Escrito por: Mayren Padilla San Juan
Hace tres años Enrique Peña Nieto hacía mención de la gubernatura de Javier Duarte como ejemplo de un nuevo régimen priísta que marcaba el “avance” de México, Duarte no lo defraudó y su gobernatura fue el claro ejemplo de la incapacidad del PRI que sumió a Veracruz en una ola de violencia y corrupción.
La primera vez que Duarte tuvo que dar explicaciones fue cuando en el 2013, Miguel Morales Robles y Saíd Sandoval Zepeda, empleados de la Tesorería de Veracruz, trasportaban más de 2 millones de pesos en una operación maleta, sin justificación alguna, la vocera en ese entonces Gina Domínguez declaraba que debido a la cercanía de las fiestas de la candelaria y la cumbre Tajín no le había sido posible hacer el depósito en una cuenta bancaria, sin embargo, no se daba una explicación de donde salió el dinero ni a donde se dirigía.
No fue Duarte el único ni el primer priista que realizó esta magna operación de desvío y lavado de dinero. Lo aprendió de su ex jefe Fidel Herrera. Algo similar ocurrió con Arturo Montiel en el Estado de México en la era dorada del montielismo, antes de que llegara Peña Nieto al gobierno estatal. Hay testimonios que indican lo mismo con Humberto Moreira, en Coahuila, y con decenas más de cleptócratas del PRI.
Seguro que las operaciones maleta enriquecieron el bolsillo de Duarte, y con ellas también pudo adquirir inmuebles en España a través de sociedades inmobiliarias propiedad de prestanombres del priista, entre ellos su hermano Daniel Duarte de Ochoa. Una de las empresas es Consultoría Casco Viejo, propietaria del hotel Iturrienea Ostatua, ubicado en el primer piso del número 14 de la calle peatonal Santa Naría Kalea, en pleno centro de la ciudad, zona rodeada de bares y restaurantes. En un inmueble de 233 metros cuadrados divididos en tres apartamentos, cuyo costo va de los 75 a 95 euros por noche, entre mil 500 y dos mil pesos.
El hermano del gobernador prófugo es administrador y socio único de esta empresa y según la oficina registradora de España, la compraventa ante notario se concretó el 23 de abril del 2014. La segunda empresa es “Bilbao: Alquiler Apartamentos y Servicios SL” de la que Daniel Duarte es administrador y socio al 50%. Esta inmobiliaria es propietaria de un departamento de 258 metros cuadrados, ubicado en el primer piso del edificio ubicado en el número 9 de la calle Hernani, a menos de cuatro minutos a pie del hotel Iturrinae Ostatua. Según la oficina del registro de España, el apartamento tiene tres dormitorios, comedor, cocina, dos baños y fue escriturado el 2 de mayo de 2011.
Además de estas propiedades, Daniel Duarte es dueño de otro departamento fuera de las sociedades inmobiliarias. Se trata del tercer piso de 104 metros del edifico uno ubicado en la calle Lamana y que se encuentra en un perímetro no mayor a 200 metros de las otras dos propiedades.
En enero de 2013, cuando estaba en los picos de la luna, casi al inicio del gobierno de Peña Nieto, el veracruzano arribó a la capital española con una nutrida comitiva, que incluía a sus amigos Moisés Mansur y Jaime Porres, hoy se sabe, parte de sus prestanombres en operaciones inmobiliarias en México y Estados Unidos. Mansur es quien nombró heredero a Duarte de tres millonarios inmuebles en Polanco y Las Lomas, en la Ciudad de México, tal como lo publicó el periódico Reforma. En ese viaje a Madrid, con motivo de la Feria de Turismo de Madrid (FITUR), Duarte hizo una agresiva campaña publicitaria de Veracruz como destino turístico, pero sobre todo, vino con el visto bueno y el apoyo del gobierno de Peña Nieto para promocionar a su entidad como la futura sede de la Cumbre Iberoamericana, como sucedió el año siguiente.
Pintaba un Veracruz que ya entonces no existía, por ejemplo, en materia de seguridad, cuando ya había una lista de periodistas asesinados, como Regina Martínez, la corresponsal de Proceso en la entidad, o desplazados, comunidades enteras afectadas por la actuación del crimen organizado. “Veracruz es el único Estado en que pasamos de una situación crítica, nos escapamos de una situación lamentable que México vivió, a una de estabilidad y de seguridad”, decía.
Poco le duró el gusto de presumir a Veracruz como territorio de paz, porque en marzo de ese año el gobierno español incluyó a esa entidad en la alerta como una zona de “especial peligrosidad” para los españoles que viajan a México. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) señala en la alerta que en Michoacán y Veracruz, “se constata una intensificación de las actividades de grupos criminales ligados al narcotráfico que ha producido una elevación del nivel de violencia en la zona”.
El 26 de octubre el PRI le suspende la militancia a Duarte a partir de que la PGR comenzara investigaciones hacia él por desvío de fondo y enriquecimiento ilícito. Los desvíos de recursos federales del gobierno de Javier Duarte en Veracruz son históricos, pues no se habían registrado montos tan altos desde el año 2000 cuando nace la Auditoría Superior de la Federación. Las denuncias de estos actos durante la gubernatura en Veracruz comenzaron en el 2011 y cada año se hacían denuncias nuevas, la compra de inmuebles en México, Estados Unidos, España. Su persona llena de arrogancia y avaricia además de su ineptitud empobreció y puso a la orden del día el incremento violento que ha caracterizado históricamente al PRI. Duarte ejemplo a seguir del regimen priísta, rescatando las tradiciones del mismo.