Escrito por: Rob Sewell
Pocas horas después del lanzamiento del manifiesto programático de los “Tories” para las elecciones del 8 de junio, la ventaja de los Conservadores frente al Partido Laborista se ha visto reducida a la mitad en los sondeos.
Los Conservadores están en crisis por el bombazo provocado por su propuesta del llamado “impuesto a la demencia” (un impuesto que penaliza a los enfermos dementes), que es un ataque directo contra los mayores y los enfermos, los sectores más vulnerables de la sociedad.
Otro compromiso del manifiesto -recortar las comidas escolares gratuitas- ha provocado una indignación general después que un informe encontró que podría afectar a 900.000 niños.
Por desesperación, ha habido un pálido intento de retirada del “impuesto a la demencia” con una vaga promesa de algún tipo de límite máximo sobre el mismo.
Pero es demasiado poco y llega demasiado tarde. Bienvenido otra vez al “Nasty Party”! (el partido escuálido).
El terreno político ha empezado a cambiar. Como consecuencia, en una sola semana, el apoyo al Laborismo se ha incrementado en 8 puntos.
Con las encuestas que apuntan a un acercamiento en los resultados, el Partido Laborista se lo tiene que jugar todo. Esta situación “ha sembrado el pánico en el cuartel general Conservador”, como escribe el diario pro-Tory Sunday Times.
Un ministro del gobierno ha declarado que “May tendría que alejar rápidamente el foco del manifiesto – la mayoría del cual supone darle bofetadas a los electores”.
La ahora conmocionada “estable y fuerte” Theresa May, la dirigente Conservadora, publicó ella misma en su twitter: “Si solo pierdo 6 diputados habré perdido estas elecciones”.
El Laborismo gana empuje
El Sunday Times admitió que «La posición del Partido Laborista está en su punto más alto desde las últimas elecciones generales, lo que sugiere que el tono claramente socialista de Jeremy Corbyn conecta con un número creciente de votantes».
Absolutamente cierto. El Partido Laborista tiene por fin el viento a su favor.
«Por primera vez en mi vida, estamos empezando a oír políticas que resuenan con nuestra vida cotidiana», dijo Stan Webster, un profesor jubilado de Wigan, que asistió a un mitin de Corbyn junto con su esposa.
Esto capta el verdadero entusiasmo que ha sido generado por el manifiesto programático más izquierdista del Partido Laborista en generaciones. Los jóvenes, en particular, se han entusiasmado y se están inscribiendo en masa en el padrón electoral para votar por el Laborismo de Corbyn.
Abolición de las tasas de matrícula; renacionalización del Ferrocarril, de Correos, del Agua e intervención en los servicios públicos; un salario mínimo de 10 libras por hora; 100.000 viviendas sociales más al año; más días festivos; fin a los contratos de “cero-horas” (unos contratos donde el empresario no tiene que garantizar un mínimo de horas al trabajador): todo esto y mucho más sin duda transformará la vida de millones de personas.
En su desarrollo, la campaña del Partido Laborista para echar a los Tories ciertamente está ganando impulso.
Los enemigos del laborismo están claramente alarmados por lo que el partido ofrece. Según el periódico Financial Times, portavoz del capital financiero, «el manifiesto filtrado confirma que quieren una revolución socialista…». Aunque eso sería muy bienvenido, el Partido Laborista ciertamente ofrece, si no una revolución socialista, una alternativa radical y una ruptura clara con los años del “New Laborismo” de Blair y Brown.
Atravesando el humo de mentiras
La agresiva campaña de los medios de comunicación Conservadores y de la prensa contra Jeremy Corbyn y el Laborismo no nos puede sorprender. Los periódicos son propiedad de multimillonarios que evaden impuestos y siempre respaldarán el establishment. Sin embargo, sus ataques están perdiendo su efecto y el mensaje del laborismo está llegando siempre a más personas.A pesar de un esfuerzo concertado y coordinado por parte de los Conservadores, de la prensa de derecha y de los blairistas para desacreditar a Jeremy Corbyn, el líder laborista y su campaña están atravesando el humo de mentiras y calumnias apelando directamente a los trabajadores y jóvenes sobre la base de actos masivos y un programa atrevido y radical.Como ha sugerido Socialist Appeal (el periódico de la CMI en Gran Bretaña ) desde el principio, un programa de izquierda acompañado por actos de masas y una campaña militante desde abajo es el camino a seguir. Esta es la única forma de eludir a la prensa conservadora y hablar directamente con los trabajadores y los jóvenes.
