Las agresiones imperialistas y la postura de México
Rubén Rivera
Es de sobra conocido que el poder de los Estados Unidos se cierne de manera especialmente importante en la región latinoamericana. México, Venezuela y, en general, América Latina han sufrido su yugo desde que se implementó la doctrina Monroe a principios del siglo XIX. El régimen de Trump presenta características peculiares que debemos analizar para comprender sus alcances.
Imperio en crisis
En el terreno económico, cada día se profundiza la incapacidad del gobierno estadounidense para financiar sus propios gastos. Su déficit público es de más de 2 billones de dólares —cerca del 25% total del presupuesto—, lo que lo ha llevado a un endeudamiento que ya supera el 120% de su PIB, lo cual en sí mismo es monstruoso. Estados Unidos contribuye aproximadamente con la quinta parte de la producción global, por lo que una crisis en dicho país repercute inmediatamente en todo el mundo.
Asimismo, mientras EEUU pierde cada vez más influencia, China, India y otros países emergentes crecen. Al gobierno norteamericano le es cada vez más difícil sostener al dólar como moneda de intercambio internacional, mientras que sigue siendo un consumidor voraz de todo tipo de mercancías.
Importa alrededor del 14% de las mercancías del mercado mundial —más de 3.4 billones de dólares— y exporta poco menos de 2 billones, es decir el 9%. Ese déficit comercial es crónico —más de un billón de dólares—. Se explica por una necesidad de la propia burguesía norteamericana para aprovechar los bajos costos de mano de obra en países como México, en donde su costo puede ser de 5 a 10 veces menor.
Todas estas contradicciones han llevado al imperialismo a un proceso de degradación, paulatina pero ininterrumpida, que se ha manifestado en una actitud cada vez más agresiva y déspota con todo el mundo.
Alternativas imperiales
La crisis económica en un país se enfrenta por diversas vías. Una es su influencia en el comercio internacional. Los Estados Unidos llegaron a controlar casi la mitad del mismo a finales de la Segunda Guerra Mundial, no obstante, como hemos visto, su parte del pastel es cada vez más pequeña a costa de China. Otra opción es por medio de la deuda, sin embargo, de ser el mayor prestamista ha pasado a ser el mayor deudor mundial. El pago de intereses le representó el año pasado más de 900 mil millones de dólares.
La economía de un país no suele ser la misma que la de un gobierno, no obstante, en Estados Unidos parte de la bancarrota del gobierno se debe al constante rescate de negocios en bancarrota. En este rubro destacan especialmente las distintas crisis de la banca, de hipotecas, de la industria automotriz, etc., que han representado más de 2.5 billones de dólares desde 2008.
Otra opción es el militarismo, en eso el gobierno reaccionario y corrupto de Biden se destacó. A finales del 2021 forzó a Ucrania a intensificar su ofensiva en contra de las provincias ruso étnicas del Donbass. A finales del 2021 había concentrado cerca de 200 mil efectivos en el este de la región listos para comenzar la ocupación de las provincias rebelde
Promoviendo la guerra
Los objetivos del imperialismo norteamericano de atizar la guerra de Ucrania estaban bien claros: aislar económicamente a Rusia de Europa, sustituyéndola como principal proveedor de gas y petróleo al viejo continente, aplicando un bloqueo comercial que favoreciera a las empresas norteamericanas y forzando al rearme europeo con el fin de generar ingresos para el complejo militar industrial norteamericano por más de 800 mil millones de dólares en los próximos años. De hecho están forzando a los países europeos a comprometerse a duplicar su gasto en armamento a un 5%.
En medio oriente emplean a su perro de presa, Israel, para mantener su política criminal que ha tenido resultados dispares, pero que en el caso de Palestina son una política genocida. Mientras tanto, en la región del Pacifico se preparan para un conflicto con China que podría desencadenarse si las negociaciones comerciales no son satisfactorias.
Los acontecimientos que han sucedido los últimos años demuestran que los Estados Unidos sólo tienen a su fuerza militar como el único instrumento relativamente eficaz para mantener la hegemonía del dólar. Su tamaño es colosal, en el mundo tiene desplegados a más de 220 mil soldados: 60 mil en Japón, 50 mil en Alemania, 30 mil en Corea y 15 mil en Italia.
Mantener esa fuerza militar se convierte en un lastre. Son 800 bases militares distribuidas en todo el mundo, la mayor parte de su gasto está orientado a sostener el inmenso aparato logístico que ello implica. Aproximadamente el 90% del total se dedica a mantenimiento y salarios. Solo el 3% a investigación y desarrollo.
