimen oligárquico subordinado al capital extranjero apoyado en una dictadura militar en la que se erigió un grupo de “sabios” conocidos como los científicos, intelectuales al servicio del régimen.
El programa político del liberalismo fue traicionado por el porfirismo. Reestableció alianzas con los viejos aristócratas terratenientes y con la iglesia, a quien restableció parte de su poder. Fue, además, un régimen muy cerrado que se fue haciendo viejo junto con el dictador. No había espacios de expresión política independiente o donde se manifestaran las disidencias. La presión en tres décadas dejó una olla que no hizo más que estallar.
La revolución permanente
México tuvo un desarrollo desigual donde se mezclaron distintos modos de producción y métodos brutales de explotación. Con la revolución de reforma se sentaron las bases para la introducción capitalista. La burguesía nacional débil y atada a los terratenientes fue incapaz de llevar adelante estas tareas. Se llegó tarde al proceso histórico cuando emergían las potencias imperialistas que subordinaron a México. El país era fundamentalmente agrario y el problema de la propiedad de la tierra se presentaba como la contradicción principal de cara a la gran masa campesina. Pero la clase obrera industrial ya había aparecido en escena.
Los burgueses liberales no iban más allá de reformas democráticas, que incluso, cuando tuvieron la oportunidad, las llevaron adelante de forma muy tímida e incompleta. Entre los explotados era necesario una independencia política de este sector y una alianza entre obreros y campesinos. México gozaba de una enorme tradición de revueltas armadas, el método tradicional de lucha del campesinado. Pero ahora la clase obrera debía implementar sus métodos de lucha como la huelga general aliándose a su hermano del campo. Era la clase obrera quien, aliada al campesinado, debía completar las tareas que la burguesía era incapaz de realizar: una reforma agraria radical, la independencia del imperialismo y el desarrollo económico que debía conseguirse tomando posesión de las fábricas y estableciendo una economía planificada con una visión general del desarrollo del país. Es decir que la revolución debía trascender a medidas socialistas.
Si bien México era un país atrasado, que objetivamente debía completar las tareas de la revolución democrático-burguesa, sí existían las condiciones para la revolución a nivel internacional y sobre todo en Estados Unidos. Una revolución proletaria en México que diera justicia a obreros y campesinos debía buscar a sus aliados los obreros estadounidenses y llamar a que secundaran su ejemplo. La próxima revolución mexicana no podía ser una revolución burguesa liberal clásica y sólo podría completarse convirtiéndose en revolución socialista internacional.
Capítulo II. Nuevo Liberalismo
La lucha estudiantil de 1892
Margarita quiso que sus hijos se superaran, así que los subió a un tren y los llevó a vivir a la Ciudad de México. Jesús trabajaría mientras realizaba sus estudios en la escuela de jurisprudencia y ayudó a sus hermanos a seguir sus pasos. Cuando Ricardo estaba en la Escuela Nacional Preparatoria se dio un importante movimiento estudiantil. El estudiantado es una especie de termómetro que muestra el ambiente social. En 1892 Porfirio Díaz tiene su tercera reelección consecutiva. El ambiente de descontento era notorio. Un dato que lo evidencia es que entre 1891-1893 surgieron rebeliones en Tamaulipas, Chihuahua, Estado de México y Guerrero, contra las que tuvieron que intervenir las fuerzas represivas del Estado.
Hubo un movimiento armado, encabezado por Catarino E. Garza, quien era un migrante en Estados Unidos donde había establecido periódicos críticos al régimen de Díaz. A su cuerpo armado le nombran “Constitución de 1857 e integridad nacional”, establecen un plan revolucionario liberal en la que desconocen a Díaz y los distintos gobiernos estatales; pugna por la libertad de comercio y la defensa del derecho a la propiedad, pero también por la repartición de las tierras a los mexicanos que quieran trabajarlas; buscaban el derrocamiento del gobierno y la creación de una Convención Nacional que respetara y reformara la constitución de 1857. Esta rebelión realiza algunas acciones armadas en el norte del país, fue sofocada y Catarino se vio obligado a regresar a su exilio.
