Gerardo Sosa Castelán, es un personaje muy conocido y polémico en el estado de Hidalgo, él, junto con su grupo de bribones han logrado, a base de negocios ilícitos e incluso violencia, tener el control de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Junto con muchos de sus séquitos como Humberto Veraz Godoy y Roxana Montealegre, están presentes en la política estatal, la mayoría de estos politiqueros pertenecen a Morena, siendo la parte reaccionaria y podrida de dicho partido. Sosa Castelán ha logrado poner de su lado a las autoridades de la Universidad, dándole así el control absoluto de la institución.
En sus tiempos de “estudiante” Gerardo Sosa fue parte de la Federación de Estudiantes del Estado de Hidalgo, llegando a ser presidente de esta en 1977. Fue ahí donde iniciaron sus vínculos con la UAEH, en adelante se dedicaría a escalar puestos (llegando a ser rector) mediante violencia y corrupción. Como líder estudiantil se le atribuyen diversos actos porriles a través de los cuales amedrentaba a la sociedad y a las autoridades para hacerse del control de la Universidad, a través de la cual forjó su fortuna.
A lo largo de su carrera delictiva, tuvo cargos en la cámara de diputados en el Congreso del Estado, fue diputado federal y coordinador en la LVIII Legislatura en los años 2000-2003; y en la LX Legislatura (2006-2009).
Fue militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aproximadamente por 40 años, donde ocupó varios cargos, entre ellos miembro del Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria y Precandidato del PRI al gobierno de Hidalgo, sin embargo, el 20 de febrero de 2018 renuncia a su militancia en dicho partido y actualmente se encuentra en las filas del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), donde logró colocar a varios de sus lacayos.
El 2 de octubre de 2009 tomó protesta como presidente del Patronato Universitario, cargo que utilizó para llevar a cabo sus negocios turbios bajo la falsa bandera de llevar la administración financiera de la Universidad. Sosa Castelán tenía varias empresas suyas a nombre de la Universidad, entre las que destacan un rancho que produce quesos, un club deportivo, una gasolinera, un salón de eventos, un hotel y una plaza comercial, estas empresas operan gracias al amparo del principio de autonomía universitario, que le permite tener un régimen bajo sus propios términos.
Sin embargo, en 2019 la UAEH fue sujeta a un proceso de investigación por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ya que de acuerdo con su titular Santiago Nieto, el presidente del patronato, Gerardo Sosa Castelán, habría incurrido en diversos delitos, se le acusó de lavado de dinero de 151 millones de dólares en seis cuentas. En febrero del mismo año, la UIF congeló cuentas de la UAEH, tras una alerta internacional por movimientos inusuales en sus cuentas. El 26 de abril nuevamente fueron paralizadas 224 cuentas bancarias, una de ellas de 400 millones de pesos.
Finalmente, el 31 de agosto de este año, Gerardo Sosa Castelán fue detenido en la Ciudad de México por elementos de la Agencia de Investigación Criminal, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por un monto de 58 millones de pesos. Después de esto, se emitieron órdenes de captura de varios allegados de Castelán.
En Hidalgo, es un secreto a voces que Sosa Castelán junto con su grupo de ladrones de cuello blanco, apodado la Sosa Nostra, ha utilizado su poder para enriquecerse de manera ilícita, ocupando cargos políticos, y apoderándose de la UAEH, en la cual tienen, o tenían un escudo para hacer sus negocios. Sin embargo, la detención del cabecilla del grupo es un duro golpe para Grupo Universidad, esto debe ser un incentivo para que nosotros como estudiantes, exijamos la completa democratización de la Universidad.
Es menester, que las autoridades allegadas a Sosa Castelán sean destituidas, pues, entendemos que no hay un proceso transparente para la elección de estas, un claro ejemplo es Grupo Universidad. Somos nosotros, los estudiantes, quienes deberíamos designar a quienes tendrían que ocupar los puestos que dirigen a la universidad.
Pero no es sólo la cuestión del rector o de los altos mandos directivos, sino también de la sociedad de alumnos y del consejo estudiantil, que no responden a los intereses del alumnado, sino a sus intereses de clase. Éstos terminan siendo un obstáculo entre nosotros y la democratización de nuestra casa de estudios, pues, muchas veces terminan siendo usados como aparato de opresión para el propio estudiantado, son porros traidores a los intereses de los universitarios. Tal es el caso de la Escuela Preparatoria No. 1, dónde los estudiantes se organizaron para denunciar la ineficiencia de las autoridades con respecto a las denuncias de acoso y misoginia en contra de varios profesores que ahí laboran, inclusive se llegó a organizar una asamblea con la presencia de los directivos de la preparatoria, los cuales se comprometieron enviar las actas de dicha asamblea, cosa que hasta la fecha no han hecho.
Es indignante que criminalicen a la comunidad estudiantil, quienes en nuestro derecho a la libre manifestación exigimos lo que por reglamento nos corresponde y denunciamos la nula respuesta a los llamados que hacemos para estudiar en ambientes dignos, seguros e incluyentes. Y es una burla que para defender sus intereses de clase nos citen a marchar, pero cuando nos organizamos para exigir justicia y verdad por la desaparición de uno y muchos más compañeros de clases exista represión y comunicados que de forma externa apoyan la protesta social, pero de forma interna la castigan.
Es éste aparato opresor que no sólo subyuga el espíritu revolucionario del estudiantado, que tiene hambre y sed de un cambio, también es un obstáculo para la resolución de problemáticas como el fin de la corrupción a lo interno de la universidad, la destitución de los maestros denunciados por acoso, ésta gente como Sosa Castelán y los miembros del “Honorable” Consejo Universitario que no velan por nuestros intereses ni nuestra seguridad, solo por el “prestigio” de una universidad dirigida por caciques.
Somos nosotros, los estudiantes, trabajadores y docentes, desde abajo y a la izquierda, quienes debemos tomar la dirección de nuestra casa de estudios, pues sabemos, que quienes la han dirigido no lo han hecho escuchándonos ni tomándonos en cuenta. Tenemos que acabar con la opresión y con la enfermedad de corrupción que esta gente con poder representa para nosotros y nuestra universidad. Sigamos organizándonos y formándonos, pues solamente así lograremos un cambio en la comunidad estudiantil y universitaria, debemos pugnar por transformar en nuestra realidad material, en el presente como estudiantes organizados para que, en el futuro, como parte de la clase obrera, luchemos con el conjunto de nuestra clase por su emancipación.
Es por ello, que desde las Juventudes Marxistas, de La Izquierda Socialista, hemos lanzado una petición en la plataforma Change para exigir la expulsión absoluta de Grupo Universidad del patronato de la UAEH, ya que estos no actúan en defensa de la comunidad estudiantil, al contrario utilizan a nuestra Casa de estudios para llevar a cabo sus negocios turbios de manera impune, es necesario iniciar con un proceso de democratización de nuestra casa de estudios donde alumnos, trabajadores y docentes tomemos las decisiones que nuestra universidad necesita, que sea la comunidad universitaria la que decida que rumbo debemos tomar, que decida cuales son las prioridades de inversión y que destinen los ingresos a mejorar las condiciones laborales y de estudio de todos los integrantes de la UAEH.
¡Adelante compañeros, iniciemos esta lucha histórica por rescatar nuestra Universidad!
Firma la petición que desde la Izquierda Socialista Hidalgo creamos para exigir que Grupo Universidad y toda la basura burocrática y corrupta que ha secuestrado nuestra universidad salga del patronato de la UAEH.
«La juventud es la chispa de la revolución»