Por: Ubaldo Oropeza
La lucha que han emprendido los obreros de la ciudad de Heroica de Matamoros está siendo un ejemplo e inspiración para todos los jóvenes y trabajadores del país. Las redes sociales son las que más han ayudado a difundir está lucha ya que los grandes medios de comunicación han guardado un vergonzoso silencio. La respuesta a este hecho es que tienen miedo de que esta maravillosa manifestación de insumisión obrera se convierta en un ejemplo masivo para todos los sectores de la clase trabajadora provocando que se organicen y salgan a las calles a luchar por sus derechos. Vemos a que punto llega el servilismo de los medios de comunicación ante los patrones de las fábricas.
No solo los medios de comunicación se ponen del lado de los empresarios, también lo hacen los “dirigentes sindicales” quienes están moviendo a “su gente” para tratar de convencer a los sectores menos valientes y más vacilantes a que entren a trabajar. Aquí vemos claramente cómo opera el sindicato charro o amarillo. Es un sindicato que está en total coordinación con los dueños de las empresas y, lejos de funcionar como representante de los intereses de los obreros ante los patrones, hacen justo lo contrario. Son en realidad, representantes de los patrones ante los obreros.
El cerco que tratan de tender a las movilizaciones y a la huelga de más de 40 mil obreros se complementa con el miedo y la intimidación constante a los que participan en la lucha. En algunas empresas se han anunciado despidos, se ha amenazado a dirigentes del movimiento, etc.
Hasta ahora el gobierno estatal y federal no se han declarado firmemente en apoyo a los trabajadores. Por lo menos el gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel, tendría que mostrar respaldo firme hacia los huelguistas ya que esta lucha se inició cuando el ejecutivo decretó el aumento salarial al doble en la frontera medida que obtuvo como respuesta el que muchos dueños de empresas decidieran quitar bonos y prestaciones a los trabajadores de la industria maquiladora. La burguesía nunca quiere perder sus ganancias y siempre buscará una u otra argucia legal para tratar de mantener su tasa de rendimiento. AMLO ha dicho que en su gobierno son ¡primero los pobres! Esto se tiene que convertir en apoyo activo a las luchas populares.
Los trabajadores y la defensa de su nivel de vida
Desde hace más de 30 años, en el llamado periodo neoliberal, se ha desatado una guerra sin cuartel contra la clase obrera. Los diferentes gobiernos en turno han implementado toda una serie de ataques a los salarios y prestaciones de los trabajadores. El salario mínimo ha perdido el 80% de su poder adquisitivo —podemos comprar un 80% menos de lo que se compraba hace 30 años con el salario mínimo—. Se nos ha quitado el derecho a una jubilación digna con las reformas a la Ley Federal del Trabajo, no hay estabilidad laboral y se contrata por empresas terciadoras (outsourcing) quitando responsabilidad a la empresa en las relaciones obrero-patronales, etc.
La lucha de los trabajadores de Heroica de Matamoros no puede ser calificada como ilegal, por el contrario, en la Constitución está plasmada la exigencia de que el salario cubra las necesidades de un trabajador y su familia para vivir dignamente. La lucha por el aumento salarial y los bonos que están demandado los obreros en huelga (aumento del 20% al salario y un bono de 32 mil pesos anuales) es una reivindicación no solo justa, sino necesaria.
Los empresarios agrupados en cámaras empresariales defienden sus privilegios de mantener su tasa de ganancia, seguir forrándose los bolsillos de dinero a partir de nuestra miseria. A esto se reduce la lucha. Los intereses de los empresarios están en oposición a los nuestros porque cada aumento salarial, cada bono que les arrebatamos disminuye su ganancia; cada que no luchamos por mantener un salario digno o permitimos que se nos arrebaten prestaciones como el bono, aguinaldo o días de vacaciones pagadas, el empresario se hace más rico.
La lucha por el aumento y dignificación de salarios en justa y necesaria, no son necedades de la clase obrera, es no permitir que nuestra familia se hunda en la miseria. Esta lucha debe ser acompañada por el control de precios de las mercancías de la canasta básica. Debemos de exigir que el gobierno ponga limites y controles de los precios de la carne, la leche, frijoles, tortillas, etc; e incluso que asuma el control de la producción de estos alimentos. Los precios deben de ser fijados para que el salario mínimo alcance para satisfacer las necesidades de la familia. Solo estableciendo una escala móvil de salario-canasta básica lograremos que nuestro salario rinda y nos alcance.
