Escrito por: Fanny Casillas Ilich.
Han pasado 44 años del infame golpe militar encabezado por la reacción chilena y los Estados Unidos sobre el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, la memoria colectiva sigue viva en este periodo es imprescindible encender una chispa de luz en las Lecciones que dejó tan lamentable episodio en la historia de los trabajadores que servirán en las luchas venideras y servirán a los distintos pueblos para cambiar el rumbo de la historia. Tal como lo es el caso de la revolución bolivariana en Venezuela, que desde hace meses la ola de la contrarrevolución azota a los trabajadores que se atrevieron a tomar el futuro en sus manos. En la actual bancarrota del régimen, las tradiciones revolucionarias y la lucha organizada pueden hacerle frente a estos tiempos de podredumbre.
La historia de los países de Latinoamérica pesa por su pasado colonial, este proceso que definió la lucha de explotación que hay entre los países imperialistas como una fase posterior a la del capitalismo industrial. El caso de Chile no es la excepción, durante años ha jugado el papel de ser la bota de la administración imperialista sin embargo es cierto que el papel de los trabajadores y jóvenes ha sido determinante en periodos característicos pero la falta de un partido que pueda cohesionar el potencial revolucionario ha sido una piedra angular que en el momento decisivo cobró factura. Basta mencionar que en 1929 el efecto que la crisis mundial trajo, provoco que en Chile se abandonara el patrón oro, en menos de 2 años el índice de desempleo se disparó en al menos 40% y provoco un estado de fermento prerrevolucionario, jóvenes estudiantes, clase media, un movimiento de médicos consiguieron que saliera en exilio el entonces Ibáñez, pero la falta de un partido que empujara las fuerzas movilizándose entonces le dio un respiro a la agrupación de la contrarrevolución. Carlos Dávila quien llego a la presidencia e inauguró la Republica Socialista Chilena solo mantuvo el gobierno 90 días, su incapacidad para echar atrás las políticas de austeridad que tenían de rodillas a los trabajadores , su escepticismo de armar a los trabajadores junto con el sectarismo y política histérica del Partido Socialista Chileno, que nació en el momento del ascenso stalinista , la mala orientación y la miope política hicieron que se hiciera unísono frente contrarrevolucionario que colapso en escasos 90 días y subió Alesandrí.
El movimiento en el periodo posterior estaba en ascenso había una verdadera lucha encarnizada contra las posiciones fascistas y ante la presión que los trabajadores ejercían y sus milicias el gobierno de Arturo Alessandri no había resuelto los problemas de fondo y la presión que ejercían los trabajadores hizo que el gobierno echara pasos atrás a la intentona de sublevación fascista.
La tradición stalinista hizo que el Partido Socialista Chileno PSCh, hiciera una alianza con el Partido Radical pese que el ambiente de la base trabajadora era el de ninguna confianza en la burguesía, pese a que distintos cuadros jóvenes del PSCh se rehusaban al saber que era una situación de principios y en contra del ambiente que el movimiento propio dictaba. El frente popular se echó para adelante y como era de esperarse la agenda en primer plano era de la burguesía. Esta política se vio culminada cuando el PSCh decide declinar a Marmaduke Grove quien tuvo un papel en primera fila en el movimiento obrero de Santiago.
La táctica por excelencia del stalinismo que es el Frente popular sirvió únicamente para atar de pies y manos a la dirección del PCCh y el PSCh una y otra vez, Marx planteaba que la historia se repite dos veces la primera como una tragedia y la segunda vez como una farsa. La política miope y oportunista de la colaboración de clases fue la misma que puso sobre la mesa lo que ocurrió el 11 de septiembre de 1973.
Salvador Allende había sido postulado en 3 ocasiones a la presidencia, la primera vez en 1958 derrotado por Jorge Alessandrí y en 1964 derrotado por el candidato del Partido de Democracia Cristiana Eduardo Frei ambos no fueron capaces de llevar las tareas mínimas de la burguesía nacional con políticas de austeridad y sin una reforma agraria la situación se volvió convulsa. Fue la alianza de 1970 que vio nacer la coalición de Unidad Popular UP, integrada por distintos sectores de la burguesía, pese al triunfo de la Unidad Popular, el margen de votos hizo que la Democracia Cristiana y el Partido Nacional presionaran a la UP en su programa para dejarles tomar la presidencia encabezado por Salvador Allende.