Con todo, la inversión en armamento, si bien en un corto plazo supone un cierto estímulo a la economía, al final es un callejón sin salida. A no ser que se piense realmente en poner las armas en uso, lo que en sí mismo supone un peligro para la humanidad entera.
Clase dirigente dividida en las fomas, pero no en el fondo
Este conjunto de callejones sin salida ha generado una situación de zozobra dentro de las castas dominantes norteamericanas cuyos bandos, igualmente reaccionarios, compiten por llevar un barco, que sea quien sea el que lleve el timón, va a pique.
Por un lado tenemos a los grandes grupos financieros: BlackRock, Rockefeller o el Complejo Militar Industrial, quienes se han ocupado en colocar en el poder legislativo y judicial a los elementos necesarios para preservar sus intereses en los dos partidos. Su expresión más pública son los llamados “neoconservadores”, seguidores fervientes de las guerras, del saqueo comercial; barnizándolo todo, cuando no les queda de otra, de un discurso “progre”, “verde” o “ feminista”.
Otra parte de la clase dominante norteamericana, considera que los globalistas han ido demasiado lejos y opta por una política proteccionista, racista, austera y, por lo tanto, enemiga de guerras eternas, cuyo principal estandarte es Trump. Un individuo ególatra, grandilocuente y prepotente, por ello mismo, de primera impresión se ve amenazante, pero su altisonancia es inversamente proporcional a sus resultados.
En el tema arancelario, amenazó con tasas de hasta el 100% en todo el mundo en el famoso “día de la liberación”. A la larga y en el marco de estiras y aflojas, se les ha aplicado a quienes se han dejado, en el caso de México han sido implementados especialmente en el tema del aluminio y el acero, así como de la industria automotriz.
Con todo, sus medidas no están reposicionando al imperialismo estadounidense. Incluso en el caso de Panamá, donde ha enviado tropas estadounidenses, no ha logrado completamente echar abajo la retirada de China que sigue demandando para construir sus puertos.
¡Manos fuera de Venezuela!
En el caso de América Latina las castas dominantes norteamericanas actúan desde distintos frentes, una de ellas es el terreno de las ONG´s, grupos de presión y organizaciones de extrema derecha, que mantienen una guerra mediática, legal y política contra todo lo que suene contrario a sus intereses, ello incluye desde gobiernos moderados de izquierda “neoliberal” como México, Brasil y Chile, hasta Venezuela y Cuba.
La moda es acusar de narcotraficante a toda la izquierda. No importa lo absurdo o infundado que suene, el asunto es fijar en la mente de la población la idea de que la corrupción y el narco son aliados de los gobiernos y partidos “ progresistas”. Ello incluye a oposiciones incómodas como la Revolución Ciudadana de Rafael Correa en Ecuador o al Kirchnerismo en Argentina.
El gobierno norteamericano ha procedido de manera directa en Panamá, donde ha forzado el envío de tropas militares al país y a hacerle concesiones para el uso del Canal, al mismo tiempo restringiendo el uso del mismo a los chinos.
El otro frente donde está actuando directamente es el caso de Venezuela, en donde se atreven a señalar al propio Maduro como la cabeza del supuesto “cartel de los soles”. La movilización de las tropas norteamericanas frente a las costas de Venezuela es una provocación intolerable que todos los trabajadores debemos repudiar y ante la cual debemos movilizarnos, sin que implique algún apoyo político al régimen de Maduro que ha socavado las bases de la revolución bolivariana y que persigue a los auténticos socialistas y comunistas.
Es altamente probable que las medidas implementadas sean solo parte de la política de chantaje del gobierno de Trump que busca más y más concesiones de parte del régimen de Maduro respecto a la explotación del petróleo venezolano. Como en otros casos, un accidente puede desatar un conflicto que acelere los acontecimientos incluso en líneas que los propios norteamericanos no tienen previsto.
México entre la amenaza y el intervencionismo abierto
Pero, ¿cómo ha repercutido el imperialismo trumpista en México? Revisemos algunos temas:
1.- Plan México.
Se compone de 18 iniciativas centrales, la gran mayoría de ellas están vinculadas con el estímulo a la burguesía y con la sustitución de importaciones chinas, de las cuales se propone dejar de comprar 100 mil millones de dólares en los próximos años.
30 mil millones de dólares para las grandes compañías en estímulos fiscales, es decir, la tradicional política de perdonar impuestos a determinados grupos, suponiendo que ello hará que inviertan. Además de crear 15 zonas económicas especiales, con ciertas concesiones en impuestos y otras ventajas. La respuesta del gobierno mexicano es ofrecerse como plataforma económica e integrarse a la lucha contra China. Servilismo puro y duro.