Una lucha más significativa fue la realizada en Tomochic, ubicado en Chihuahua. El gobierno de Díaz permitía la instalación de empresas y minas que habían significado el arrebato de tierras y nuevas formas de explotación, para los habitantes de Tomochic implicó choques con caciques locales. Ellos defendían su autonomía, dado su aislamiento habían creado sus propias milicias y se oponían a las amenazas de reclutarlos forzadamente a las fuerzas federales. Pero también se oponían al catolicismo que les había intentado imponer su religión. Teresa Urrea era una curandera con fama de milagrosa, a la que le dieron el mote de Santa, y que además profesaba una política de oposición al gobierno de Díaz. Este trato de prohibir que los tomochitecos adoraran a su santa, lo cual sacó a la superficie todas las tenciones subterráneas. Se dio un choque frontal entre los pobladores de Tomochic, encabezados por Cruz Chávez y las fuerzas porfirianas. Los primeros asestaron golpes y derrotas al ejército, el conflicto llevó a una alianza entre los pobladores mestizos de Tomochic y gente de fuera que se les sumó a la batalla, incluyendo indígenas. La superioridad de fuerzas y armamento fue lo que inclinó la batalla a favor de la dictadura, muriendo casi todo el pueblo en la batalla, sobreviviendo solamente 41 mujeres y 73 niños.
El estudiantado suele ser un termómetro que mide la temperatura social. Este ambiente de descontento, que también salía a la superficie por la búsqueda de Díaz de reelegirse por tercera vez consecutiva. Esto significaba la clara perpetuación de Porfirio en el poder. Había fermento entre los estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria, mientras les presionaban a apoyar la reelección presidencial, les prohíben en la escuela reunirse en el patio. Eso solo abonó al descontento, los estudiantes se concentraron en la Alameda Central y realizaron mítines en los periódicos de oposición: El Monitor Americano y el hijo del Ahuizote. Formaron el Comité Estudiantil Antirreeleccionista, realizaron trabajo de difusión poniendo pancartas en la ciudad y realizando mítines. En esta lucha participarían Lázaro Gutiérrez de Lara y Ricardo Flores Magón, que iba acompañado de su hermano menor, Enrique. Se dio una confraternización con el pueblo.
“La muchedumbre, puesta en orden, comenzó a desfilar. De los balcones llovían flores. Todo México entusiasmado asistía a presenciar la manifestación. Vivas a la libertad y mueras a la tiranía brotaban de todas las gargantas. Los estandartes brillaban al sol. Las bandas de música emocionaban a la multitud con sus acordes heroicos. En cada guardacantón, en cada carro, donde quiera que hubiera algo que pudiera servir de tribuna, se encontraba un orador, ora de levita, ora de blusa, atildados unos, broncos los otros como la tempestad” (La Jornada Semanal N° 906, 15 de julio de 2022).
Se realizaron manifestaciones que sumaron al pueblo, pero la represión del régimen avanzó y encarceló a los estudiantes, dentro de ellos a Ricardo, quien viviría su primera cárcel. Fue la presión de la población en lucha, enfrentándose a las fuerzas porfiristas, las que evitaron que el régimen avanzara más lejos en la represión contra el estudiantado que finalmente sería liberado.
El régimen logró restablecerse y derrotar las protestas y rebeliones de ese periodo. Pero una nueva generación de luchadores había nacido en 1892.
Primeras experiencias en la prensa
Jesús y Ricardo habían sacado la conclusión de que había que agitar al pueblo para dar una batalla más frontal contra el régimen. Joaquín Clausell, quien años después se convertiría en el más importante pintor impresionista de México, publicaría el periódico de oposición El Demócrata. Jesús Flores Magón sería articulista y Ricardo posiblemente corrector de estilo.
El régimen de Porfirio Díaz tenía un férreo control de la prensa. Gastaba enormes recursos en pagar subsidios, con eso aseguraba una prensa oficial aduladora, que era la mayoría. Cuando un periódico o un periodista se salía del redil, bastaba mandarlos una temporada a horrendas cárceles para que “recapacitaran” y luego se les podía subsidiar y cooptar, sino se clausuraba su periódico.
Por su actividad periodística, Jesús entraría en la cárcel en 1893. Era el sostén de la familia. Ricardo tenía trabajos precarios, incluso fue trabajador doméstico. La represión se vivía en el conjunto del seno familiar. El padre, Teodoro estaba enfermo y moriría mientras Jesús estaba tras las rejas. Eso fue formando un carácter indomable en Ricardo.
Jesús estaba muy activo en la prensa de oposición, eso sin duda sirvió de ejemplo a sus hermanos. Ricardo, aunque entró a la escuela de jurisprudencia, no logró concluir la carrera. Incursionó en otros proyectos periodísticos eventualmente. Pero en él nacían convicciones. En un viaje a su natal Oaxaca, Ricardo mantiene correspondencia con su hermano menor, Enrique, le dice: “El papel es para mí un ídolo y creo que no en un lejano tiempo sea mi arma muy grande: el periódico. Yo lucharé en este sentido y grande será la utilidad” (Flores, 2001, 57).
