Este lunes ha ocurrido una de las mayores tragedias que el estado de Hidalgo ha presenciado. En la madrugada del pasado 06 de septiembre el río Tula, tras las constantes y fuertes lluvias, terminó por desbordarse inundando así el centro de la ciudad y llegando al hospital situado a tan solo 100 metros del cauce, por lo que en menos de media hora ya había inundado varias salas del hospital, así como los quirófanos. Esta inundación terminó por cortar la energía eléctrica y al no contar el hospital con una planta de energía de emergencia dio como resultado la muerte de 17 pacientes de coronavirus que se quedaron sin respiración asistida. Los pacientes restantes fueron evacuados a lo largo del martes.
La inundación de la ciudad ha dejado a unos 10,000 evacuados y a unas 200 personas repartidas en albergues improvisados. Los daños a los inmuebles de la población suman poco más de 31,000 viviendas, sobre todo de familias trabajadoras. Muchos lo han perdido todo, su vivienda, sus negocios, su patrimonio, quedando en la incertidumbre y con un futuro incierto.
El presidente municipal se ha comprometido a apoyar a las familias afectadas por esta catástrofe siendo respaldado por el gobierno estatal y es que ya era hora que de que el estado se hiciera responsable. La situación que se vive actualmente no es más que fruto de la negligencia por parte de los gobiernos, tanto municipal como estatal, ya que no fueron capaces construir un lugar seguro para el desarrollo de sus habitantes, sino que también y pese a las advertencias, y el mal diseño de la ciudad no se molestaron en crear un plan de emergencia, para evitar tragedias como esta.
El desborde del río Tula y sus consecuencias no son más que reflejo de la gran brecha socioeconómica que existe en nuestro país, pero sobre todo en nuestro estado, así como el abandono del gobierno para atender las necesidades de la población. Tragedias como estas no aparecen de la noche a la mañana, que un hospital no cuente con energía de emergencia suena simplemente ridículo; que pese a las advertencias de desbordamiento del río el Estado permaneciera inmóvil, es aberrante, pero sobre todo que no se tomara la molestia de crear un plan de evacuación adecuado es indignante. Tras el incidente el gobierno prefiere fingir que todo fue casualidad y no causalidad, para deslindarse de su responsabilidad. Primero por no prestar atención a las señales de alarma y segundo por abandonar al municipio que se encuentra con poco más del 40% de su población en estado de pobreza. Aunque no es algo nuevo que, en nuestro estado, como en el resto del país, las autoridades abandonen a los trabajadores a su suerte. Pero algo que es imperdonable es dejar crecer la brecha a tal grado que existan hospitales en condiciones paupérrimas, lo que dejaría perplejo a cualquiera.
Esta tragedia dejar ver que la brecha económica entre proletariados y burgueses crece cada vez, donde el servicio de salud y seguridad pasa a ser una mera fantasía para los trabajadores y sus familias. Un acto teatral que se nos vende día con día, en el que los derechos primarios que todas las personas deberían tener son exclusivos para aquellos que pueden costearlos a expensas del trabajo de los demás; donde no importa qué tanto trabajes, seguirás siendo una fuente sustituible y desechable de mano de obra, porque el Estado ya ha demostrado que solo vela por los intereses de los explotadores, cargando un enorme peso sobre la espalda de obreras y obreros.
El desbordamiento del río ha cobrado vidas y no solamente de los trabajadores sino también de estudiantes, principalmente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, que son provenientes de la zona del Valle del Mezquital, por lo cual, es necesario hacer presión a las instituciones académicas, que no solamente se deje el apoyo al aire, sino realmente se dé un seguimiento puntual. Para eso debemos asegurarnos que todas las promesas sean cumplidas y los alumnos afectados se vean beneficiados.
Pero sabemos que la primera ayuda no vendrá del gobierno ni de sus autoridades, así que no debemos esperar a que los ineptos actúen, debemos hacerlo los trabajadores y sus hijos. Por ello te invitamos a recolectar víveres, organizar brigadas de ayuda y, sobre todo, a luchar por una sociedad dónde no se margine a las familias trabajadoras y tengamos viviendas y hospitales dignos y seguros. Esto solamente se logrará a través de la organización estudiantil y de trabajadores por medios revolucionarios.