La situación para la Unidad Popular se volvía verdaderamente complicada por un lado la dirección del Partido Comunista y el Partido Socialista no veían como fundamental la transición al socialismo, Salvador Allende lo asumía como una tarea importante sin embargo confiaba en que el parlamentarismo democrático podría ayudar a esta tarea. Por otro lado, las promesas con las que llego Allende hacia la clase trabajadora seguían pendientes: mejoras económicas y laborales, un programa amplio de pensiones, la reforma agraria, y la nacionalización de sectores principalmente la textil, minera, de cobre, etc. El ambiente de movilizaciones seguía en ascenso, los latifundistas temerosos de quedarse al margen coordinaban grupos armados mientras que los campesinos se organizaban alrededor de los consejos campesinos, estos fueron parte importante para replegar a los grupos fascistas que se alzaban en el campo y la ciudad, sin embargo, la dirección de la Unidad popular fue abandonar los consejos campesinos, ya que uno de los acuerdos que hicieron al llegar al poder fue la de prohibir las milicias obreras o populares. Sin embargo, la Democracia Cristiana se quedó al frente de estos consejos con una política nefasta.
Se nacionalizaron distintas empresas en el campo del cobre, minero y textil , las políticas económicas eran expansivas para no disminuir el gasto público y el reparto de tierras iba en popa , pero el programa de Allende tenia freno manual y este era la invitación sobre la mesa del gobierno de la UP con el Partido Nacional y la Democracia cristiana, la burguesía no estaba dispuesta a que el programa de Allende siguiera en marcha así que la receta acabada que utilizo fue el boicot económico sobre todo en el sector minero y de cobre que servían como pilares en la economía chilena y así que el sabotaje en estos sectores principalmente tuvieron respuesta en estrepitosos niveles de inflación . El ambiente que la burguesía creaba tuvo eco en los sectores más conservadores y escépticos del gobierno de la Unidad Popular.
Este fermento tuvo su punto más álgido en los militares quienes orquestaron un golpe militar el 11 de septiembre de 1973 con el asalto al Palacio de Moneda, Salvador Allende en los últimos momentos decidió hacer un llamado a los obreros a quedarse en las fábricas y no salir a luchar, la UP ha justificado esta posición como la que tuvo menores repercusiones para el ambiente que se tenía. Sin embargo, con la entrada de Pinochet al poder la situación se volvió una pesadilla, estudiantes, artistas, obreros, campesinos desaparecidos, otros torturados y asesinados, como es el caso de Víctor Jara.
No cabe duda alguna de la moral y espíritu de lucha que Salvador Allende y militantes del PCCh y del PSCh tenían , sin embargo hace falta más que buenas intenciones para lograr la victoria de las aspiraciones del proletariado. Alan Woods dice: “Lo que está claro es que para dirigir a la clase obrera hacia la toma del poder no es suficiente tener unos principios ideológicos más o menos correctos. Por supuesto, sin ideas claras, sin un programa revolucionario, sin principios marxistas y sin perspectivas correctas, nunca será posible construir el partido revolucionario ni hacer la revolución socialista. Pero también hace falta una dirección revolucionaria, una dirección bolchevique, que no vacile en los momentos decisivos, que no pierda de vista el objetivo principal de la revolución y que, bajo la apariencia de «acuerdos tácticos» o la «unidad», no haga concesiones en cuestiones de principios.”
A lo largo del tiempo hemos visto el fracaso de la conciliación de clases o el riesgo de diluir tu programa, en Estados Unidos la política vacilante de Bernie Sanders hizo que este declinara por Hilary Clinton, proceso que dejo de manifiesto que los trabajadores en alza no perdonan la traición un las posiciones a medias tintas, en Venezuela la ´política del gobierno venezolano de seguir tratando de negociar con la burguesía tiene una situación verdaderamente peligrosa para la revolución bolivariana y el futuro completo de conclusiones de las siguientes luchas. Es necesaria la construcción de un partido que lleve a cabo las tareas de la revolución con tradiciones revolucionarias y que esté dispuesto a no hacer ninguna concesión con la burguesía.
¡Ni perdón, Ni olvido!
¡La historia es nuestra y la hacen los pueblos!