Animaba a su hermano dándole consejos para escribir:
“Sobre todo lee mucho, pero lee con atención, buenas obras, porque si lees las malas que son las más, nada vas a aprender. Procura además definir tu Estilo, es decir, la particularidad de tus obras, la diferencia que debe haber con respecto a las otras. Si escribes lo mismo que todos, procura dar carácter a tus escritos de manera que se distingan de todos los demás y entre sí tengan el mismo sello, igualándoles. En una palabra, forma tu estilo. Eso es lo más difícil y hay que procurarlo para no caer en la vulgaridad de los copistas” (Flores, 2001, 58).
Nace Regeneración: periódico jurídico independiente
Pese a la censura, se había desarrollado un periodismo crítico, siendo Filomeno Mata su principal representante. Jesús y Ricardo incursionaron brevemente en varios periódicos después de la lucha de 1892. Pero no fue sino hasta 1900, el 9 de agosto, que lanzarían uno en que se encontraban al frente, en este caso junto con el abogado Antonio Horcasitas. Le llamaron Regeneración, tenía como slogan: “Periódico jurídico independiente”. No criticaba al sistema, era muy cuidadoso de no criticar a Díaz, pero si a éste o aquel abuso o funcionario, pugnaba por que se aplicara la ley y no se cometieran excesos del poder judicial.
Éste fue uno de muchos periódicos. Recibía cartas con consultas jurídicas, que se publicaban y eran respondidas. Se estableció así una red a través de la prensa que ganó su audiencia y popularidad. Su moderación no los salvó de ser atacados y sus tres dirigentes serían encarcelados. Eso radicalizaría el periódico, Horcasitas no quiso seguir más y los hermanos Magón; a partir de una propuesta de Margarita, su mamá; le cambiaron el slogan por: “Periódico independiente de combate”.
El Club Ponciano Arriaga y el congreso liberal
Porfirio Díaz, aunque se mantuvo directa o indirectamente (al inicio de su dictadura) en la presidencia por tres décadas, no dejaban de haber elecciones. Sus allegados, como los científicos, realizaban reuniones y sacaban manifiestos pidiéndole que les hiciera el honor de gobernar al país y ser nuevamente su candidato. Se solía decir que el pueblo no estaba aún preparado para la democracia.
Al iniciar el nuevo siglo, el régimen de Díaz había llegado a una posición descarada de conciliación con el clero, restableciendo parte de su poder. El obispo de San Luis Potosí, Ignacio Montes de Oca y Obregón, llegó al descaro de declarar en Europa que la iglesia podía quedar tranquila pues de las leyes de reforma solo quedaban leños quemados. Eso indignó a los liberales potosinos quienes formaron un Club Liberal al que nombraron Ponciano Arriaga, en honor al padre de la constitución de 1857.
Este club estaba liderado por el sobrino de Ponciano, el ingeniero Camilo Arriaga. Él pertenecía a una familia acomodada vinculada a la explotación minera tradicional. Era un burgués liberal, que ligó la tradición de la vieja generación de la reforma con la nueva.
En este club participarían jóvenes muy activos como Juan Sarabia y Antonio Díaz Soto y Gama. Establecieron una rama estudiantil que daba dinamismo y combatividad al club. También se incorporó el profesor Librado Rivera. El Club Ponciano Arriaga llamó a un congreso liberal a realizarse el 5 de febrero de 1901, aniversario de la promulgación de la constitución. Eso animó a que proliferara la creación de nuevos clubs y más periódicos de oposición.
El congreso no buscó una confrontación directa con Díaz. Se realizó una vez que éste ya había asumido su nuevo periodo presidencial y el hecho estaba consumado. Tuvo una asistencia de delegados de alrededor de 50 círculos liberales. La línea del debate fue anticlerical y de defensa a las leyes y la constitución de 1857. Es de destacar que también hubo participación femenina con compañeras como Juana Belén Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña Rosete, quienes tiempo después fundarían el periódico Vésper. Ricardo fue delegado y no pasó desapercibido, se posicionó claramente a la izquierda. El congreso había sido cuidadoso de no confrontar abiertamente a Díaz, pero Ricardo dio un discurso directo y franco.