Los trabajadores y sus direcciones sindicales
Como hemos dicho, la lucha por aumento salarial debería de ser una cosa cotidiana. La falta de organización y luchas ha permitido que los niveles de vida de nosotros, los trabajadores, sean cada vez más precarias. Pero los principales responsables de esta situación son las direcciones de los sindicatos.
Hemos visto a lo largo de estos 30 años luchas importantes de diferentes sectores obreros defendiendo sus puestos de trabajo, movilizándose porque sus salarios no caigan, luchando por los contratos colectivos. En muchas ocasiones éstas luchas han sido derrotadas; no por la disposición a luchar o por falta de valentía y coraje para enfrentar a los empresarios y sus grupos de choque, o al gobierno; sino por la traición de los supuestos “dirigentes sindicales”.
Los sindicatos son herramientas básicas de la clase obrera para defender sus niveles de vida, sus salarios y derechos laborales, sin embargo, a lo largo del tiempo, los sindicatos en México han sido cooptados por el Estado y por los dueños del capital para que se conviertan en sus perros fieles frente a la base obrera. Los sindicatos charros o pro patronales hacen todo lo que los empresarios les dicen, desmovilizan, amenazan, intimida, promueven a sus allegados, sabotean la organización de la base. Ese es su verdadero trabajo, mantenernos desorganizados. El problema no es el sindicato, sino la dirección, es decir el puñado de corruptos que están al frente de ellos y dicen que nos representa.
Si queremos vencer en nuestra lucha debemos ser capaces de superar esta mafia que domina los sindicatos. En estos momentos que la huelga está en marcha es casi imposible llamar a nuevas elecciones, eso lo podremos hacer un poco después. Ahora tenemos que conformar Comités de Fábrica. Estos comités deben estar conformados por los obreros y obreras más decididos y con más experiencia para dirigir la lucha. Pueden ser votados en asambleas (si es que las condiciones de represión lo permiten) sino de forma clandestina este comité debe operar y coordinar la lucha. Los Comités de Fábrica deben de organizar las guardias en las empresas, mantener informada a la base como va a la lucha, convocar asambleas si es necesario, organizar la seguridad de las manifestaciones, plantear las consignas a utilizar en las manifestaciones y luchar porque sean los portavoces en las negociaciones. Muy importante es que haya una coordinación general de Comités de Fábrica, todas las fábricas en huelga deberán mandar representantes a esta Coordinación General para que todo el movimiento se mueva como un solo cuerpo. La unidad hace la fuerza, si nos tocan a uno nos tocan a todos.
Abajo el secreto comercial, abrir las cuentas y contabilidad de las empresas
Muchos de los argumentos que dan los dueños de las empresas es que no podrán dar el aumento salarial y mantener los bonos. Sostienen que se “irían a la quiebra si dan todas las concesiones”, esto es totalmente falso. Los diferentes gobiernos han vendido la idea al gran capital internacional que, si viene a México a invertir, aquí encuentran organizaciones sindicales pro patronales, las cuales inhiben la lucha, que aquí hay salarios miserables para que sigan ganando, que los impuestos son bajos, los recursos naturales como el agua es barata, etc.
Se les da en bandeja de plata la explotación de los recursos naturales y humanos. A cambio ellos pueden venir, nos dan trabajos miserables y sus ganancias crecen de forma exponencial. En los últimos años cada peso que han invertido lo han recuperado con creces. Si nos argumentan lo contrario nosotros debemos de responder exigiendo que se abran los estados de cuenta de las empresas.
