La derecha laborista está maniobrando burocráticamente para expulsar definitivamente a Socialist Appeal del partido. Este escandaloso ataque político es el último intento de aplastar a la izquierda. Los activistas de toda la izquierda deben movilizarse y contraatacar.
La moción cita el capítulo 2, cláusula I.4.B del reglamento del Partido Laborista, que dice:
Un miembro del partido que se una y/o apoye a una organización política que no sea un grupo laborista oficial u otra unidad del partido, o que apoye a cualquier candidato que se presente contra un candidato laborista oficial, o que declare públicamente su intención de presentarse contra un candidato laborista, será automáticamente inelegible para ser o seguir siendo miembro del partido, sujeto a las disposiciones del capítulo 6.I.2 del reglamento disciplinario.
Además, la moción afirma que esta cláusula se aplica a Socialist Appeal y a sus activistas, haciendo que el apoyo a Socialist Appeal sea «incompatible con la afiliación al Partido Laborista».
Los motivos que se aducen son que Socialist Appeal tiene su propio programa, miembros y estructuras; que formamos parte de una organización internacional, la Corriente Marxista Internacional; y que nuestra organización es una continuación de la Tendencia Militant, que fue igualmente proscrita por la dirección de Kinnock en la década de 1980.
Por último, la moción propuesta sugiere que la cláusula anterior se aplique a cualquiera que se declare partidario de Socialist Appeal; que venda nuestro periódico, o que escriba artículos para nuestras publicaciones; o que organice puestos callejeros de Socialist Appeal.
Ataque político
Toda la justificación anterior para la proscripción de Socialist Appeal es totalmente espuria, diseñada para distraer de las verdaderas motivaciones políticas detrás de esta medida.
El propósito de la cláusula estatutaria mencionada es excluir de la afiliación laborista a las personas que hacen campaña contra el partido y/o que apoyan activamente a las organizaciones políticas y a los candidatos que se oponen al Partido Laborista.
Sin embargo, Socialist Appeal siempre ha apoyado al Partido Laborista y a sus candidatos. No somos un partido independiente, sino una tendencia dentro del Partido Laborista y del movimiento obrero en general, que organiza a los activistas socialistas en torno a las ideas marxistas.
Al igual que grupos como Momentum, nuestros activistas son leales miembros del Partido Laborista, que han trabajado incansablemente para construir el partido en sus áreas locales; y que han hecho campaña con gran entusiasmo por el Partido Laborista en todas las elecciones.
No se puede decir lo mismo de otras fracciones dentro de la llamada «cofradía amplia» del Partido Laborista.
Como demostró el informe filtrado del año pasado, gran parte de los funcionarios del partido y del grupo parlamentario laborista (PLP) trataron activamente de socavar las posibilidades de los laboristas en las últimas elecciones. Sin embargo, hasta el día de hoy, ninguno de estos saboteadores ha sido llevado ante la justicia.
Del mismo modo, grupos laboristas de derechas como Progress y Labour First destrozaron sistemática y abiertamente el partido bajo el liderazgo de Corbyn. ¿Por qué el apoyo a estas organizaciones blairistas no se considera «incompatible con la pertenencia al Partido Laborista»?
Culpable de socialismo
Aunque este ataque es escandaloso, no sorprende. Varios simpatizantes de Socialist Appeal se vieron implicados en la purga anti-Corbyn de 2015-16, cuando miles de miembros y activistas de base de izquierdas fueron suspendidos o expulsados del partido por diversos cargos inventados.
Los activistas de Socialist Appeal fueron informados por carta de que habían sido «autoexcluidos» del partido (es decir, expulsados), sobre la base de la misma cláusula del reglamento citada anteriormente.
Todos estos compañeros habían sido militantes del Partido Laborista durante toda su vida, algunos con décadas de experiencia en el movimiento obrero.
No se ofreció a los compañeros ningún derecho de apelación, y las respuestas a la «unidad de acatamiento» del partido fueron rechazadas bajo el régimen de Iain McNicol. Esto va en contra de los principios más básicos de la justicia ordinaria, ya que los funcionarios del partido actúan como juez, jurado y verdugo.
En ese momento, un simpatizante de Socialist Appeal llevó al partido a los tribunales para luchar contra su expulsión. Después de explicar la naturaleza de nuestra organización, como tendencia pro-laborista, no como partido de oposición, los abogados que representaban al Partido Laborista trataron de justificar esta «auto-exclusión».