“Aunque hubo predominio de fanáticos discursos anticlericales durante los seis días del Congreso, el punto político culminante fue cuando Ricardo Flores Magón exclamó: ‘La administración de Porfirio Díaz es una madriguera de ladrones’. Muchos de los delegados, liberales de la clase alta que apoyaban la Reforma, pero que no habían previsto ataques contra Díaz, silbaron en señal de protesta. Ricardo sin perturbarse, repitió su frase. Como los delegados continuaron gritándole y silbándole, Ricardo se irguió y por tercera vez repitió su frase, más firme y cortante. La asamblea rompió en un aplauso atronador. Camilo Arriaga declaró más tarde que algunos delegados temían que las osadas declaraciones de Ricardo pudieran causar que las tropas federales que se hallaban afuera clausuraran el Congreso prematuramente. Arriaga se preguntaba: ‘¿A dónde nos llevará este hombre?’” (Crockford, 1980, pp. 92-92).
Aunque en ese momento todo mundo era liberal, este hecho marcaba la primera fisura de un duro rompimiento de este movimiento. La diferencia futura se manifestaría entre luchar sólo por reformas políticas o incluir reformas sociales, y después entre reforma del sistema o revolución anticapitalista. Pero en este momento, lo que se expresaba era la entrada de una nueva generación a la batalla queriendo luchar de manera franca.
El congreso no rebasó las resoluciones anticlericales y de defensa a la constitución. Reflejan una organización en formación. Se acuerda impulsar clubes y periódicos liberales en el país, se creó una federación de clubes liberales que sería presidido en esta ocasión por el club Ponciano Arriaga.
Reacción porfirista
El régimen vio el peligro potencial de esta reunión. En Nuevo León había gran fermento tras el congreso. Bernardo Reyes dirigía las fuerzas armadas y tenía ilusiones en que él podría sustituir a Díaz cuando abandonara la presidencia, era el cacique local de ese Estado. Fue él quien tuvo más saña en la represión. Camilo Arriaga, años después hizo un resumen de los ataques:
“El Club Lampazos, Nuevo León, fue destruido, pues sus integrantes fueron encarcelados y sentenciados; Antonio Díaz Soto y Gama fue condenado a 4 meses de prisión por haber pronunciado un discurso de defensa de Juárez y condenación a la política de conciliación; Medel, preso en Morelia, por sus críticas al clero; Ricardo y Jesús Flores Magón por brillante lucha de su periódico Regeneración sepultados en el nauseabundo Belén; Escalante, enfermo de gravedad, encerrado en sórdida presión en Cuicatlán, Oaxaca, por el sólo delito de ser liberal; el Club Regeneración de Pichucalco, Chiapas; disuelto por orden del jefe político; el Club de San Nicolás Tolentino de San Luis Potosí perseguido por el reaccionario presidente municipal del lugar. Pero todas esas persecuciones no nos desmoralizaban” (Flores, 2019, p. 358).
El Club Ponciano Arriaga realizó varias acciones para mantener la organización y crear un partido verdaderamente nacional. Se planteó un segundo congreso para el 5 de febrero de 1902, el régimen impidió su realización. En una reunión pública en San Luis Potosí el 24 de enero de 1902 llegaron agentes de Díaz y realizaron una provocación para justificar la represión, que llevaría a varios de sus dirigentes a la cárcel. Cuando unos compañeros salían de la cárcel otros entraban.
Además, se hizo una campaña sucia de desprestigio contra Díaz. Regeneración defendió al Club Ponciano y a otros clubs y periódicos reprimidos. En sus páginas empezaron a aparecer en éste o aquel número artículos sobre problemas sociales más profundos como la esclavitud de los mayas en Yucatán. Mantener el periódico se volvió cada vez más difícil. Clausuraron la imprenta y tuvieron que usar las de Filomeno Mata, fueron encarcelados y mantuvieron por algún tiempo el periódico. En la cárcel la madre de los Flores Magón cayó enferma, el régimen de Díaz quiso chantajearla:
“De parte de los ‘científicos’ alguien se dirigió a la madre de los hermanos rebeldes para que los comprometiera a callar; Margarita Magón respondió que: ‘prefería ver a sus hijos muertos antes de ser causante de su claudicación’ (…). El 14 de junio murió la madre de los rebeldes y no se les permitió asistirla en sus últimos momentos. Los Flores Magón pasaron cerca de un año, hasta abril de 1902, en Belén” (Abad, p. 49).
Margarita moriría mientras sus hijos seguían encarcelados.