Los diferentes gobiernos, los bancos y las empresas siempre han tratado de ocultar cuanto es la ganancia de cada empresario y lo que éste paga de impuestos. Los gobiernos anteriores siempre se habían preocupado por mantener estas cuentas en secreto, ocultado las ganancias tan desorbitantes que obtenían. Nuestra demanda, ante cualquier argumento de que nos les alcanza debería de ser ¡Que se abran las cuentas de las empresas!, ¡Que los bancos den esa información!, ¡Que el gobierno informe cuanto pagan de impuestos! Así, con números en la mano podemos demostrar que el problema no es el dinero, sino la avaricia de la burguesía. Mientras ella lucha por tener mejores casas y coches, lo hace a costa de nuestra hambre, sufrimiento y educación de nuestros hijos.
Empresa cerrada, empresa tomada por el gobierno y puesta a funcionar bajo control obrero
Hay algunos empresarios y gente del gobierno —incluso algunos trabajadores— que afirman que la lucha va a espantar la inversión y que eso va a provocar que se cierren las fabricas: “es mejor aguantar los salarios bajos, pero mantener el trabajo”, “si luchamos vamos a perder el trabajo, el patrón la va a cerrar y llevar donde la gente si quiera trabajar”, etc.
En primer lugar, nadie ha dicho que no se quiere trabajar. México es uno de los países con mayor número de horas laborales semanales, donde menos días de vacaciones se tiene anualmente, donde se trabaja a unos ritmos más extremos. Dicen que nos vamos a la huelga porque no nos gusta trabajar y somos flojos. Eso es una burda mentira. Luchamos porque el dinero no nos alcanza, a pesar de trabajar tanto, porque los dirigentes sindicales charros por muchos años han hecho acuerdos con la patronal para explotarnos.
Nos tratan de espantar para que desistamos de luchar. Si un empresario amenaza con cerrar la empresa nosotros tenemos que organizarnos para impedirlo, tomando la fábrica, evitando que se saque la maquinaria, exigiendo que el gobierno intervenga para evitarlo. En todo caso podríamos plantear la idea de que con la maquinaria y nuestra fuerza de trabajo podamos echar andar nosotros mismos la producción, el gobierno puede hacerse cargo de comprar las mercancías necesarias para seguir produciendo, así como de la venta del producto terminado.
Las empresas pueden funcionar sin patrones, pero nuca sin trabajadores. Expropiación de las fabricas cerradas por parte del gobierno y ponerlas a funcionar bajo control democrático de los trabajadores. No permitamos más chantajes e intimidaciones.
La unión hace la fuerza
Hasta ahora la lucha no ha podido ser derrotada por una sola razón: La unión de los trabajadores. Si permitimos que esta unión se rompa, la lucha se perderá. Marx decía que la clase obrera dividida y sin organización solo era carne de explotación.
Los empresarios y los supuestos dirigentes sindicales van a tratar de dividir al movimiento por medio de amenazas y mentiras. Ya en muchas empresas ponen anuncios de regalos y rifas para los que estén laborando. En otros lugares han despedido a compañeras, en algunos otros han llamado a reiniciar el trabajo porque dicen ya hay acuerdos, etc.
La fuerza de los empresarios radica en su dinero, con él corrompen a las autoridades para que declaren inexistente nuestra huelga; a los medios de comunicación, para que no den noticias de nuestra lucha; a la policía, para que nos intimide; contratan grupos de choque para que nos repriman si es necesario; para corromper a las dirigencias traidoras; para contratar esquiroles (gente que traccione al movimiento y entre a trabajar), etc.
En cambio, nuestra fuerza radica en la Unión. Si despiden o reprimen a algún obrero u obrera, la primera negociación es su recontratación, no importa que no seamos de la misma empresa. Si amenazan a uno se meten con todos. Necesitamos una negociación conjunta, no se levanta la huelga hasta que todas las empresas hayan resuelto las demandas de la clase obrera. Debemos conformar comités de seguridad para cuidar las marchas y las guardias. Hay que mandar representantes de la lucha a otras maquiladoras, a otros estados, para invitar a que se sumen a nuestra lucha. Solo la unidad de la clase obrera, a nivel estatal, nacional e internacional, logrará poner de rodillas al capital.
¡Viva la clase obrera organizada y luchando!
¡Viva la clase obrera de las maquiladoras de la Heroica de Matamoros!
¡Vivía la unidad de la clase obrera mexicana y a nivel internacional!
¡Mueran los sindicatos pro-patronales!