Entre el 13 y el 15 de mayo del año en curso, se vivió de forma inédita una jornada de lucha combativa en las redes sociales por parte del magisterio estatal del Gobierno del Estado de México (GEM). Esto se debió a que, en un principio, sólo depositaron un pago general a las (os) docentes de todos los niveles educativos que lo conforman.
Días antes ya se auguraba que el pago del bono iba a ser cancelado y empezaron las peticiones para que el Secretario General del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) renunciara y para que repartiera entre la base magisterial el dinero que año con año se destina para los festejos del día del niño, día de las madres y día del maestro.
Hacia la noche del 12 de mayo, el secretario general del SMSEM difundió un vídeo en el que aclaraba que el dinero iba a ser utilizado en los festejos, una vez que todo regresara a la “normalidad”. También exigió el pago al gobernador del Estado de México y lo justificó en el hecho de que el magisterio de esta entidad se encuentra en aislamiento, pero trabajando y que eso refleja su compromiso con la educación.
Ahondó que el magisterio se encuentra participando en las conferencias virtuales que el GEM ha estado ofreciéndoles, así como en foros virtuales en los que dan a conocer sus trabajos y, sobre todo, atendiendo a la comunidad estudiantil a cualquier hora del día; por lo tanto, pidió al gobernador del Estado de México el pago del Bono con el ajuste nacional.
En contrasentido, el dirigente sindical debió haber manifestado su rechazo al juego del neoliberalismo educativo mediante su virtualización y, sobre todo, al perseguimiento, más que seguimiento, que se ha utilizado por parte de las autoridades escolares para que los docentes asistan a las conferencias virtuales, y su uso con fines mercantilistas más que para la transformación social.
Todo esto, no dejo satisfechos a la gran mayoría de las (os) maestras (os) y las nuevas peticiones eran: por un lado, exigir el pago completo del bono, no sólo para una plaza sino también para la segunda cuando fuera el caso y por el otro, para pedir su renuncia como dirigente sindical.
En el caso de las autoridades de finanzas del GEM se pronunciaban de manera tajante que ellos habían cumplido con el pago del bono y que, por el momento, les interesaba salvar vidas. Este posicionamiento gubernamental era el reflejo de su cerrazón, ya que el pago se había pactado conforme al presupuesto de egresos de la entidad para el año fiscal 2020 y no cabría justificación alguna para su ajuste.
Hacia el mediodía del 15 de mayo del año en curso, el gobernador del Estado de México anunció vía Twitter que se pagaría la parte complementaria del bono hacia la segunda quincena de este mes. Sin duda que, este cambio de parecer de un día para otro fue gracias a la jornada de lucha emprendida por el magisterio mexiquense en las redes sociales.
Otro asunto que no se puede pasar por alto, es la incertidumbre que invadió al magisterio de la entidad que ha estado acostumbrado a recibir más prestaciones que las demás entidades, ya sea a nivel federal como a nivel estatal y no es para menos, pues el gobierno sabe lo que representa que cien mil maestros pudieran paralizar el sistema educativo estatal.
Una pregunta que se empezaba a formular en las redes sociales era cómo continuaría impactando la homologación salarial del magisterio mexiquense respecto al magisterio federal; por ejemplo, aguinaldo y otras colaterales que son exclusivas del Estado de México. En este sentido, es necesario aclarar que la homologación salarial inicio durante el sexenio de EPN, en el marco de la mal llamada reforma educativa con fines de evaluación docente punitiva.
De modo específico, el primer paso que se dio fue separar el pago quincenal en dos partes: por un lado, sueldo base y por el otro, colaterales, también modificaron denominaciones a algunas percepciones, por ejemplo, servicio profesional docente en lugar de carrera docente.
Si bien es cierto que fue una jornada de lucha digna de admirar que se extendió a las calles del centro de Toluca, también se debe reconocer que el problema sigue latente toda vez que la homologación salarial responde a la política de la austeridad republicana del gobierno federal y como es sabido el presupuesto de egresos de la federación impacta en el presupuesto de egresos de las entidades.
Aunado a lo anterior, también se debe soslayar que el fracaso del neoliberalismo económico impactará en la ya mermada precariedad laboral no sólo del magisterio sino también de la clase trabajadora en general. Se coincide con muchas (os) compañeras (os) en el sentido de que el COVID 19 fue el pretexto para justificar la crisis económica mundial.
De modo particular, en el Estado de México el servicio de salud que ofrece el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM) se encuentra colapsado, producto de las malas administraciones, que se agudizaron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto como gobernador de la entidad, mismas que se acrecentaron durante el gobierno de Eruviel Ávila Villegas.
Ante los desfalcos o desvíos de dinero que se pudieron haber dado en los sexenios pasados, han tenido que reformar la ley de ISSEMYM y con ello, se ha aumentado la edad para jubilarse y pensionarse, luego no han cesado en sus intentos de cambiar el sistema de reparto solidario por las cuentas individuales que han demostrado su fracaso a nivel federal.
Aunado a lo anterior, los dictámenes de jubilación emitidos son entregados con hasta tres años de retraso, cuando por normatividad deberían ser expedidos en un plazo no mayor a tres meses, lo que agrava todavía más esto es que cuando entregan el dictamen lo entregan desactualizado, por lo que se le desconocen años de antigüedad al (la) docente o incluso, a cualquier otro servidor público.
Otra de las condiciones precarias del magisterio laboral es el excesivo número de estudiantes que atiende por grupo, lo cual no sólo afecta su desempeño sino también trasciende a la comunidad estudiantil, pues no se les puede ofrecer un servicio educativo que pueda desarrollar su educación de forma integral.
En suma, estos son sólo algunos de los problemas que aquejan al magisterio del Estado de México y que sólo representan un termómetro de lo que sucede a nivel nacional e internacional, por tal motivo es necesario, continuar con la lucha y la resistencia ante todo el vendaval neoliberal que sigue vigente.
La exigencia del pago completo del bono debe considerarse como un pequeño ejercicio de participación democrática en la búsqueda de la revalorización y dignificación del magisterio, ya que es este mismo el que debe exigirla y no esperar a las buenas intenciones de parte de las autoridades educativas federales o estatales y mucho menos de sus representantes sindicales que muchas veces se muestran indiferentes.
Así, es necesario que se puedan establecer vínculos con otros colectivos docentes con intereses y principios afines, así como con agrupaciones sindicales democráticas de diversos gremios de trabajadores que en todo momento defiendan el interés colectivo y que renuncien a sus propios intereses.