Escrito por: José Martí Canek
Desde los primeros días de enero hasta el día de hoy, hemos sido participes de un nuevo estallido social en México como respuesta al primer mega gasolinazo del año, impuesto por el gobierno peñista, que incrementa en un 20% el costo de los energéticos y por consiguiente el de todos los productos y servicios básicos, golpeando nuevamente la raquítica economía del pueblo trabajador. Este nuevo aumento a la gasolina ha funcionado como un chispazo, incendiando una vez más el hartazgo popular acumulado durante décadas de abusos, explotación, privatizaciones y saqueos, que los bufones de la política capitalista disfrazan de democracia, libre mercado, y últimamente de “unidad nacional”. Pero la farsa del régimen actual está desmoronándose aceleradamente, más aún, desde los trágicos acontecimientos de Ayotzinapa y Nochistlán. El pueblo está tomando conciencia de su fuerza, de la bancarrota del capitalismo y de la necesidad un rumbo nuevo. Por eso, desde las primeras manifestaciones se han planteado consignas más allá del gasolinazo, de las reformas y de la renacionalización de los recursos naturales, por la caída de Peña Nieto y de sus gobernadores. Como en Baja California, donde decenas de miles de compatriotas se manifestaron sistemáticamente tomando las principales calles, las plazas, el Congreso del estado y el palacio municipal de Mexicali contra la privatización del agua, el gasolinazo y el gobierno de “Kiko” (gobernador panista Francisco Vega de Lamadrid). Esta ejemplar lucha social ya logró doblegar al Congreso y el pasado 18 de enero fue abolida la privatizadora Ley de Aguas, regresando así el líquido vital al pueblo. Aún con esta victoria, los valientes bajacalifornianos se mantienen en pie de lucha exigiendo la renuncia del gobernador y del mismo Peña Nieto, lo cual será posible únicamente con la unidad popular entre todos los sectores de la clase trabajadora. Playa del Carmen y Quintana Roo no han sido la excepción. Aunque la publicidad nos llame “pueblos mágicos” y “paradisiacos”, aquí también sufrimos las consecuencias de los malos gobiernos despóticos y entreguistas que han saqueado y destruido nuestro bello estado, devastando nuestra naturaleza, privatizando las playas y recursos naturales, con mega hoteles o mineras extranjeras; mientras explotan y enferman a nuestra gente, para satisfacer los intereses de las grandes empresas transnacionales. Pero acá también estamos tomando conciencia de nuestras fuerzas y seguridad de que podemos vivir de otra manera, como ya lo demostraron los compañeros de Akumal, que luego de intensas luchas, el año pasado lograron arrebatar sus playas de las garras de los hoteleros y políticos apátridas que las habían privatizado. Ahora nos corresponde a nosotros, a los ciudadanos mexicanos y del mundo, que vivimos en Playa del Carmen, a ser también ejemplares y dignos. Por eso, unámonos para recuperar el agua potable, exijamos al nuevo gobierno de la supuesta alternancia que cumpla con el compromiso de revocar la ilegal concesión del vital líquido a Aguakan. Cristina Torres, tiene todos los documentos que demuestran que la concesión del agua es ilegal, primero por violar la autonomía municipal y segundo porque el reglamento municipal prohíbe concesionar el suministro de agua potable. La alcaldesa de Solidaridad está obligada a convocar a una sesión de cabildo para revocar el título del contrato y los funcionarios públicos a respetar la voz del pueblo, pero solo nos respetarán si lo exigimos. Después de recuperar el agua para todos, volveremos a encontrarnos con todos los hombres y mujeres justos para seguir recuperando nuestra patria y sobre todo, el derecho a ser felices. “Patria es humanidad, es aquella porción de humanidad que vemos más cerca y en que nos tocó vivir”.