El efecto ha sido asombroso. En todas partes donde Jeremy ha ido ha sido recibido por multitudes de miles de personas y un entusiasmo cada vez mayor. En Leeds, por ejemplo, a pesar de la lluvia, más de 3.000 se reunieron en un club social de trabajadores, llenando el edificio, el aparcamiento y la calle exterior en cientos de metros, para escuchar a Jeremy Corbyn. Espectacularmente, se reunieron con un solo día de aviso, con la noticia propagada de boca en boca. En una playa de West Derby, unas impresionantes 5.000 personas acudieron a escuchar a Corbyn.
Un punto álgido fue cuando Corbyn se dirigió al público de un concierto en el campo de fútbol de Tranmere Rovers, donde atacó la riqueza de los equipos de la Premier League. En respuesta, el líder laborista fue recibido con la recepción de una estrella de rock, con la alegría de la multitud cantando su nombre.
El público era mayoritariamente de jóvenes y estudiantes. Este es un claro ejemplo de la creciente radicalización de los jóvenes, que están cansados y hartos de lo de “lo de siempre” y desean fuertemente una ruptura con el status quo.
Por lo tanto, no es casual que casi 1,5 millones de jóvenes (menores de 35 años) se hayan registrado para votar, por no hablar de la multitud de activistas de base que van de puerta en puerta por las calles.
Estamos muy cerca de derrotar a los Tories y elegir al gobierno laborista más izquierdista en generaciones. Debemos ir a por todas para ganar estas elecciones.
Vota Laborista. Lucha por el Socialismo
Los críticos de Jeremy Corbyn en la derecha del Partido Laborista han quedado en gran medida silenciados. Actualmente están manteniendo la cabeza baja. Pero detrás del escenario no han renunciado a su plan para eliminar a Corbyn y volver al blairismo.Simon Heffer, escribiendo en el Sunday Telegraph, reveló recientemente que los antiguos blairistas estaban recaudando apoyo y dinero para organizar a los diputados laboristas de derechas como un grupo separado en el parlamento, o hasta llegar a la escisión. Incluso Tony Blair ha insinuado que estaría dispuesto a encabezar esta escisión. «La ruptura vendrá, y será mucho más sísmica que la formación del Partido Socialdemócrata en 1981», afirma Heffer. «Pero tendrá que venir pronto, si un partido reformado y moderado tiene alguna posibilidad de ser creíble para el 2022».
Pase lo que pase el 8 de junio, tenemos tareas pendientes para echar a los carreristas blairistas y transformar el Partido Laborista en un verdadero partido socialista.
Necesitamos aprender de las lecciones del pasado. Si vamos a tener que superar el sabotaje al que se enfrentará un gobierno laborista y generar los recursos necesarios para llevar plenamente a cabo el programa del manifiesto, tendremos que poner fin a esta fraudulenta economía capitalista.
No puedes planificar lo que no controlas y no puedes controlar lo que no posees. Un gobierno laborista debe tomar las palancas clave de la economía, los principales monopolios y bancos, bajo el control y la gestión de los trabajadores. No debemos compensar a estos parásitos que nos han sangrado. Debemos introducir un plan de producción socialista que eleve los niveles de vida y genere la riqueza que pagará las reformas que se necesitan. No hay otro camino para los trabajadores y jóvenes de Gran Bretaña.
Tal transformación socialista sería un faro para los trabajadores en todas partes que los emplazaría a seguir su ejemplo.
Mientras tanto, debemos intensificar la campaña contra los Conservadores, movilizando y organizando la fuerza de todo el movimiento de Corbyn para dar un golpe mortal a May y a su gobierno de multimillonarios.<