Regeneración fue perseguido, en un contexto de represión general del movimiento liberal. Pero no planteaba en ese momento una postura revolucionaria. En Guerrero se dio un movimiento de oposición en cara a las elecciones, que derivó en un levantamiento armado. Regeneración saca una carta al presidente pidiendo hacer reformas porque de seguir así el pueblo se iba a levantar, y desmarcándose del movimiento armado dicen:
“Nada más absurdo que se nos considere como revolucionarios; pero si lo fuéramos, estén seguros los espíritus apocados y la tiranía misma que así lo declararíamos, lo confesaríamos con la misma entereza con la que hoy rechazamos tan grotesca e infundada calumnia, porque no estamos acostumbrados a mentir, nos repugna la hipocresía política y gustamos de las situaciones claras y francas” (Regeneración 1ª época, N° 33, 7 de abril de 1901).
Los redactores serían amenazados de muerte, Regeneración tuvo que cerrar, viendo aparecer su último número el 7 de octubre de 1902, cerrando la primera etapa de este periódico. Saldrían de la cárcel, pero para Jesús había sido demasiado y abandonó la lucha.
El hijo del Ahuizote
A Ciudad de México, donde residían los redactores de Regeneración, se fueron trasladando los liberales de San Luis Potosí y de algunas otras zonas del país. Se reorganizó al Club Ponciano Arriaga agrupando a otros elementos como Ricardo Flores Magón. Se ocupó el periódico El Hijo del Ahuizote, en ese momento venido a menos; teniendo a su director Daniel Cabrera enfermo. La redacción fue tomada por la nueva generación bajo la dirección de Juan Sarabia. Éste era un periódico que incluía caricaturas y artículos satíricos, lo que se escribía ahí marcaba los comentarios y las bromas del día en la calle. A medio día el periódico se agotaba debido a su alta demanda.
El 5 de febrero hicieron una protesta frente a sus instalaciones con una pancarta y una foto de Juárez con la consigna: “La constitución ha muerto”. Los trabajadores de El hijo del Ahuizote posaron asomados desde las ventanas en ambos costados. En el último manifiesto del club Ponciano Arriaga, publicado en abril de 1903, dicen:
“Hoy nuestra Constitución ha muerto, no porque fuera utópica, no porque no fuera adaptada a nuestra generación, sino porque el pueblo ha degenerado a medida que el Clero y la tiranía ha ido triunfando. Sin la dictadura que desde hace años nos oprime, el pueblo hubiera tenido educación cívica, hubiera entrado en el ejercicio de sus deberes y de sus derechos y la Constitución se hubiera ido formando a su favor”.
Mostrando la evolución política en la que la igualdad ante la ley no es suficiente, señalan:
“¿Hay igualdad en nuestro país? No. El capitalista, el fraile y el alto funcionario, ya sea civil o militar, no son tratados en México igual que el obrero humilde o cualquier otro miembro del pueblo, oscuro en la sociedad, pero brillante en las epopeyas de la Nación. Los empleados arrastran una vida de humillación y miseria. Los privilegios y los fueros en vigor nos han plagado de una clase de inútiles y viciosos, que podemos llamar los zánganos del conjunto social” (memoriapoliticademexico.org).
El llamado que hacen es a construir más clubes liberales en el país. “Durante la noche, el manifiesto fue pegado en todas las paredes de la Ciudad de México, por jóvenes intrépidos que tomaron a cuestas esta tarea y que amanecieron en la cárcel” (Turner, p. 53).
El 2 de abril, en las celebraciones oficiales de la recuperación de la ciudad Puebla durante la guerra de Reforma, se hizo agitación liberal. Se mostraron pancartas frente a Díaz que decían: “¡No reelección!”. Esa consigna conectó con el ambiente del pueblo que terminó en una marcha hacia el periódico de oposición Excelsior, sin que la acción terminara en bajas o represión.
En Monterrey se hizo una manifestación liberal ese mismo día, que apoyaba una candidatura independiente. Librado Rivera comenta:
“Hombres y mujeres, niños y ancianos tomaron participación en la manifestación tan espontanea en favor del candidato; pero el general Reyes, en su despecho porque esa clase de manifestaciones no se hacían para él, colocó tropa armada en los altos del palacio municipal, con órdenes de hacer fuego contra la muchedumbre que tenía que pasar por allí; orden que fue ejecutada al píe de la letra, quedando la calle, momentos después, cubierta de muertos y heridos” (Flores, p. 448).
Los encarcelamientos continuaban. El 9 de junio el tribunal saca un decreto manifestando que cualquier periódico que publique escritos de Ricardo Flores Magón sería clausurado. El Hijo del Ahuizote tuvo que dejar de publicarse. La represión contra los liberales de oposición llegó al límite que sus vidas corrían peligro y no podían seguir realizando su trabajo de agitación y organización. No hubo más opción que el exilio.