Al final, los abogados del partido declararon que Socialist Appeal y sus activistas no están de acuerdo con los «objetivos y valores» de los laboristas.
En particular, señalaron que Socialist Appeal apoya una economía planificada socialista y se opone a la economía de mercado. Mientras que la nueva Cláusula IV de los Estatutos del partido –introducida por Blair– afirma que los laboristas están oficialmente a favor de la «iniciativa del mercado», del «rigor de la competencia» y de un «sector privado próspero».
En otras palabras, el único «delito» del que se consideró culpable al camarada fue el de ser socialista, algo que seguramente se aplicaría a la mayoría de los miembros del Partido Laborista.
La hipocresía de la derecha
Después de que la izquierdista Jennie Formby sustituyera a Iain McNicol como secretaria general del Partido Laborista, y con el CEN moviéndose hacia la izquierda, todos los compañeros expulsados fueron gradualmente readmitidos en el partido.
En los procedimientos disciplinarios asociados, dos de los camaradas «autoexcluidos» fueron incluso entrevistados por nada menos que Tom Watson, el antiguo número 2 del partido y cazador de brujas.
Los compañeros se defendieron de un «expediente dudoso» de «pruebas» y respondieron a las preguntas de sus interrogadores. Ambos fueron admitidos de nuevo en el partido, después de que el tribunal –incluido Watson– considerara que no había incompatibilidad entre el apoyo a Socialist Appeal y la afiliación al Partido Laborista.
Se llegó al mismo veredicto en relación con todos los demás compañeros expulsados. Sin embargo, hace apenas unas semanas, otros dos activistas de Socialist Appeal recibieron cartas en las que se les informaba que habían sido «autoexcluidos» por los mismos motivos.
El primero es Alex Falconer: ex vicepresidente de la agrupación local de Truro y Falmouth; delegado de la conferencia laborista de 2019; y miembro laborista desde 2017.
El segundo es Josh Cole-Hossain de la agrupación local Norwich South: miembro desde 2017; y destacado activista en la ciudad, involucrado en los movimientos de solidaridad con Black Lives Matter y Palestina.
Estos dos leales miembros laboristas también se presentaron para ser delegados de sus respectivas agrupaciones en la conferencia laborista de este año.
La burocracia laborista también dijo a estos compañeros que su apoyo a Socialist Appeal era incompatible con la afiliación al Partido Laborista. Mientras tanto, ex-tories como John Bercow han sido recientemente recibidos en el partido con los brazos abiertos. Esta hipocresía lo dice todo.
Caza de brujas
La iniciativa de proscribir a Socialist Appeal es sólo el último intento burocrático de expulsar a los luchadores más militantes del Partido Laborista.
Durante los años de Corbyn, muchos izquierdistas prominentes fueron suspendidos y expulsados por motivos espurios, como parte de una caza de brujas contra los socialistas en el partido.
Y más recientemente, la derecha ha lanzado una nueva andanada de ataques contra la izquierda, con el objetivo de expulsar del partido a decenas de miles de miembros de izquierdas.
Esto, por supuesto, incluyó la suspensión del propio Jeremy Corbyn (a quien todavía no se le ha devuelto el derecho de voto), así como de destacados izquierdistas como Howard Beckett, secretario general adjunto del sindicato UNITE.
La batalla que se avecina
El momento de este último ataque no es casual. Se acerca la conferencia laborista y la derecha está maniobrando desesperadamente para cimentar su dominio mediante la represión de la democracia en el partido, el cierre de agrupaciones y condicionando el voto.
En este sentido, está claro por qué Socialist Appeal está en el punto de mira. Nuestros compañeros han estado en la vanguardia de la lucha para transformar el Partido Laborista, desde la campaña para restaurar la Cláusula IV socialista, hasta el llamamiento para reclamar democracia mediante una conferencia extraordinaria, pasando por la reciente exigencia de decir: ¡Fuera Starmer!
Con los cambios de las reglas democráticas y los votos de desconfianza en Starmer (el secretario general del Partido Laborista) que se están aprobando en las agrupaciones de todo el país, está claro que la derecha tiene miedo de lo que le espera en la conferencia de este año.
La próxima conferencia será una batalla feroz por la vida y el alma del Partido Laborista. Y los simpatizantes de Socialist Appeal, junto con otros decididos activistas de base, se están organizando para asegurar una victoria de la izquierda.