2.- Migración
La propuesta de expulsión de migrantes de Trump es realmente dura, sus simpatizantes más fanáticos hablan de 10 millones, pero de entrada se propone expulsar a un millón. En un inicio el ritmo era incluso menor que el de Biden, el cual expulsó en promedio a 57 mil personas por mes, Trump en cambio estaba promediando 38 mil personas
Pese a lo escandaloso de las acciones policiales, según Relaciones Exteriores, fueron detenidas y deportadas 252 personas hasta el 27 de junio. Un fracaso total, pero no es que la intención original del gobierno trumpista haya sido detener solo a unos cientos, sino que la impresionante reacción de millones de trabajadores norteamericanos, entre ellos muchos migrantes, le puso un firme freno.
No cabe duda que las deportaciones continuarán, ya no de la forma provocativa y escandalosa de las semanas pasadas. Es un hecho que la política de deportaciones será un sello distintivo de la administración de Trump.
Ante este hecho ¿qué medidas ha tomado la administración de la 4T?
Establecer 9 albergues en la frontera para recibirlos y darles una tarjeta de débito con 2000 pesos de saldo. Es decir, como en otros rubros, la lógica es colaborar con los Estados Unidos.
3.- Fentanilo
Una de las manifestaciones de la decadencia norteamericana es la crisis de los opiáceos. Según los registros oficiales, en 2012 morían entre 2 mil y 3 mil personas al año derivado de sobredosis, ahora la cifra ronda los 100 mil. De hecho, en los últimos 5 años murieron 534 mil personas, aunque en el último año comenzó una tendencia descendente. (1)
Para comprender el tamaño de las cifras, en México, según la Secretaría de Salud, murieron 800 personas el año 2022 por sobredosis de drogas.
El gobierno de Trump ha asumido, como en otros casos, que el principal culpable de la crisis es México. Obviamente se trata de desviar la atención sobre el verdadero origen del problema y al mismo tiempo emplear el tema como mecanismo de chantaje.
Es indudable que los vínculos entre el narcotráfico y el sector financiero son necesarios para que el negocio de las drogas subsista, no obstante, como siempre, la manera en que se han seleccionado los ataques ya representa un golpeteo permanente.
De hecho, el gobierno de México ha establecido acuerdos que han aceptado todas las peticiones del gobierno norteamericano, a cada concesión la Casa Blanca amenaza y establece nuevas exigencias.
No pasaron ni 24 horas para que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) interviniera los bancos que el gobierno norteamericano señaló sin que hubiese pruebas concretas de las acusaciones.
Las últimas amenazas respecto a la utilización de la fuerza armada norteamericana contra los carteles de la droga en México son sólo parte de una estrategia de sometimiento respecto a la cual el gobierno mexicano cede hoy y cederá mañana. La intervención de fuerzas policiales y militares norteamericanas es un hecho, el detalle de divergencia es más bien que tan abierto o qué tan público se hace. Por supuesto los trabajadores debemos repudiar la intervención y exigir la salida de todos los organismos norteamericanos que operan en México.
4.- Política exterior en general
Un caso que llama la atención es el tema de Israel. Brasil rompió relaciones en él, mientras Venezuela, Cuba Bolivia, Chile y Colombia condenaron el genocidio en Gaza y los ataques a Irán. España, cuyo gobierno se caracteriza por su servilismo, incluso ha propuesto la posibilidad de sancionar Israel.
Por su parte, y para vergüenza de todo el mundo, la posición de México al respecto es la misma que Ecuador y Perú. Ni romper relaciones ni condenar. La postura de México, en los hechos, es de una alineación con prácticamente toda la política de Estados Unidos.
Una de las aspiraciones más importantes de cualquier país es poder definir su destino sin la tutela de una potencia extranjera. México se formó durante los 300 años de ocupación española, en la gestación del capitalismo actual tuvo como elemento protagónico el capital norteamericano, inglés y francés. Está claro que solo con la lucha de las masas es posible un verdadero anticolonialismo y antiimperialismo, como en la independencia, la intervención francesa y la revolución y que ese es el camino.
La única alternativa es el internacionalismo
No fue sino hasta la conclusión de la revolución mexicana cuando los Estados Unidos se afianzaron definitivamente como potencia dominante en México. La 4T, lejos de trabajar rumbo a la independencia, ha profundizado las correas de la dominación norteamericana, lo que demuestra que es necesaria otra alternativa, la comunista.
Pero esta no se realizará de forma aislada, es necesario crear una fuerte organización de trabajadores que incluya Estados Unidos, México y Canadá para aprovechar las contradicciones y estallidos sociales que se generen para tomar posiciones y avanzar rumbo a la transformación socialista de la sociedad.