Por otro lado, está claro que Starmer y la derecha están decididos a expulsar el socialismo del Partido Laborista. Su objetivo es devolver el partido al blairismo, y hacer del laborismo un par de manos seguras para el capitalismo.
El problema es que el grueso de la militancia laborista se interpone en su camino. Ya se estima que 100.000 miembros se han ido por desmoralización y disgusto. Pero esto aún no es suficiente. A sus ojos, el trabajo no estará terminado hasta que toda la izquierda se haya extinguido.
Primero vienen a por los marxistas…
Este último movimiento macartista es, por tanto, el filo más delgado de la cuña. Primero la derecha decapitará a la izquierda de sus capas más combativas. Y si tienen éxito en esto, luego vendrán por el resto de la izquierda.
Por lo tanto, es imperativo que toda la izquierda se movilice para poner fin a estas jugarretas. Un ataque contra uno es un ataque contra todos.
Los izquierdistas en el CEN deben luchar para oponerse a la moción que se propone en la reunión del 20 de julio. Los líderes sindicales y organizaciones como Momentum deben salir en defensa de los que están siendo atacados. Y las agrupaciones bako el control de la izquierda laborista y los activistas de base deben organizarse para aprobar mociones de solidaridad, denunciando el intento de proscribir a Socialist Appeal y a otras organizaciones de izquierda.
Tradiciones e historia
Socialist Appeal es un integrante legítimo del movimiento obrero. Somos una tendencia marxista; la voz marxista del laborismo y de la juventud, que defiende con orgullo las ideas del marxismo y del socialismo dentro del Partido Laborista y de los sindicatos.
El marxismo tiene una larga historia y tradición dentro del Partido Laborista: desde sus inicios, bajo la iniciativa del Partido Socialdemócrata Marxista; hasta su influencia en famosos izquierdistas como Tony Benn.
A diferencia de los blairistas, nuestros «objetivos y valores» son totalmente coherentes con los del movimiento laborista. Defendemos la transformación socialista de la sociedad, un objetivo que se inscribió en las banderas de los laboristas con la antigua cláusula IV, introducida en 1918, que prometía;
«Garantizar a los trabajadores, manuales e intelectuales, la totalidad de los frutos de su trabajo… sobre la base de la propiedad común de los medios de producción, distribución e intercambio…»
Hemos luchado abiertamente por estos objetivos socialistas, ayudando a lanzar la campaña para recuperar esta Cláusula IV socialista, una demanda que fue apoyada por la mayoría de los delegados de las agrupaciones locales en la conferencia laborista de 2019.
Es el blairismo y las ideas de la derecha las que son ajenas a las mejores tradiciones del movimiento obrero. La derecha son infiltrados tories; agentes de las grandes empresas; arribistas, no luchadores de clase.
Aun así, no pedimos que esta gente sea expulsada burocráticamente del Partido Laborista. A diferencia de ellos, pedimos la democracia más completa, para empoderar a los militantes y dejar que las bases decidan.
Esto incluye la exigencia de la reelección obligatoria de tofos los diputados por la base; la elección de los funcionarios del partido; y el fin de todas las restricciones a la discusión y el debate democráticos.
Lucha por el socialismo
Junto a estas reivindicaciones democráticas, Socialist Appeal insta a los laboristas a adoptar un programa socialista valiente para transformar la sociedad en interés de la clase obrera, la juventud y los oprimidos.
Es sobre la base de las políticas socialistas –no sobre la base de banderas condescendientes y llamamientos a las grandes empresas– que los laboristas deberían luchar contra los tories.
Sin embargo, Starmer y la derecha pasan más tiempo atacando a la izquierda que a los tories. Es a ellos, y no a los partidarios de Socialist Appeal, a quienes hay que mostrar la salida.
No nos acobardaremos ante esta represión e intimidación. Por el contrario, redoblaremos nuestros esfuerzos para transformar el Partido Laborista en líneas socialistas; y para luchar por una clara alternativa socialista al sistema capitalista en crisis.
Esta es la tarea que tenemos por delante: construir las fuerzas del marxismo; construir la tendencia marxista; construir la voz marxista del laborismo y de la juventud. Hacemos un llamamiento a todos nuestros lectores para que desafíen a la derecha laborista y se unan a la lucha por el socialismo.
*Socialist Appeal es la sección británica de la Corriente Marxista Internacional